¿Las fórmulas que hoy discutimos serán viables en un marco de crisis?

Escenarios: del paraíso al infierno, en pocos meses

01/12/2008
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Las tres mayores economías de la región -Brasil, México y Argentina- tendrán elecciones presidenciales entre el 2010 y el 2012. Otros países de menor tamaño tendrán comicios desde antes. Para el próximo año están programadas elecciones en Ecuador, Uruguay y Chile, entre otros. En el 2011 habrá comicios presidenciales en Perú.

“Actualmente, con excepción de lo que ocurre en Uruguay, en América Latina no hay densidad del ciclo político. El ciclo político va a empezar en el 2010 (...) Chile tiene elecciones de los primeros, pero no lo vemos como un 'issue' (problema)", dijo Francisco Santiso, director de OCDE al presentar en Chile un informe de la sobre perspectivas económicas en América Latina.

"Si la crisis hubiera estallado en este contexto (de elecciones), pues obviamente hubiésemos tenido quizás muchísima más preocupación (...) porque en promedio en América Latina el tipo de cambio ajusta en los meses que siguen a las elecciones presidenciales", agregó el especialista.

Según cálculos recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región tendría un crecimiento de no más de un 3 por ciento en el 2009, frente al superior a dos dígitos  que se espera para el 2008 en el caso de Uruguay que, de cumplirse las previsiones sufriría una desaceleración muy fuerte.

Sin embargo, como podremos sostener con una visión de aceptación electoral, como ocurre en el oficialismo, de presuntas candidaturas – fijado este marco de crisis – que quiera llevar a la Presidencia de la República, a un ex ministro de Economía, o a ex un ministro de Ganadería Agricultura y Pesca o, con alguna menos chance, a un actual ministro de Industrias y Energía. O una eventual fórmula integrada por dos de ellos o quizás más ciudadanos miembros también, en distintas responsabilidades, del gobierno.

Entonces parecería evidente que los escenarios que han imaginado politólogos y la mayoría de los operadores políticos para medir las posibilidades de los distintos candidatos en las próximas elecciones de octubre del 2009, han carecido de un aditamento esencial. No han vinculado sus análisis a la valoración de cuál será la situación del país, sin tener en cuenta que más de un analista sitúa el vórtice de la conflagración económica, producto de la actual crisis mundial del sistema, en el mes de marzo de ese mismo año.

Sobre la extensión de la crisis mundial decíamos en una nota publicada hace algunos días que, Michael Spence (premio Nobel de Economía de 2001) en un reportaje publicado por LA NACIÓN de Buenos Aires, indicó que “no me sorprendería que hubiese una recesión global de dos o tres años” Y agregó: “La profundidad de la crisis dependerá de las medidas de estímulo fiscal que se tomen para evitar una pérdida masiva de empleos” Y en ello los uruguayos, que tenemos en el debe un importante aumento del gasto, vinculado insólitamente al crecimiento previsto, ¿qué posibilidades tenemos de realizar políticas de estímulo fiscal (o sea de posibles reducciones impositivas), porque el margen que ha quedado para ello es más que mínimo.  La actual política de enlentecimiento de la adaptación del precio de los combustibles a la baja es, nos parece, un claro síntoma de ello.

¿Entonces? ¿Es posible dibujar un escenario de difícil crisis económica, con caída de la actividad y reducción del empleo? Lo es, sin duda, así lo dice toda la información que se tiene a mano y poco valen las explicaciones dadas desde el gobierno, que sostienen que Uruguay de alguna manera tiene blindada su situación financiera. Claro, desde el punto de vista financiero existen reservas suficientes para que las entidades financieras  resistan mucho más que en la crisis del 2002, cuando luego de la conflagración en la Argentina, el contagio en Uruguay determinó la “muerte” de todos los bancos de capital nacional en una crisis inédita que fue manejada con más errores que aciertos por el gobierno de Jorge Batlle  con un resultado final que, al pasar la raya final  sobre lo actuado, determinó el derrumbe del partido Colorado, una organización política que se había especializado en manejar el gobierno del país.

Si el escenario que proyectan algunos analistas es tan agudo como sostienen, nuestra economía tendría un “parate” muy serio, que determinaría consecuencias, impensadas, mucho mayores a las que actualmente comenzaron a despuntar, en las que se están verificando pérdidas de mercados y reducción de precios de las materias primas, con situaciones de crisis que ya han ganado los titulares de la prensa. Cuando escribimos este trabajo se informa del ingreso de más de seis mil solicitudes al servicio de desempleo del BPS tan solo computados los meses de octubre y noviembre.  Las previsiones para el verano no son nada halagüeñas, porque el peso de la crisis seguirá aumentando paulatinamente en una progresión que llegaría a su máxima expresión en el mes de marzo. Ello según algunas opiniones.

Mientras tanto el
mundo está sediento de dólares y EEUU está dispuesto, al parecer, a suministrarlos. En un ataque frontal a la peor crisis del capitalismo desde la Gran Depresión, está asumiendo el papel tanto de prestamista como de prestatario de último recurso para la economía mundial, indica un despacho de la agencia Bloomberg.

