Allende, en su centenario
25/06/2008
- Opinión
Hoy cumpliría, probablemente, cien años de edad el presidente mártir, Salvador Allende, quien fuera asesinado por la traición castrense encabezada por Augusto Pinochet, el más brutal dictador que haya conocido la etapa gorioloide de Latinoamericana.
Sin embargo, ni ese trágico 11 de septiembre de 1973, como lo supusieron supinamente los asesinos, pudieron borrar el legado, por el contrario lo acrecentaron, la experiencia democrática y soberana de la Unidad Popular de Chile es ahora patrimonio de la Historia.
Salvador Allende, previo al instante supremo con el que será recordado para la posteridad, denunció las dimensiones de la traición y vaticinó con clarividencia el período gris y amargo que se abatía sobre su país y hubo lugar a la esperanza, al anunciar “que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre”.
Hemos recibido por Internet, un despacho del colega periodista venezolano, Pedro Murillán, quien escribe más que sobre la efeméride, sobre la trascendencia de la página que en cierta forma el sacrificio de los patriotas chilenos con Allende a la cabeza cambiaron para bien el futuro de nuestro continente indolatino.
Por espacio de mil días se desarrollaría la experiencia de la Unidad Popular, nos dice Murillán, el balance de ese agitado período es hoy patrimonio exclusivo de la historia.
Lo cierto es que en una vasta conspiración, en la que tomaron parte activa el capital interno, el transnacional, el imperialismo, las fuerzas políticas del centro de la derecha, y de los gremios empresariales, creó las condiciones que condujeron a las fuerzas armadas a interrumpir a sangre y fuego el 11 de septiembre de 1973, la democracia chilena.
Allende nace un 26 de junio de 1908 en la ciudad chilena de Valparaíso. En 1926 ingresa a la Universidad de Chile a estudiar Medicina, un año después es elegido presidente del Centro de Alumnos de Medicina, y organiza a un grupo de sus compañeros para leer periódicamente y discutir el marxismo.
Se titula en 1933 como Médico, y en ese mismo año participa en el nacimiento del Partido Socialista de Chile y después de una carrera vertiginosa, en 1952, se presenta como candidato a la presidencia de la República, y obtiene 52.000 votos, luego en 1958, por segunda vez se presenta como candidato y es superado por la derecha, sin embargo obtiene cien mil votos. Nuevamente en 1964, por tercera vez es derrotado; sin embargo tenía que llegar 1970, el 22 de enero la Unidad Popular lo proclama candidato a la presidencia, es su cuarta postulación, y el 4 de septiembre de ese mismo año triunfa por mayoría.
Tres años después el imperialismo y la derecha criolla agudizan una lucha sin cuartel en contra del gobierno popular y desatan el terrorismo en el país, el 11 de septiembre el fascismo la traición y la felonía producen el golpe de estado contra un gobierno legalmente constituido y de gran respaldo popular, Salvador Allende muere combatiendo desde el cargo que le diera su pueblo chileno, en el Palacio de la Moneda.
La historia está escrita, pese a toda la propaganda en contrario, en consecuencia recordemos siempre al presidente mártir chileno, a Salvador Allende con su frase de optimismo supremo, en la esperanza de anunciar en el momento supremo de su heroico sacrificio, al anunciar “que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre”.
- Teodoro Rentería Arróyave es Periodista y escritor mexicano.
Sin embargo, ni ese trágico 11 de septiembre de 1973, como lo supusieron supinamente los asesinos, pudieron borrar el legado, por el contrario lo acrecentaron, la experiencia democrática y soberana de la Unidad Popular de Chile es ahora patrimonio de la Historia.
Salvador Allende, previo al instante supremo con el que será recordado para la posteridad, denunció las dimensiones de la traición y vaticinó con clarividencia el período gris y amargo que se abatía sobre su país y hubo lugar a la esperanza, al anunciar “que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre”.
Hemos recibido por Internet, un despacho del colega periodista venezolano, Pedro Murillán, quien escribe más que sobre la efeméride, sobre la trascendencia de la página que en cierta forma el sacrificio de los patriotas chilenos con Allende a la cabeza cambiaron para bien el futuro de nuestro continente indolatino.
Por espacio de mil días se desarrollaría la experiencia de la Unidad Popular, nos dice Murillán, el balance de ese agitado período es hoy patrimonio exclusivo de la historia.
Lo cierto es que en una vasta conspiración, en la que tomaron parte activa el capital interno, el transnacional, el imperialismo, las fuerzas políticas del centro de la derecha, y de los gremios empresariales, creó las condiciones que condujeron a las fuerzas armadas a interrumpir a sangre y fuego el 11 de septiembre de 1973, la democracia chilena.
Allende nace un 26 de junio de 1908 en la ciudad chilena de Valparaíso. En 1926 ingresa a la Universidad de Chile a estudiar Medicina, un año después es elegido presidente del Centro de Alumnos de Medicina, y organiza a un grupo de sus compañeros para leer periódicamente y discutir el marxismo.
Se titula en 1933 como Médico, y en ese mismo año participa en el nacimiento del Partido Socialista de Chile y después de una carrera vertiginosa, en 1952, se presenta como candidato a la presidencia de la República, y obtiene 52.000 votos, luego en 1958, por segunda vez se presenta como candidato y es superado por la derecha, sin embargo obtiene cien mil votos. Nuevamente en 1964, por tercera vez es derrotado; sin embargo tenía que llegar 1970, el 22 de enero la Unidad Popular lo proclama candidato a la presidencia, es su cuarta postulación, y el 4 de septiembre de ese mismo año triunfa por mayoría.
Tres años después el imperialismo y la derecha criolla agudizan una lucha sin cuartel en contra del gobierno popular y desatan el terrorismo en el país, el 11 de septiembre el fascismo la traición y la felonía producen el golpe de estado contra un gobierno legalmente constituido y de gran respaldo popular, Salvador Allende muere combatiendo desde el cargo que le diera su pueblo chileno, en el Palacio de la Moneda.
La historia está escrita, pese a toda la propaganda en contrario, en consecuencia recordemos siempre al presidente mártir chileno, a Salvador Allende con su frase de optimismo supremo, en la esperanza de anunciar en el momento supremo de su heroico sacrificio, al anunciar “que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre”.
- Teodoro Rentería Arróyave es Periodista y escritor mexicano.
https://www.alainet.org/es/articulo/128351
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