Comienzan las reflexiones sobre el fracaso de la OMC y los pasos a seguir

07/08/2008
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  • Opinión
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Los funcionarios de los países miembros de la OMC, al igual que la Secretaría, buscan la manera de juntar los pedazos tras el colapso de las negociaciones de la OMC en Ginebra la noche anterior, para poder salvar la Ronda de Doha, o por lo menos algunos de sus componentes.

Tanto los delegados como el personal de la secretaría todavía se están recuperando del golpe que significó el fracaso de las negociaciones el martes (29 de julio) de noche. Un fracaso que se produjo después de una suerte de montaña rusa, que durante nueve días los tuvo en vilo. Primero hubo una combinación de reuniones abiertas (de todos los miembros de la OMC) y de “Sala verde” (con 30 o 40 ministros seleccionados), y posteriormente, un largo período de espera (los últimos siete días) de la gran mayoría de los ministros y funcionarios, por los resultados de la reunión del G7.

Tal como lo describían algunos diplomáticos, la “mini Ministerial” de las 30/40 delegaciones se había transformado en la “micro Ministerial” de los 7 ministros del G7 más el Director General de la OMC Pascal Lamy.

Si bien se habían logrado avances en una serie de temas, en varios de los temas claves en agricultura y el NAMA, las conversaciones estaban estancadas. El borrador que presentó Lamy al G7 el viernes, era bastante frágil. Aunque se lo introdujo en la Sala Verde como documento proveniente del G7, la propiedad y autoría del documento siempre estuvo en duda.

El Ministro de Comercio de la India, Kamal Nath dijo en la reunión del G33 el sábado que había objetado la redacción del mecanismo de salvaguardia especial (SSM) y que se estaba retirando de la reunión del G7 cuando lo convencieron de quedarse para evitar dar la impresión de que las conversaciones habían fracasado.

Siempre había quedado claro que India no había estado de acuerdo con el borrador de Lamy. A los pocos días, quedó claro que tampoco China estaba de acuerdo. El “avance importante” del borrador fue el apoyo inequívoco que recibió de Brasil, quizá el miembro que más abogó por concluir las modalidades esa semana y la Ronda el próximo año. En los corredores (y en la prensa) se decía que había roto filas con India (su viejo socio del G4), y también con su socio en el Mercosur, Argentina, que se sabe es muy crítico con el texto del NAMA.

Mientras tanto, la frustración fue creciendo entre los 30 o más ministros que no integran el G7, que, habiendo sido especialmente invitados por Lamy a la Sala Verde, se encontraron con que tuvieron que esperar días enteros en el pasillo, mientras el G7 mantenía permanentes reuniones a horas insólitas tanto de día como de noche, y sin que se les dieran prácticamente noticias sobre lo que estaba sucediendo.

Cuando llegó el final, los principales países desarrollados, en especial Estados Unidos, señalaron específicamente al Mecanismo de Salvaguardia Especial (SSM por sus siglas en inglés) como el tema en que se había empantanado toda la negociación. La Representante Comercial de Estados Unidos, Susan Schwab intentó ganarles a todos de mano y conseguir legitimidad moral proclamando que estaba preservando los logros obtenidos en el sistema comercial en los últimos 5, 10, 30 años, de los embates de los proteccionistas liderados por India y China; y acusó a estos países de querer subir los aranceles agrícolas por encima de lo que ellos mismos ya habían acordado en la Ronda Uruguay.

Esto formó parte de un intento concertado por Estados Unidos para trasladar la culpa del fracaso a India y China, argumentando que estos países buscan de manera egoísta generar nuevos mecanismos proteccionistas. Este fuerte e inesperado ataque, especialmente contra China el lunes de mañana en la reunión informal del Comité de Negociaciones Comerciales, hizo sospechar a algunos observadores que Estados Unidos no quería un acuerdo, y que estaba preparando el terreno para que otros cargaran con la culpa.

En la reunión del G7, fuentes bien informadas de las delegaciones de India y China se sorprendieron ante la tenacidad con la que Schwab insistió en un gatillo disparador irracionalmente alto, primero de 150% y luego de 140%, (por sobre la base del volumen de importaciones) para que se pudiera aplicar el SSM para subir los aranceles por encima de los niveles consolidados antes de Doha. El 140% propuesto por Lamy fue rechazado por India, China y el G33 (y varios otros grupos de los países en desarrollo que se sumaron a esa postura) por ser demasiado alto. Argumentaron que alcanza con que la avalancha de importaciones llegue al 40% para que haya un daño grave para los agricultores.

Lamy trató de superar el callejón sin salida del SSM proponiendo un conjunto de principios que eliminaban el modelo del SSM, el cual había estado basado en las disposiciones de salvaguardia especial para la agricultura (SSG por sus siglas en inglés) y reemplazarlo por algo similar a la salvaguardia normal (el Acuerdo sobre Salvaguardias de la OMC, existente).

