Un balance de estos siete años de la Ronda de Doha
- Opinión
Introducción
La ronda fue inaugurada en
Los gobiernos de estos países recibieron el apoyo de Brasil, Argentina, Australia y otros países interesados en negociar un nuevo acuerdo en el ámbito del comercio de bienes agrícolas, una vez que el resultado alcanzado en
La resistencia de los demás países miembros al inicio de una nueva ronda fue vencida la mañana del 14 de noviembre, casi un día después de la fecha prevista para la conclusión de
De esta forma el Consejo General de
Además del inicio de la nueva ronda, también llamada “Ronda del Desarrollo” prevista para concluir el 1ro de febrero de 2005,
Mismo con este avance importante en la conferencia, iniciar
En esta Conferencia se inauguró también la actuación de una nueva coalición de países coordinada por Brasil, India, Argentina y Sudáfrica denominada G-20 debido a su número de miembros. El interés de este grupo era la negociación de bienes agrícolas. Esta no fue la primera iniciativa de conformar grupos de países miembros de
Otro factor interesante es que no todos ellos son exportadores de bienes agrícolas. Muchos son inclusive importadores de alimentos y en varios de ellos, como
El fracaso de
Aunque la reducción de la agenda fuera una victoria importante de
Esto porque no es posible comparar y equiparar las ganancias de la liberalización de dos productos tan distinguidos. La “Teoría de las Ventajas Comparativas” predica que un país gana cuando hay la liberalización comercial de un bien en cuya producción él es más competitivo, aunque sea en pago de la liberalización de otro producto donde su competitividad es más pequeña, favoreciendo un otro país. Sin embargo, como los dos son especializados en sus respectivos productos, el comercio de ambos va a crecer y los dos, en tesis, ganan.
Sin embargo, cuando uno de estos productos es industrial y el otro es agrícola, es muy arriesgado aceptar la competición entre bienes industriales producidos nacionalmente y los importados simplemente en pago de aumentar la exportación de bienes agrícolas. Esto porque las pérdidas y ganancias en la industria son claras y dependen de la tarifa externa, de las reglas de excepción que la negociación comercial defina y de la gestión de la producción, mientras las ganancias en la agricultura, aún liberalizada son inciertos y dependientes de muchos otros factores como el clima, azote o no de plagas, precios internacionales, almacenaje, busca y oferta, entre otros.
Además de esto, si fuera ampliado el acceso a los mercados agrícolas de los países desarrollados esto presupone la ampliación de la producción agrícola en los países en desarrollo trayendo ganancias para los productores en un primer momento, pero esta ampliación de la oferta hará los precios caigan en un segundo momento sin que los productores tengan control sobre ellos. Esto no debe ser tomado como un factor de pérdida de estímulo para la búsqueda del acceso de mercados, pero demuestra la complejidad de la relación entre coste de la importación de bienes industriales en pago de la exportación de commodities, de hecho, una cuestión histórica en la relación económica y política entre los países de la periferia con los países céntricos.
El Profesor Jagdish Bhagwati, liberal y ardoroso defensor del libre comercio enseña que en las negociaciones comerciales de agenda ensanchada como los días actuales, no conviene mezclar los temas a ser negociados, pues en este caso alguien perderá y, obviamente, será aquel que depender del bien de menor gobernabilidad cuánto a volúmenes de producción y precios. Por lo tanto, intercambiar ganancias en NAMA para los países industrializados por ganancias en agricultura para los países en desarrollo, aunque traigan una ventaja en el corto plazo, tenderán inmediatamente enseguida a producir pérdidas irrecuperables en la industria.
Estas pérdidas se refieren a la posibilidad de desarrollo y a la generación de empleos. Más del 60% de los empleos en los países en desarrollo se encuentran en la industria y eventuales ganancias en la agricultura no generarían empleos en número suficiente para compensar aquellos que vengan a ser perdidos en el sector industrial y tampoco serían empleos con la misma calidad y remuneración.
