El gobierno sueco busca establecer “el gran hermano”
Resistencia al control electrónico de la población
22/06/2008
- Opinión
Asociaciones civiles, el Colegio de Abogados, el sindicato de periodistas, la asociación de propietarios de diarios, han rechazado la ley que habilita a un organismo del Ministerio de Defensa sueco a espiar el tráfico en Internet, ya sean correos electrónicos o visitas a páginas que el organismo puede considerar subversivas o sospechosas.
En la concentración de protesta contra le ley, el pasado martes en las puertas del parlamento, coincidieron simpatizantes de casi todos los partidos políticos y hasta algún dirigente de los partidos integrantes de la Alianza de gobierno, derecha.
Aunque ningún medio de comunicación ha divulgado encuestas al respecto, las movilizaciones ante el parlamento, las declaraciones de ciudadanos en los medios de prensa, permiten asegurar que hay una amplia mayoría de la población opuesta a la legislación presentada por el gobierno para espiar las conversaciones telefónicas, correos electrónicos, páginas de Internet visitadas, y todo tipo de tráfico electrónico, a cargo del Departamento de Escuchas Radioeléctricas del Ministerio de Defensa (FRA), un organismo derivado de la guerra fría y con el objetivo de vigilar las amenazas exteriores a la seguridad nacional.
De esta manera la ley involucra a los aparatos militares en el espionaje civil borrando una frontera antes muy clara. La medida se asemeja mucho a la doctrina de la seguridad nacional que desarrollaron los ejércitos latinoamericanos aliados con Estados Unidos en la década de los 70 y que culminaron en dictaduras militares en casi todos los países sudamericanos.
Sin votos en la primera ronda
La discusión parlamentaria el pasado martes 17 de junio no logró los votos necesarios, después que tres diputados de la coalición derechista de gobierno negaran su voto. Detrás de esta negativa estuvo la presión de las organizaciones juveniles de sus partidos y el reclamo de la Asociación de Abogados, Periodistas y Editores de Diarios, además de una intensa campaña de escritores de blogs que desde hace varias semanas estaban convocando a protestar contra la ley.
El gobierno dio una semimarcha atrás al remitir el proyecto a la comisión parlamentaria de Defensa para hacerles algunos ajustes. Se pretende establecer
controles al trabajo del FRA, aunque en esencia la ley permanece intacta. Alcanza que uno solo de los diputados opuestos al proyecto acepte las modificaciones para que la ley sea sancionada.
De todas maneras, con esas modificaciones, la ley sigue siendo rechazada por un amplio espectro.
“Es la misma propuesta, sólo que quienes nos controlarán tendrán un poco más de control” comentó el diputado y líder del Partido de Izquierda, Lars Ohly.
En el mismo sentido coincidió el investigador de Instituto “El nuevo sistema de bienestar”, vinculado a los partidos de derecha, Pär Ström. “Son apenas ajustes marginales sin importancia” dijo al comentar las modificaciones propuestas de control al trabajo del FRA. “La idea inicial de vigilancia masiva a las comunicaciones de las personas, sin siquiera una sospecha de delito, permanece” subrayó.
La Juventud del Partido Liberal, quizás el más de derecha hoy en la coalición de gobierno, emitió un comunicado crítico a las modificaciones. Nada se cambia en la esencia de la ley. Lo único que sucede es que los vigilantes tendrán un poquito más de vigilancia, sostienen.
Los medios de comunicación suecos utilizan en su mayoría servidores en el exterior como forma de reducir la cantidad de spams y publicidad que reciben en sus correos electrónicos, por lo que consideran que con la nueva ley también serán objeto de vigilancia, e interpretan esto como una violación a la privacidad.
Los periodistas entienden que esta vigilancia a sus correos electrónicos y a sus visitas a páginas de Internet en el exterior, atenta contra la libertad de información. Además temen que esa vigilancia atemorice a sus fuentes periodísticas.
El presidente de la Asociación de Editores de Diarios, Tomas Brunegård, sostuvo que la ley atenta contra los principios constitucionales y advierte que la medida será el fin de la protección de indentidad de las fuentes. En el mismo sentido coincidió la presidenta de la Asociación de Periodistas de Suecia, Agneta Lindblom. “Durante toda la década del 2000, el parlamento ha sancionado medidas represivas una tras otra, y ahora le da un golpe mortal a la protección de las fuentes periodísticas. No entiendo como esto puede suceder en Suecia. Habría sido el sueño dorado de la Stasi tener estas posibilidades”, concluyó.
Lindblom dijo que para mantener la reserva e identidad de las fuentes los periodistas estarán obligados a actuar como los viejos espías de las novelas, eludiendo los contactos electrónicos y entrevistándose en parques, lejos de los micrófonos ocultos.
Creciente vigilancia de la sociedad
La ley complementa otras leyes anteriores que comenzaron a regir o están a punto de comenzar a regir, que obligan a las empresas proveedoras de servicios de internet y operadores de telefonía celular a archivar todo tráfico de mensajes de texto, conversaciones telefónicas, correos electrónicos y tráfico de Internet durante un año. Las empresas deberán ceder a los aparatos represivos sus archivos en caso de ser solicitados. También comienza a regir otra directiva que habilita a la policía a realizar escuchas telefónicas, instalar micrófonos y cámaras ocultas sin autorización judicial previa, sólo con la justificación de la sospecha de que se esté preparando un delito.
Estas iniciativas, que tienen sus antecedentes en las medidas impulsadas por el gobierno norteamericano tras el atentado del 11 de septiembre de 2001 y la llamada “guerra contra el terrorismo”, están contempladas en directivas de la Unión Europea en el mismo sentido.
La Comisión Europea ha presentado una serie de iniciativas ”para combatir el terrorismo” que se está imponiendo en todos los países miembros.
La directiva de la Comisión lleva al extremo de promover castigos para supuestos delitos cometidos en Internet aunque no se hayan llegado a concretar, basta con la suposición de que podrían llegarse a cometer.
En este campo Suecia, ya con el anterior gobierno socialdemócrata, comenzó a avanzar en una legislación represiva, y a coordinar acciones con los organismos de espionaje norteamericanos contra sospechosos de ser terroristas o colaborar con ellos.
Ahora, el gobierno conservador da un nuevo paso al involucrar un organismo de Defensa en el espionaje a civiles.
Pese a esta creciente paranoia antiterrorista, Suecia no ha sufrido atentados ni amenazas, y por lo menos, públicamente, no se conoce que se haya detenido impedido ningún atentado. Las escasas detenciones de sospechosos realizadas por la policía secreta han sido a indicación de la CIA norteamericana y siempre con muy poco grado de confiabilidad.
Ya se venía espiando
El debate sobre la ampliación de las posibilidades de espiar el tráfico electrónico en Suecia fue incentivado después que el director del FRA, Ingvar Åkesson, tratando de quitar importancia a la legislación propuesta, aseguró en una entrevista televisiva, que el organismo llevaba ya 3 años acumulando material del tráfico electrónico.
La revelación provocó varias denuncias penales contra el organismo.
Suecia lleva tiempo transformándose en una sociedad vigilada, y aunque aparezca como un modelo democrático, tiene amplia experiencia en el control de sus ciudadanos desde los inicios de la década del 40.
Entonces se creó un organismo de control de prensa e información para defender la falsa neutralidad en la Segunda Guerra Mundial. De esa manera se ocultaba la colaboración con el gobierno alemán que hasta 1944 fue muy amplia, desde el abastecimiento de hierro, libre tránsito de tropas alemanas por territorio sueco a los países ocupados, deportación de desertores, internamiento de comunistas en campos de trabajo forzado en zonas alejadas de Suecia, entrega de información sobre ciudadanos suecos a las autoridades alemanas, incluso la Gestapo.
Miles de cámaras en rutas, calles, galerías y locales comerciales vigilan constantemente la vida social sueca, aunque en muy contadas excepciones las imágenes captadas han sido útiles para impedir o sancionar algún delito.
