Arquitectura del miedo

31/10/2007
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Arquitectura del miedo[1] (una lectura sociológica)

Objetivo del artículo

Invitar al lector(a) a una mirada crítica sobre el quehacer urbano y arquitectónico bajo la clave de lectura de la construcción socio-espacial del miedo[2]. El fin último es la meta-reflexión sobre las morfologías espaciales que expresan y condensan imaginarios sociales: seguridad-miedo-consumo.

Introducción

Los cambios en las estructuras sociales acaecidas en Costa Rica en los últimos 20 años gestan y despliegan nuevas formas de relación intersubjetivas, simbólicas, sígnico-ideológicas que se pueden aprehender con el estudio de los de miedos latentes, creados, percibidos (existentes o fantasiosos), etc.;  cuyo carácter puede ser individual y/o colectivo y que son portados-reconfigurados por los sujetos culturales costarricenses que se constatan en las semióticas de la cotidianidad: armas, alarmas, sistemas antirrobo, alambradas tipo navaja, tapias, guardas de seguridad, vestimentas agresivas,  estigmatización de potenciales enemigos, las creaciones plásticas, literarias, teatrales, los documentales, las carteleras de cine, los comics, los medios de comunicación, los comunicados de prensa, las diversas propagandas políticas, la xenofobia contra los nicaragüenses, etc. Es decir, Estéticas del Miedo que expresan y condensan las vivencias concretas y/o representacionales del miedo.

Espacialización del Miedo

En el suplemento Compras (La Nación, 17 de octubre del 2006) se presentó al lector un práctico catálogo (14 páginas) de la oferta de productos y servicios “que lo protegerán a usted, su familia y sus pertenencias personales de los ladrones” así como otras amenazas hostiles. Por su parte, el la novela Los Peor de Fernando Contreras leemos en la página 71: “(…) por un rato le entregó a Jerónimo el cuido de su tío; se lo dejó bien abrigado y le advirtió que no tardara en abrir los ojos si cualquier cosa, porque ella no sabía cómo era aquella ciudad por donde ellos andaban, pero lo que era el San José de la gente normal, ahí robaban, atropellaban, empujaban y un sin fin de calamidades que a tal punto lo asustaron, que con más fuerza apretó los párpados para que él no se le fuera a meter por una fisura entre su pestañas alguna desgracia de esas en su ciudad encantada”  ¿Qué tienen en común ambos referentes? La vivencia espacializada del miedo,

Espacialización[3], que refuncionaliza dichas vivencias en una oferta de bienes y servicios que “garantizan” o simulan la seguridad, el confort, la exclusividad que unos pocos (los que pueden acceder) disfrutan privatizando el espacio público. Esto es: “(…) tendencia a alejarse de los espacios públicos abiertos y sustituirlos por lugares encerrados, con los que se tienen más control sobre el entorno físico y en consecuencia se pretende obtenerlo sobre el social, promoviendo el aislamiento, la segregación y la exclusión (…) tres grandes fuerzas que promueven el encerramiento urbano, y a partir de las cuales se construye el discurso son, el miedo, el consumo y la simulación” (LÓPEZ, L. y RODRÍGUEZ; 2005)  En otras palabras, en las grafías socio-espaciales del miedo se puede descubrir un discurso coherente cuyos elementos centrales son[4]:

Esquema 1. Componentes estructurantes de la arquitectura del miedo

Fuente: Elaboración propia a partir de literatura citada


Incidencia del Discurso del Miedo en la arquitectura

Dichas espacializaciones del miedo (territorios)[5] forman exclusión física y enajenación de lo público, lo mismo que fomentan una ciudadanía desconfiada sin vínculos colectivos y absorta a espacios privados (malls, centros comerciales, condominios, club´s, etc.) Simulación de seguridad dentro de los límites (edge cities, urbanismo defensivo, comunidades cercadas) y la metáfora del miedo en el limbo fuera de dichas zonas de seguridad.

