Obama, crisis y América Latina

08/12/2008
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 438: América Latina en Movimiento No 438-439 06/02/2014

Barack Obama despierta opiniones encontradas en cuanto a su política hacia América Latina. Jorge Montecino, investigador de ARCIS, Valparaíso, concluye que para Obama, América Latina es un espacio geográfico desconocido. EEUU ha perdido presencia política y comercial en el sur de América. A pesar de los nuevos escenarios, todo hace indicar que, una vez más, América Latina sigue olvidada.

Otro observador, Juan C. Hidalgo, del Instituto Cato (Washington, D.C.), plantea que “Obama ofrece una serie de políticas condescendientes que fortalecen la imagen arrogante de EEUU que él dice querer erradicar”. Según el presidente electo, el populismo y el autoritarismo  en la región es culpa de EEUU por no involucrarse lo suficiente.

Manuel Yepe, investigador del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, señala que “los cubanos tienen motivos para albergar la esperanza de que la elección de un presidente que ha prometido cambios, y que es en si mismo expresión de cambio, abra el camino a un nuevo período en las relaciones entre La Habana y Washington”.


El triunfo electoral de Barack Obama, en la contienda presidencial de EEUU, tiene un significado igual o aún más importante para los diferentes sectores sociales que conforman el pueblo norteamericano y para la elite dominante de ese país. Los efectos de la elección de Obama lo veremos en el contexto de los cambios culturales y la crisis económica globales.

Destacaría tres significados globales inmediatos: En primer lugar, a partir de enero de 2009, la política exterior de Obama, sin cambiar los objetivos estratégicos de EEUU, le pondrá guantes de seda a las iniciativas militaristas y alejará a los irresponsables del actual entorno “neoconservador” del presidente Bush. En segundo lugar, propondrá un plan de recuperación económica no muy diferente, reemplazando a los “neoliberales” mediocres de los pasillos del poder.

Obama encontrará la región latinoamericana dispuesta a negociar acuerdos económicos, siempre y cuando se respeten un conjunto de condiciones políticas ignoradas por Bush y olvidadas por Clinton. Lo difícil será superar la política depredadora tradicional de Washington. Entre las condiciones políticas se destaca el final del bloqueo de Cuba, el respeto de las instituciones democráticas (Venezuela, Bolivia y Ecuador) y la erradicación de la política militarista (Plan Colombia, Plan Mérida, IV Flota).

En tercer lugar, la Presidencia de Obama tendrá un impacto cultural que implicará enormes transformaciones en EEUU. El sólo hecho que llegue a la Casa Blanca un afro-norteamericano tiene profundas repercusiones. Obama es miembro de una construcción social calificada como “minoría”. Es decir, diferente e inferior. Al mismo tiempo, hay más de 40 millones de latinoamericanos y descendientes de latinoamericanos en EEUU. Constituyen otra “minoría” similar a los afro-norteamericanos. La concepción de “minoría” es una construcción dirigida a convencer a negros y a latinoamericanos en EEUU que en realidad son diferentes e inferiores. Es la política del apartheid llevada a su nivel de máxima efectividad.

Está en manos del Presidente de EEUU hacer la guerra contra “enemigos” que inventa manipulando hábilmente los medios de comunicación. También ejecuta programas sociales diseñados para cooptar a millones de trabajadores y pequeños empresarios. El Presidente tiene poderes extraordinarios para orientar la economía, garantizando ganancias a los grandes capitalistas y especuladores norteamericanos y del mundo entero.

Ese poder estará en manos de un afro-norteamericano a partir de enero de 2009. Un hombre relativamente joven, carismático y audaz quien tomará las decisiones a nombre de la elite más poderosa del mundo. ¿Cambiará la imagen de los afro-norteamericanos en EEUU, construida por siglos de esclavitud, represión e injusticias? ¿Cambiarán las relaciones con América Latina?

¿Quién es Obama?

Comencemos por preguntarnos quién es Obama. Según Eva Golinger, “el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Pero el imperio seguirá siendo el imperio. Obama fue muy claro en su discurso de victoria: ‘A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos’, dijo con convicción”.

Según Pere-Oriol Costa, el mensaje de cambio, de novedad, que vendía Obama es típico de una campaña de marketing. McCain adoptó el slogan "el país primero", en referencia a la guerra de Irak. Cuando la campaña pasó de estar centrada en Irak  y se trasladó a enfocar la crisis económica, McCain quedó en fuera de juego”.