¿Cómo se espiará?
El espionaje electrónico estará a cargo del FRA, un organismo que durante la guerra fría colaboró con los servicios secretos norteamericanos en espiar a la ex Unión Soviética.
El FRA tiene como objetivo, según las normas que los constituyeron, realizar acciones de escuchas radioeléctricas en apoyo de la política exterior, la seguridad y defensa nacional, y definir las amenazas de exterior contra el país, y sólo en las relaciones con el exterior. También realizar acciones de información en apoto a las autoridades estatales, y proporcionar información de seguridad electrónica a las empresas del estado.
Así, la ley en discusión establece que el FRA instalará filtros en los cables de comunicación con el exterior –como los usados en el viejo sistema de espionaje norteamericano Echelon- que buscará palabras claves y desde alli organizar un fichero de sospechosos. El espionaje abarcará desde los correos electrónicos, chats, comunidades cibernéticas como facebook, el tráfico de los mensajeros como yahoo y msn, conversaciones telefónicas por computadoras, y las páginas de internet visitadas.
El filtro reaccionará ante las direcciones IP de las computadoras y servidores, idioma empleado en las comunicaciones, existencia de mensajes criptados, palabras sospechosas, zonas geográficas, etc.
La información recabada será analizada por los técnicos espías de FRA y entregada a las autoridades competentes, incluyendo a autoridades extranjeras con las que coordinen.
Muchos expertos consideran que este sistema de espionaje no servirá para detener ninguna actividad terrorista. El sistema se basa en encontrar palabras claves como ”terrorista”, ”atentado”, ”bomba”, etc., si los terroristas ya saben esto, escribirán otra cosa, dijo al diario Dagens Nyheter, Magnus Norell, investigador del Instituto de Investigación de la Defensa Total (FOI).
Además, insistió, el sistema prevé primero recolectar mucha información para después analizar, y para encontrar algo útil es necesario que exista previamente un trabajo de inteligencia.
El experto comentó a modo de ejemplo, si envío un SMS a un conocido y le escribo que nos encontraremos a las 18 horas en una plaza X, nadie sabe que previamente nos pusimos de acuerdo en llevar una bomba.
En la concentración de protesta contra le ley, el pasado martes en las puertas del parlamento, coincidieron simpatizantes de casi todos los partidos políticos y hasta algún dirigente de los partidos integrantes de la Alianza de gobierno, derecha.
Aunque ningún medio de comunicación ha divulgado encuestas al respecto, las movilizaciones ante el parlamento, las declaraciones de ciudadanos en los medios de prensa, permiten asegurar que hay una amplia mayoría de la población opuesta a la legislación presentada por el gobierno para espiar las conversaciones telefónicas, correos electrónicos, páginas de Internet visitadas, y todo tipo de tráfico electrónico, a cargo del Departamento de Escuchas Radioeléctricas del Ministerio de Defensa (FRA), un organismo derivado de la guerra fría y con el objetivo de vigilar las amenazas exteriores a la seguridad nacional.
De esta manera la ley involucra a los aparatos militares en el espionaje civil borrando una frontera antes muy clara. La medida se asemeja mucho a la doctrina de la seguridad nacional que desarrollaron los ejércitos latinoamericanos aliados con Estados Unidos en la década de los 70 y que culminaron en dictaduras militares en casi todos los países sudamericanos.
Sin votos en la primera ronda
La discusión parlamentaria el pasado martes 17 de junio no logró los votos necesarios, después que tres diputados de la coalición derechista de gobierno negaran su voto. Detrás de esta negativa estuvo la presión de las organizaciones juveniles de sus partidos y el reclamo de la Asociación de Abogados, Periodistas y Editores de Diarios, además de una intensa campaña de escritores de blogs que desde hace varias semanas estaban convocando a protestar contra la ley.
El gobierno dio una semimarcha atrás al remitir el proyecto a la comisión parlamentaria de Defensa para hacerles algunos ajustes. Se pretende establecer
controles al trabajo del FRA, aunque en esencia la ley permanece intacta. Alcanza que uno solo de los diputados opuestos al proyecto acepte las modificaciones para que la ley sea sancionada.
