Más de 50.000 niños han requerido atención hospitalaria al momento de escribir este comentario. De ellos casi 14.000 han quedado internados, más de 100 están graves y cuatro han muerto. La causa: cálculos en los riñones que, en ciertos casos, podrían derivar en cáncer, siendo la mayoría de los niños afectados menores de dos años.

Más allá de las cifras, y de lo terriblemente dolorosa que es la enfermedad, lo que más indigna es la explicación que se ha dado a cuentagotas a la opinión pública, de parte de las autoridades del gobierno comunista. Al menos una gran empresa estatal, SANLU, ha reconocido que a más de 22 marcas de leche se le ha agregado, para darle mayor "consistencia", una sustancia química de alta toxicidad llamada melamina. Sustancia usada en otras oportunidades para simular cual si fuere proteínas, el que se le hubiera agregado agua a la leche de venta comercial.

No se trata pues, como algunos han pretendido explicar, de una lamentable contaminación. Se trata más bien, de un negocio, de un vil negocio basado en el dolor infantil.

Como antecedente sucedido en los Estados Unidos, tenemos que el año pasado se reportaron envenenamientos de miles de animales de granja alimentados con productos importados de China, que contenían melamina, lo que permite presumir que dicha práctica engañosa, o sea, que el inhumano negocio, ya tiene sus años de estar en práctica. Aunque todavía no se han determinado efectos en las personas que consumieran, entre otros, carne de cerdo, calamares, pescados y carne de bovinos, alimentados con proteína mezclada con melamina, tal vez éste sería el momento para prestarle mayor atención a dicha amenaza.

Para el caso de Costa Rica, sugerimos a las autoridades de salud atender con prontitud lo que podría suceder en nuestro país, en virtud de que también fue detectada la presencia de melamina en leche de marca Nestlé producida en China y vendida en Hong Kong, por lo que el asunto no se limita a la parte continental del gigantesco país asiático. Además porque se ha confirmado la presencia del tóxico en galletas, golosinas y otros productos de gran atractivo para la niñez. No vaya a suceder que, en vista de los deficientes controles que se ejercen para ciertos productos de importación, se vaya a repetir lo sucedido hace un tiempo con una pasta dental contaminada que, si no hubiere sido por los mismos comerciantes, se hubiera vendido sin regulación alguna en los muy populares locales comerciales de propietarios chinos.

- Freddy Pacheco es catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica.