Una lectura desde Max Weber (1)

Acción social y acción individual

03/04/2008
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La definición de acción social de Weber está subordinada a la definición de acción individual. Para Weber son los individuos los que actúan y solo indirectamente (metafóricamente) podemos hablar de actores sociales (colectivos, que actúan) [2]. En este sentido, lo que capta el investigador es la conducta manifiesta de los individuos y por ello se debe aplicar un método estrictamente individualista. (Cf. Weber 1981:19-38)

Así, para Weber (siguiendo a Kant) los conceptos son representaciones de la realidad que en modo alguno la reproducen. Por ejemplo, el Estado como concepto no es el Estado, este último no tiene realidad como tal, ni las clases sociales, etc.[3]

Entonces, la acción social está conformada por la acción de cada individuo, pero esta acción está basada en el sentido subjetivo y mentado (es decir, los individuos son cajas negras para otros individuos). Toda acción social son acciones de individuos que tiene en cuenta el sentido que otro/as dan a su propia acción. La acción social es posible por la consideración del sentido que los otros dan a su acción.

En Weber, hay una transformación de la interacción (simmeliana) en una relación social. Hay relación cuando existe ya la probabilidad-oportunidad de que una acción social tenga otra vez lugar, es decir, se supera la simple interacción. La relación existe en cuanto existe una probabilidad de que haya una nueva interacción, fundada en una expectativa recíproca. Lo social se funda en las oportunidades-probabilidades de que se den relaciones recíprocas entre los individuos.

En otras palabras, lo social en Weber está basado en la probabilidad de que exista la relación, es decir lo social no es algo que tenga existencia por sí misma, está relacionado con las expectativas. La relación está fundada en la probabilidad de la interacción.

De lo anterior se decanta que Weber se mueve en unas dobles aguas complicadas, por un lado habla de los sentidos que los actores dan, y por otro del sentido que el investigador atribuye a la acción que él observa. Es decir, no hay explicación sociológica sino hay comprensión del sentido que los actores dan a la acción[4]. Lo que debe preguntarse un sociólogo frente a las acciones con sentido de los individuos estudiados es ¿Qué está en juego en dicha relación? Es decir, ubicar toda acción dentro de un contexto de significación.

Así, la comprensión (Verstehen) para Weber implica ubicar una situación dentro de un contexto más amplio que le da sentido y por tanto es la base de la explicación. Weber siempre ubica la explicación en unas coordenadas históricas determinadas, no busca leyes universales, pero considera que sí es posible hacer análisis comparativos. Encontrar una explicación (para Weber) implica encontrar la regla de la experiencia específica, es decir, la presencia de un elemento detonador (catalizador) de la experiencia cargado de sentido. La posibilidad de dar cuenta de los resultados de una acción. Lo anterior, no niega la posibilidad (más bien potencia) de hacer análisis comparativos de experiencias individualizadas (determinadas) sociohistóricamente. (Cf. Baar, 1971:209-22)

Lo cual nos lleva al concepto de tipo ideal:
“Se le obtiene mediante la acentuación unilateral de uno o varios puntos de vista y mediante la reunión de una gran cantidad de fenómenos individuales, difusos y discretos, que pueden darse en mayor o menos menor número o bien faltar por completo, y que se suman a los puntos de vista unilateralmente acentuados a fin de formar un cuadro homogéneo de ideas. Resulta imposible encontrar empíricamente en la realidad este cuadro de ideas en su pureza conceptual, ya que es una utopía” (Weber, 1971:61)

Esto es, la realidad no está ordenada, nosotros la ordenamos gracias a la conceptualización. Nosotros le introducimos un orden específico, para comprender lo real sociohistórico desde conceptual. Estas decisiones epistemológicas determinan ángulos diversos sobre lo real. En definitiva, siguiendo a Weber, las ciencias sociales recurren a tipos ideales en todo su desarrollo.

Cuando Weber habla de “tipos de acción social” (ideales), establece la siguiente tipología, con la clara conciencia de que los conceptos en sí mismos no reproducen la riqueza y diversidad de lo real; la utilidad del concepto es que permite comparar lo real con lo conceptual y ver ciertos ángulos de lo real[5]:

- Acción social tradicional: se refiere a aquella acción social que se orienta por el pasado, por lo que otros han hecho y por lo que se supone que se debe hacer. El peso del pasado sobre el presente.