De todas maneras, con esas modificaciones, la ley sigue siendo rechazada por un amplio espectro.
“Es la misma propuesta, sólo que quienes nos controlarán tendrán un poco más de control” comentó el diputado y líder del Partido de Izquierda, Lars Ohly.
En el mismo sentido coincidió el investigador de Instituto “El nuevo sistema de bienestar”, vinculado a los partidos de derecha, Pär Ström. “Son apenas ajustes marginales sin importancia” dijo al comentar las modificaciones propuestas de control al trabajo del FRA. “La idea inicial de vigilancia masiva a las comunicaciones de las personas, sin siquiera una sospecha de delito, permanece” subrayó.
La Juventud del Partido Liberal, quizás el más de derecha hoy en la coalición de gobierno, emitió un comunicado crítico a las modificaciones. Nada se cambia en la esencia de la ley. Lo único que sucede es que los vigilantes tendrán un poquito más de vigilancia, sostienen.
Los medios de comunicación suecos utilizan en su mayoría servidores en el exterior como forma de reducir la cantidad de spams y publicidad que reciben en sus correos electrónicos, por lo que consideran que con la nueva ley también serán objeto de vigilancia, e interpretan esto como una violación a la privacidad.
Los periodistas entienden que esta vigilancia a sus correos electrónicos y a sus visitas a páginas de Internet en el exterior, atenta contra la libertad de información. Además temen que esa vigilancia atemorice a sus fuentes periodísticas.
El presidente de la Asociación de Editores de Diarios, Tomas Brunegård, sostuvo que la ley atenta contra los principios constitucionales y advierte que la medida será el fin de la protección de indentidad de las fuentes. En el mismo sentido coincidió la presidenta de la Asociación de Periodistas de Suecia, Agneta Lindblom. “Durante toda la década del 2000, el parlamento ha sancionado medidas represivas una tras otra, y ahora le da un golpe mortal a la protección de las fuentes periodísticas. No entiendo como esto puede suceder en Suecia. Habría sido el sueño dorado de la Stasi tener estas posibilidades”, concluyó.
Lindblom dijo que para mantener la reserva e identidad de las fuentes los periodistas estarán obligados a actuar como los viejos espías de las novelas, eludiendo los contactos electrónicos y entrevistándose en parques, lejos de los micrófonos ocultos.
Creciente vigilancia de la sociedad
La ley complementa otras leyes anteriores que comenzaron a regir o están a punto de comenzar a regir, que obligan a las empresas proveedoras de servicios de internet y operadores de telefonía celular a archivar todo tráfico de mensajes de texto, conversaciones telefónicas, correos electrónicos y tráfico de Internet durante un año. Las empresas deberán ceder a los aparatos represivos sus archivos en caso de ser solicitados. También comienza a regir otra directiva que habilita a la policía a realizar escuchas telefónicas, instalar micrófonos y cámaras ocultas sin autorización judicial previa, sólo con la justificación de la sospecha de que se esté preparando un delito.
Estas iniciativas, que tienen sus antecedentes en las medidas impulsadas por el gobierno norteamericano tras el atentado del 11 de septiembre de 2001 y la llamada “guerra contra el terrorismo”, están contempladas en directivas de la Unión Europea en el mismo sentido.
La Comisión Europea ha presentado una serie de iniciativas ”para combatir el terrorismo” que se está imponiendo en todos los países miembros.
La directiva de la Comisión lleva al extremo de promover castigos para supuestos delitos cometidos en Internet aunque no se hayan llegado a concretar, basta con la suposición de que podrían llegarse a cometer.
En este campo Suecia, ya con el anterior gobierno socialdemócrata, comenzó a avanzar en una legislación represiva, y a coordinar acciones con los organismos de espionaje norteamericanos contra sospechosos de ser terroristas o colaborar con ellos.
Ahora, el gobierno conservador da un nuevo paso al involucrar un organismo de Defensa en el espionaje a civiles.
