El proceso sigue adelante

Bolivia ha entrado en una etapa de cambio irreversible

14/04/2008
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La Paz

El
diputado boliviano José Pimentel Castillo del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) reflexiona que es necesario comprender el proceso de cambio que se está llevando en Bolivia.

En ese sentido se expresó el diputado minero José Pimentel Castillo, al iniciar la presente entrevista efectuada en su domicilio en la ciudad de La Paz. “Bolivia ha entrado en una etapa de cambio irreversible”, insiste al tiempo de reconocer que también la oligarquía en su afán de mantener sus privilegios a desarrollado con cierto éxito un discurso «autonómico» en su pretencion de distorsionar la nueva historia del país.

Pimentel es un apellido involucrado en la historia del movimiento obrero boliviano de los años sesenta: Irineo Pimentel junto a Federico Escobar Zapata, Rosendo García Maisman, César Lora, Isáac Camacho, por citar algunos, ofrendaron sus vidas por el sindicalismo minero. El diputado José Pimentel Castillo, es también un hombre comprometido –como su padre- con los trabajadores mineros y en la construcción de la nueva Bolivia en este momento histórico y por tanto es importante conocer su pensamiento y posición frente a la realidad boliviana.

- ¿Bolivia hacia dónde va?

Bolivia vive un proceso de cambio, cuyos caminos y ritmos no son predecibles, pero es ineludible que la Bolivia de mañana no será la del 2000. Hay cambios irreversibles como la recuperación de nuestros recursos naturales, en particular de los hidrocarburos, la marginalidad y exclusión por la cultura, la concentración de la tierra en pocas manos y los niveles oprobiosos de injusticias sociales, son algo que necesariamente tienen que ser superados, es algo que ya no se puede soportar si queremos vivir como colectivo nacional.

No obstante las fuerzas reaccionarias derechistas en su empeño de entorpecer este proceso, no descansan, ni el gobierno les aplica la ley por desacato y sedición. Es un hecho comprobado que las acciones de la derecha son actos de sedición y muchas veces han violado las leyes particularmente los derechos de las personas cuando se arremete a humildes ciudadanos, por el simple hecho de su origen o por la expresión libre de sus ideas. En algunos casos los delitos han sido tipificados por la policía y los culpables puestos en manos del ministerio público y la justicia, sin embargo estos tardaron más en entrar que en salir o en algunos casos ésta fue muy tolerante como es el caso del asesino del cocalero Titichoca, asesinado en enero de 2007 en Cochabamba, al autor se le encontró con armas, la prueba del guantelete dio positivo, declararon testigos que lo reconocieron como el autor de los disparos.

Todos los indicios mostraron que se actuó con premeditación; pero la justicia le dio una sentencia de once años tipificando el delito como homicidio, cuando en realidad fue un asesinato y la pena que corresponde es de 30 años. Es decir que si bien tenemos el control del Ejecutivo, no ocurre lo mismo con los otros poderes como el Legislativo, el Judicial, ni organismos autónomos como la Controlaría y el Ministerio Público, que son en última instancia los mecanismos coercitivos del Estado.

- ¿Entonces es deficiente el Poder Judicial a la hora de sancionar las - reprochables acciones de la llamada “Juventud Cruceñista” y otros grupos de provocación a la ciudadanía?

Lamentablemente el ministerio público y la justicia son cómplices con el desempeño de estos grupos paramilitares, en ninguno de los casos de agresión a campesinos, indígenas, gremiales u otros sectores populares la justicia actuó; la única vez que la policía detuvo a sus miembros por desordenes de orden público, en Pampa de la Isla, en una concentración donde estaba presente el Presidente Evo Morales, los detenidos fueron puestos en libertad al día siguiente por la fiscalía. La Unión Cruceñista ha reconocido que tienen servicios de inteligencia, que han actuado y apoyado en los sucesos de Sucre, pero no hay ninguna acción de la justicia.

En el país hay dos fuerzas antagónicas: la oligarquía encabezada por el Comité Cívico de Santa Cruz y una gran mayoría del pueblo con Evo Morales.

- ¿Considera Ud. qué exista posibilidades de una concertación social para fortalecer la democracia?

Como lo señalé Bolivia ha entrado en una etapa de cambio irreversible eso, pero no es menos cierto que la oligarquía en su afán de mantener sus privilegios a desarrollado y con mucho éxito un discurso que pretende endilgar la desigualdad social y el subdesarrollo al centralismo; el estudio de los hechos muestra que Santa Cruz fue la región que recibió mayor inversión desde la revolución del 52, cuando la principal consigna era diversificación y vertebración del país. El discurso autonómico a logrado adhesiones de sectores que son sometidos a una guerra mediática, coercionados por el poder económico y que nunca van a desentrañar el texto de los estatutos sino se quedan en la consigna autonómica.

Si logramos poner las cosas en su verdadera dimensión no dudo que la mayoría de la población concertara en el nuevo país que buscamos en la dimensión de unidad, la solidaridad, el desarrollo y libre de la discriminación cualquiera sea la naturaleza de esta.

- Pero aquí surge otro detalle, ¿por qué el racismo es otro de los factores que sobresale hoy en el debate político?

El racismo siempre ha existido en Bolivia, sin embargo cuando es un indio excluido, el que asume la presidencia, sus expresiones hasta hoy inofensivas, se desnudan y vuelven agresivas, tildando a nuestro presidente de incapaz, ignorante, etc. La lucha contra el racismo no ha sido una actitud pasiva. En la medida que se ha suprimido la exclusión muchos hermanos indígenas han ido asumiendo cargo públicos y en muchos casos de alta responsabilidad como es la situación de nuestro canciller, David Choquehuanca.

