Medios e información en tiempos de guerra
- Opinión
La guerra y la paz acompañan a las sociedades desde sus orígenes. Sin embargo, hoy como nunca se tiene conciencia de su existencia gracias a la facilidad con la que fluye la información, aun cuando ésta se geste hasta en los lugares más recónditos. Además, en la era de la globalización, la información se genera por distintas vías y por parte de diversos actores. Éstos no se limitan a las partes antagónicas en un conflicto determinado, como tampoco a los negociadores de un proceso de paz o a los gobiernos ni organismos internacionales. Los medios son actores crecientemente importantes. Al dar cuenta de los conflictos armados y/o las negociaciones de paz en curso, libran sus propias batallas, influyendo no sólo en las percepciones del público en general, sino inclusive en la manera en que se desarrollan los sucesos que reportan.
Tras la primera Guerra del Golfo de agosto de
Para el momento en que se desarrolló la segunda Guerra del Golfo, a partir del 20 de marzo de 2003, el monopolio informativo del que había gozado
También con motivo de la invasión a Irak, la cadena Fox News contribuyó a justificar la guerra de la administración contra el país árabe. Una encuesta reveló que quienes veían Fox News, creían que Saddam Hussein era responsable de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, que el gobierno iraquí tenía relaciones estrechas con Al-Qaeda, que Irak tenía armas de destrucción en masa, y que para que Estados Unidos fuera un lugar “más seguro” era necesario deponer al régimen iraquí. A partir de esta experiencia queda claro que los medios no sólo ayudan a formar opinión, sino que inclusive permiten justificar lo injustificable en beneficio de ciertos intereses.
Operaciones de [des] información
En 1991 se acuñó el concepto de information operations u operaciones de información, referido al desarrollo de capacidades de guerra electrónica, el uso redes de computación, operaciones sicológicas, además de acciones encaminadas a influir, distorsionar, corromper o usurpar el proceso de toma de decisiones del adversario, protegiendo el propio. En la medida en que cada vez más información estratégica está disponible en línea, se hace necesario protegerla de ataques cibernéticos, al mismo tiempo que se busca sabotear la del adversario para restarle márgenes de maniobra en la toma de decisiones.
Lo anterior supone importantes desafíos. La globalización efectivamente posibilita que la información fluya en tiempo real y en grandes cantidades. Sin embargo, los tiempos para procesarla y tomar decisiones, se reducen. Aunado a ello figura la competencia entre los medios de información: cada medio busca ser el primero y por lo mismo debe ser veloz, pero ello muchas veces sacrifica la calidad y los márgenes de error crecen de manera exponencial.
Asimismo, la información ya no es provista sólo por los departamentos de comunicación social de los gobiernos ni de los organismos internacionales. Los organismos no gubernamentales y las personas ahora pueden procurar y distribuir información relevante ante una situación de conflicto armado o durante una negociación de paz. Parte de la explicación estriba en el abaratamiento de las tecnologías que incluyen laptops, cámaras digitales, teléfonos inteligentes, etcétera, y que ponen al alcance de la población en general la posibilidad de divulgar y acceder a la información. Una agencia como
Problemas de comunicación
La globalización ciertamente elimina fronteras, acorta distancias y aparentemente posibilita que la comunidad internacional ponga atención a situaciones conflictivas y negociaciones de paz que acontecen hasta en las localidades más lejanas. Sin embargo, subsisten los desafíos logísticos: ¿se puede llegar al lugar de los hechos físicamente? ¿Es posible reportar desde una localidad distinta a aquella en que tienen lugar los acontecimientos? ¿Es válido, por ejemplo, que un periodista comente la situación en Irak cuando reside en París –o más bien, cuando no se encuentra físicamente en Irak–? Se puede argumentar que el periodismo es una profesión peligrosa. Tan sólo en Irak, desde la invasión estadounidense, han muerto más de 200 periodistas, por lo que se podría afirmar que estar en el lugar de los hechos convierte al reportero, editorialista o camarógrafo en blanco de ataques. ¿Justifica esto que se opte por “informar” sobre el conflicto “a control remoto”? ¿Qué tan veraz es la información generada de esta forma?
