Carta abierta al presidente Barack Obama y la Sra. Hillary Clinton
- Opinión
El 17 de mayo del año pasado (2008) me sentí movido a escribirles una Carta Abierta, como hermano y hermana en Cristo, en medio de la dura campaña política en que estaban ustedes empeñados como adversarios, dentro de un mismo partido. Antes, en septiembre del 2004 había escrito al presidente Bush, que felizmente pone fin a una de las gestiones más bochornosas que se recuerdan en la historia de su país.
En ella le decíamos “Hoy su imperio se ha ensañado con una de las regiones más ricas en petróleo y en historia, de la tierra: el Oriente Medio. Pero su sombra se cierne sobre el resto de la humanidad sufriente y descreída, después de tanta crueldad y tanta mentira, manifestadas en el nazismo, en estalinismo, o en el capitalismo imperial, que usted representa, en su forma más descarada y cínica.”
En cuanto a la carta a ustedes dirigida, yo les confesaba honestamente, que rogábamos “por la hora en que las murallas de vuestra Babel contemporánea cayeran definitivamente, para bien de vuestro pueblo, y alivio de una humanidad que, desde tiempos de Bolívar y Martí, ha experimentado lo que el Prof. Chomsky, con gran lucidez y valentía ha denunciado: a vuestro gobierno como Primer estado terrorista de la tierra”.
A ello añadimos, que ustedes llegan en un tiempo propicio para sacudirse las cadenas de la “Ideología de la Seguridad Nacional” que tanta muerte y destrucción trajo a nuestros pueblos del continente, promovida por alguno de vuestros propios gobernantes; ideología que a ustedes hace ya largo tiempo les tiene cautivos, sean ustedes conscientes o no de ello. Tiempo propicio también para que empiecen, junto a su pueblo, a vislumbrar ese “otro mundo posible” que desde Porto Alegre, Brasil, nosotros estamos proclamando al mundo entero como el gran desafío y la gran esperanza para nuestra generación. El ejemplo de Lincoln y Martín Luther King, el gigantesco símbolo viviente de Nelson Mandela, y sobre todo las demandas de los profetas y del Evangelio, constituyen la mayor inspiración y aliciente para llevar adelante ese sueño y esa esperanza.
Es evidente que ustedes han sido elegidos por su pueblo, para lograr los cambios profundos que estamos necesitando en nuestra América y en toda la tierra. Enumerarlos sería repetir lo que obreros, estudiantes, profesionales, ONGs, organizaciones culturales y religiosas, pueblos indígenas y otros sectores de nuestra generación están reclamando con creciente pasión e impaciencia. Por eso les recomendamos encarecidamente la lectura de la Carta Abierta del Dr. Chandrá Muzaffar, Presidente del Movimiento Internacional por Mundo Justo (JUST), de Malasia, así como la carta de las Organizaciones no-gubernamentales y Religiosas de vuestro país al Presidente electo, sobre: “Una política justa de los EE.UU. de Norte América hacia América Latina”.
Estamos seguros que el escuchar humildemente estas voces que vienen directamente de nuestros pueblos, y responder honesta y firmemente a sus demandas, hará que vuestro gobierno pase a la historia como genuinamente democrático, sabio y sensible a las grandes prioridades que todavía pueden salvarnos, como familia humana de una verdadera y definitiva catástrofe universal.
La palabra con que el Profeta Isaías define al Servidor de Dios, llamado a producir una verdadera transformación de nuestra sociedad declara: “He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones… No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra” (Isaías 42:4)
Ella puede ser el motor que les movilice y nos movilice a todos, como familia humana, hacia ese “otro mundo posible” que cada día se hace más urgente e impostergable.
Desde estas tierras latinoamericanas y caribeñas, que libres y unidas por el gran sueño de Bolívar, San Martín, y otros grandes próceres que ha dado nuestro continente, quieren en el espíritu liberador de Jesucristo, “Príncipe de Paz” ofrecer su ofrenda de libertad, justicia y paz a la humanidad entera, les saluda con viva esperanza y en un fraternal abrazo.
Federico J. Pagura, Obispo Emérito de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina.
Ex miembro del Presidium del Consejo Mundial de Iglesias (Ginebra-Suiza)
Ex Presidente fundador del CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias).
Ex Presidente fundador del MEDH (Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos) en Argentina.
Fuente: Agencia de Noticias Prensa Ecuménica, Montevideo Uruguay
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