El gobierno brasileño y otros argumentan con razón que, además de reducir las barreras tarifarias de bienes agrícolas de los países desarrollados, es necesario modificar la disciplina que actualmente rige su producción agrícola como el uso de subsidios domésticos pagados a sus productores rurales para asegurar los precios y niveles de producción y de subsidios directos su exportación. Estos subsidios que representan aproximadamente US$ 1,0 billones por día generan una competición desleal con los países productores de bienes agrícolas que no se utilizan de este mecanismo para ganar espacio en el mercado mundial.
Ahora, si la prohibición de subsidios a la producción industrial, así como de otros mecanismos de dumping comercial es parte de los principios del GATT, OMC y Acuerdos Comerciales en general, acepto por todos desde el inicio, porque este mismo principio no se aplica directamente a la producción de bienes agrícolas en vez de componer la agenda de negociaciones? La respuesta es simple. La liberalización comercial no es tan liberal así, pues adoptar este principio en la industria era benéfico para los países desarrollados compitan entre sí en pie de igualdad, pero no lo es cuando se trata de competir con países que tienen mayores ventajas competitivas que ellos en la agricultura.
Por lo tanto, la concurrencia de un “trade off” entre un acuerdo en NAMA y un acuerdo en agricultura será esencialmente política para prestigiar el sistema multilateral de comercio en vez de un acuerdo comercial con buenos resultados para todos.
Entre la reunión del Consejo General de
La presión de los países industrializados por una fuerte reducción de las tarifas de bienes no agrícolas -NAMA- fue muy intensa, pues sus tarifas externas son en media muy más bajas del que a de los países en desarrollo, 3% contra 14% en media ponderada. Su ambición es reducir la diferencia entre estos dos valores para algo en torno a 4% porque, principalmente, las empresas multinacionales con sede en los EUA, Japón y Unión Europea quieren ampliar aún más sus exportaciones para los países en desarrollo de mercados mayores.
El mecanismo de reducción tarifaria negociado en rondas anteriores normalmente era linear y aplicado sobre cada línea tarifaria consolidada en
Las tarifas consolidadas en
Por ejemplo, para el sector de calzados esto significa una tarifa consolidada junto a
Mantener esta diferencia entre tarifas aplicadas y consolidadas, conocida en el argot comercial como “agua”, permite a los países en desarrollo elevar tarifas hasta el límite del porcentual consolidado en un momento de amenaza competitiva inesperada. Si fuera aprobada la posición de los países desarrollados cuánto
Antes de la conferencia ministerial de Hong Kong, algunos países como los EUA simplemente llegaron a proponer la reducción de todas las tarifas de bienes industriales a 8% en media hasta 2010 y la cero hasta 2015. Sin embargo, durante las discusiones surgió la propuesta de una otra fórmula menos radical, aunque también ruim para los países en desarrollo, que fue la llamada “Fórmula Suiza” que provocaría reducciones o cortes mayores en la tarifas más altas. Esta fórmula se contrapuso a la preferencia de los países en desarrollo por cortes lineares o medios que preservaran algún espacio entre las tarifas aplicadas y las consolidadas.
La fórmula que define las tarifas finales es tl = A x t0 y / A + t0, adónde “t0” es la tarifa consolidada, “A” es el coeficiente a ser definido y “tl” es la tarifa final.