Surgen dos preguntas ¿Es posible pensar un espacio urbano propio del miedo? ¿Cuáles sus elementos definidores que decanten en una mirada negativa la oferta inmobiliaria que promete el simulacro: seguridad-confort-exclusividad (antes acusado)?  Una sucinta caracterización sería (Cf. MARURI; 2002:171-175  y PÉREZ, M; 2002:229-250):

Esquema 2. Dicotomías discursivas de la arquitectura del miedo

 

Espacios de Miedo (-)

Espacio Seguro (+)

Oscuro y/o gris: no hay color, no hay luz

Luminoso: colorido, saturación lumínica

Siempre húmedo y espeso

Humedad controlada

Espacios traseros, prohibidos, cerrados.

Espacios frontales-abiertos (privados-restringidos)

Marginalidad

Centralidad

Desconocido, inesperado, tortuoso

Familiar, cotidiano

Deforme por mutilación

Planificado, controlado

Mecánico, ruidoso, grasiento

Orgánico, sigiloso, séptico

Contaminado

Inmaculado, potable, salubre

Brutalmente masculino

Equilibrio entre masculino-femenino

Desordenado, irracional

Ordenado, racional

 
Fuente: Elaboración propia a partir de literatura citada


Ergo, la arquitectura del miedo no es otra cosa que la afirmación material-espacial del imaginario ganador-perdedor que dentro de la dinámica del marketing potencia valores positivos y gesta una muralla de apropiación privativa de los espacios (i.e. la nomenclatura de las tablas de áreas en proyectos de propiedad en condominio comercial y/o residencial), a la vez que, naturaliza el ostracismo urbano (G. Bachelard) de la seguridad-confort-exclusividad.  

Observación final

Con este artículo no se agota el tema. Se inaugura una discusión, dado que en

“(…) los barrios populares de fines del siglo XX, con sus casas diminutas, de techo bajo y de fachada infinitamente repetida, permitieron enfrentar la tugurización creciente derivada de la crisis económica de 1980; pero son también un indicador del trasfondo cada vez más clasista de la conurbanización. La otra cara de tal proceso son los nuevos residenciales de sectores medios y acaudalados, con sus viviendas enrejadas y amuralladas, protegidas por alarmas electrónicas y guardias privados, un estilo de vida que en asocio con el exitoso ascenso de la ideología neoliberal, fomenta el aislamiento, el desconocimiento de los vecinos, el individualismo y el desinterés por lo que exceda el umbral de la propia familia” (MOLINA, I ; 2003:7)


- Javier Torres Vindas es sociólogo y linotipista.

Biblografía

  • BOURDIEU, P. (dir.) La miseria del Mundo. Fondo de cultura Económica, México 2000.
  • BERGER, P y LUCKMANN, T. La construcción social de la realidad. Amorrotu editores. 18va. reimpresión de 1era. Edición. Buenos Aires, 2003
  • CISNEROS, A y ZUBILLAGA, V. “La violencia desde la perspectiva de la víctima: La construcción social del miedo”. En: Espacio Abierto. Vol. 6. Número 1. Venezuela, páginas 71-97
  • GUINSBERG, E. “Miedo e inseguridad como analizadores de nuestro Malestar en la Cultura En: Subjetividad y Cultura... Número 24. Abril 2006, México, paginas 31-53
  • LECHNER, N. “Nuestros Miedos”. En: Perfiles latinoamericanos Número 13, Diciembre 1998, páginas 179-197
  • LÓPEZ, L. y RODRÍGUEZ “Evidencias y discurso del miedo en la ciudad: casos mexicanos” En: Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. 1 de agosto del 2005, Vol. IX, núm. 194 (54) http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-54.htm (ISSN: 1138-9788)
  • LÓPEZ, L y RODRÍGUEZ I. “Miedo y Consumo. El encerramiento habitacional en México y Madrid” En: Perspectivas Urbanas / Urban Perspectives Número 5. páginas 21-32;
  • MARURI, “La ciudad desordenada: El espacio urbano del miedo” (171-175) y PÉREZ, M. “Espacios y momentos del miedo en la ciudad”Domínguez, V [Editor] Los Dominios del Miedo. Editorial Biblioteca Nueva, S. L. 1era. Edición. Madrid, 2002
  • MÉNDEZ, E. “Vecindarios defensivos Latinoamericanos. Los espacios prohibitorios de la globalización”. En: Perspectivas Urbanas / Urban Perspectives Número 4. páginas 1-17
  • MOLINA, I. Identidad nacional y cambio cultural en Costa Rica durante la segunda mitad del siglo XX. Cuaderno de Historia de las instituciones de Costa Rica. Núm. 11. Editorial de la Universidad de Cota Rica, 2003 página 7
  • NIÑO MURCIA, S y otros Territorios del Miedo en Santafé de Bogotá: Imaginarios de los ciudadanos. Observatorio de Cultura Urbana / Tercer Mundo Editores. Colombia, 1998. página 133


