Hacia el Foro Social Mundial / Américas, Caracas 2006

La dimensión de nuestra responsabilidad

26/04/2005
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  • Opinión
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El Foro Social Mundial, así como el conjunto de foros regionales y temáticos que lo han acompañado a lo largo de los últimos cinco años, constituyen hoy el instrumento más poderoso con el cual cuenta el movimiento de resistencia y de construcción de alternativas al actual modelo hegemónico del imperialismo neoliberal destructivo y militarizado.  Es un extraordinario espacio de encuentro, debate, intercambio de ideas y propuestas, construcción de agendas, coordinación de plataformas de lucha de organizaciones y movimientos sociales y políticos de todo el mundo.  

La posibilidad de actuar en forma conjunta en la resistencia y en la construcción de alternativas al actual orden hegemónico por parte de organizaciones y movimientos que vienen de tradiciones, practicas y contextos político-culturales extraordinariamente diversos, constituye un rico aprendizaje colectivo que con su práctica de dialogo y reconocimiento recíproco a pesar de las múltiples diferencias, ha hecho mucho por superar las antiguas tradiciones del sectarismo, la intolerancia y luchas por el control que han caracterizado históricamente tantas de las luchas de los pueblos del planeta en las cuales la izquierda ha jugado un papel significativo.  Es esto precisamente lo que se busca con la Carta de Principios del Foro.  En la experiencia de los Foros Sociales se ha ido aprendiendo una nueva forma de hacer política desprendida de toda pretensión de verdad única y de modelo único alternativo a la sociedad dominante.

Retos e interrogantes

Se ha aprendido colectivamente la práctica del diálogo democrático y la coordinación de luchas como prácticas que prefiguran la sociedad democrática que colectivamente se pretende construir. Es en este sentido, no sólo es un potente instrumento político organizativo -el más importante con el cual contamos en el ámbito global- es igualmente un robusto campo de pedagogía política y de prefiguración de prácticas colectivas solidarias y democráticas, de nuevas formas de hacer política.  Es igualmente, a pesar del escepticismo de muchos, un eficaz y efectivo instrumento de lucha política con una demostrada capacidad de incidencia.  Las discusiones, coordinaciones, campañas y efectivas movilizaciones y resistencias de los últimos años en contra del ALCA, de la OMC, de lucha por los derechos de las mujeres, contra los transgénicos, las luchas de los Sin Tierra y de los pueblos indígenas, por citar sólo algunos ejemplos, han sido potenciales en su impacto político por las actividades de coordinación de las luchas locales y regionales a nivel global que los Foros Sociales han hecho posible.  

Es, sin embargo, el Foro Social igualmente un instrumento frágil.  Conservar la dinámica de movimiento de los Foros Sociales requiere un extraordinario y permanente trabajo colectivo.  Es este un esfuerzo en muchos ámbitos.  Esfuerzo financiero (del Foro Social de Porto Alegre 2005 permanecen  por pagar cuentas por un total de aproximadamente un millón de dólares), esfuerzos organizativos (para las organizaciones y movimientos del planeta constituye la participación en el Foro un extraordinario esfuerzo organizativo y económico), y sobre todo la preservación, fortalecimiento y profundización de la dinámica del Foro constituye un extraordinario reto político.

Son muchos los problemas que ha sido necesario confrontar, que será necesario seguir confrontando.  Son debates políticos que han sido planteados abiertamente desde los indicios de la experiencia del Foro y con seguridad continuarán a lo largo del tiempo.  ¿Cómo mejorar la capacidad de actuación e incidencia política sin imponer lógicas centralizadas de definición de líneas políticas comunes para todos? ¿Cómo profundizar en la eficacia política preservando la autonomía de los movimientos y la diversidad de las posturas, y la extraordinaria gama de expresiones organizativas? ¿Cómo preservar, por ejemplo, la acción conjunta entre quienes definen su lucha como una lucha contra el neoliberalismo, el imperialismo y la guerra, y de quienes reivindican una definición directamente anticapitalista o incluso socialista? ¿Cómo lograr la incorporación de los sectores más excluidos del planeta, precisamente los sectores menos organizados, con menor capacidad de trasladarse a los lugares de encuentro de los Foros, lo que para muchos de los participantes fue la contribución más importante del Foro Social de Mumbai 2004, con la masiva presencia de los dalits ,los llamados intocables?