tl = A x t0
A + t0
Veamos lo que el coeficiente 15 significaría para la tarifa consolidada de Brasil que es del 29,9% en media:
tl = 15 x 29,9 / 15 29,9 = 448,5 / 44,9 = 9,99
En esta opción, la nueva tarifa consolidada media del 9,99% sería más pequeña que la tarifa media aplicada por Brasil del 12,7% y de
La conferencia de Hong Kong no llegó a ningún acuerdo específico sobre nuevos valores para tarifas y subsidios y el texto resultante sólo definió parámetros para las negociaciones, principalmente, en NAMA y agricultura. En el caso de NAMA, se despertó adoptar “una Fórmula Suiza” para definir la reducción de tarifas. Fue el tercero equívoco del proceso porque en la hipótesis más favorable a los países en desarrollo, la fórmula sólo cortaría en la “agua”. Sin embargo, la mayor probabilidad, una vez acepto el principio que
La situación actual de las negociaciones
Las negociaciones de los temas en la ronda acontecen en grupos de trabajo específicos, donde los respectivos presidentes presentan textos de resolución que direccionan los rumbos de las negociaciones y que evolucionan o no en la dirección de un acuerdo conforme las propuestas de los países miembros y de la creatividad de los presidentes en transformar los diferentes anhelos de los países miembros en propuestas vis a vis.
Además de las reuniones de los grupos de trabajo, hay varios otros mecanismos de consulta y negociación. La instancia superior es
Los textos inicialmente presentados por los presidentes de los grupos de NAMA y Agricultura no posibilitaron cualquier consenso y acuerdo al largo de 2006 y 2007, aún con la existencia de reuniones fuera del cronograma, como por ejemplo, a que ocurrió después de
Hasta el inicio de 2008, todo indicaba que
Esta expectativa hasta el momento no fue atendida. El texto sobre agricultura continúa limitado y vago y lo de NAMA presentó propuestas de reducciones tarifarias muy superiores a la tradicionalmente admitidas por el gobierno brasileño y por el grupo de países de industrialización relativa que forman parte de
El presidente del Grupo de Negociación de NAMA presentó una propuesta que preveía una Fórmula Suiza con coeficientes entre 19 y 23 con la posibilidad de excluir 5% de las líneas tarifarias e importaciones, consideradas sensibles o vulnerables, de la aplicación de la fórmula y además de la reducción del 50% de la fórmula sobre otros 10%. Lo que sea despertado sería retroactivo a la situación de las líneas tarifarias en noviembre de 2001.
Evaluación de los coeficientes
El actual coeficiente en discusión, aunque sin obtener consenso, propone una variación entre 19 y 23 para los países en desarrollo y de
Suponiendo los coeficientes mayores, 23 y 9, tendremos:
tl1 = 23 x 14 / 23 + 14 = 322 / 37 = 8,7%. (reducción promedio del 37,9%).
tl2 = 9 x 3 / 9 + 3 = 27 / 12 = 2,3%. (reducción promedio del 23,3%).
Si utilizáramos los coeficientes menores de 19 y 8:
tl1 = 19 x 14 / 19 + 14 = 266 / 33 = 8,1%. (reducción promedio del 42,1%).
tl2 = 8 x 3 / 8 + 3 = 24 / 11 = 2,2%. (reducción promedio del 27,7%).
Los países en desarrollo y los países desarrollados es de 14,6 y en el segundo, 14,4. Sin entrar en el mérito de los valores de los coeficientes, pero considerando que el mandato de
tl19 = 19 x 29,9 / 19 + 29,9 = 568,1 / 48,9 = 11,7%
tl23 = 23 x 29,9 / 23 + 29,9 = 687,7 / 52,9 = 13%
En este caso, el número de afectaciones de
Evaluación sobre las sensibilidades
Como ya fue mencionado, el texto propone la exclusión de hasta 5% de las líneas tarifarias y de las importaciones que cada país miembro considere como sensibles a la competición comercial, así como aplicar sólo 50% de la fórmula de la reducción tarifaria sobre hasta 10% de las líneas y comercio. Sin embargo, no será permitido redimir capítulos tarifarios enteros. Estos números permitirían en el caso de Brasil y demasiado países del Mercosur redimir 441 líneas tarifarias y aplicar sólo 50% de la fórmula sobre otras 882 líneas tarifarias, lo que significa que podría haber alguna excepción para a lo sumo 1.323 líneas.
