Presal: una riqueza aún inmensurable y que debe ser del pueblo brasileño

22/09/2008
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La importancia del descubrimiento del petróleo en la capa presal es tan grandiosa que todavía es imposible cuantificarla con precisión. Pero es una riqueza suficiente para acabar con la pobreza en nuestro país. El único peligro es si, una vez más, esa riqueza fuera saqueada por las transnacionales del petróleo y por una pequeña elite brasileña que enriquece, hace 500 años, traicionando los intereses del país. Es el pueblo brasileño que necesita apoderarse de esa riqueza.

 

Esa riqueza da a nosotros las mejores condiciones para enfrentar los principales problemas sociales que hacen de nuestro país el campeón del mundo en desigualdad social – o bien, frente la magnitud e importancia de esas reservas de petróleo, perder lo que nos queda de soberanía política, capitulando a los intereses imperialistas. 

 

El descubrimiento de yacimientos petroleros tan importantes en un momento en lo cual el producto escasea, produce el efecto de alterar el significado de nuestro país en el sistema mundial.

 

Sabemos que el control de los yacimientos de petróleo  es uno de los objetivos centrales del imperialismo. Las presiones de las grandes corporaciones y de los intereses estratégicos estadounidenses para controlar esa inmensa riqueza serán enormes, tanto en el campo político como económico y militar. Es en ese contexto que han reactivado la Cuarta Flota Naval, con claro intento intimidatorio.

 

El descubrimiento de esos inmensos yacimientos nos pone en una gran encrucijada: construir un proyecto político de soberanía nacional y popular o continuar siendo proveedores de nuestras riquezas naturales al capital internacional.

 

El agravamiento de la crisis económica de los EE.UU. intensifica ese cuadro, pero abre nuevas posibilidades para los proyectos populares. Intensificación de la crisis económica en el plano internacional y descubrimiento de riquezas gigantescas en nuestro país: estamos ante una nueva coyuntura que se nos exige respuestas políticas.

 

Se trata de una oportunidad histórica decisiva y el pueblo debe ser el protagonista de ese debate. Conocemos el papel de los grandes medios de comunicación y sabemos que estarán alineados en la defensa de las transnacionales y del imperio.

 

 La clase dominante brasileña ya viene entregando la riqueza del petróleo hace años. La llamada Ley del Petróleo, del gobierno FHC, rompió el monopolio estatal de la explotación, desarrollo y producción del combustible, y ha posibilitado la apertura de capital de la Petrobrás.

 

 A través de esa legislación entreguista del gobierno FHC, el gobierno federal concedió más de 500 bloques de explotación para 72 grupos económicos distintos, cuya mitad es controlada por el capital internacional. Revocar esa ley es una necesidad central para la lucha popular.

 

Nuestro objetivo debe ser el de asegurar que las riquezas del petróleo sean utilizadas para solucionar nuestros problemas sociales. Los recursos naturales pertenecen al pueblo y nuestra soberanía, incluso sobre las 200 millas, lo que no puede ser cuestionado.

 

 Con ese objetivo, lo fundamental es estimular el más amplio debate para buscar la mejor solución para el pueblo brasileño. Nuestras principales energías deben volverse para construir la campaña “El Petróleo tiene que ser nuestro!” , involucrando a todas las fuerzas dispuestas a luchar por nuestra soberanía nacional, sin ningún tipo de sectarismo o exclusión.

 

Entre las propuestas planteadas en el campo popular, nos parece que la más interesante es la de luchar por la creación de un Fondo Constitucional que vincule las riquezas del petróleo con las necesidades sociales del pueblo brasileño. Inscribir en la Constitución Federal la regla que vincule las riquezas obtenidas por el petróleo con la educación, salud, habitación, reforma agraria y desarrollo.

 

En ese momento, las banderas capaces de unificar todas las fuerzas sociales son:

 

1º) las luchas por cambios de los marcos de regulación heredados del gobierno de Fernando Henrique Cardoso;

 

2º) la inmediata interrupción de las subastas de los bloques exploratorios;

 

 3º) no aceptar la explotación del aceite crudo, posibilitando que las riquezas del petróleo sean asociadas al nuestro desarrollo industrial.

 

En el momento actual de fragmentación de las fuerzas y articulaciones populares, la construcción de esa campaña amplia nos exigirá esfuerzos de reconstrucción de la unidad popular. Es necesario percibir que la lucha por la soberanía nacional y popular se sobrepone a las disputas sindicales, electorales y a las divergencias partidarias. Será preciso convencer a los luchadores sobre la importancia de construir esa campaña, ejerciendo toda la habilidad y paciencia para huir de las trampas que imposibilitan la construcción de la amplia unidad, necesaria para responder a ese desafío.

 

Enfrentamos un desafío decisivo para el Proyecto Popular. Sin abandonar las otras reivindicaciones y banderas de lucha, precisamos construir una amplia unidad de todas las fuerzas políticas y sociales comprometidas con la soberanía nacional.

 

Pátria Libre. іVenceremos!

 

São Paulo, 12 de septiembre de 2008.

 

Consulta Popular

Secretaria Operativa Nacional

secretaria@consultapopular.org.br

 

Página web: www.consultapopular.org.br

https://www.alainet.org/es/articulo/129916

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