Las mujeres latinoamericanas en la mira

Estadísticas para medir el horror

30/07/2009
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Los países de nuestra región carecen de sistemas oficiales que permitan cuantificar los femicidios, cuestión que demuestra la tendencia de los gobiernos a minimizar el problema.
 
La aparición del concepto de femicidio -palabra que apunta a la denuncia de todas las conductas que atenten contra la integridad de la mujer- ha rebasado el marco de las leyes existentes y puesto en evidencia la ausencia de metodologías particulares para catalogar y medir esa forma de violencia.
 
Así, los indicadores para sistematizar los datos relativos a los asesinatos de mujeres son diferentes en cada país –y casi siempre también heterogéneos dentro de sus propias fronteras-, cuestión que dificulta ejecutar estudios regionales comparados.
 
Las carencias de los sistemas de información oficiales impiden la obtención de datos confiables según sexo, edad o etnia, y dificultan concluir sobre el tipo de relación entre víctimas y victimarios.
 
Frente a estas limitaciones las organizaciones de derechos humanos y de la mujer han recurrido a la elaboración de bases de datos propias, a partir de notas periodísticas, sin ignorar que esa metodología conlleva un importante margen de error, en virtud de que los periódicos no registran todos los asesinatos ni otorgan un seguimiento puntual a cada caso.
 
A pesar de su inexactitud, el esfuerzo de las organizaciones no gubernamentales permite tener una idea de la magnitud creciente del problema en los diversos Estados.
 
En Colombia, el Centro de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses ha registrado aproximadamente una muerte cada 6 días de mujeres, por acción de su pareja o ex pareja.
 
La revisión de los archivos electrónicos de los principales periódicos, entre los que se encuentra el de mayor circulación en el país “El Tiempo”, arrojó 3.104 artículos sobre homicidio (años 2001-2004), de los cuales 9 (0.3 por ciento) aludían al tema de muertes violentas de mujeres por obra de sus parejas.
 
Asimismo, la prensa informó que en Bogotá -año 2004- se conocieron 16 casos en los que el maltrato familiar terminó en asesinato, con un total de 21 personas muertas, pues también fueron víctimas otros integrantes de la familia. En el mes de enero de 2005 se registraron 4 casos en que el compañero o esposo asesinó a su cónyuge. En el período comprendido entre 2000 y 2003 –también en Bogotá- se contabilizaron 91 casos de feticidio, y en todos ellos el hombre había amenazado previamente a la víctima.
 
En cuanto asesinatos y desapariciones de mujeres relacionados con el conflicto armado interno que vive el país, la proporción de mujeres asesinadas por persecución política reportadas durante el período 2003 – 2004 equivale aproximadamente a un 12 por ciento respecto de los hombres, y en lo relativo a desapariciones, las mujeres superan a los hombres en aproximadamente un 16 por ciento.
 
La entidad registró 300 mil lesiones personales a mujeres en 2006, de las cuales 43.319 fueron a manos de sus parejas, pero más de 70 mil obedecieron a la violencia intrafamiliar, es decir, resultado de la intervención de padres, hermanos o hijos.
 
En Chile, la Red contra la Violencia Doméstica y Sexual registro la muerte de más de 300 mujeres entre enero de 2001 y junio de 2007, la mayoría de ellas a manos de hombres con quienes habían tenido relaciones de intimidad y confianza.
 
Según estadísticas del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) de Chile, la mayoría de las mujeres son asesinadas con arma blanca o de fuego.
 
En 2006, fueron registrados 51 asesinatos: 21 casos se produjeron en la casa de la víctima y a manos de su conviviente. Incluso en los cuatro casos ocurridos en la vía pública, la mujer fue posiblemente asesinada por alguien que conocía su rutina, pues ellas fueron muertas en las cercanías o camino a su hogar. La ocurrencia de femicidios a nivel regional se presentó con un mayor porcentaje en la Región Metropolitana.
 
La Agencia de Noticias Artemisa informa que cada 7,5 días se muere una uruguaya víctima de la violencia doméstica, y agrega que, en Uruguay, todos los femicidios de junio de 2009 fueron perpetrados por los cónyuges.
 
Ante la violencia de género, el Colectivo Mujeres de Negro –filial uruguaya de Amnistía Internacional- y la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual convocaron a toda la población a concentrarse los primeros jueves de cada mes frente a la Alcaldía de Montevideo, para repudiar los femicidios bajo la consigna de “No más indiferencia”.
 
Si bien Argentina carece de cifras oficiales sobre el tema, el Centro de Encuentros Cultura y Mujer contabilizó mil 284 víctimas de 1997 a 2003.
 