Además de ser poco en la actual situación de los países en desarrollo, es también una contradicción con el texto sobre agricultura donde no hay límites para el número de productos sensibles. En particular en el caso de los países del Mercosur, hay un agravante que es
Por ejemplo, vamos a suponer que Argentina y Brasil quieran incluir líneas tarifarias del sector automotriz como sensibles y Paraguay y Uruguay no lo quieran. Estos dos pueden ser la puerta de entrada para la importación de automóviles para Brasil y Argentina, pues adoptarán la nueva tarifa negociada en
Por lo tanto, para contemplar las sensibilidades que cada uno necesita considerar y sin causar perjuicios al conjunto del Mercosur, los actuales porcentuales de sensibilidades son bajos. Los gobiernos del Mercosur proponen la adopción de un mínimo del 16% de exenciones para superar este problema, lo que permitiría mantener 1.412 líneas tarifarias como están.
Evaluación sobre los acuerdos del “Chair”
El día 28 de febrero el presidente (chair) del grupo de negociaciones de NAMA introdujo algunas modificaciones y comentarios en el texto con el cual el grupo venía trabajando que, por un lado, atienden a varias demandas de los países de más pequeño desarrollo relativo y de otros que mantiene un número más pequeño de tarifas consolidadas en
Vamos a ver a la cuestiones que afectan a este grupo de países. Sobre el tema sensibilidades, él abrió ocho diferentes posibilidades que combinan coeficientes para la fórmula con diferentes posibilidades para redimir productos sensibles de reducciones tarifarias o entonces para que estas sean más pequeñas. El objetivo de esta iniciativa era provocar los países del NAMA
Aunque ninguno de ellos haya concordado con cualquiera una de las propuestas o cualquier número, varios de ellos se dispusieron a trabajar con diferentes opciones. Entre estas hay tres que ofrecen mayor número de líneas tarifarias sensibles en pago de cortes tarifarios más altos tras aplicada
Argentina y Venezuela se dispusieron a analizar esta opción, aunque ella sea considerada irrealista por los especialistas en el asunto, hasta porque contraría el espíritu de
El gobierno hindú no se pronunció sobre eventuales preferencias y manifestó que la iniciativa del “chair” visaba solamente dividir el NAMA 11. El gobierno sur africano declaró que ninguna de las opciones le interesaría una vez que se encuentra en una posición muy incómoda en las negociaciones de NAMA, pues prácticamente no existe “agua” entre la media de su tarifa consolidada y la media practicada. Cualquier corte tarifario tendría efectos inmediatos y, por lo tanto, sus esfuerzos se vuelven más para elevar los coeficientes de la fórmula del que conquistar flexibilidades.
El gobierno brasileño demostró interés en analizar posibilidades en el ámbito de la opción 2, en particular su segunda alternativa, posiblemente, con el intento de aprovechar esta concepción para presentar una contrapropuesta. La opción 2 es una combinación de coeficientes con porcentuales de líneas tarifarias sensibles con total exclusión de cortes y con reducción del 50% en los cortes.
Esta alternativa no propone flexibilidades si el coeficiente es de 24. No obstante, se propone la exclusión de cortes del 10% de las líneas y un corte del 50% de la fórmula para el 5% de ellas en caso de que el coeficiente 21 y exclusión de n 50% para, respectivamente, 14 y 7% de las líneas si la hipótesis de adopción fuera de un coeficiente 19.
Transformando esto en porcentajes de reducción y cantidad de líneas tarifarias exento de cortes o con una reducción del 50% de la fórmula tendremos:
Coeficiente 24 significa un corte del 55,5% y genera una nueva tarifa media consolidada del 13,3% provocando, aproximadamente, 3.000 afectaciones de
Coeficiente 21 significa un corte del 58,9% y genera una nueva tarifa media del 12,3% provocando, aproximadamente, 4.000 afectaciones de
Coeficiente 19 significa un corte 60,9% y genera una nueva tarifa media del 11,7% provocando un poco menos de 5.000 afectaciones de
A pesar de la variación entre la cantidad de afectaciones, la opción por el coeficiente mayor no excluye los sectores industriales mencionados anteriormente de los riesgos de ser sustituidos por productos importados, inclusive porque la propuesta no permite excluir sectores industriales enteros representados por los capítulos tarifarios consolidados.
