La crisis económica está afectando desde lo global hasta lo local, a todas las esferas de la sociedad. Los estados acuden al rescate del sistema financiero destinando ingentes recursos, cuestionando así, el paradigma neoliberal del “libre mercado” como ordenador de la economía.

La magnitud de los impactos de esta crisis en lo político, económico, social, cultural e ideológico, aún no son predecibles en su totalidad pero ya se están sintiendo. Lo que sí se puede deducir que afectará a todo el sistema imperante.

Dada la interdependencia de nuestras economías y la interacción que una economía sobre otra, hace que la crisis actual sea única y de resultados impredecible. Las reuniones de los presidentes de las principales economías ha dado por resultado la foto de todos ellos y las medidas económicas para reforzar este mismo “libre mercado”. Pero lo real y cierto es que todos buscan que “el otro o los otros” asuman el costo de la crisis. Entre “los otros”, están las economías denominadas en desarrollo. Esto quiere decir que se intensificará la absorción de los limitados recursos financieros y las riquezas naturales que poseemos. En otras palabras, las economías grandes se tragan a las economías chicas y entre estos últimos, los llamados países en desarrollo, se agudizarán para mal las relaciones económicas y políticas.

Si bien el sistema financiero mundial está en cuestión, no debe llevarnos a presumir que está quebrado. Los estados aún disponen de amplios recursos financieros. La disputa entre las economías grandes es por quién se matricula con más fondos financiero o sea, “el otro”. Esto pasa por la devaluación de algunas monedas, en particular del dólar que funge de savia del sistema económico. El devenir de esta moneda, que se fortalezca o que de paso a otra, es el eslabón clave en la coyuntura actual. El dólar es el articulador de toda la economía mundial. Miles de miles de millones de dólares se usan en las finanzas y comercio mundial.

La depreciación de esta moneda y/o la emergencia de otra, no está excepto de violentos reacomodos geopolíticos, vía las armas.. La unipolaridad, los Estados Unidos no dará paso fácilmente a la emergencia de una multipolaridad en pro de un nuevo ordenamiento mundial. La historia registra que situaciones semejantes a las que estamos viviendo, han desembocado en guerras. Sino, ¿por qué “el otro y los otros” aumentan cada vez más sus presupuestos militares?