Gases de efecto invernadero
Copenhague: Los niveles de reducción propuestos son insultantes
11/12/2009
- Opinión
Mientras se realiza la XV Conferencia sobre el Cambio Climático en Bella Center , Copenhague, y se desarrollan las conversaciones de los 192 países miembros de las Naciones Unidas, se lleva a cabo en el centro de la ciudad la conferencia alternativa Klimaforum 09, organizada por una amplia coalición de movimientos ambientalistas internacionales, así como por organizaciones civiles.
Niels Fastrup, coordinador de prensa de esta cumbre alternativa, dijo en la inauguración que "Klimaforum es básicamente una cumbre abierta. Consideramos que para solucionar la crisis climática, no es suficiente que se reúnan los políticos. Usted, yo y todas las personas del mundo deben reunirse también; y esa es la idea de Klimaforum. Estamos creando un espacio abierto donde la gente de todo el mundo pueda encontrarse, discutir sobre el cambio climático y adoptar acciones relacionadas con el problema".
Naomi Klein, una de las voces mas importantes del movimiento por una globalización justa añadió: “Habrá acuerdo pero no justicia histórica: las transnacionales y el consumismo del Norte que han generado el 75% de las emisiones letales para el clima seguirán controlando los tiempos y las soluciones”. Para Klein, la Cumbre del Bella Center “es el resultado del mayor desastre que el capitalismo haya generado en la historia y no hay tiempo que perder, ya que estamos protestando contra el intento de privatizar la vida en su conjunto. Los niveles de reducción (de gases de efecto invernadero) propuestos son insultantes por su distancia respecto a lo que necesitamos”.
La deuda ecológica del Norte industrial con el Sur empobrecido del planeta, es una idea que plantean muchos movimientos sociales. En el Sur se están produciendo las mayores catástrofes climáticas, en el caso de América Latina la situación es preocupante respecto al cambio climático ya que según informes científicos seria una de la regiones más afectadas por éste a pesar de que esta región del planeta no tiene mayor responsabilidad en el cambio climático.
En el tercer día de la conferencia, los países en desarrollo expresaron su disgusto por una propuesta danesa que vuelve a proponer el objetivo de limitar a dos grados el aumento del calentamiento global, y que apunta a una reducción del 50% de las emisiones para el 2050, respecto a 1990, o del 58% respecto al 2005, y aconseja un “pico” para las emisiones de los países en vías de desarrollo, más allá del cual estos deberán comenzar a reducir sus emisiones. “Una grave violación – afirmó el delegado sudanés Lumumba Stanislas Dia Ping en nombre del G-77, que representa a 130 países en vías de desarrollo - que amenaza el éxito del proceso de negociación”. Denuncia que el borrador está diseñado por y para los países ricos y acusan a Dinamarca de ponerse del lado de los países desarrollados en vez de buscar puntos de acuerdo entre los bloques: "Los países desarrollados tienen una responsabilidad histórica por haber dañado la atmósfera durante los últimos 200 años".
El documento recibió también las críticas de los grupos ecologistas y acentuó la división entre países ricos y pobres. Según Andy Atkins, director ejecutivo de la organización Amigos de la Tierra, el texto parece atractivo a primera vista, pero en realidad esconde varios peligros. Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la convención de la ONU, aclaró que el documento filtrado no tiene peso real en las negociaciones. "Es un papel informal que se le dio a varias personas con meros fines consultivos", aseguró.
Lo que la mayoría de las organizaciones reunidas en Klimaforum critican, a pesar del documento danés, es el comercio del carbono y los mecanismos de compensación, que “sirven a los países industrializados para no reducir sus emisiones contaminantes ni ofrecer asistencia a las naciones en desarrollo”, advirtieron los activistas. Los ambientalistas sostienen que no habrá justicia climática incluso si se logra el mejor acuerdo posible al término de las dos semanas de negociaciones para forjar un nuevo tratado que limite el recalentamiento global. Una de las áreas mas problemáticas tiene que ver con los mecanismos de financiación previstos para que las naciones en desarrollo puedan verdear su economía y lidiar con los impactos negativos del cambio climático. Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas el mundo en desarrollo necesitará entre 500.000 y 600.000 millones de dólares al año para tomar medidas de mitigación y de adaptación.
El dinero tendría invertido por los países del Norte, que son los que tienen una responsabilidad histórica frente al mundo por ser los principales responsables del cambio climático. Pero en vez de eso, “los países industrializados tratan de contar el flujo de fondos privados por medio de la compensación como forma de cumplir sus propios compromisos de reducción de emisiones, pese a que esto último y los fondos públicos adicionales (para las naciones en desarrollo) son obligaciones separadas”, indicó la organización ambientalista Amigos de la Tierra. Para la organización ambientalista, la mayor parte del dinero para las naciones en desarrollo no saldrá en forma de fondos públicos, sino que serán créditos de carbono acumulados mediante el mecanismo de compensación.
En algunos casos, el régimen de compensación, de hecho, ayuda a las compañías a perpetuar sus prácticas contaminantes, según Kevin Smith, de la organización Climate Justice Action (Acción por Justicia Climática) “el régimen puede, en algunos casos, generar más contaminación. Es una forma de asegurar que el dinero fluya hacia las entidades corporativas”, añadió. El Protocolo de Kyoto prevé que se verifique si el sistema de créditos de carbono realmente estimula la reducción de emisiones, pero los activistas arguyen que es casi imposible de verificar. “Los mercados de carbono no son realmente confiables para reducir las emisiones”, señaló Smith. “Pueden generar corrupción financiera del tipo que causó la última crisis económica global y sólo son un medio para crear nuevos mercados de capital”, añadió.
La mayoría de los estados ya reconocieron la necesidad de regular los mercados de carbono. Pero “muchos países industrializados pretenden que el Banco Mundial asuma un papel de contralor en materia de fondos climáticos, incluso pese a sus malos antecedentes ambientales y sociales”. Para los grupos ecologistas de Klimarforum la tarea debería ser asignada a un órgano responsable y más transparente.
Copenhague se ha convertido en la reunión más importante de protección del medio ambiente respecto al calentamiento global, de su éxito o fracaso dependerá la salud ambiental del planeta, es necesario un acuerdo sobre nuevos mecanismos bajo la autoridad de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático para contribuir con fondos públicos a la adaptación y a la mitigación de las consecuencias de ese fenómeno en las naciones en desarrollo. “El cambio climático y la paz en el mundo son dos caras de la misma moneda”, afirmó Francesco Tedesco, responsable de la campaña Energía y Clima de Greenpeace.
- Elvira Corona es periodista italiana
https://www.alainet.org/es/articulo/138316?language=en
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