Las flexibilidades previstas en la hipótesis del coeficiente 19 se aproximan mucho de la cantidad reivindicada por el Mercosur, sin embargo, los problemas de origen de la negociación persisten y son principalmente los cortes tarifarios profundos provocados por la fórmula presentada y reiterada por el presidente del Grupo de Negociación en NAMA, el canadiense Don Stephenson a pesar de la oposición del NAMA 11.
La cuestión que envuelve la negociación de coeficientes y flexibilidades fue bien aclarada por el representante del gobierno sur africano después de la presentación de las ocho opciones: “primero vamos a definir el nivel de ambición de la liberalización (fórmula de cortes tarifarios) y después las excepciones”.
Evaluación sobre las negociaciones en agricultura
Del punto de vista de propuestas concretas en términos de números, el Grupo de Negociaciones en Agricultura poco presentó hasta el momento. Los principales ítems que están bajo consideración son:
reducción tarifaria, inclusive la liberalización casi total de productos tropicales; productos sensibles; disciplina para subsidios domésticos y de exportación y productos especiales conectados a la seguridad alimentar y a la agricultura familiar.
El texto del Presidente del Grupo, el neozelandés Crawford Falconer, propone algunos valores para la reducción tarifaria que, sin embargo, son lineares y modestos en comparación con las propuestas presentadas en NAMA y aun así son fuertemente cuestionados por los países desarrollados.
Recientemente propuso la posibilidad de adoptar cuotas con tarifas más pequeñas para algunos productos a depender de la capacidad de absorción de la competencia por parte de los países desarrollados y se evalúa que puede haber avances en la reducción tarifaria para productos tropicales, una vez que estos no compiten con la producción local en estos países.
No hay propuesta para limitar la exención de los productos considerados sensibles de reducciones tarifarias como presentada en las negociaciones de NAMA.
Las propuestas para redefinir el contenido de la “Caja verde” y reducir o limitar la aplicación de los subsidios domésticos, difícilmente irán además de la propuesta de definir techos por sector equivalentes a 50% del realizado hasta el momento, lo que en el caso de los EUA significaría un subsidio máximo de US$ 25.00 por tonelada de soja y el fin de los subsidios para el algodón. Es bueno recordar que esta situación del algodón se refiere a la victoria de Brasil en un contencioso en
Cuánto a la reducción de los subsidios a la exportación, particularmente, de
La política específica para los productos especiales y aquellos conectados a la agricultura familiar, fue defendida por Brasil e India, pero no es consensual siquiera entre todos los miembros de
Evaluación sobre los demás ítems
Tampoco hay avances favorables a los países en desarrollo en este aspecto. La oferta de nuevos servicios beneficia más los países desarrollados que están preparados para exportar servicios o instalar empresas para explorarlos en terceros países. Los aspectos conectados a este sector que podrían beneficiar los trabajadores de los países en desarrollo, como su libre acceso para prestar servicios legalmente en países desarrollados, la libre remisión de renta de migrantes para sus países de origen, entre otros, no están contemplados.
La facilitación del comercio continúa chocándose con la pretensión de los países desarrollados de mantener sus barreras no tarifarias como el sistema anti-dumping americano y el aspecto implementación del TRIPS en el tocante a la patentes de biodiversidad tampoco llegó a un acuerdo. El gobierno brasileño reivindicó discutir el asunto y en el caso de la biodiversidad y conocimientos tradicionales, que los responsables por su patenteamiento deberían comprobar su origen, así como que habría reparto de los beneficios con los habitantes de los locales de origen.
