Por la Paz, contra el Terrorismo

Declaración Final de la VII Cumbre Social

28/11/2008
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Las y los participantes de la VII Cumbre Social, representantes de movimientos sociales, académicos, parlamentarios, dirigentes políticos, juveniles y sindicales, juntas parroquiales y concejos municipales,   nos pronunciamos por la defensa de la paz mundial y alertamos sobre las distintas formas de terrorismo internacional como el narcoterrorismo, las invasiones a países, el paramilitarismo, el ciberterrorismo, las nuevas modalidades del mercenarismo, la criminalización de las migraciones, de los movimientos sociales y de los pueblos indígenas, y el saqueo cultural de los pueblos;

Instamos a los países latinoamericanos y caribeños a ratificar la Convención Internacional contra la Utilización de Mercenarios y crear legislación común para impedir que empresas militares y de seguridad privada, nacionales o trasnacionales, en su único afán de lucro, se apropien de funciones inherentes a los Estados, como es el monopolio del uso legítimo de la fuerza;

Manifestamos nuestra preocupación por la persistencia del conflicto en la hermana República de Colombia y su exportación a países limítrofes, que además de víctimas ha dejado un saldo de más de cuatro millones de desplazados internos, e instamos a seguir los esfuerzos para lograr un acuerdo humanitario entre el gobierno y los grupos insurgentes en el camino de la pacificación del país;

Nos solidarizamos con la resistencia del pueblo iraquí a la invasión de tropas estadounidenses. Alertamos que muchos desplazamientos realizados por las fuerzas de ocupación se deben al saqueo de los recursos naturales de ese país;

Advertimos sobre la grave crisis alimentaria y el saqueo de las riquezas naturales del África en el contexto neocolonial, e instamos a intensificar acciones de integración entre gobiernos, parlamentos y pueblos de África y América Latina y el Caribe;

Elevar a la II Cumbre América del Sur – África de Jefes de Estado y de Gobierno a celebrarse en Margarita, Venezuela, en el mes de noviembre de 2008, la consulta sobre la conformación de un Grupo Parlamentario, África - América Latina y el Caribe como mecanismo parlamentario permanente que contribuya a fortalecer las relaciones de cooperación Sur-Sur entre nuestras dos Regiones;

Exhortamos a los gobiernos de América Latina y del Caribe a tomar iniciativas para atender a las comunidades afrodescendientes en condición de exclusión y pobreza; fortalecer la incorporación de las y los cultores y a la cultura popular en el sistema educativo, como vehículo para el impulso de la cultura afrodescendiente y desarrollar una política de articulación internacional con organizaciones y movimientos sociales de las Américas, el Caribe y África, que luchan contra el racismo, la exclusión y los procesos de liberación, aunándose a la construcción de un mundo multipolar y anti-imperialista en Latinoamérica y el Caribe;

Exigimos a los gobiernos de los principales países industrializados cumplir con las metas del protocolo de Kyoto para reducir la emisión de gases que producen el efecto invernadero y la destrucción de la capa de ozono;

Alentamos a fortalecer las alianzas entre los pueblos, las organizaciones sociales, los organismos internacionales y los Estados con el objetivo de potenciar las propuestas ambientales y defender los intereses y derechos de los pueblos en los procesos globales de cambio climático;

Nos solidarizamos con los pueblos del Caribe, nuestros hermanos de Cuba y Haití, ante los terribles desastres naturales. Instamos a los Estados a reconocer la deuda ecológica contraída por los principales países industrializados responsables del cambio climático y que adopten planes y medidas de reparación dirigidos directamente a los pueblos severamente afectados;

Asimismo, alertamos sobre la creciente biopiratería, el saqueo de los recursos naturales y el conocimiento ancestral de los pueblos originarios;

Manifestamos nuestra solidaridad plena con la lucha por la liberación de los cinco antiterroristas cubanos presos, rehenes del gobierno estadounidense y exigimos su inmediata liberación;

Alertamos sobre el terrorismo mediático manejado por las grandes corporaciones de la información y la comunicación e instamos a la democratización del espectro radiofónico y a la creación de un amplio espacio público que garantice una información veraz y oportuna;

Convencidos de que la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – ALBA, propuesta por el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, en ocasión de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe – AEC, celebrada en la Isla de Margarita en diciembre del año 2001, fija el derecho inalienable de los pueblos latinoamericanos y caribeños a desarrollarse a través de la justicia social, el respeto a los Derechos Humanos, la solidaridad, la cooperación, la complementariedad y el respeto a la soberanía de los pueblos.

Convencidos en que el logro de los objetivos del ALBA, requiere de un marco institucional a fin de mejorar, promover y alcanzar, dentro de un espacio de solidaridad, los más altos niveles de cooperación, creando un espacio común que fortalezca la democracia participativa en el desarrollo del proceso de integración, proponemos, la creación del Parlamento del ALBA y, encomendamos, a la Vicepresidencia de Relaciones Interinstitucionales del Grupo Parlamentario Venezolano del Parlamento Latinoamericano y a la Comisión de Asuntos Económicos, Deuda Social y Desarrollo Regional del Parlamento Latinoamericano, conjuntamente con los movimientos sociales, la elaboración de la propuesta del Parlamento del ALBA para elevarla a los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros del ALBA.

