Descanso laboral, de la antigua Roma al actual Brasil, el futuro y la productividad

17/10/2009
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El gran historiador francés Jerome Carcopino en su trascendental “La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio” nos hizo saber, de resultas de sus estudios, que en la antigüedad romana, en los tiempos de esplendor social del emperador Nerón Claudio César Augusto Germánico (Nerón), que gobernó entre los años 37 y 68 de Nuestra Era, los días no laborables eran casi la mitad del año, 182, contra los restantes 183 o 184 en los bisiestos.
 
 Fueron tiempos de gran apogeo como lo dice el título de Carcopino en los que por primera vez, mediante una norma neroniana, se les dio derechos a los esclavos los que hasta podían llevar a los tribunales a sus esclavizadores por temas como los malos tratos.
 
Con el correr del tiempo en la propia Roma las cosas cambiaron para mal. La Constitutio Antoniana, sancionada por el emperador Marco Aurelio Antonino Casiano (Caracalla, camisola en latín) mediante un edicto en el 212 establecía la igualdad de derechos y la ciudadanía para todos los habitantes libres del Imperio. Pero la igualación fue hacia abajo; es decir los viejos romanos perdieron derechos y los nuevos romanos sólo se beneficiaron virtualmente con la ciudadanía.
 
Esta historia viene a cuento con un reciente estudio de la consultora Mercer, con oficinas en casi todo el mundo, que nos hizo saber en estos días que el Brasil, el gran gigante suramericano, y la pequeña báltica Lituania, en el norte europeo, son los países cuyos profesionales tienen la mayor cantidad de días no laborables en el año: 41 en promedio, mientras Finlandia y Francia están a un paso con 40. En todos los casos se trata de una combinación de vacaciones más feriados. Por ejemplo, en España, quinta en el escalafón, los días festivos son 14 y el mínimo vacacional es de 22, lo que hace un total de 36.
 
El estudio, expuesto a través de la “Guía Mundial de Beneficios y Empleo 2009” realizado por Mercer, hace notar que las vacaciones propiamente dichas son de 30 días en Brasil, Finlandia y Francia, a las que se adicionan los feriados. En orden decreciente se sitúan Lituania, el Reino Unido y Rusia con 28, Polonia con 26 y a continuación Austria, Dinamarca, Grecia, Noruega y Suecia con 25. La cuestión es que solamente el Brasil es un estado no europeo entre el lote de los que otorgan más vacaciones a sus trabajadores.
 
La contracara se encuentra en la región del este asiático y Oceanía donde las jornadas no laborables suman menos. Curiosamente mientras el Reino Unido está en los primeros lugares, sus ex colonias como Australia, Canadá, Estados Unidos de América y Nueva Zelanda se sitúan bastante por debajo. Esa excepción en la vieja metrópoli anglosajona se debe a los tiempos del “estado de bienestar” impulsado en la segunda post guerra por el gran economista bengalí Henry William Beveridge, en su momento rector de la Universidad de Oxford, la más antigua del mundo, creada en el Siglo IX por Alfredo “El Grande”, el fundador del reino de Inglaterra, de quien el próximo 26 se cumplirán 1.110 años de su muerte.
 
La menos cantidad de días libres, combinando vacaciones y feriados es para Canadá con 19 días, seguido por China con 21. Canadá, con sólo 10, bate el récord de menos jornadas de vacaciones, en tanto su vecino de América del Norte, los Estados Unidos, carece de una normativa legal, pero los usos y costumbres hablan de un período de 15 días al año.
 
En la región del Océano Pacífico correspondiente a Asia y Oceanía la mayor cantidad de días de vacaciones para sus trabajadores, con un total de 20, se otorgan en Australia, Japón y Nueva Zelanda, tras los cuales se sitúan Taiwán con 15, Hong Kong y Singapur con 14, la India con 12 y China con apenas 10.
 
La sumatoria de los días festivos modifica el ordenamiento ya que, por ejemplo, la India y Japón encabezan la lista de los mismos con 16 días anuales, en tanto Chipre, Corea del Sur y Eslovaquia registran 15, seguidos por España y Malta con 14, mientras en Austria, Eslovenia, Lituania, Portugal y Taiwán se registran 13. En el orden inverso, con nueve festividades anuales marchan al frente Australia, los Países Bajos y el Reino Unido con ocho días, ubicándose a continuación Canadá, Dinamarca, Irlanda, Rumania y Suiza con nueve.
 
En lo que hace a América Latina la mayor cantidad de feriados es para Colombia con 18, escalonándose luego Chile con 15, la Argentina con 11 y Venezuela con 10, mientras México ocupa el último lugar con ocho. Y no sólo es el país con menos cantidad de días no laborables sino que, adicionalmente, es el que menos vacaciones anuales otorga a sus salariados: ¡apenas seis días!.
 
El caso del Brasil es sumamente interesante ya que los 30 días corren a partir del mismo primer año de incorporación a su tarea pero se registra un condicionante que consiste en que el asalariado no llegue a las cinco inasistencias en el período laboral. En caso contrario la acumulación de ausencias da lugar a un recálculo de las vacaciones.
 
Argentina, México y Venezuela tienen mecanismos de ajustes hacia arriba en función de la antigüedad en el empleo, mientras en Chile y Colombia no existen variables de recálculo con períodos rígidos de 15 días. En México a los seis días de arranque se le suman otros dos cada cinco años mientras que en la Argentina el sistema permite que a los 20 años de servicios se lleguen hasta los 35 días de vacaciones, aunque con diferencias entre las diferentes áreas de trabajo.
 
Como adicional, en muchos países, se deben tener en cuenta circunstancias especiales como nupcias, paternidad, donaciones de sangre y otras. Lo que no se consigna es el trabajo medido en la extensión de las jornadas, bastante dispar. En ese sentido, hasta no hace mucho cuando las derechas retomaron los gobiernos, en Francia e Italia las mismas llegaban a las 35 horas semanales. Tampoco se hacen referencias a los retrocesos en la materia registrados en las últimas décadas.
 
Sobre esta cuestión resulta muy interesante recordar lo expuesto por James Boggs, un notable pensador negro, obrero de la automotriz Chrysler, en su libro “La revolución norteamericana”, en el que analizó, a mediado de los años 1960, la perspectiva de los cambios tecnológicos y su influencia sobre el quehacer laboral de los humanos. Un mundo virtualmente sin trabajo manual donde el ocio creador y la actividad intelectual debieran ocupar casi todo el tiempo de vida reduciendo las tareas físicas a períodos verdaderamente insignificantes.
 
Boggs integraba un grupo de pensadores estadounidenses cuyas figuras prominentes fueron Paul Sweezy, Paul Baran y Leo Huberman a través de la publicación “Monthly Review”. Los números de la investigación de la consultora Mercer muestran que el optimismo de aquellos que en su tiempo mucho acertaron tuvo, sin embargo, un lado flaco. La carencia de una respuesta política adecuada al desarrollo científico-tecnológico hizo que los cambios sociales fueran en otra dirección desde la década de los 1970 y su desencadenamiento haya sido la crisis contemporánea.
 
- Fernando Del Corro es Periodista, historiador graduado en la Facultad de Filosofía y Letras (FyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA en "Historia Económica Argentina" y subdirector de la carrera de "Periodismo económico" y colaborador de la cátedra de grado y de la maestría en "Deuda Externa", de la Facultad de Derecho de la UBA. Asesor de la Comisión Bicameral del Congreso Nacional para la Conmemoración del Bicentenario 1810-2010. De la redacción de MERCOSUR Noticias.
https://www.alainet.org/es/articulo/137099
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