Conclusión
Esta siendo creado un clima por parte de algunos gobiernos con apoyo de la prensa internacional y especializada de que las negociaciones en los grupos están llegando a su final y que es el momento de iniciar el “proceso horizontal”. Este proceso, normalmente, ocurre cuando es el momento del acuerdo general ser amarrado por los ministros que intentarán componer los números finales de todos los grupos de negociación.
El argumento favorable a la realización del proceso horizontal hasta mediados de mayo se debe a la presentación de la nueva fórmula de flexibilidades en NAMA que generó la impresión de reactivación de las negociaciones y la posibilidad de comprensiones en agricultura como el techo para subsidios domésticos y la adopción de cuotas con tarifas más pequeñas para ciertos productos.
Varias entidades empresariales americanas, como la poderosa “Coalition of Services Industry” (CSI), tienen se dirigido a Ginebra para hacer lobby junto a los países en desarrollo como Brasil, India, China y otros, en favor de más ofertas en el área de servicios como correos, entregas, bancos, telecomunicaciones, entre otros. Sus representantes han amenazado que harán presión junto al Congreso Americano contra la aprobación del acuerdo si no hubiera mayores concesiones de estos países.
Además de los supuestos “avances” que estarían siendo alcanzados, se argumenta también que es el momento verdadero para llegarse a un acuerdo que pueda ser absorbido por el gobierno americano aún durante el mandato de Bush, pues la nueva administración presidencial de los EUA, sea cuál venga a ser, llevaría muy tiempo para definir su política de comercio exterior y por consecuencia su posición cuánto a
Hay posicionamientos, inclusive, a favor de un proceso horizontal que envuelva solamente NAMA y agricultura para después eventualmente incluir los acuerdos sobre los demás temas.
En los comentarios de bastidores, el gobierno brasileño ha sido considerado uno de los impulsores del proceso horizontal rápido.
Es conocida la preocupación del gobierno en preservar el espacio multilateral de negociaciones comerciales y el esfuerzo que hizo para mantener las negociaciones en marcha, mismo en los momentos de mayores dificultades.
Además de esto, la presión interna del sector de agro-negocio por la aceptación de un acuerdo es ser grande. Un artículo publicado en 12 de marzo en el periódico “El Estado de São Paulo” por André Nassar, presidente del ICONE, entidad especializada en negociaciones comerciales de agricultura expresó claramente que el alcanzado hasta entonces en términos de disciplina de los subsidios agrícolas era suficiente, representaba un importante avance y era el momento de concluir la ronda.
Aún así, no está claro si el gobierno brasileño está dispuesto a aceptar un acuerdo en los términos actuales.
Claro que toda negociación posee sus técnicas y la mejor propuesta solamente surge en el final, pero por los comportamientos y manifestaciones de los actores al largo de estos casi siete años y por las pocas alteraciones en los textos de los presidentes de los grupos negociadores, cualquier acuerdo en este momento sería revisado en términos de contenido.
Considerando lo resumido de las negociaciones en NAMA, agricultura y servicios:
Los coeficientes en NAMA representan cortes mayores del que los países en desarrollo pueden soportar sin perjuicios en sectores industriales importantes y no está siendo respetado el concepto de “reciprocidad menos que total”. La táctica en esta negociación es a de minimizar pérdidas.
En agricultura no hay reducciones relevantes en las tarifas y en los subsidios a la exportación. Tampoco hay límites para productos sensibles. Hay reducción de subsidios domésticos, aunque algunos ya estuvieran asegurados por decisión del mecanismo de solución de controversias de
Los principales sectores de servicios donde los países desarrollados reivindican aperturas como telecomunicaciones, energía eléctrica, agua y saneamiento básico, bancos, etc, no tienen restricciones a la participación externa en Brasil. La cuestión es mantener las reglas nacionales o someterlas al régimen de
La perspectiva de una “ronda del desarrollo” dejó de existir con los varios equívocos mencionados y a pesar de la importante iniciativa de creación de
La divisoria de aguas sobre la conclusión o no de