Las relaciones de los organizadores de los Foros con las fuentes de financiamiento, con las grandes ONGs internacionales y con los gobiernos constituyen igualmente motivos de serios debates al interior de las organizaciones participantes en los Foros.  ¿Cuáles son las fuentes de financiamiento que pueden poner de alguna manera en riesgo la autonomía de los Foros, o por lo menos dar la apariencia de ausencia de autonomía? Estos debates se expresaron, por ejemplo, en el rechazo de los organizadores locales del Foro de Mumbai al financiamiento de la Fundación Ford.

Es evidente, por otra parte, que los Foros son eventos extraordinariamente costosos (pasajes, alojamiento, comida, personal, publicaciones, comunicaciones, instalaciones, equipos de sonidos, traducción, etc., etc.).  Con los recursos propios de las organizaciones y movimientos sociales que constituyen la mayoría de los participantes de los Foros, no sería posible su realización.  

Relación con los gobiernos

Es igualmente una fuente de muchos potenciales problemas y tensiones la relación del proceso organizativo de los Foros con los gobiernos locales, provinciales y nacionales donde se realiza el Foro.  Si no se cuenta con apoyo de estas diferentes instancias de gobierno no es posible la realización de los Foros, incluso más allá de los aspectos financieros que necesariamente tienen mucho peso.  Esto se refiere a una extraordinaria gama de asuntos que no  pueden ser resueltos si no se cuenta con la disposición favorable de los gobiernos: financiamiento, visas, autorización para el uso de espacios e instalaciones públicas, autorización uso del espectro radioeléctrico, infraestructura de electricidad y telecomunicaciones requerida, servicios se agua, saneamiento y electricidad sin los cuales no sería posible la instalación de los campamentos de juventud, sin los cuales ni alcanzarían las instalaciones hoteleras y hospedajes solidarios, ni sería económicamente factible la participación masiva de jóvenes tal como ésta se ha dado en los cinco Foros Mundiales.

La experiencia ha demostrado igualmente que es indispensable contar con el apoyo de las autoridades públicas para el tema de la seguridad, lo que exige entre otras cosas que los cuerpos policiales cuenten con una información, formación y sobre todo sensibilización adecuada para estar en capacidad de responder en una forma no represiva a la dinámica de decenas de millares de personas, sobre todo de jóvenes de todas partes del mundo, cuyo comportamiento no necesariamente corresponde con los patrones idealizados de la urbanidad y las buenas costumbres.  

Dado este conjunto de exigencias no fue, por supuesto casual, que el primer Foro Social (así como tres de los siguientes cuatro) se realizase en Porto Alegre.  Para el momento del primer Foro en el año 2001 el PT (Partidos de los Trabajadores) que apoyaba entusiastamente la convocatoria del Foro estaba en el gobierno tanto en el Estado de Río Grande do Sul, como en el gobierno municipal de Porto Alegre.  Ya se preveía igualmente la posibilidad real de que Lula ganase las siguientes elecciones presidenciales.  Constituía la gestión municipal en Porto Alegre, especialmente como resultado de la experiencia del presupuesto participativo el ejemplo más exitoso y reconocido de una gestión de gobierno democrática por parte del PT.  El apoyo entusiasta de los gobiernos del PT fue un decisivo factor del éxito de los Foros organizados en Porto Alegre.  La pérdida por parte de este partido de las elecciones primero en el Estado de Rió Grande do Sul y más recientemente en Porto Alegre, después de muchos años de gobierno, complico enormemente la realización del Foro de 2005, y fue sin duda un factor en la decisión de organizar el siguiente Foro en otra parte.  

Ahora le toca a Venezuela

En Porto Alegre (enero 2005) el Consejo Internacional del Foro Social Mundial, después de debates que se venía realizando desde hace algún tiempo, acordó alterar la dinámica de los Foros Sociales Mundiales, y decidió la realización de un Foro Social Mundial (centralizado) cada dos años, y una dinámica descentralizada de realización de Foros Sociales Mundiales Continentales en los años alternos.  El Consejo Hemisférico (Americano) del Foro Social acordó que el Foro Social Mundial/América 2006 (que sería igualmente el II Foro Social de América) se realizaría en Venezuela en enero del 2006.  Esta decisión fue  ratificada por el Consejo Internacional del Foro, reunido en Utrech (Holanda) a finales de marzo y comienzos de abril.