El texto de Lamy establecía la exigencia de “daño demostrable” a la seguridad alimentaria, los medios de sustento y el desarrollo rural antes de poder recurrir al SSM, un argumento contrario a la razón de ser de una salvaguardia especial (que es la posibilidad de actuar antes de que ocurra un daño grave). El procedimiento vinculante de solución de controversias de trámite rápido (60 días) también hacía al nuevo SSM menos atractivo que el sistema de solución de controversias habitual (cuyo plazo de finalización es bastante mayor a 60 días) que es el que se aplica a la salvaguardia normal.

A pesar de la existencia de estos elementos negativos tan importantes, Kamal Nath declaró a los medios que había aceptado el texto de Lamy (al menos como base de las negociaciones), pero que Estados Unidos lo había rechazado. A la mañana siguiente (martes), los funcionarios del G7 trabajaron durante tres horas para presentar un modelo de SSM alternativo, que entregaron a los Ministros del G7. Según Nath, Schwab rechazó el nuevo borrador. Ese rechazo final terminó de hundir las conversaciones.

Varios Ministros, funcionarios y diplomáticos han estado especulando si realmente fue el SSM el tema irreconciliable. Según un punto de vista ampliamente compartido, Estados Unidos no quería en realidad abordar el tema del algodón, que era el siguiente tema en la agenda del G7 una vez acordado el SSM.

Como Estados Unidos había acordado reducir el total de sus ayudas internas distorsionantes del comercio en un 70%, tendría que haber acordado una reducción en los subsidios al algodón mayor aún, ya que el mandato es que estos subsidios deben reducirse más, y más rápido que la tasa promedio o normal.

La Ley Agrícola estadounidense de 2008 establece que los subsidios al algodón deben mantenerse o incrementarse en los próximos cinco años, lo que haría muy difícil desde el punto de vista político y diplomático para Schwab ofrecer una reducción mayor al 70% de los subsidios del algodón.

Pero esto habría dejado en evidencia a Estados Unidos como responsable del fracaso de las negociaciones de Ginebra, mostrándolo como el villano que protege la riqueza de unos pocos miles de agricultores algodoneros mientras millones de agricultores de algodón africanos siguen languideciendo en la pobreza bajo la continuidad de las reglas injustas de un sistema de comercio dominado por la Ley Agrícola estadounidense.

La sospecha de que Estados Unidos no quería quedar en evidencia en el tema del algodón es el telón de fondo en el que se inscriben los comentarios de distintos Ministros de los países en desarrollo en las conferencias de prensa, cuando sugieren que el SSM podría no ser la real causa del fracaso de las negociaciones, sino apenas el chivo expiatorio elegido por una de las grandes potencias en su búsqueda para cargar las culpas a otro tema y a otros países.

Después de todo, a pesar de la descripción de Schwab sobre el potencial proteccionista del SSM, el propio Estados Unidos suele utilizar el SSG y también la salvaguardia normal. O sea, como la mayoría de los países en desarrollo no están habilitados a usar el SSG, es el caso del sartén diciéndole a la olla (o más bien a la posible futura olla, ya que el SSM ni siquiera existe todavía): apártate que me tiznas.

En palabras de la Ministra de Comercio de Indonesia Mari Pangestu, coordinadora del G33: “Es como acusarnos de un crimen que no cometimos”.

Mientras se van apagando los ecos, los diplomáticos y los funcionarios de la secretaría que permanecen en Ginebra ponderan los pasos a seguir.

La posibilidad de un “texto de Lamy” (conteniendo las posiciones de los distintos temas según su punto de vista) ya no existe. La siguiente opción, que los Presidentes de las negociaciones sobre agricultura y el NAMA presenten textos revisados actualizando los borradores que presentaron el 10 de julio con lo que ven como una posible convergencia a partir de las conversaciones de las pasadas dos semanas, también parece ser demasiado polémico como para intentarlo, al menos en esta etapa.

En su lugar, Lamy ha invitado a los dos Presidentes a preparar informes de situación sobre las negociaciones más recientes, los cuales se harán públicos en los próximos días. Presumiblemente estos informes no sólo contendrán una descripción de los acontecimientos y las negociaciones (la mayoría de ellas bilaterales o en pequeños grupos con los Presidentes), sino que también contendrán borradores de acuerdos o casi-acuerdos con o entre países individuales o grupos de países. Los informes presumiblemente también serán responsabilidad de los Presidentes.

¿Qué sucederá cuando la OMC vuelva de su receso de verano en agosto? Nadie lo puede decir ahora. Se especula que las reuniones ya anunciadas, por ejemplo la del grupo de Reglas, o la del grupo de facilitación del comercio, se realizarán. Pero la cuestión que está en el centro de la reflexión que muchos reclaman es si las reuniones de los grupos de agricultura y el NAMA se reanudarán.

El receso de agosto será el comienzo de ese ejercicio de reflexión.


Publicado en SUNS No. 6530, el 4 de agosto de 2008, Red del Tercer Mundo
www.twnside.org.sg

https://www.alainet.org/es/articulo/129174
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