Pese a esta creciente paranoia antiterrorista, Suecia no ha sufrido atentados ni amenazas, y por lo menos, públicamente, no se conoce que se haya detenido impedido ningún atentado. Las escasas detenciones de sospechosos realizadas por la policía secreta han sido a indicación de la CIA norteamericana y siempre con muy poco grado de confiabilidad.
Ya se venía espiando
El debate sobre la ampliación de las posibilidades de espiar el tráfico electrónico en Suecia fue incentivado después que el director del FRA, Ingvar Åkesson, tratando de quitar importancia a la legislación propuesta, aseguró en una entrevista televisiva, que el organismo llevaba ya 3 años acumulando material del tráfico electrónico.
La revelación provocó varias denuncias penales contra el organismo.
Suecia lleva tiempo transformándose en una sociedad vigilada, y aunque aparezca como un modelo democrático, tiene amplia experiencia en el control de sus ciudadanos desde los inicios de la década del 40.
Entonces se creó un organismo de control de prensa e información para defender la falsa neutralidad en la Segunda Guerra Mundial. De esa manera se ocultaba la colaboración con el gobierno alemán que hasta 1944 fue muy amplia, desde el abastecimiento de hierro, libre tránsito de tropas alemanas por territorio sueco a los países ocupados, deportación de desertores, internamiento de comunistas en campos de trabajo forzado en zonas alejadas de Suecia, entrega de información sobre ciudadanos suecos a las autoridades alemanas, incluso la Gestapo.
Miles de cámaras en rutas, calles, galerías y locales comerciales vigilan constantemente la vida social sueca, aunque en muy contadas excepciones las imágenes captadas han sido útiles para impedir o sancionar algún delito.
¿Cómo se espiará?
El espionaje electrónico estará a cargo del FRA, un organismo que durante la guerra fría colaboró con los servicios secretos norteamericanos en espiar a la ex Unión Soviética.
El FRA tiene como objetivo, según las normas que los constituyeron, realizar acciones de escuchas radioeléctricas en apoyo de la política exterior, la seguridad y defensa nacional, y definir las amenazas de exterior contra el país, y sólo en las relaciones con el exterior. También realizar acciones de información en apoto a las autoridades estatales, y proporcionar información de seguridad electrónica a las empresas del estado.
Así, la ley en discusión establece que el FRA instalará filtros en los cables de comunicación con el exterior –como los usados en el viejo sistema de espionaje norteamericano Echelon- que buscará palabras claves y desde alli organizar un fichero de sospechosos. El espionaje abarcará desde los correos electrónicos, chats, comunidades cibernéticas como facebook, el tráfico de los mensajeros como yahoo y msn, conversaciones telefónicas por computadoras, y las páginas de internet visitadas.
El filtro reaccionará ante las direcciones IP de las computadoras y servidores, idioma empleado en las comunicaciones, existencia de mensajes criptados, palabras sospechosas, zonas geográficas, etc.
La información recabada será analizada por los técnicos espías de FRA y entregada a las autoridades competentes, incluyendo a autoridades extranjeras con las que coordinen.
Muchos expertos consideran que este sistema de espionaje no servirá para detener ninguna actividad terrorista. El sistema se basa en encontrar palabras claves como ”terrorista”, ”atentado”, ”bomba”, etc., si los terroristas ya saben esto, escribirán otra cosa, dijo al diario Dagens Nyheter, Magnus Norell, investigador del Instituto de Investigación de la Defensa Total (FOI).
Además, insistió, el sistema prevé primero recolectar mucha información para después analizar, y para encontrar algo útil es necesario que exista previamente un trabajo de inteligencia.
El experto comentó a modo de ejemplo, si envío un SMS a un conocido y le escribo que nos encontraremos a las 18 horas en una plaza X, nadie sabe que previamente nos pusimos de acuerdo en llevar una bomba.
- Ricardo Daher, periodista uruguayo, es analista e investigador.
Barómetro Internacional.
https://www.alainet.org/es/articulo/128318
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