El Foro que se realizará en Caracas el próximo año no es un foro venezolano, ni siquiera un foro sólo continental.  Es parte de la dinámica descentralizada del Foro Social Mundial.  Esto quiere decir que la responsabilidad en la toma de decisiones, en las definiciones metodológicas y en el proceso organizativo del Foro tienen necesariamente que ser coordinadas entre el Consejo Internacional, el Consejo Hemisférico y las organizaciones venezolanas participantes.  

La razón principal por la cual se propuso y acordó la realización del Foro en Venezuela es obviamente el proceso político que se vive en el país en la actualidad.  La decisión de realizar el Foro en Venezuela es una expresión clara de interés y de solidaridad con los cambios políticos que se dan en el país.  En esta decisión jugó un papel importante la referencia que hoy representa Chávez para los movimientos de resistencia al imperialismo neoliberal en el continente, tal como lo confirmó la masiva asistencia a su acto público en el Gigantinho en Porto Alegre el 30 de enero de este año.  Estas razones son igualmente los motivos de las dudas y resistencias, abiertas o implícitas, que se generaron con relación a la candidatura de Venezuela: el temor de que se pretendiera instrumentar el Foro en función intereses y fuerzas políticas coyunturales del país, y que se pudiese allegar a una dinámica sectaria y/o excluyente en contra de lo que ha sido la principal conquista del Foro, su carácter amplio y democrático.  Para algunos existe el temor de que el Foro pueda entenderse como un acto más de solidaridad con el proceso venezolano o que éste asumiese un carácter sectariamente gobiernero o chavista.

Todo esto genera unas extraordinarias responsabilidades para la organización del Foro Social Mundial/América en Venezuela en el 2006.  Esto exige un cuidadoso manejo de las relaciones del proceso organizativo del Foro con el gobierno.  Sin el respaldo político, organizativo y económico expreso del gobierno no sería posible la realización del Foro. Se requiere el apoyo continuado de una amplia gama de organismos públicos tanto municipales como nacionales. Pero si como consecuencia de este respaldo algunos sectores del gobierno y cercanos al gobierno intensasen controlar el Foro o imponerle lógicas determinadas por las exigencias de la coyuntura venezolana, se le estaría dando la razón a los sectores más conservadores del Consejo Internacional.  Lo mismo ocurriría si el proceso organizativo del Foro en Venezuela se convierte en un terreno para las pugnas y confrontaciones entre las diversas fuerzas y organizaciones políticas que hoy se confrontan y pugnan por la hegemonía en los procesos de cambio que hoy vive el país.  

Todas las diferencias y confrontaciones de posturas deben expresarse libremente en el propio Foro, lo que debe evitarse es que operen como dispositivos de intento de controlar la organización del Foro.  Tanto desde el  punto de vista del gobierno como de las organizaciones y movimientos sociales y políticos populares del país lo que más conviene es un Foro amplio, participativo, democrático.

Un Foro exitoso, con una muy amplia participación de delegados de toda América representaría una fuerte expresión de solidaridad con el proceso de cambio que hoy vive en país y un expreso rechazo a las políticas de aislamiento e intervención que impulsa el gobierno de los Estados Unidos con la complicidad de algunos sectores de la oposición venezolana, una confirmación del carácter democrático del proceso de cambio que ocurre en el país.  

Un Foro amplio, participativo y democrático ofrece una oportunidad única para estrechar las relaciones entre las organizaciones y movimiento populares de Venezuela y Colombia, como forma concreta de derrotar los intentos de generar tensiones entre las poblaciones de los dos países.

Un Foro amplio, participativo, democrático, en el cual estén presentes la más amplia gama posible de organizaciones y movimientos sociales del continente (dentro del espectro de crítica al neoliberalismo, imperialismo y militarismo tal como esto está señalado en la Carta de Principios) con los cuales se pueda intercambiar experiencias y coordinar luchas, sería de una extraordinaria importancia política y pedagógica para las organizaciones y movimientos populares venezolanos.  Contribuiría a levantar la mirada más allá del ombligo, más allá del proceso nacional, para asumir una perspectiva más global y aprender -hay mucho que aprender-de otras experiencias.  

