En el epígrafe de la anterior entrega dijimos: “Este domingo 3, se celebró en el mundo el Día de la Libertad de Prensa y Expresión, en México no tenemos que celebrar, pero vaya nuestra solidaridad al gremio y a la sociedad humana que lucha sin desmayo por estas fundamentales libertades”. Hoy el espacio es para los sendos comunicados de nuestras entrañables organizaciones gremiales: Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP y el conjunto de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y FELAP-México, dirigidos a los colegas y ala comunidad internacional:

“Al conmemorarse el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y la Federación Latinoamericana de Periodistas desde su vicepresidencia en México, considera pertinente emitir la siguiente comunicación:

1.- Los firmantes respaldan con profundo convencimiento, en todos sus términos, la resolución 48/432 emitida en 1993 por la Organización de las Naciones Unidas, al establecer el tres de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, conmemorando la declaratoria emitida a su vez por la UNESCO en Windhoek, Namibia, denominada “Fomento de una Prensa Africana Independiente y Pluralista”, de acuerdo al artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

2.- Sin embargo, consideran que deben respetarse los usos y costumbres regionales que celebran distintas fechas durante el año, y que tienen como sustento los mismos ideales, el fortalecimiento de una prensa independiente, plural y libre, crítica y objetiva, constituyente de una fuerza necesaria controladora de los abusos del poder público en las naciones democráticas. La conmemoración a lo largo del año, en distintas fechas, de la libertad de prensa, fortalece estos anhelos.

3.- Empero existe poco que celebrar: los asesinatos de periodistas continúan. En los últimos 25 años han muerto 85 colegas y cuatro trabajadores de la prensa en México, sin que exista auténtica voluntad política del gobierno mexicano por esclarecerlos. Nueve compañeros más se encuentran desaparecidos sin que se tenga ninguna noticia de ellos. Las agresiones e intentos por cooptar la información permanecen como una práctica cotidiana de ciertos sectores del gobierno federal, estatal y municipal. Las policías en términos generales aún incurren en la intolerancia a la labor informativa en la cobertura de noticias sobre crímenes y delitos, ramo por el cual acontecen la mayoría de atentados.

4.- Salvo excepciones, como Chihuahua, Chiapas, Tamaulipas o Morelos, las entidades federativas se niegan a avanzar en las reformas legislativas para proteger la labor de los periodistas, fundamentalmente por lo que tiene que ver con la derogación de delitos de difamación y calumnia, secreto profesional, cláusula de conciencia y seguridad social, entre otras reformas necesarias.

5.- Si bien, a nivel federal se avanzo con la despenalización de delitos mal llamados contra el honor, están aún pendientes el resto de las reformas, incluyendo el fortalecimiento de la Fiscalía Especializada en Delitos contra Periodistas y la elevación a permanente y ordinaria de la comisión especial que da seguimiento a los atentados contra periodistas y medios de comunicación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, materias torales porque a través de una subprocuraduría se puede avanzar auténticamente en la investigación y esclarecimiento de crímenes, con el apoyo económico y humano suficiente; asimismo, abandonar la figura de la comisión especial permitiría presentar dictámenes al pleno de la Cámara de Diputados, en lugar de depender de otras comisiones que obstaculizan las reformas; en este sentido, también es necesario formalizar el Consejo Consultivo de la Comisión que da seguimiento a atentados, mediante un decreto de la Cámara de Diputados, al constituir un valioso aporte de la sociedad civil en un tema en extremo delicado.

Pese a todo esto, la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y FELAP-México felicita a los colegas que en todo el país y el mundo desarrollan con valor, entrega y auténtico compromiso social, la difícil y arriesgada labor de comunicar a los pueblos, denunciar los abusos, y reconocer avances, en un equilibrio plural de la información”.

“Unidos por la palabra libre”, lo suscriben Roberto Piñón Olivas, presidente de FAPERMEX y Teodoro Rentería Arróyave, vicepresidente de FELAP-México.

A propósito del día de “la libertad de prensa”. Lucha ideológica, lucha de intereses, Juan Carlos Camaño, presidente de FELAP, lanza el siguiente comunicado:

“Durante casi dos semanas, desde el 8 de abril próximo pasado, una delegación de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) visitó China: algunas de sus ciudades y zonas de desarrollo económico. Se entrevistó con los principales miembros de la Asociación Nacional de Periodistas del país, con directores de diarios, radios, agencias de noticias y medios televisivos. Y, en un fructífero intercambio de ideas, que habrá de prolongarse en futuros encuentros y actividades compartidas, escuchó a las periodistas y a los periodistas de China cuestionar el rol de la prensa occidental, por su insistencia en deformar y mentir respecto de lo que piensa y hace China en este mundo.

Gran parte de la prensa occidental al referirse al rol de los medios de comunicación chinos y al ejercicio de la profesión, sostiene que “la libertad de prensa es inexistente, a partir de que el Estado y el Partido Comunista, digitan y manipulan la información”. Después de haber estado en China, después de haber escuchado a las y los colegas de dicho país explicar de qué se trata su tarea y cuál es el rol de los medios, la FELAP no hizo más que corroborar que, hoy como antaño, las luchas ideológicas y políticas no han sido sepultadas, por más que en los últimos treinta años el “pensamiento único” de los dueños del dinero lo haya intentado con muchísimo ahínco y repetidos crímenes masivos. Ahogando en sangre –periodistas desaparecidos, asesinados, perseguidos- la libertad de expresión de millones de personas, sometidas a injusticias, comúnmente analizadas por la prensa de los dueños del dinero como problemas del “desarrollo” y el “subdesarrollo”. Y como consecuencias colaterales e “indeseadas” de la expansión capitalista a escala global. Es decir, esto que tenemos: un planeta al borde de su desaparición en pocas décadas más, y a tres cuartas partes de la humanidad padeciendo diferentes formas de miserias y epidemias, en medio de distintas escalas de violencia, real y virtual.

“La libertad de prensa” es buena cuando acompaña la entrada de las tropas de invasión a Irak, y transmite y retransmite, con lujos de detalles, las bondades de la tecnología de exterminio. “La libertad de prensa” es mala cuando, por ejemplo –para citar tan sólo un ejemplo entre millones- los medios de comunicación y las/os periodistas de China explican y acompañan, hasta donde se lo entiende conveniente a partir de los secretos de Estado, el despliegue posicional en las aguas del Océano Indico, para controlar rutas de petróleo que figuran en el mapa del insaciable deseo del Pentágono y de sus medios de comunicación, defensores de la “libertad de prensa”.

La idealización de la “libertad de prensa” en abstracto es, convengamos, una mojigatería. Sigue sin ser ociosa la pregunta: ¿libertad de prensa para qué, para quiénes?”

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.

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