Según Borasage, “Obama presentó durante la campaña un plan de cambio consistente en el desarrollo de una estrategia nacional para la economía global”. En un discurso pronunciado en Flint, Michigan, Obama prometió subirles los impuestos a los ricos, poner fin a la guerra de Irak, lograr la autosuficiencia energética y asumir el liderazgo de la llamada “economía verde”. Además, enfocar la atención del gobierno en el sistema educativo, transformar el sistema de transporte y convertir a EEUU en el líder mundial en ciencia e innovación”.

El significado cultural de la elección de Obama

El triunfo de Obama tendrá fuertes repercusiones sobre la cultura de discriminación y marginación en EEUU. Tanto en la cultura laboral como en el sistema de valores. Según Wallerstein, es bastante significativo que en las primarias electorales del Partido Demócrata los candidatos fueron una mujer y un negro. Hace 40 años habría sido prácticamente inconcebible.

“Obama no está planeando ningún vuelco revolucionario de la política de EEUU”, agrega Wallerstein. “Está rodeado de muchos políticos y asesores demócratas convencionales”. Entre todos los asesores y equipos que se han formado alrededor de Obama no hay representantes de partidos políticos.

Mike Davis señala que Obama se ha rodeado de un equipo de “imperialistas humanitarios” trabajando “para definir sus 100 primeros días en la Casa Blanca”. También “tiene a los ‘estadistas de Wall Street’, los operadores políticos de sangre helada y a los republicanos reciclados que le darán un pálpito de entusiasmo al Fondo Monetario Internacional... La administración estará dominada por bien conocidos y mejor preprogramados zombies del centroderecha”.

Según Alicia González, “Obama ha reclutado a buena parte de su equipo económico entre los antiguos colaboradores de Bill Clinton (1993-2001);  Robert Rubin y Lawrence Summers (secretarios del Tesoro), Robert Reich (secretario de Trabajo), William Daley (secretario de Comercio) y Laura Tyson (presidenta del Consejo de Asesores Económicos) son los que más directamente trabajaron con el último presidente demócrata”. Uno de los que no forman parte del equipo económico es John Podesta, jefe de Gabinete del presidente Clinton y el encargado de dirigir los equipos de transición de Obama.

“Hay otros cuya colaboración con las administraciones demócratas son algo más indirectas, como Paul Volcker (presidente de la Reserva Federal entre 1979 y 1987) y Roger Ferguson (vicepresidente de la entidad entre 1997 y 2006). Detrás de estos nombramientos se esconden las batutas de los que han sido los dos principales asesores económicos de Obama durante la campaña: Jason Furman (37 años de edad) y Austan Goolsbee (39 años)”.

Obama no ganó las elecciones "en contra" de la clase dominante norteamericana. Los presidentes y políticos norteamericanos son instrumentos de esa clase dominante. El no tendrá que gobernar contra los sectores dominantes. El gobernará en función de los intereses de esa clase dominante.

La pregunta de rigor que sigue es ¿cuáles son los intereses de la clase dominante norteamericana? En lo económico, la prioridad de Obama es recuperar las tasas de ganancia (capitalista) que pierden terreno en forma sistemática desde la década de 1970. Para ello está hablando, en forma cada vez más abiertamente, de una reingeniería del sistema mundial. Obama ya habló, aunque en forma tímida, de la "economía verde". (Es un proyecto que marca el fin de la economía dependiente de los hidrocarburos y de esa fracción de la clase dominante derrotada en las elecciones.
Acuérdate de la Sarah Palin: "Drill, Baby, Drill!")

El directorio nacional y el gran capital

¿Cómo logra un joven abogado, de una etnia tradicionalmente reprimida y marginada, llegar a la oficina pública más poderosa de EEUU? ¿Cuál es la institucionalidad que crea las condiciones para que un fenómeno de este tipo se produzca? Wright Mills señala que en EEUU los partidos políticos no tienen poder institucional. Hay un “directorio político” que se articula a nivel nacional y en forma jerárquica.  Según Mills, “en los centros ejecutivos donde se toman las grandes decisiones no hay políticos de partido profesionales, ni burócratas de profesión. Dichos centros se hallan en manos del directorio político de la elite del poder”.