[1] Concepto acuñado por Nan Hellin según la cual la forma sigue al miedo como recurso revalorado de apuntalar barreras de protección. El recurso por excelencia es la pérdida del espacio público o bien la privatización del mismo; incrementado la segregación espacial. Su estrategia implica re-tribalizar, segmentar, recuperar correlatos todos de la privatización del espacio. La in-seguridad como discurso legitimador del marketing inmobiliario. El enclaustramiento del espacio al modo del film “La Aldea” de Schamalon. Pero la seguridad resultante es un simulacro que incrementa la paranoia y la desconfianza tras los límites de protección de dichas ostras urbánicas. Cf. ELLIN, Nan (1995) Architecture of Fear. New York, Princeton Architectural Press. Citado en López y Rodríguez, ver bibliografía

[2] En el presente artículo se entiende “construcción socio-espacial del miedo” como el conjunto de procesos interiores y exteriores dialécticamente interdependientes, mediante los cuales los seres humanos elaboran normas, valores, códigos morales, prácticas, lógicas, discursos, etc.; de la vivencia colectiva e individual de apropiación significativa del entorno físico-espacial. Es decir, la misma actividad produce las condiciones de producción y reproducción tipificada de la vida en socio-espacial; su estabilidad y permanencia en el tiempo “naturaliza” su existencia y niega el origen sociohistórico de la arquitectura del miedo. (Cf. BERGER, P y LUCKMANN, 2003)

[3] Para Bourdieu “(…) la estructura social,  se manifiesta, en los contextos más diversos, en la forma de oposiciones espaciales, en las que el espacio habitado (o apropiado) funciona como una especie de simbolización espontánea del espacio social. En una sociedad jerárquica no hay espacio que no esté jerarquizado y no exprese las jerarquías y las distancias sociales, de un modo (más o menos) deformado y sobre todo enmascarado por el efecto de la naturalización que entraña la inscripción duradera de las realidades sociales en el mundo natural” (y por ende, ominoso) En: BOURDIEU, P. (dir.) La miseria del Mundo. Fondo de cultura Económica, México 2000. página 200.

[4] “(…) En todo el mundo, los ricos han creado una arquitectura del miedo, refugiándose en enclaves residenciales fortificados. Estas comunidades enrejadas van en contra de los principios fundamentales del crecimiento urbano sostenible” En: http://noticias.arq.com.mx/Detalles/8396.html. 

[5] “(…) La generalización del miedo como estado natural de la existencia ciudadana, ha dado vía libre para los oscuros intereses que lo provocan. El terror ha paralizado el movimiento y la organización de las comunidades, ha impuesto desconfianza recíproca y el aislamiento como norma de convivencia ciudadana, ha normalizado y legitimado el abuso del poder y la violencia (…) En la ciudad, el miedo y el imaginario son el reflejo de la misma sociedad, pues a través de sus representaciones colectivas, tienen sustento procesos de identificación e interacción social” NIÑO MURCIA, S y otros Territorios del Miedo en Santafé de Bogotá: Imaginarios de los ciudadanos. Observatorio de Cultura Urbana / Tercer Mundo Editores. Colombia, 1998. página 133.

https://www.alainet.org/es/articulo/124016
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