Unidad que se demoró 30 años
03/03/2010
- Opinión
En la Cumbre de la Unidad realizada la semana pasada en Cancún, convocada por el Grupo de Río que hasta entonces presidió México, se le dio el vamos a la creación formal de una instancia unitaria entre América Latina y los países del Caribe, la que se venía planteando desde fines de los años setenta del siglo pasado. La falta de una instancia específica no impidió que en ese período los países de la región se acercaran, se conocieran más y actuaran de consuno.
Los objetivos de la cumbre de Cancún fueron distorsionados desde antes que se iniciara la reunión, a través de la prensa latinoamericana representativa de intereses empresariales nacionales y extranjeros, que no podía concebir la existencia de una organización en la que no participara Estados Unidos, la ausencia de Canadá no les preocupaba. De ahí que la información que han proporcionado faltara a la verdad en la mayoría de los casos y se centrara en hechos de dudoso origen.
La idea de crear una organización que reuniera a América Latina y el Caribe surgió cuando se buscaba evitar la generalización de la guerra en América Central, donde la administración Reagan intervenía a través de los mercenarios de la “contra”,grupo creado, adiestrado y apertrechado por el país del norte y al que se le había asignado la tarea de terminar con el gobierno sandinista de Nicaragua, instalado al triunfo de la revolución de 1979 que puso fin a la dinastía dictatorial de los Somoza, apoyada por Washington.
En la búsqueda de la paz se creó en 1983 el Grupo de Contadora, integrado por México, Colombia, Panamá y Venezuela, al que en 1985 se sumó el llamado Grupo de Apoyo a Contadora, formado por Argentina, Brasil, Perú y Uruguay. Estos países formaron luego el Grupo de los Ocho, que posteriormente dio origen, en una reunión efectuada en Acapulco, al Mecanismo Permanente de Concertación Política, del cual surgiría más tarde el Grupo de Río.
Desde entonces se viene hablando de la necesidad de crear un organismo que reúna y coordine las acciones de América Latina y el Caribe. Se crearon muchas expectativas en torno a que ello se produjera como evolución natural de los Grupos de Contadora y de Apoyo a Contadora, en la perspectiva de que la entidad que surgiera fuera un punto de reunión en el que latinoamericanos y caribeños analizaran sus problemas, buscaran soluciones comunes y llegaran en acuerdo a plantear su posiciones frente a Estados Unidos.
No se trataba de desconocer a Estados Unidos, sino de establecer un diálogo equilibrado, de ahí que la eliminación de la Organización de Estados Americanos, OEA, no se planteara, ésta podía convertirse en el lugar donde se discutiera en términos igualitarios, lo que ya implicaba un cambio. De eso se trataba y se trata, de la búsqueda de la unidad que se planteó y acordó en esta cumbre y de lo cual se ha hablado tan poco.
Resulta curioso observar que la mayoría de los diarios latinoamericanos de gran circulación dejaron de informar sobre el tema de fondo desde el día martes, día de la clausura, cuando aún no se había entregado el texto de la declaración final. Les interesaba más la confrontación entre los presidentes de Colombia y Venezuela, misma que según todas las versiones fue originada por el colombiano Álvaro Uribe y filtrada a la prensa por un miembro de la comitiva colombiana. Se intenta hacer de la frase de Uribe algo similar a la del rey español en Chile y disminuir así la importancia de la cumbre.
Reacción en Washington
Mientras la prensa latinoamericana más rentable buscaba reducir el significado de la creación de la por ahora denominada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, uno de los voceros del departamento de Estado de Estados Unidos dijo que su país no tiene problema con la creación de un ”foro regional” porque “prácticamente todos los países que participan en la Cumbre de la Unidad son fuertes socios de Estados Unidos” y consideró que la reunión era “consistente” con los “objetivos para el hemisferio” del gobierno estadounidense.
Las afirmaciones del funcionario revelan el propósito de sembrar dudas respecto a la iniciativa del presidente mexicano, lo que no debe pasarse por alto después de que se ha alcanzado un acuerdo de tanta importancia. Sin embargo, a pesar de que se intenta restarle trascendencia a lo ocurrido en Cancún, el mismo Crowley anunciaba que la secretaria de Estado estaba preparando una gira por América Latina que la llevaría a Brasil, Uruguay, Chile, Costa Rica y Guatemala.
