Impactos económicos, sociales y ambientales

La expansión de la oferta del etanol

12/08/2007
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1.  Preliminares

El patrón de crecimiento económico establecido en la sociedad capitalista contemporánea reposa, en particular en esta fase de afirmación global y hegemónica de las ideas y prácticas neoliberales, en las megaempresas capitalistas multinacionales, aunque éstas tengan orígenes nacionales bien definidos.

Es, ante todo, un patrón económico que tiene como referencia la concepción del mundo en la cual la orientación del desarrollo y del gobierno de las sociedades nacionales debe desarrollarse cada día más bajo el imperio de una nación-red (imperio de EE UU y de los países industrializados que le son orgánicos en la dominación mundial) y de un grupo restringido  de las megaempresas multinacionales, las cuales definen la naturaleza y la forma del desarrollo económico y del progreso técnico.

Esta racionalidad capitalista contemporánea, que viene siendo construida desde hace varias décadas, determinó y determina la forma cómo se da o se dará la industrialización y, en una relación de causa y efecto, la composición de la matriz energética mundial.

Diversos factores han determinado la dependencia mundial de la fuente energética no renovable basada en el petróleo tras el final del siglo XIX.  EL principal, quizás, haya sido la diversidad de usos que el petróleo proporcionó con el sistemático avance de las ciencias y de las tecnologías aplicadas para su utilización desde el inicio de su extracción comercial (1859).  Sin embargo, fue  con el advenimiento de la industria automovilística y la aviación, así como de las guerras, que el petróleo se volvió el principal producto estratégico del mundo moderno.  Las mayores 100 empresas del siglo XX estaban relacionadas con el automóvil o el petróleo
[1].

En 2004, la OIE (Oferta Interna de Energía) en el mundo fue de 86,7% de energía de fuentes no renovables y 13,2% de fuentes renovables.  En la OCDE[2], en ese año, la OIE fue de 93,9% de energía de fuentes no renovables y de 6,1% de fuentes renovables.  Y el petróleo respondió, en 2004, por el 34% de toda la oferta de energía generada en el mundo, siendo que en la matriz energética brasileña  le correspondió el  37,9% de la OIE en 2006.

Según el gobierno de EE UU se prevé que el consumo mundial de energía aumentará en un 71% entre 2003 y 2030, y la mayor parte de este aumento tendrá como fuente una mayor demanda de petróleo, hulla y gas natural. Se estima que, para el final de ese periodo (2030),  toda la energía renovable (incluidos los agrocombustibles) será un 9% del consumo mundial de energía.  En ese sentido,  es relativo y peligroso considerar como cierto el supuesto de que los agrocombustibles tendrán un papel importante en la lucha contra el calentamiento global[3].

La política global de créditos de carbono evidencia que la intención de los países más industrializados es la de mantener el patrón económico históricamente establecido en su industrialización, incluso con los esfuerzos por mejorar su producción energética.  Eso quiere decir que la pretensión de los gobiernos de esos países es una reducción mínima de la emisión de gases de efecto invernadero (GEE),  en un nivel apenas necesario para que sirva de base para su ideología de seudo participación en el control y reducción del calentamiento global.  A la vez, esos países  amplían los procesos de traspaso de sus industrias electrointensivas y ambientalmente contaminantes del medio ambiente a los países denominados en vías de desarrollo.

La matriz energética brasileña presenta una composición más dependiente del petróleo (37,9% en 2006) que la matriz mundial (34% en 2004), sin embargo menos dependiente del carbón mineral (Brasil 6,0% en 2006 y la mundial de 25,1% en 2004) y del gas natural (Brasil 9,6% en 2006 y la mundial 20,9% en 2004).  En el caso brasileño, las fuentes renovables de energía tienen un porcentaje relativamente alto.  


En 2006, la OIE en Brasil fue de 55,1% de energía no renovable y 44,9% de fuentes renovables.  La composición de la matriz energética brasileña en 2006, por fuente de OIE, fue:

  • no renovable: petróleo con 37,9%; gas natural 9,6%; carbón mineral 6,0%; uranio 1,6%
  • renovable: energía hidráulica 14,8%; productos de la caña de azúcar 14,6%; leña 12,4% y otras fuentes 3,0%.


A pesar de esta mejor calidad de la matriz energética brasileña en relación a la matriz energética mundial, la composición de las fuentes de energía renovable presenta problemas de otra naturaleza, pero muy  preocupantes, tanto desde el punto de vista económico y social como ambiental.

Dos fuentes importantes de energía renovable, la hidráulica y de la biomasa, que sumadas representaron el 41,8% de la oferta total de energía en 2006, tienden a constituirse como espacios económicos privilegiados de las megaempresas multinacionales y nacionales, asociadas entre sí o no, para la producción y consumo a partir de sus intereses corporativos, sea para consumo interno en sus industrias o para la venta en los mercados interno y externo.


Por ejemplo, “(...) la Asociación Brasileña de Grandes Consumidores de Energía (eléctrica - HMC) y de Consumidores Libres (ABRACE, sigla en portugués) reúne a las principales compañías de la industria electrointensiva ...  consumen  el  20% de la energía eléctrica producida en el País o el 45% de la suma total del consumo industrial.  La facturación de las empresas afiliadas a la ABRACE  bordea los R$ 260 mil millones anuales, el equivalente al  46,1% del valor de la producción de la industria extractiva y de transformación; el  13% de la facturación de todas las empresas del país y el  26,5% del Producto Interior Bruto (PIB) brasileño”, como la propia asociación define en su sitio Web.  Ese poder de fuego proveniente de la unión de empresas como Alcoa, Aracruz, Bunge, Camargo Corrêa, Compañía Vale do Río Doce (CVRD), Gerdau y Votorantim ejerce una substantiva influencia en la definición de nuevas inversiones en el sector de infraestructura y, en especial, en el sector eléctrico.  Parte de esos grupos tienen interés directo tanto en la participación en  consorcios para obras como en el acceso a la energía barata como ‘consumidores libres\' (consumen por encima  de los 3 mil MW al mes y pueden comprar electricidad directamente del productor que deseen- HMC) (...)”[4].
 
Otro caso particular ayuda a comprender esa tendencia a la monopolización en el sector eléctrico.  (...) Datos del Ministerio de Minas y Energía demuestran que 408 industrias electointensivas consumen el 28,8% de toda la energía eléctrica producida en el País, lo que las convierte, a la vez, en  masivas exportadoras de energía eléctrica y agua.  Veamos un ejemplo práctico: la  mitad de la energía eléctrica producida en Tucuruí es contractualmente destinada a la industria de aluminio.  Cerca del 41% del costo final del procesamiento del aluminio corresponde a la energía eléctrica y, en el caso de Tucuruí, esto es significativo porque su tarifa subsidiada es un 30% menor con respecto al sur o sudeste del país.  Es por esto que Japón producía 1,1 millón de toneladas de aluminio por año y bajó la producción a sólo 41 mil toneladas/año, pasando a importar la cantidad restante.  En este caso, la industria electrointensiva es ‘competitiva\' porque, como todas las exportaciones de bienes primarios de bajo valor agregado, suma mano de obra barata, energía eléctrica subsidiada y gigantescas cantidades del agua virtual.”[5]

Con respecto a la energía de la biomasa, en particular la oferta de etanol y de leña,

  • la perspectiva es entrar en un proceso oligopólico ya que las industrias de azúcar y alcohol controlarán la oferta de etanol combustible,   los hornos de producción del carbón  vegetal para la industria siderúrgica,  así como la  producción de la materia prima (caña de azúcar y eucalipto), de forma directa o indirecta.


Por lo tanto, por un lado, aunque la matriz energética brasileña, todavía dependiente del petróleo, tenga en su composición una fuerte presencia de fuentes renovables de oferta de energía, lo que es deseable, por otro lado, esas fuentes renovables de energía están bajo control económico oligopólico.  Ese control económico de las megaempresas les da el poder político para determinar cómo, cuándo y dónde se dará esa oferta de energía renovable.

Ese control oligopólico  de las fuentes renovables de energía,  a la vez que operan con fuentes que podrían desarrollar mecanismos limpios de producción de energía renovable,  permite que las megaempresas se vuelvan las principales violadores de las normas institucionales y manipuladoras de la opinión pública en lo que se refiere a las cuestiones sociales y ambientales.

Las fuentes renovables de energía procedentes de las centrales hidroeléctricas y de la biomasa (etanol, aceites vegetales y madera) no deben ser disociadas de otras variables como el control del territorio (producción de la biomasa), del agua dulce (energía eléctrica y transportes), de la presencia del capital extranjero en la economía del país, de la oligopolización  de las fuentes de energía renovable y de la permisividad en la remesa de lucros (royalties, dividendos, etc.).  Y como consecuencia de estos factores,  los impactos perversos de naturaleza económica, social, ambiental, política e institucional en la dinámica del desarrollo del país.

De esta manera, la reflexión sobre el caso particular de la oferta de energía renovable procedente de la biomasa, en especial del etanol combustible, no debería ser disociada de la apreciación de las demás fuentes que constituyen la OIE en Brasil.

2.  La matriz energética brasileña

Retomando los datos generales sobre la matriz energética brasileña, se tiene que  la OIE en Brasil, en 2006, presentó la siguiente composición: 55,1% de energía no renovable y 44,9% de fuentes renovables.  Esta composición, de acuerdo a las  fuentes,  presenta el siguiente panorama:

  • No renovable: petróleo con 37,9%; gas natural 9,6%; carbón mineral 6,0%; uranio 1,6%
  • Renovable: energía hidráulica 14,8%; productos de la caña de azúcar 14,6%; leña 12,4% y otras fuentes 3,0%.
  • Los derivados de petróleo continúan  liderando la participación en la matriz energética, con el  37,9% de la oferta, aunque hayan  presentado una discreta reducción (-2,1%) en relación al 2005.
  • El gas natural es la fuente que más crece entre las fuentes no renovables de la matriz energética.  En los últimos años, su participación en la oferta interna se duplicó pasando del 3,7%, en 1998, a 9,5%, en 2006.
  • La generación de energía de carbón mineral y de sus derivados cayó en un 3% en relación a 2005.  Y la oferta interna de energía eléctrica creció el  4,5%, llegando a 461,3 TWh, mientras la generación termoeléctrica nuclear, con la operación de las centrales nucleares Angra 1 y Angra 2, se expandió en un 40%.
  • Con respecto a la fuente renovable de biomasa, en particular la caña de azúcar, la oferta interna de energía suministrada por sus derivados creció de 13,8%, en 2005, a 14,4% en 2006.
  • El etanol se destaca como gran proveedor de energía procedente de la biomasa.  En la zafra 2005/2006, la  producción nacional de etanol fue de 17,47 mil millones de litros, 10,8% mayor que la de 2004/5.  Para  la zafra 2006/2007 la previsión es de 20,1 mil millones de litros, es decir, 14,54% mayor que la anterior[6].


3.  Energías de fuentes renovables en la matriz energética brasileña


  • De acuerdo con la OCDE, Brasil debe mantener el liderazgo en la producción de energías renovables en los próximos 25 años entre los países emergentes.
  • La energía renovable representa el 44,9% de la matriz energética brasileña, ante el 14% en el mundo y sólo el 6% en los países más desarrollados de la OCDE.
    • En el caso de Brasil, la significativa participación de la energía hidráulica (14,8 % de la energía renovable) y el uso representativo de la biomasa (caña 14,6 % y leña 12, 4%) proporcionan indicadores de emisiones de CO2 bastante menores que la media de los países desarrollados.
    • En Brasil, la emisión es de 1,57 ton.  de CO2 por tep[7] de la OIE, mientras en los países de la OCDE la emisión es de 2,37 toneladas de CO2 por tep, es decir, 51% mayor.
  • Sin embargo, a pesar de la producción más limpia de energía, la OCDE estima que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de Brasil a la atmósfera aumentarán en un 70,5% hacia el 2030, superior al promedio mundial, que será de 52%[8].
  • En relación a 2005, la demanda de energía renovable en Brasil decreció sólo en los usos de la leña (-1,4%), en razón del retroceso en la cocción de alimentos por el mayor uso del GLP. La  mayor demanda por energía renovable siguió siendo “hidráulica y electricidad”, con un 14,8% del total de la oferta interna de energía.  Hubo, sin embargo, un apreciable aumento de la participación de los derivados de la caña de azúcar, que pasó a representar el 14,6 % de la matriz energética brasileña (9,6% de crecimiento).


Sin embargo, ese esfuerzo gubernamental y privado de aumentar  las fuentes de energía no renovables refuerza la tendencia a mantener el aumento de la oferta de energía de fuente hidráulica y de la biomasa dependiente de los megaproyectos y del capital extranjero.

Según el profesor Garzon[9], el Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC),  instituido en 2007 por el gobierno federal,  refuerza el abastecimiento energético de forma tendenciosa: éste ya viene contaminado por los intereses particulares y por los  proyectos específicos de los grandes grupos económicos.  El PAC es, desde esta visión, un programa perverso, pues fortalece a los que ya son fuertes y no establece ningún tipo de prioridad para rescatar a los sectores que encadenan la economía nacional, es decir, los orientados al mercado interno, a los mercados regionales, a los  procesos de agregación de valor y multiplicación de talentos, de capacidad, de generación de tecnologías.

La clase dominante en Brasil hace un  creciente esfuerzo, a través de los organismos gubernamentales o de las grandes empresas privadas nacionales y extranjeras, para  aumentar la oferta de energía de fuentes renovables como la energía hidroeléctrica y de la biomasa, ésta última en particular a partir de la caña de azúcar.  Esto se debe a que estas megaempresas nacionales y multinacionales ya poseen el control efectivo de la oferta de energía eléctrica en el país, y tienen la seguridad de que ganarán las nuevas licitaciones para nuevas hidroeléctricas y construirán las represas y las  centrales contando con impunidad por los impactos ambientales y sociales típicos de situaciones de excepción política favorables al gran capital.  Un camino similar, aunque un poco más amplio, se construye para la expansión de la oferta de etanol y de la madera,   que será empleada para celulosa o para carbón vegetal, tanto en el nivel de la producción de la materia prima como en el de su industrialización.

Sin duda, hay una demanda mundial creciente de agrocombustibles y  Brasil presenta condiciones favorables para participar de manera importante en la satisfacción de esta demanda.  Sin embargo, la forma cómo crece la oferta de agrocombustibles en Brasil, en especial del etanol como combustible, revela desde entonces una inadecuación entre el aumento de la oferta de etanol y la afirmación de la soberanía popular en el país.  Se siguen reproduciendo aquellas condiciones y prácticas económicas, sociales y ambientales absolutamente incompatibles con lo que se afirma es la noción de desarrollo de mecanismos limpios y sustentables de incremento de las fuentes renovables de energía.

4.  Demanda de etanol como  combustible


Tres factores son determinantes en  la tendencia de alteración discreta de la matriz energética mundial: a) la elevación, modesta pero creciente, de los costos  de la extracción, refinación y distribución del petróleo; b) la inviabilidad objetiva de las grandes empresas multinacionales del petróleo para controlar, como deseaban,  las fuentes de petróleo en Oriente Medio y, recientemente, en Venezuela; c) las cuestiones ambientales, entre ellas la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero (GEE) que contribuyen al calentamiento global.