- Acción social afectiva: cuando lo que mueve, el motivo, el fundamento de la acción, reside en una pasión o en una emoción. Su carácter central es la fugacidad.

- Acción social racional orientada por fines o por valores: hay una racionalidad utilitaria o teleológica (orientada por fines), y una racionalidad axiológica (orientada por valores). La diferencia fundamental que hace Weber entre estos dos tipos de racionalidad sería aproximadamente: en el primer caso, escogemos los fines y los medios que nos permiten alcanzarlos, en esta racionalidad hay adecuación entre los medios y los fines. Es decisiva la consideración de los medios. Ésta es una racionalidad utilitaria, teleológica, formal o instrumental. En la racionalidad axiológica, la característica central que subraya Weber es que hay una adhesión más o menos incondicional a determinados valores. La debilidad de la racionalidad axiológica es que puede llevar al fanatismo. Es una realidad orientada por un valor, algo que deseamos alcanzar o realizar. La racionalidad axiológica se diferencia de la acción tradicional porque la primera es fundamentalmente electiva (el individuo se adhiere).

En otras palabras, según Max Weber los seres humanos concretos son movidos en sus acciones por las tradiciones, las pasiones y/o los cálculos (de una manera mezclada) en cada una de sus determinaciones sociohistóricas (su praxis). Cada individuo orienta su acción respecto de otros de una manera más o menos clara y/o mentada. A éstas acciones el sociólogo/a se acerca mediante los tipos ideales que le permiten captar, explicar y comprender de una forma más o menos eficiente (científica) dichas acciones cargadas de sentido.

Finalmente, para Weber, no hay acciones “puras” pues siempre tienen diversos componentes, pero podemos identificar los aspectos dominantes en una determinada acción. La realidad no queda nunca “capturada” por el concepto. El tipo ideal es un constructo hecho a partir de los casos reales, pero que no tiene realidad en sí mismo. La acción social es un tipo ideal construido desde las observaciones de las acciones individuales concretas.

Notas

[1] Texto realizado a partir de las notas de clase tomadas por Gerardo Cerdas y Javier Torres. Septiembre 2007 en curso dictado por el Dr. Óscar Fernández en la Maestría Centroamericana en Sociología de la UCR.

[2] En una carta escrita antes de morir dice Weber: si me he convertido finalmente en sociólogo, porque esa es mi profesión, es sobre todo para exorcizar el fantasma todavía vivo de los conceptos colectivos, en otras palabras también el sociólogo debe apoyarse en la acción del individuo y aplicar estrictamente un método individualista. En esto el blanco es Hegel y la bandera es Kant.

[3] La definición weberiana de clases sociales se aparta de Marx. Para Weber la clase social es el conjunto de individuos que comparten una misma relación referida a los medios de producción, y que pueden organizarse, pero esto último no es lo esencial de la categoría misma. Para Weber, en sentido estricto puede hablarse de actores colectivos en la medida en que en esas asociaciones o comunidades, podemos identificar un centro de decisión. Es posible hacer un análisis de las clases sociales, en el tanto se refiera a los individuos que comparten una misma situación de clase. Las clases no son actores per se, hay un énfasis en la acción social. Es decir, en Weber la clase social es una categoría.

[4] En este sentido Weber postula una Sociología Compresiva, ésta pretende comprender la Acción Social para de esa manera explicarla en sus causas, su desarrollo y sus efectos.

[5] La pregunta que dirige esta preocupación podría formularse así: ¿Son estos tipos ideales sostenidos por irracionalidades de los individuos socio históricamente determinados? ¿Hasta que punto pesa Nietzsche en esta base irracional de la racionalidad?

Bibliografía

- Baar, Carl. “Max Weber y el proceso de comprensión de lo social”. En: AAVV. Presencia de Max Weber. Buenos Aires, Argentina: Nueva Visión, 1971.

- Weber, Max. “Conceptos sociológicos fundamentales”. En: Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica. 1981

- Sobre la teoría de las ciencias y la política sociales. Barcelona, España: Ediciones Península, 1971.

- Javier Torres Vindas, Sociólogo y linotipista
https://www.alainet.org/es/articulo/126736
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