Crowley quiso rebajar a “acuerdo regional” la instancia unitaria aprobada en Cancún, con lo que indicó que sí les preocupa su creación y que tampoco les hubiera gustado que ésta se convirtiera en un reemplazo de la OEA, porque lo que aspiran a lograr dentro de ésta es el cambio que pidió en su momento Condoleeza Rice y que les habría dejado las manos libres para impulsar muchos otros golpes de Estado como el de Honduras.
La secretaria de Estado de Bush pretendía que se dotara a la OEA de mecanismos que le permitieran intervenir en relación a “amenazas a la democracia originadas en los propios gobiernos”.La Carta Democrática de la OEA sanciona los ataques a la institucionalidad de un país que provengan desde fuera de los gobiernos, lo que se pretende es reformar esa Carta para que la OEA se inmiscuya en la acción de los gobiernos. Esa reforma no prosperó, lo que tampoco impidió el golpe hondureño y ahora que debe elegirse nuevamente un Secretario General de la OEA se vuelve a plantear que hay que modificar la Carta Democrática.
¿Participación política?
En esta búsqueda de la unidad de América Latina y el Caribe sólo han participado hasta ahora los gobiernos de la región, sin embargo, en este que ha sido un largo proceso, los partidos políticos han jugado un rol de importancia
Cuando en 1979 la situación creada en Centroamérica amenazaba con dar origen a un conflicto mayor, a iniciativa de México se constituyó la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina, COPPPAL, que reunió a los partidos políticos que se definían como nacionalistas y revolucionarios. A ella pertenecen partidos socialistas, socialdemócratas, liberales, laboristas e independentistas latinoamericanos y caribeños, tanto de gobierno como de oposición.
Durante muchos años COPPPAL tuvo su sede en México y ahora la tiene en Argentina. La preside el ex senador justicialista Antonio Cafiero y el presidente adjunto es el mexicano Gustavo Carvajal, que la encabezara durante varios períodos. Muchos de los partidos que la integran pertenecen también a la Internacional Socialista, la que a su vez creó en los años setenta una comisión para América Latina y el Caribe. Existen también otras agrupaciones de partidos de distinto signo, la más importante de ellas la demócrata cristiana.
Ante el renovado empuje del proceso integracionista hay quienes se preguntan si los partidos políticos van a estar ausentes de este proceso y en qué medida su participación o abstención contribuiría o no a un mejor resultado
La relación interregional
En los años setenta América del Sur se pobló de dictaduras militares, las que se sumaron a las ya existentes en América Central.Mientras, en el Caribe, las islas y territorios que habían sido colonizados por países europeos experimentaban un proceso similar al de las ex-colonias africanas y procuraban asumir su propia identidad, su independencia y rescatar su historia. Fue así como a fines de los setenta adquirió fuerza la lucha por la democracia y la independencia en la región latinoamericana y caribeña.
Para quienes con un dejo racista se pregunten qué tienen en común los latinoamericanos y caribeños, habría que recordar que prácticamente todos los países de América Latina tienen una raíz negra derivada de la traída de esclavos desde Africa, la que se produjo en mayor cantidad hacia el Caribe. Las islas y territorios colonizados por ingleses, franceses u holandeses, fueron estructuradas a imagen y semejanza de las metrópolis, incluso en su arquitectura, y se les impuso hasta la historia ajena.
Pero su ubicación geográfica estaba en los mares adyacentes a América Latina y no fueron inmunes a su acontecer, es más, la vecindad se hizo sentir hasta en el idioma. La revolución cubana y sus avances en el plano social se convirtieron en un punto de referencia y los acontecimientos centro y sudamericanos se siguieron con especial interés.
Por primera vez en el Caribe se produjo un golpe de Estado, pero no militar sino de la población civil, que depuso al dictador Eric Gairy de Granada, quien mantenía a la isla en la pobreza mientras él se beneficiaba del turismo en sus enormes hoteles y se entendía con el dictador chileno Augusto Pinochet, a quien se acusa de haber enviado cadáveres de detenidos desaparecidos para la Escuela de Medicina que allí funcionaba y a la que acudían numerosos alumnos estadounidenses, cuyo “rescate” fue una de las justificaciones de la invasión de Estados Unidos a ese país.
Y también por primera vez maestros granadienses fueron a Nicaragua a alfabetizar a los habitantes de las abandonadas regiones en que vivía la población de habla inglesa, a la vez que los médicos cubanos atendían en Granada. La invasión a esa pequeña isla contribuyó a poner al Caribe en el centro de la atención internacional, pero a los latinoamericanos nos falta saber mucho más de nuestros cercanos vecinos y su importante grado de desarrollo.
- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador
https://www.alainet.org/es/articulo/139793?language=es
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