El periodismo es una profesión dinámica y los periodistas deben actualizarse continuamente. La importancia de las tareas que tienen a su cargo, lo hace indispensable. Por ejemplo, el uso de siglas de organismos internacionales, organismos no gubernamentales, acuerdos, foros, tipos de armamento, etcétera, durante sus coberturas, hace muy confusa la descripción y el análisis de los acontecimientos. Informar sobre la revisión del TNP1, o el estado que guarda el tratado START2, o la problemática de los MANPADS3, las MTA4, y/o las MDR5; o bien el AAE6 entre México y Japón, el TLCUE7, el APEC8, etcétera, puede ser una verdadera pesadilla, tanto para quienes generan la información como para quienes la consumen. Un encabezado como “
Nuevas realidades de la información
Los gobiernos hace tiempo que perdieron el monopolio de la información a favor de actores no gubernamentales que persiguen tanto fines lícitos como ilícitos. Algunos actores no gubernamentales, como por ejemplo, Al- Qaeda, pueden acceder a las grandes cadenas de noticias para dar su versión de los hechos, realizar propaganda y atemorizar a propios y extraños. Los señores de la guerra, los insurgentes y los terroristas, entre otros, utilizan las tecnologías de la información para transmitir su mensaje.
Por su parte, los ciudadanos y grupos de interés que “observan” los hechos, pueden pronunciarse en torno a temas tan delicados como las violaciones a los derechos humanos, la corrupción de las autoridades, y en general, las necesidades de las sociedades agobiadas por los conflictos que enfrentan. Así, la información se transforma en un campo de batalla por diversas razones y para distintos fines. Por lo tanto, proveer información, especialmente veraz, se torna complejo.
Se pierde de vista que en el caso de Somalia, las acciones de Washington escaparon desde un inicio al mandato y liderazgo de
Aquí es también importante recordar que mientras que los estadounidenses poseen una amplia variedad de cadenas noticiosas, muchas de las cuales reportan sobre los acontecimientos globales a discreción,
En todos los ejemplos citados, la información no circuló con fluidez, entre otras razones porque los actores que informaban eran numerosos y respondían a distintos intereses. Así, con frecuencia el mensaje se presentaba de manera fragmentada porque cada actor destacaba lo que le interesaba, no necesariamente lo que era relevante. Durante la crisis de Somalia, en numerosas ocasiones
Ante lo expuesto es legítimo preguntar ¿quién está a cargo de proveer la información? Como se explicaba, ésta fluye desde diversos ámbitos y por lo mismo, el margen de confusión se amplía. Quienes proveen la información compiten por la atención de la opinión pública y, entonces, en esta guerra mediática es muy factible que se opte por divulgar datos o imágenes no necesariamente en apego a la verdad. Así, hay desafíos subyacentes que incluyen determinar si se está preparado para informar, para identificar a los otros actores que proveen información y determinar qué hacen ahí, así como para valorar la relación que se tiene con la población local –si la relación es mala, entonces se producirán problemas de comunicación, generando un círculo vicioso.
Para los periodistas que cubren zonas en conflicto y/o procesos de paz, subsiste la premura de ser los primeros en informar. Sin embargo, hay numerosos conflictos y/o procesos de paz en marcha, por lo que la cabal comprensión de cada uno se torna difícil. Por ejemplo, ¿cuántos conflictos se pueden cubrir y entender al mismo tiempo? ¿Dos? ¿Tres? La tentación a ser repetitivo en las coberturas y análisis es muy grande. ¿Cuántos periodistas afiliados a las grandes cadenas de noticias son fluidos en los idiomas de los países en que realizan su cobertura informativa? Hay conflictos considerados como demasiado complejos y generan aburrimiento y hasta fatiga, tanto de parte de quienes los cubren como de la opinión pública, como ocurre con los conflictos árabe-israelíes. Por si fuera poco, los blogueros y los reporteros ciudadanos aportan su visión sobre lo que sucede, abonando en muchos casos a favor de la confusión (un poco a la usanza de lo que ocurre con Wikipedia, donde cualquier persona puede elaborar textos que no necesariamente tienen una rigurosidad académica, amén de que quienes contribuyen a la “enciclopedia de todos” pueden o no ser expertos en los temas que abordan). Si a ello se suman las campañas de desinformación desarrolladas por las partes en conflicto, el escenario es aún más complejo.