La clase dominante norteamericana y sus aliados en el mundo tienen más de dos siglos de experiencia, saben cuando tienen que hacer los cambios. Lo "pintoresco" y más interesante de este cambio - por lo menos que resalta a la vista - es haber reclutado a una figura históricamente asociada con los sectores dominados, subyugados y esclavizados: Obama. Le corresponde a la clase trabajadora y a sus aliados entender y enfrentar el proyecto que pretende extender la dominación por nuevas vías.

Obama y la crisis económica

A corto plazo, Obama se tiene que enfrentar a los males del sistema capitalista que sufre de dolores de sobreproducción desde hace tres décadas. Aún más urgente, el derrumbe (melt-down) del sector financiero y la paralización del sector industrial representa retos inmediatos. Antes de llegar al poder, ha apoyado las decisiones del equipo de Bush en el sentido de rescatar con desembolsos de recursos públicos las grandes financieras y las industrias más emblemáticas del país.

A mediano plazo, Obama tiene que presentar una estrategia que le permita a los intereses del “directorio político” de EEUU entender y enfrentar su relación con China, nueva potencia que surge en el firmamento poniente. A principios de 2007, comenzando su campaña declaró que “...en forma creciente el centro de gravedad del mundo se mueve hacia Asia. Japón ha sido un aliado de EEUU por muchos años. Obviamente, China está creciendo y todo indica que estará presente en el futuro. China no es enemigo ni amigo. Es nuestra competencia”.[1]

Según Bortasage, el déficit comercial de EEUU alcanzó en 2007 con China $256.2 mil millones, el déficit más grande que EEUU ha tenido con cualquier país. Además, representa la tercera parte del déficit total. Más aún, China tiene más de  $1.5 billones (millones de millones) en sus reservas. Con esta suma están creando empresa conocidas con el nombre de Fondos de Inversiones Soberanas (Sovereign Investment Funds) para adquirir corporaciones norteamericanas a precios de saldo.

Obama y América latina

En la geografía de Obama, América Latina se reduce a cinco países. En sus declaraciones destaca su interés en sentarse a hablar con el presidente Chávez, quien parece tener una enemistad personal con Bush. Al mismo tiempo, denuncia al presidente Uribe de Colombia, íntimo de Bush,  por el asesinato de dirigentes obreros en ese país. En su aparición de más alto perfil, se retractó de una vieja propuesta de poner fin al bloqueo de Cuba y señaló que buscaría la manera de permitirles a los cubanos residentes en EEUU de normalizar sus relaciones con la Isla. La situación de México aparece en el marco de sus críticas al tratado de libre comercio con ese país (pasa a un segundo plano el tráfico de drogas y los 9 millones de trabajadores mexicanos sin documentación en EEUU).

El COHA plantea que la mención por parte de Obama de los asesinatos de trabajadores en Colombia en uno de los debates presidenciales (con 60 millones de televidentes en EEUU) fue muy importante. Obama dice que se sentará con los líderes de la región, sin condiciones ni imposiciones. Ha planteado que puede establecer diálogos con los gobiernos de izquierda de todo el hemisferio sin prejuicios ideológicos.

El plan de Obama, de apenas 13 páginas, dirigido a América latina, “Una nueva relación para las Américas” (A New Partnership for the Americas), es pobre en sustancia y tiene la arrogancia tradicional que produce la Secretaría de Estado norteamericana. Más aún se remonta 70 años para rescatar algunos principios establecidos por la política del “buen vecino” del presidente Roosevelt. Destaca tres orientaciones que se refieren a: “(1) la democracia y libertades políticas, (2) no temerle al temor y seguridad y (3) bienestar y oportunidades”.

La propuesta destaca el papel de México y Colombia en la promoción de cooperación regional. Precisamente los dos países más aislados en la región y que tienen serios problemas de gobernabilidad debido a la pérdida de control sobre el tráfico de drogas hacia EEUU. En esta misma lógica Obama apoya el Plan Mérida y considera que sería recomendable extenderlo al resto de la región. Su entusiasmo con el Plan Mérida y su idea de extenderlo demuestra un cierto desconocimiento de la dirección en la cual se están moviendo los países de América Latina.

Dice que quiere mejorar las relaciones con los países de la región para “disminuir la oferta y demanda de drogas”. La gran mayoría de los países de América latina, sin embargo, no tienen problemas de “oferta y demanda” de drogas. Los pocos que tienen problemas se encuentran envueltos en el tráfico de drogas con destino a los mercados en EEUU.