La Asociación Civil “La Casa del Encuentro” emitió un informe preliminar sobre femicidio en Argentina, correspondiente al primer semestre de 2009 utilizando para su confección a las agencias Télam, Diarios y Noticias y 43 diarios de distribución nacional y/o provincial.
 
En dicho período la organización social registró 82 femicidios y otros seis por conexión. Más de la mitad de estas muertes se produjo a manos de un familiar: pareja, novio, amante, esposo o ex pareja. El rango de edades donde se registran mayor cantidad de victimas se determinó entre los 20 y los 50 años.
 
Estos informes también denuncian que, anualmente alrededor de 200 mujeres y niñas mueren violentamente en Argentina. Sus muertes merecen, a veces, algunas líneas en los policiales de algún medio masivo. Sin embargo, estas muertes, todas evitables, parecen no merecer análisis más profundos, para enmarcarlas dentro de un contexto social patriarcal, en la que el cuerpo de las mujeres, y sus vidas, carecen de valor.
 
En México es muy complicado hablar de una cifra precisa de asesinatos de mujeres. En los casos de Ciudad Juárez o de Chihuahua, estas varían dependiendo la fuente. Así, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chihuahua habla de 370 víctimas hasta septiembre de 2005; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de 263 hasta junio de 2003; Amnistía Internacional de más de 370 hasta agosto de 2003; la investigadora Julia Monarrez de 382 a noviembre de 2004; la Fiscalía Mixta de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chihuahua de 353 hasta marzo de 2005; y la Fiscalía Especial de la Procuraduría General de la República de 323 hasta enero de 2005.
 
En Ciudad Juárez la cifra más reciente -según informes de los medios de telecomunicación y prensa extranjera- indica que son 388 las mujeres y niñas asesinadas en lo que va del 2009.
 
La Comisión Especial para conocer y dar seguimiento a las investigaciones relacionadas con los femicidios en México y la Procuración de Justicia vinculada realizaron un registro de asesinatos de mujeres, solicitando información a las procuradurías generales de justicia de cada uno de los estados, entre los que resaltan al de Chiapas, con 1.456 asesinatos de mujeres en el último lustro.
 
Según esos informes, los estados que presentan mayores índices de asesinatos en contra de las mujeres son el estado de Veracruz, con más de 900 asesinatos de mujeres en el período de 2000 al 2004; el estado de México, con 236 de 2002 al 2004, y el Distrito Federal, con 220 del 2003 al 2004.
 
Los estudios “Feminicidio en México: Once años de feminicidio en Jalisco, 1997-2008”, del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer y el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio (OCNF), sección Jalisco, revelan que, después del estado de México y el Distrito Federal, Jalisco es la región donde más mujeres son asesinadas.
 
Los datos muestran que de 1999 a 2005, se han registrado más de 6 mil asesinatos de mujeres en todo el país, y que, entre julio de 2007 y julio de 2008, se tuvo conocimiento de mil 14 casos, también a nivel nacional.
 
Para miles de mujeres peruanas, el femicidio y la violencia de género se han convertido en una incomprensible realidad. Sólo entre enero y mayo de 2009 se registraron en los Centros de Emergencia Mujer, de Perú, 60 casos consumados y 20 tentativas. Las regiones más afectadas son Lima, Junín, Huánuco y San Martín, según datos del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social de Perú (MIMDES).
 
El Instituto Nacional de Estadística (INE) de Guatemala es la instancia oficial encargada de centralizar y consolidar la información estadística proveniente de las diferentes instituciones del país.
 
Sin embargo, se considera que los datos no son analizados estrictamente, cuestión que dificulta la obtención de conclusiones definitivas acerca de la verdadera magnitud de la problemática. Asimismo, el conjunto de instituciones no cuenta con políticas de registro, procesamiento y uso de la información, por lo tanto se observan deficiencias tanto en el acopio como en el procesamiento de las cifras.
 
Más allá de las limitaciones, se ha determinado que la cantidad de femicidios en Guatemala se ha duplicado desde el año 2001 (300 casos) al 2006 (600 casos), y la tendencia continúa en aumento.
 
Aunque relativos, los números apuntalan que la violencia de género en América Latina crece en forma geométrica, cuestión que reclama el urgente reconocimiento legal de la figura de femicidio, como paso previo a la instrumentación de metodologías unificadas para su seguimiento, en pos de políticas que permitan extirpar ese flagelo.
 
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata, Argentina. 
https://www.alainet.org/es/articulo/135461

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