El futuro
La información es fundamental en la guerra y la paz. El papel de los medios, por lo tanto, es crucial. Su rol afecta las percepciones de la opinión pública, pero también el desarrollo de los acontecimientos, amén de que contribuyen a que las autoridades formulen políticas para atender los conflictos y/o los procesos de paz. Como se ilustra en el gráfico anexo, los medios son parte de un ciclo y su desempeño afecta decisiones de suma importancia.
Los gobiernos y los organismos internacionales tienden a la verticalidad en el manejo de la información, y sus oficinas de comunicación social parecerían responder con lentitud, debido a que las noticias se propagan cada vez más de manera horizontal. Es frecuente que, en las conferencias de prensa, el comunicador y/o autoridad a cargo sea sorprendido por noticias que se produjeron mientras él se dirigía a los medios. A veces, las noticias generadas cambian por completo el espectro de lo que el comunicador estaba notificando.
Por lo tanto, es necesario que las autoridades políticas y diplomáticas se adapten al entorno cambiante de la información, y para ello deben pensar y entender las noticias no sólo vertical, sino horizontalmente, amén de valorar la importancia de los medios y la influencia que ejercen sobre la opinión pública. Deben también entender que como entidades gubernamentales no son las únicas generadoras de información y que están obligadas a ganar credibilidad ante el público que recibe su mensaje. Para ello, la especialización y capacitación permanente de sus recursos humanos es imperiosa.
Es igualmente importante tener un diálogo constructivo con los actores de la sociedad civil para analizar los conflictos y los procesos de paz, comenzando por el consenso en torno a un lenguaje común. El Manual sobre los principios rectores de las operaciones de paz, mejor conocido como USIP Handbook, es un buen ejemplo del debate entre diversos actores como gobiernos, centros de investigación y organismos no gubernamentales, para lograr una mejor comprensión de la manera en que se desarrollan las operaciones de paz, sus objetivos y razón de ser y los problemas que pueden surgir durante su desarrollo. Inicialmente fue concebido como un manual para las fuerzas armadas de Estados Unidos, pero poco a poco su espectro se amplió para incluir a más actores interesados en el tema. Cuando el manual era preparado por el United States Institute of Peace (USIP), se desarrollaron diversos seminarios para debatir la propuesta inicial de su contenido (www.gcsp.ch/e/publications/ IGPeaceProject/Documents/report_GPP_USIP_workshop_ 13.10.08.pdf). Las aportaciones de los participantes fueron muy útiles. Otro documento, también elaborado por el USIP denominado Guía sobre los principios para la estabilización y la reconstrucción (disponible en www. usip.org/files/resources/guiding_principles_full.pdf) tiene la virtud de ser una especie de “doctrina estratégica” elaborada por primera vez por civiles que participaron en misiones de paz y que desean aportar sus experiencias para el debate.
Se dice que la guerra es algo demasiado importante como para dejarla en manos de los militares. Otro tanto se puede decir de la paz. Hoy los medios tienen una enorme relevancia en la manera en que presentan la guerra y la paz a la opinión pública, y lo que digan y la manera en que lo hagan, influirá de manera determinante no sólo en las percepciones del público en general, sino, sobre todo, en los eventos reseñados. Por eso es que, siendo tan importante la labor de los medios, no es posible dejar tan insigne tarea sólo en manos de las grandes corporaciones ni de los periodistas.
Notas
1 Tratado de No-Proliferación de Armas Nucleares.
2 Tratado sobre Reducción de Armas Estratégicas.
3 Sistema hombre-portátil de defensa anti-aérea.
4 Minas terrestres anti-personal.
5 Municiones de racimo.
6 Acuerdo de Asociación Económica.
7 Tratado de Libre Comercio, Concertación Política y Cooperación entre México y
9 Organización para
10 Asociación para
11 Organización
- María Cristina Rosas es Profesora e investigadora en
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