La Reserva Federal, que ya ha prestado cientos de miles de millones de dólares, podría adoptar formalmente una política de inundar el sistema financiero mundial con aún más dinero. º

Es posible que el Tesoro, que se encamina a tomar prestados unos US$ 1,5 billones este ejercicio fiscal, recurra a los mercados de capital mundiales en busca de aún más para financiar un paquete de estímulo fiscal de hasta US$ 700.000 millones y suministrar dinero adicional de rescate a los bancos. Un “empapelamiento” de los mercados del mundo con el billete verde que, evidentemente por su abundancia, ingresará como medio de pago en una crisis de valor.

“Uno quiere hacer todo lo posible cuando encara la amenaza de un resquebrajamiento deflacionario de la economía”, dice Michael Feroli, ex funcionario de la Fed que ahora se desempeña como economista en JPMorgan Chase & Co. en Nueva York. Feroli espera que el banco central baje la tasa de interés de los préstamos de 24 horas a cero en enero y que la mantenga ahí todo el año.

El presidente de la Fed, Ben S. Bernanke, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, se ven forzados a tomar medidas verdaderamente radicales porque los métodos extraordinarios que han usado hasta la fecha no han producido los efectos previstos. Los mercados de crédito se derrumban, los precios de las acciones se vienen abajo y la economía mundial se hunde en una recesión.

Mientras la economía se deteriora, la deflación --un descenso sostenido de los salarios y los precios-- surge como una nueva amenaza. Estadísticas emitidas por el Gobierno de EEUU la semana pasada mostraron que los precios al consumidor, excluidos los costos de alimentos y combustibles, cayeron en octubre por vez primera desde 1982.

Pero, en todo este panorama hay otro tema preocupante. Muchos actores políticos, quizás por estar inmersos en una estructura informativa cerrada, no advierten (o se niegan a hacerlo) la profundidad y la vastedad de lo que está ocurriendo en el país. Por ejemplo, en los ámbitos turísticos se sigue manejando como prácticamente consolidada una temporada buena o medianamente buena, sin tener en cuenta la enorme cantidad de información que está mostrando lo contrario.  Hace pocas horas la Organización Mundial del Turismo (OMT) trazó un panorama desolador para los próximos meses, calificando uno de sus voceros a los resultados de la actual crisis financiera como “uno de los peores reveses de la historia” del sector.

El subsecretario general de la OMT, Geoffrey Lipman, aseguró ayer que la crisis financiera está asentando al turismo “uno de los peores reveses de la historia”.  Estas valoraciones, a las que podríamos agregar algunas que están vinculadas con los “negocios” que tiene previstos Uruguay, por ejemplo en materia de la actividad de cruceros. Unos de los capitostes de este negocio declaró en Miami que la actividad este verano en el sur se verá claramente resentida por la situación.

Sobre el tema de los cruceros no hubo respuesta oficial, pero en torno a la crisis denunciada por la OMT, la subsecretaria de Turismo, Lilián Kechichian, hizo pública una particular interpretación de la información. Que los datos manejados por el organismo ecuménico de Turismo está referido “a los viajes de larga distancia que serán los más afectados”.

Reafirmó a paso seguido que “Uruguay está jugado a los turistas de Argentina y Brasil…” ¿Qué quiso decir la funcionaria? Es que abriga esperanzas de que Uruguay, aunque los precios relativos en Punta del Este estén por encima de la media de la región, de que los turistas igualmente llenen nuestros hoteles, desborden los restaurantes y saturen las playas.

En este rubro como en muchos otros, quizás por la inminencia del acto electoral que se concretará en octubre del año próximo, que exista el convencimiento en muchos funcionarios de que es necesario plantear una situación absolutamente edulcorada, como si nuestro país estuviera fuera de la realidad mundial, latinoamericana y regional, de un férreo blindaje financiero que, al parecer, se debería extender a la economía real, que tanto se utiliza, se convierta en una muletilla que ante una crisis desencadenada, no tendría explicación plausible.

La crisis del sistema que vive el mundo y, sus coletazos sobre nuestro país, no son aquí responsabilidad de nadie, aunque algunos sigan tratando de mostrar realidades imposibles de sostener. ¿A qué se debe esa necesidad por la progresión del éxito? Lo que sí es responsabilidad del gobierno es adoptar las medidas más convenientes para que la gente sufra menos como consecuencia de la situación.

Por ello, es necesario plantearse a esta altura de los acontecimientos, cuando todavía no nos estamos bañando en las peores aguas de la crisis, con sus secuelas de recesión y desocupación ¿cómo quedará iluminado el escenario electoral? ¿Las fórmulas de candidatos que hoy se manejan como posibles serán viables para la gente en esa nueva situación? Y además, lo escencial:
no parece claro el camino que se abre, más necesario que nunca, a la lucha por el socialismo del siglo XXI, una alternativa fundamental, que está alejada – parecería- de la estructura de valores que se utilizan para la imposición de candidatos.

Son las alternativas que viviremos todos en los próximos meses y que si no se manejan con cuidado, pueden conllevar a peores males y deterioros mayores a los previstos.

- Carlos Santiago es periodista. Bitácora, Uruguay.

https://www.alainet.org/es/articulo/131175

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