La liberación de los rehenes de las FARC
09/07/2008
- Opinión
La liberación en Colombia de 15 rehenes por parte de las FARC tiene dos importantes ribetes. Por un lado, el aspecto militar con sus maniobras aéreas y su componente de “inteligencia” en medio de la selva. Por el otro, la lucha ideológica entre gobernantes (el presidente Alvaro Uribe y sus aliados norteamericanos) y las FARC por ganar legitimidad tanto dentro de Colombia como a escala mundial.
Las versiones del gobierno y de los críticos sobre el operativo militar, que culminó con la liberación de los rehenes, coinciden en los detalles hasta llegar al último eslabón del operativo. Ambas versiones señalan que los 15 rehenes fueron transportados de diferentes puntos hacia un lugar en el Departamento de Guaviere para ser liberados.
En el lugar de la reunión esperaban dos helicópteros, uno muy similar a los usados por la Cruz Roja. Según Bogotá, al tomar vuelo el aparato con los 12 rehenes colombianos, en vez de volar hacia el lugar acordado, se desvió hacia Bogotá y la tripulación se identificó como del Ejército Nacional.
¿Qué pasó? Hay dos respuestas. Una del gobierno de Uribe y los voceros de EEUU. La otra de fuentes independientes. Las FARC todavía no dan a conocer su versión de lo ocurrido.
Uribe y EEUU señalaron que la operación de liberación se basó en un operativo encubierto que tomó desprevenido a las FARC. Según esta versión, el Ejército colombiano infiltró el plan de vuelo y se llevó los rehenes directamente a Bogotá.
La otra versión se basa en fuentes europeas. La primera – que tiene su origen en una radioemisora suiza – señala que los rehenes fueron entregados por las FARC a un equipo negociador europeo a cambio de un pago de 20 millones de dólares.
A su vez, la televisión francesa informó que el helicóptero puntal en el rescate, fue “tomado” por militares colombianos minutos antes y llevado hacia el sitio de la liberación, en donde por acuerdo logrado con el Secretariado de las FARC, lo esperaba un equipo negociador europeo. La televisión francesa señala que “el Ejército colombiano, utilizando equipos electrónicos (norteamericanos), y rastreando al francés Noel Sáez y al suizo Jean Pierre Gontard, que negociaban con las FARC, habría detectado los movimientos y ocupado previamente los dos helicópteros donde se trasladaría a los retenidos”.
En la guerra ideológica todo indica que Uribe y EEUU se anotaron una victoria. Por un lado, neutralizaron los esfuerzos de las FARC de aparecer como una fuerza negociadora legítima. Si hubiese tenido éxito, las FARC habrían emergido de las negociaciones con una imagen fortalecida. Con el éxito del operativo, sin embargo, ahora Bogotá y EEUU aparecen capaces de penetrar las posiciones más sensibles de las FARC.
A final de cuentas, la dirección que tome la guerra civil colombiana no será el resultado de tácticas y maniobras militares que signifiquen victorias coyunturales. La guerra es el producto de un millón de campesinos desplazados de sus tierras. De políticas salvajes que han lanzado a la pobreza a más de 20 millones de colombianos. Son estas condiciones las que alimentan las filas de las FARC con un flujo constante de jóvenes que no encuentran otra alternativa.
Panamá, 10 de julio de 2008.
Marco A. Gandásegui, hijo, (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA)
Las versiones del gobierno y de los críticos sobre el operativo militar, que culminó con la liberación de los rehenes, coinciden en los detalles hasta llegar al último eslabón del operativo. Ambas versiones señalan que los 15 rehenes fueron transportados de diferentes puntos hacia un lugar en el Departamento de Guaviere para ser liberados.
En el lugar de la reunión esperaban dos helicópteros, uno muy similar a los usados por la Cruz Roja. Según Bogotá, al tomar vuelo el aparato con los 12 rehenes colombianos, en vez de volar hacia el lugar acordado, se desvió hacia Bogotá y la tripulación se identificó como del Ejército Nacional.
¿Qué pasó? Hay dos respuestas. Una del gobierno de Uribe y los voceros de EEUU. La otra de fuentes independientes. Las FARC todavía no dan a conocer su versión de lo ocurrido.
Uribe y EEUU señalaron que la operación de liberación se basó en un operativo encubierto que tomó desprevenido a las FARC. Según esta versión, el Ejército colombiano infiltró el plan de vuelo y se llevó los rehenes directamente a Bogotá.
La otra versión se basa en fuentes europeas. La primera – que tiene su origen en una radioemisora suiza – señala que los rehenes fueron entregados por las FARC a un equipo negociador europeo a cambio de un pago de 20 millones de dólares.
A su vez, la televisión francesa informó que el helicóptero puntal en el rescate, fue “tomado” por militares colombianos minutos antes y llevado hacia el sitio de la liberación, en donde por acuerdo logrado con el Secretariado de las FARC, lo esperaba un equipo negociador europeo. La televisión francesa señala que “el Ejército colombiano, utilizando equipos electrónicos (norteamericanos), y rastreando al francés Noel Sáez y al suizo Jean Pierre Gontard, que negociaban con las FARC, habría detectado los movimientos y ocupado previamente los dos helicópteros donde se trasladaría a los retenidos”.
En la guerra ideológica todo indica que Uribe y EEUU se anotaron una victoria. Por un lado, neutralizaron los esfuerzos de las FARC de aparecer como una fuerza negociadora legítima. Si hubiese tenido éxito, las FARC habrían emergido de las negociaciones con una imagen fortalecida. Con el éxito del operativo, sin embargo, ahora Bogotá y EEUU aparecen capaces de penetrar las posiciones más sensibles de las FARC.
A final de cuentas, la dirección que tome la guerra civil colombiana no será el resultado de tácticas y maniobras militares que signifiquen victorias coyunturales. La guerra es el producto de un millón de campesinos desplazados de sus tierras. De políticas salvajes que han lanzado a la pobreza a más de 20 millones de colombianos. Son estas condiciones las que alimentan las filas de las FARC con un flujo constante de jóvenes que no encuentran otra alternativa.
Panamá, 10 de julio de 2008.
Marco A. Gandásegui, hijo, (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA)
https://www.alainet.org/es/articulo/128620
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