Analizamos a su vez la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América como plataforma para la construcción del socialismo indoamericano del siglo XXI, apoyando los justos reclamos para el respeto de los derechos colectivos de los pueblos originarios de nuestra América y el África. Los pueblos Indígenas consideramos al ALBA como medio de interacción y acercamiento entre Estados, gobiernos y movimientos sociales;

Denunciamos que las demandas autonómicas en distintos países de la región son una fórmula coordinada para la desestabilización, contra la integración y la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños;

Tras analizar los procesos de transformación social e institucional en marcha en la región y los desafíos para una unión regional genuina y solidaria, instamos a los gobiernos a coordinar sus políticas de modo de avanzar y consolidar estos procesos;

Instamos a analizar cambios de paradigma en las formas de organización, participación y democracia que conllevan a transitar el camino de los socialismos del siglo XXI, con criterios ajustados a la idiosincrasia y realidad de cada una de las naciones. Asimismo, respaldamos el empoderamiento de la mujer en la toma de decisiones de nuestras sociedades y en la construcción de los socialismos del siglo XXI;

Alertamos sobre la actual crisis del capitalismo y los eventuales efectos de la misma sobre las economías de los pueblos emergentes. Instamos a proseguir en la construcción de una nueva arquitectura financiera de la integración (a través de, por ejemplo, el Banco del Sur y el Banco del Alba) e incentivar programas comunes de combate a la pobreza y de inclusión social;

Consideramos a la pobreza como una violación flagrante a los derechos humanos y alertamos sobre el incumplimiento de las llamadas Metas del Milenio, a la vez que ratificamos la necesidad de contar con metas propias de América Latina y el Caribe partiendo del concepto de garantizar el disfrute pleno de estos derechos, tal como lo ha aprobado el Parlamento Latinoamericano con su Carta de los Derechos Sociales, Económicos, Culturales y Ambientales;

Consideramos que la igualdad plena entre mujeres y hombres es clave para superar las barreras de la pobreza y exclusión que afectan el desarrollo en América Latina y al mundo; para lograrlo es clave fortalecer las iniciativas que aseguren a las mujeres una vida libre de violencia, la apertura de los espacios de participación económica, la organización y el fortalecimiento de la participación de las mujeres en los movimientos de solidaridad internacional;

Consideramos al ALBA como una plataforma viable para la unión y el desarrollo educativo, cultural, sanitario y deportivo de nuestra América, como instrumento para la consolidación de la unidad regional. Asimismo, reconocemos a las misiones sociales venezolanas, que trabajan en el empoderamiento del pueblo;

Demandamos luchar por el respeto a la soberanía tecnológica y de telecomunicaciones en América Latina y el Caribe, indispensable para la transformación de nuestros estados, y nos complace el lanzamiento del satélite espacial venezolano Simón Bolívar;

Instamos a seguir apoyando a los medios populares de comunicación como instrumento para el empoderamiento de los movimientos sociales y la democracia comunicacional, y a continuar tejiendo redes con estos voceros populares;

Habiendo analizado los factores que atentan contra la seguridad y paz regional y respaldando la conformación de un sistema de defensa latinoamericano y caribeño,

Alertamos sobre la persistencia de la exclusión social, el racismo, discriminación y xenofobia en nuestras sociedades y saludamos el hermanamiento de las alcaldías de Goré, Senegal, y la venezolana de Acevedo;

Discutimos bajo la perspectiva de la Teología de la Liberación la destrucción que ha significado el período neoliberal, con un aumento del número de pobres por la fuerza del capitalismo, y su conexión con las teologías feminista, indígena, afrodescendiente, todos ellos esfuerzos para pensar teológicamente las alternativas a un sistema capitalista destructor;

Exigimos:

- El cierre definitivo de las bases militares estadounidenses, y de cualquier otra nación extranjera en países de América Latina y el Caribe, y la prohibición de instalar nuevas bases  militares en nuestro continente;

-El retiro inmediato de la IV Flota de la Armada estadounidense de nuestros mares, por vulnerar la soberanía de los pueblos;

-El retiro inmediato de Minustah en Haití y su reemplazo por delegaciones de solidaridad, cooperación, técnica y reconstrucción. Exigimos la cancelación de la deuda externa ilegítima que ahora al pueblo haitiano;

-El fin del Plan Colombia y de la Iniciativa Mérida por profundizar la injerencia militar estadounidense y contribuir a la militarización de nuestros países;

-El pleno respeto de los derechos de los migrantes y la destrucción del “muro de la vergüenza” en la frontera EEUU – México;

Saludamos la decisión soberana del pueblo y el gobierno ecuatoriano de cerrar,  en el 2009, la Base Militar de Manta;

Condenamos los actos terroristas de la derecha boliviana, apoyada por el gobierno estadounidense, y el genocidio perpetrado en la provincia de Pando. Nos solidarizamos con la lucha de resistencia del pueblo, de los movimientos sociales de Bolivia y del mundo a favor de la democracia, la justicia social, la libertad y la consolidación de un mundo libre de racismo;

Alertamos que estas acciones genocidas se suman a los reiterados intentos de magnicidio contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dentro de los planes de los grupos oligárquicos, apoyados por factores externos. Condenamos, asimismo, todo intento para desestabilizar el proceso de la revolución bolivariana, a la cual sumamos nuestro apoyo y aliento.

En Caracas, a los 27 días del mes de septiembre de 2008, declaramos que en un mundo con modelos neoliberales fracasados, que privatiza las ganancias y socializa la pobreza, otro mundo es posible sólo mediante la cooperación, la complementación y la solidaridad entre nuestros pueblos, constituyéndose en la única alternativa válida para el rescate de la humanidad.


Caracas, 27 de septiembre de 2008

https://www.alainet.org/es/articulo/131260?language=en
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