¿Armagedón humano?

08/11/2007
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Los sombríos escenarios actuales sobre el futuro del sistema-vida y específicamente de la especie humana permiten que biólogos, bioantropólogos y astrofísicos adviertan de la posible desaparición de la especie homo sapiens/demens todavía en este siglo. Aducen argumentos que merecen ser considerados. El más sólido parece ser el de la superpoblación articulada con la dificultad de adaptación a los cambios climáticos. En la escala biológica se verifica un crecimiento exponencial. La humanidad necesitó un millón de años para alcanzar en 1850 mil millones de personas. Los espacios de tiempo entre los índices de un crecimiento a otro disminuyen cada vez más. De 75 años —desde 1850 a 1925— pasaron a 5 años de diferencia. Se prevé que hacia 2050 habrá diez mil millones de personas. ¿Es un triunfo o o es un daño?

Lynn Margulis y Dorion Sagan, notables microbiólogos, en su conocido libro Microcosmos (1990) afirman, con datos de los registros fósiles y de la propia biología evolutiva, que una de las señales de colapso próximo de una especie es su rápida superpoblación. Esto puede comprobarse mediante microorganismos colocados en una cápsula Petri (placa redonda con colonias de bacterias y nutrientes). Poco antes de alcanzar los bordes de la cápsula y agotarse los nutrientes, se multiplican de forma exponencial. Y de repente mueren. Para la humanidad, comentan ellos, la Tierra puede mostrarse idéntica a una cápsula Petri. En efecto, ocupamos casi toda la superficie terrestre, dejando apenas un 17% libre: desiertos, selva amazónica y regiones polares. Estamos llegando a los bordes físicos de la Tierra. Hay explosión demográfica y decrecimiento de los medios de vida en un planeta limitado. ¿Señal precursora de nuestra próxima extinción?

El premio Nóbel de medicina, Christian de Duve, sostiene que estamos asistiendo a la aparición de síntomas que precedieron en el pasado a las grandes mortandades. Normalmente desaparecen al año 300 especies vivas porque llegaron a su clímax evolutivo. Con la presión industrial mundial sobre la biosfera están desapareciendo cerca de 3.500. Un desastre biológico. ¿Será que ahora nos llega la vez?

Carl Sagan, ya fallecido, veía en el intento humano de alcanzar la Luna y enviar naves espaciales como el Voyager 1 fuera del sistema solar, la manifestación del inconsciente colectivo que presiente el peligro de extinción próxima. La voluntad de vivir nos lleva a descubrir formas de supervivencia más allá de la Tierra. El astrofísico Stephen Hawking habla de la posible colonización extrasolar con naves, especie de carabelas espaciales, impulsadas por rayos láser con una velocidad de treinta mil kilómetros por segundo. Pero para llegar a otros sistemas planetarios tendríamos que recorrer miles de miles de millones de kilómetros, necesitando por lo menos un siglo de tiempo. Ocurre que somos prisioneros de la luz, cuya velocidad de trescientos mil kilómetros por segundo es hasta hoy insuperable. Incluso así, para llegar a la estrella más próxima —la Alfa Centauro— necesitaríamos cuarenta y tres años, sin que sepamos todavía cómo frenar la nave a esta altísima velocidad...

Tales reflexiones nos permiten hablar de un posible Armagedón humano. Esto representa un desafío para las religiones que ven el fin de la especie como obra del Creador y no de la actividad humana. Para el Cristianismo la muerte colectiva, aunque sea inducida, no impide el triunfo final de la vida por la vía de la resurrección y de la transfiguración de toda la creación por Dios.

- Leonardo Boff es teólogo.
https://www.alainet.org/es/articulo/124336
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