Un Foro amplio, participativo, democrático sería un espacio de aprendizaje colectivo de nuevas formas de hacer política, un potente antídoto contra las tendencias sectarias y excluyentes que se expresan tan frecuentemente en los actuales debates nacionales.

Aprender de Porto Alegre

Desde el punto de vista de los objetivos mundiales, continentales y nacionales del Foro, lo peor que pudiese pasar es que algún grupo o grupos intentase controlar el Foro, o que las pugnas por el control del Foro apartasen energías del enorme esfuerzo requerido para la realización de un Foro exitoso, Foro en el cual puede esperarse fácilmente la presencia de unas 50.000 personas. Para evitar estas pugnas sectarias por el control, además de la madurez y voluntad política requerida, es indispensable que la metodología del proceso organizativo sea lo más abierta, lo más descentralizada, lo más democrática posible.  Una metodología tan abierta y tan descentralizada que no sea posible su control político-organizativo.  En esta dirección se avanzó significativamente en el Foro de Porto Alegre de este año.  Los organizadores del Foro no asumieron como su responsabilidad la jerarquización de las actividades entre las más o las menos importantes y no organizaron grandes mesas redondas, ni invitaron a algunas grandes estrellas de la política de la resistencia global para hablar en los horarios y sitios privilegiados.  Por el contrario, todas  las actividades las aproximadamente 2500 actividades realizadas fueron totalmente autogestionadas por las organizaciones participantes.  Los organizadores del Foro realizaron un amplio proceso de consulta previo, y sobre la base de ésta, definieron 11 amplios Espacios Temáticos que fueron abiertos a las propuestas hechas por organizaciones y agrupaciones de todas partes del mundo.  No se ejercitó para ello ningún veto por parte de los organizadores.  De acuerdo a las actividades propuestas y de las estimaciones sobre participantes potenciales en cada actividad, se realizó la distribución de éstas en diferentes horarios y locales. Aparte de las marchas de inicio y clausura del Foro, no hubo en el Foro ninguna actividad central.  (Las intervenciones de Lula y de Chávez no formaron parte de la organización formal del Foro).

Dentro de los amplios límites definidos por la Carta de Principios del Foro, todas las actividades propuestas por organizaciones nacionales, continentales y mundiales deben ser aceptadas sin exclusión.  Nadie es dueño del Foro, y dentro de los límites amplios de la Carta de Principios, nadie tiene el derecho a decidir quiénes pueden y quienes no pueden participar.  

Proceso abierto y democrático

Dada la intensidad del debate político en Venezuela hoy, no sólo entre las llamadas fuerzas del cambio y las fuerzas de la oposición, sino al interior de las fuerzas del cambio es de esperar que el Foro será un lugar privilegiado, no sólo de intercambio de experiencias, de coordinaciones y definiciones de acciones y luchas conjuntas, sino igualmente de debates y confrontaciones entre diferentes posturas, a veces posturas radicalmente enfrentadas.  Esto forma parte del debate democrático: no hay que temerlo, carece de sentido intentar evitarlo.

Es necesario por lo tanto buscar separar en la medida de lo posible los acuerdos necesarios en el proceso de organización del Foro de manera que todos los esfuerzos apunten en la dirección de su máxima apertura democrática, y los intercambios y debates políticos que cada persona, grupo u organización formulará de acuerdo sus propios criterios durante la realización del Foro.  

Dada la importancia del Foro Social Mundial en las luchas por otro mundo posible, y la importancia crítica que éste tiene para el avance y profundización democrática de los cambios que hoy se dan en el país, es fundamental que tanto el gobierno como las organizaciones sociales asuman que de lo que se trata es de crear un espacio para el debate, la polémica, el intercambio de experiencias, la coordinación de luchas y campañas.  Cualquier intento de control o de imponer una orientación política particular puede poner en riesgo la frágil arquitectura del Foro.

Edgar Lander, sociólogo, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela.  Es miembro de la Comisión Organizadora del VI Foro Social Mundial, sede Américas y II Foro Social Américas, Caracas enero 2006.
https://www.alainet.org/es/articulo/123264
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