Por otro lado el reivindicar un estado multinacional, que reconozca todas las culturas, que las respete y las desarrolle, ha sido mostrada como una actitud indigenista que menoscabaría al mestizo, al blanco. Esta distorsión ha dado como resultado el ensalzar el espíritu racista, que se basa en la teoría que la unificación cultural y racial como base de la nacionalidad, proyecto del nacionalismo del siglo pasado que ha sido un fracaso, por cuanto las culturas crecen y mueren de manera natural y no por acciones impositivas desde el estado.

- Sí el Congreso Nacional es la única instancia democrática, ¿Qué posición asume ante los referendos convocados para el 4 de mayo?

En efecto, el Congreso Nacional es el mayor espacio de la democracia y tiene para si la facultad exclusiva de legislar, es contra esta instancia democrática que se ha redactado un Estatuto Autonómico y hoy se lo pretende legalizar con un referéndum, trastrocando la naturaleza de este mecanismo de la democracia directa.

No se puede hacer una consulta sobre una diversidad de temas, como los que contiene el Estatuto Autonómico, sin antes haber constituido democráticamente una instancia legislativa que de forma a las aspiraciones de la ciudadanía. Por eso el rol del Congreso Nacional tiene que ser el de rechazar esta violación a la Ley y en su caso encausar los deseos populares por medios de Leyes que respondan a sus intereses.

- ¿Los referendos constitucionales podrán consolidar la unidad del país y garantizar la democracia?

No dudamos que un referéndum dirimidor, para aprobar la nueva Constitución Política del Estado, fuera favorable a su espíritu de cambio, sin embargo la actitud subversiva de la oposición trata de evitar este torneo democrático, por lo cual es necesario crear las condiciones más propicias para su realización y incluso buscar incluir algunos temas que no ha considerado el proyecto con la amplitud y precisión que se necesita; es en ese sentido que la vía de la negociación está abierta para hacer del nuevo pacto social un elemento duradero y que exprese el sentir de la inmensa mayoría del pueblo boliviano. La postergación para lograr esta inmensa voluntad sólo agudizará la crisis política que puede tener una salida de fuerza, en la medida que las fuerzas conservadoras no entiendan la necesidad de estructurar una nueva sociedad.

- Quisiera preguntar ahora sobre el movimiento sindical minero.

Es un hecho que hay que reconocer, sin desconocer las glorias y el gran aporte que realizaron los mineros en la última mitad del siglo XX, que este sector ha sido duramente golpeado por el neoliberalismo con el proceso de la relocalización y la desideologización que tuvo como base la derrota de la vanguardia minera. Con excepción del Sindicato de Huanuni, que se movilizó en octubre del 2003 y su acción fue determinante para la huida del ex presidente Gonzalo “Goni” Sánchez de Lozada, en los procesos electorales ha tomado una actitud pasiva, bajo la consigna de independencia de clase; aplicando este principio correcto en la relación con los patrones y el Estado, pero incorrecta en la lucha de clases. Si algo distinguió a la vanguardia minera fue precisamente que en cada coyuntura supo asumir una posición y en torno a ella articular al conjunto del pueblo en su accionar revolucionario.

Creo que el desafío está planteado a quienes están en el seno del proletariado minero de reivindicar las glorias de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, para darle un rol protagónico en el momento que estamos viviendo. Ausencia que se nota por cuanto no puede haber transformación social sin la participación activa de la clase obrera, por muy disminuida que este.

- Hay denuncias que la CIA y la oposición conspiran juntos.
¿Acaso buscan repetir las presiones que ejercieron contra el gobierno de Hernán Siles Zuazo (1982 –85), o quizás peor como los sucesos de 1973 en Chile?

En efecto muchos de los sucesos que hoy estamos viviendo pueden compararse con los que vivimos anteriormente, tal vez más en relación a la conspiración que se da desde el centro imperialista con acciones como la escasez de alimentos y por tanto la inflación, el paro de empresarios y transportistas, la agitación en ciertos sectores de la policía, la reactivación de sectores derechistas de las FF.AA. Aunque sólo por ahora sean los jubilados.

Sin embargo es necesario hacer notar diferencias cualitativas con anteriores experiencias como ser la unidad monolítica del pueblo y los sectores orgánicos de la izquierda en torno al liderazgo del Presidente Evo Morales, los éxitos de la economía en general, el entusiasmo de la población para encarar el proceso de cambio y su integración al mismo, la reafirmación de los sentimientos de soberanía nacional y las esperanzas que ha generado el poder andar con piernas propias. La gestión del gobierno es positiva hasta hoy y tiene el aval del pueblo además del reconocimiento internacional.

Finalmente entiendo según sus declaraciones, este proceso de cambios en Bolivia no tiene vuelta por voluntad del pueblo. Ha quedado lejos la época que para ser gobernante hay que tener una maestría de Chicago, París o Lovaina. Este es el gran logro de nuestro presidente, hacer que la política y los problemas del Estado puedan ser asumidos y conocidos por todo ciudadano que se preocupe y ame los destinos de la patria. No se trata pues de la genialidad de unos cuantos, ni la transposición de experiencias ajenas, es al contrario un producto del accionar y la conciencia del pueblo boliviano, por lo cual ningún patriota debiera ser indiferente, al contrario debe ocupar su puesto de lucha en este momento histórico.

Fuente: Barómetro Internacional (Venezuela)


https://www.alainet.org/es/articulo/126953
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