COHA plantea que el plan de Obama para América  Latina está fuera de foco en relación con su propuesta de “desarrollo económico”. El plan señala que EEUU enfatizaría un incremento en “ayuda norteamericana para adiestramiento vocacional, micro finanzas y desarrollo comunitario”. El plan habla de alcanzar las metas del Milenio y disminuir las tasas de SIDA, malaria y tuberculosis.

El reto más importante de Obama en América latina se refiere a las relaciones con Cuba. Después de casi 50 años de bloqueo por parte de Washington, todos en EEUU quieren una solución al problema. Ningún gobierno norteamericano ha tenido la capacidad política para encontrar el camino correcto. Obama promete resolver el impasse y devolverle a EEUU la imagen que perdió hace décadas.

Durante la campaña presidencial, Obama llegó a la sede de la Fundación Nacional Cubano Norteamericano de Miami. En la reunión dijo, refiriéndose a Cuba, que “ya era hora de escucharse mutuamente y aprender de las experiencias de ambos”.
Se comprometió a permitir los viajes y las remesas a Cuba sin restricciones. En 2004 Obama dijo que debía ponerse fin al embargo a Cuba, debido a su fracaso para desalojar a Castro del poder”. En mayo de 2008 cambió su posición y dijo que mantendría el embargo ya que podría servir de arma si se entablan negociaciones.

El plan de Obama es más de lo mismo. No habla de cambios, no levanta una consigna que entusiasme a los sectores populares de la región e, incluso, deja perplejo a los gobernantes de la región.  Para no quedarse atrás, en lo que se refiere a los gobiernos de EEUU desde 1948, Obama también promete reformar el FMI y el Banco Mundial y establecer acuerdos de libre comercio. 

- Marco A. Gandásegui, hijo  es profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA. Miembro del comité directivo de CLACSO y del grupo de trabajo sobre EEUU.

Fuentes consultadas

Robert L. Borosage, 2008, “A New US Strategy in the Global Economy?”, www.huffingtonpost.com, 17 de julio.

Carrie Budoff Brown, 2008, “Obama's Cuba, Latin America policy”, www.politico.com/news/stories/0508/10591.html, 23 de mayo.

COHA, 2008, “Obama on Latin America”, Washington: COHA.
(Preparado por Larry Birns). 16 de octubre.

Pere-Oriol Costa
, 2008, “Obama no depende de 'lobbies' porque ha financiado su campaña por Internet", La Vanguardia de Barcelona, http://www.other-news.info/noticias/.

Mike Davis, 2008, “Obama y los corazones rotos: ¿puede renacer el liberalismo de izquierda en EEUU?”, Sin Permiso, 2 de noviembre.

Eva Golinger, 2008, “Obama”, Fundación Centro de Estudios Estratégicos de Seguridad "CESE", www.ecoportal.net.

Alicia González, 2008, “Todos los hombres del presidente. Empresarios y ex colaboradores de Clinton dirigen la transición económica”, El País, 16 de noviembre.

Juan C. Hidalgo, 2008, “Obama, McCain y América Latina”, Listín Diario, 13 de junio.

C. Wright Mills, 1963, La elite del poder, México: Fondo de Cultura Económica.

Jorge Montecino, 2008, “Obama y la región: ¿Tiene importancia América Latina?”, ALAI AMLATINA, 13 de noviembre.

Laura Robertson, 2007, “China and the Candidates: Barack Obama”, CBNews www.cbn.com/cbnnews, 13 de noviembre.

Immanuel Wallerstein , 2008, “¿Victoria de Obama? ¿De qué alcance?”, La Jornada, 8 de noviembre.

Manuel E. Yepe, 2008, “Lo que los cubanos esperan de Obama”, https:// solidaridadconcuba, 17 de noviembre.



[1] ". . . increasingly, the center of gravity in this world is shifting to Asia. Japan has been an outstanding ally of ours for many years. But, obviously, China is rising and it's not going away. They're neither our enemy nor our friend. They're competitors."  Barack Obama, Debate de las primarias del Partido Demócrata, Carolina del Sur, en MSNBC, 26 de abril de 2007.

https://www.alainet.org/es/articulo/134346?language=en

Publicado en Revista: América Latina en Movimiento No 438-439

 alai438w
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS