Propuestas sindicales frente a la crisis

01/12/2009
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 450: Lecturas desde los movimientos: Qué ha cambiado con los gobiernos de cambio? 06/02/2014
El movimiento sindical de las Américas ha transitado en esta década, que prácticamente culmina, hacia un proceso caracterizado por la lucha por recuperar varias de sus conquistas históricas, los esfuerzos por responder de manera adecuada a los cambios políticos en la región y la búsqueda de la unidad en el seno de los trabajadores/as.
 
Todavía persisten en la mayoría de los países los problemas generados por más de 20 años de políticas neoliberales que fueron orientadas a destruir gran parte del acumulado de luchas y conquistas de los/as trabajadores/as, así como el entramado jurídico e institucional que le dio soporte. Una tarea que se ha acometido ha sido influir en las políticas públicas que permitan recuperar parte de lo que fue afectado por la aplicación de las reformas que condujeron a la flexibilización de las legislaciones laborales y a la pérdida de derechos de los/as trabajadores/as. 
 
En los países que han vivido procesos de cambios en los textos constitucionales, Venezuela, Bolivia y Ecuador, los derechos laborales en general y las libertades sindicales en particular han formado parte del núcleo de los derechos humanos que han ganado un renovado reconocimiento institucional. No siempre estos cambios constitucionales se han convertido en políticas efectivas de plena vigencia de derechos de los trabajadores/as y en el caso de Venezuela, en y menor medida Ecuador, la relación entre sindicatos y gobiernos se ha dado bajo una situación de fuerte tensión y conflicto, que muchas veces ha impedido la realización de una agenda gubernamental basada en protección y promoción de los derechos de los/as trabajadores/as.
 
En Brasil, Uruguay y en menor medida Argentina, la llegada al poder de gobiernos con orientación más social e identificados con propuestas que,  en alguna medida, intentan romper con décadas de políticas de libre mercado, la cuestión laboral ha formado parte de las políticas orientadas a la recuperación social y económica. Elevación del poder adquisitivo de los salarios, estímulo a la negociación colectiva, políticas de formalización del empleo, así como medidas para recuperar la seguridad social, han sido implementadas a partir de la presión de los sindicatos en estos países y de su reconocimiento en la interlocución social. 
 
En otros países persiste la agenda de resistencia de los sindicatos ante la permanencia de gobiernos y políticas antisindicales. Casos emblemáticos lo representan Colombia y Perú, en donde se mantienen políticas neoliberales y de apertura extrema de mercados, que han deteriorado seriamente los derechos laborales. Mención aparte en Colombia es el mantenimiento de los altos índices de violencia antisindical, asesinatos de sindicalistas, persecución y otras prácticas que destruyen a los sindicatos y desestimulan la actividad sindical. Igualmente se mantienen las líneas básicas de las políticas antilaborales de orientación neoliberal, en países como Costa Rica, México y República Dominicana, así como los efectos de la apertura indiscriminada y la implementación de los tratados de libre comercio. 
 
En Nicaragua, el gobierno sandinista tiene en un importante sector del sindicalismo un apoyo fundamental para ejecutar sus políticas  sociales. La llegada al poder de Mauricio Funes y el FMLN en El Salvador, abre expectativas favorables para el sindicalismo de ese país, luego de décadas de gobiernos de ultraderecha. En América Central vale la pena mencionar la importante experiencia del gobierno de José Manuel Zelaya en Honduras, que tomó medidas en favor de los/as trabajadores/as, como la elevación de los salarios y otras medidas sociales y políticas que le ganaron el apoyo del conjunto del sindicalismo hondureño, mantenido antes, durante y después del golpe de los militares y los grupos oligárquicos de ese país.
 
Hasta aquí un sintético y limitado balance de la situación de los sindicatos y su actuación ante las acciones de los gobiernos de la región. De esta situación habría que recuperar la importancia de que en varios de estos países el movimiento sindical haya jugado y aun mantenga un destacado papel en la llegada y permanencia de los gobiernos que marcan una orientación más progresista en la región. 
 
La crisis económica y la acción sindical
 
La más reciente crisis del capitalismo había sido advertida por el movimiento sindical, así como por otros movimientos sociales, como producto de la larga jornada de resistencia al modelo neoliberal. De hecho esa crisis ha venido siendo soportada por los trabajadores desde hace décadas. Es lo que la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha llamada la crisis de justicia distributiva (crisis de desigualdad), producida por la diferencia abismal entre los bajos salarios y el aumento de la productividad, que ocasiona la violación de varios derechos humanos de los trabajadores. Esta situación se ha articulado a las otras crisis: alimentaria, energética y ambiental.
 
La irrupción del punto alto de la crisis a finales de 2008, ya había encontrado al movimiento sindical prevenido frente a sus efectos y consecuencias y advirtió a gobiernos y empleadores que la misma no sería pagada por los/as trabajadores/as como en anteriores ocasiones. Movilizaciones en la mayoría de los países y presión frente a los gobiernos para que adoptaran medidas para proteger los empleos y los derechos de los trabajadores, hacían parte de la pauta general. 
 
La declaración del Foro de Trabajadores América Latina y el Caribe, en Salvador, Bahía en Brasil en diciembre de 2008, llamaba a los gobiernos de la región a adoptar medidas efectivas frente a la crisis. La declaración de ese evento señala en unos de sus puntos “Defendemos que los gobiernos adopten medidas urgentes que garanticen la normalización de la producción, del comercio y de los niveles de inversión. Pero tenemos absoluta claridad de que la intervención de los Estados no puede significar la ´socialización de las pérdidas´del sector financiero en la sociedad en general, porque en el período de crecimiento reciente, lo que se percibió fue la “privatización de las ganancias” expresada en los gigantescos lucros anuales de los bancos y de las empresas transnacionales”
 
El sindicalismo de las Américas avanzó también en su posicionamiento frente a su visión de la crisis, con ocasión de la V Cumbre de las Américas, realizada en abril en Trinidad & Tobago, y en la cual señala su decepción ante la perdida de oportunidad de los gobiernos de la región de haber definido medidas y acciones específicas para su enfrentamiento. Señala  la Declaración del Foro Sindical de las Américas que el G-20,  habiendo definido algunas importantes medidas, éstas  resultaban insuficientes e incluso cuestionables, como la reasignación del papel del FMI como el ente coordinador de las políticas por de las potencias reunidas en el G-20. La declaración señala que el sindicalismo de las Américas tiene en la Plataforma Laboral de las Américas (PLA), una de las propuestas para actuar frente a los gobiernos en medidas que no solo sirven a la superación en curso, sino que apuntan hacia modelos alternativos de desarrollo, sustentados en el trabajo decente y el equilibrio de la economía productiva, la justicia social y el medio ambiente.
 
La unidad sindical el esfuerzo constante
 
La unidad del movimiento sindical ha sido una de las aspiraciones que más se repite en las diferentes épocas históricas. En esta coyuntura no es diferente, pero las condiciones y realidades quizás la hacen más urgente. Los efectos de décadas de políticas de ajuste estructural, el ataque a los sindicatos, sumados a los propios errores y a las prácticas equivocadas de parte del sindicalismo, nos colocan hoy ante una situación de debilidad. Más allá de la propuesta y orientación de cada expresión del movimiento sindical, todas coinciden en la necesidad de actuar unitariamente para superar la presente coyuntura y enfrentar los desafíos que el futuro le impone.
 
La Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA), fundada en marzo de 2008, es el fruto del proceso de unidad entre las estructuras regionales más importantes de la región, la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) y la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) junto a importantes organizaciones sindicales independientes. Contiene el Programa de Acción de la CSA, las propuestas sindicales centradas en un sindicalismo que permita recuperar la capacidad de movilización de los trabajadores, promoción de un modelo alternativo para la superación del neoliberalismo, comprometido con los procesos de integración desde los pueblos y que aporte a la construcción de un nuevo proyecto político para la región.
 
La CSA ha insistido en que la unidad del sindicalismo no tiene que ser expresado en una sola estructura organizativa para la región. Ha defendido la necesidad de encontrar espacios concretos donde diferentes tendencias se encuentren para levantar agendas unitarias para enfrentar los principales problemas de los/as trabajadores/as de las Américas. De manera positiva podemos afirmar que frente a la coyuntura y los principales problemas, el movimiento sindical de las Américas en sus diversas expresiones ha logrado construir cada vez más espacios de acción conjunta y articulada. 
 
La oposición a los Tratados de Libre Comercio, el enfrentamiento a los problemas de la libertad sindical, el compromiso con las propuestas contenidas en la Plataforma Laboral de las Américas, las acciones frente a las gobiernos reclamando respuestas a temas de la agenda laboral y más recientemente levantando plataformas unitarias de respuesta a la crisis en cada país, son algunas de las acciones que han permitido construir espacios de articulación y unidad de acción en el movimiento sindical. Transitar y profundizar ese camino es uno de los desafíos más importantes de los próximos años del movimiento sindical de las Américas.
 
- Iván González Alvarado, venezolano, es Coordinador Político de la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA), con sede en Brasil.
https://www.alainet.org/es/articulo/141464

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