Ya hay, sin embargo, la determinación de la mayoría de los gobiernos de los países del mundo de sustituir parte de la gasolina por el etanol.  La referencia es alcanzar,  en el 2017, la meta de sustituir el 20% de la gasolina por  etanol en todo el mundo.  En Brasil, el  porcentaje de la mezcla de etanol  con gasolina ya alcanza el 25% desde el primero de julio de 2007.  Incluso con ese porcentaje de esa mezcla de etanol con  la gasolina,  el país  tendrá un excedente de  4 mil millones de litros de etanol.  [10].

  • EE UU posee el  40% de todo el parque  mundial de vehículos.  Por lo tanto, las demandas esperadas de etanol por parte de este país son muy significativas por el volumen de la demanda potencial.
  • EE UU y Brasil producen juntos el 70 %  de todo el etanol del mundo.  Eso significó en 2006 cerca de 38,5 mil millones de litros de etanol combustible, tomando en cuenta que EE UU produjo 20 mil millones de litros y Brasil 18,5 mil millones de litros.
  • Sin embargo, el consumo de etanol en Estados Unidos seguramente ya  sobrepasó los 22,7 mil millones de litros en 2006.
  • En 2005, el gobierno norteamericano impuso una meta obligatoria de uso de 28,3 mil millones de litros de agrocombustibles hasta el año 2012; a comienzos del 2007, 37 gobernadores propusieron que esta cifra se eleve a 45,3 mil millones de litros al año en el 2010, y el presidente Bush incrementó aún más esta meta, situándola en 132 mil millones de litros anuales para el 2017.
  • En EE UU,  más de 22 mil millones de litros de etanol serán necesarios cada año para sustituir el aditivo conocido como MTBE[11], teniendo como objetivo reducir sus efectos contaminantes sobre el agua subterránea.  Desde el 1990,  la gasolina sin plomo podría contener de 10% a 15% de este producto[12].
  • La perspectiva es que Estados Unidos reduzca el consumo de gasolina en un 20% hasta 2017.  Eso supone aumentar en 800% el consumo de etanol en 2017.  Incluso si la producción de maíz de Estados Unidos crece  en un  30% al año, no alcanzará el volumen para satisfacer la demanda de agrocombustibles, además de garantizar la oferta de alimentos.
  • Agréguese a esto que el costo del etanol de la caña de azúcar es mucho menor que el que se extrae del maíz.  De ahí surge una de las causas de la necesidad de los capitalistas de buscar socios estratégicos en los países donde el etanol puede ser producido con menores  costos y a partir de la caña de azúcar.


La demanda potencial del  etanol como combustible a escala mundial será creciente y continuada.  Es necesario resaltar que solamente China e India poseen juntas un tercio de la población mundial (2,3 mil millones de habitantes) y continuarán teniendo altas tasas de crecimiento económico, lo que implicará posiblemente un aumento de la demanda de etanol y de aceites vegetales combustibles para cumplir las recomendaciones de mezclar etanol con gasolina y usar aceites vegetales  en forma pura o mezclados con diesel. 

Y si consideremos, además, a los países industrializados como los de la Comunidad Europea, Japón, Corea y Rusia,  todo lleva a pensar que la carrera por el etanol y por los aceites vegetales significará más que  un proceso coyuntural.  Representará un cambio estructural en el perfil de la oferta de materia prima mundial para el etanol y los aceites vegetales combustibles, en especial en Brasil.


Esta tendencia a la  alteración de la matriz energética mundial está induciendo a las grandes empresas capitalistas multinacionales a concretar  alternativas energéticas más rentables en el corto y mediano plazo, en particular las relacionadas con los agrocombustibles como el etanol y los aceites vegetales.

Estamos, por lo tanto, en presencia de una disputa mundial por la dominación de las fuentes de energía prevenientes de la biomasa, en especial de los territorios con recursos naturales más adecuados para la producción de la materia prima necesaria.

5.  Monopolización de la oferta de la energía de la biomasa

Las fuentes de energía que proviene de la biomasa se insertan en el movimiento general e histórico de monopolización de las fuentes de energía no renovables por parte de los grandes capitales.  En la actual coyuntura, el etanol  es el principal producto, pero todo hace pensar que los aceites vegetales seguirán el mismo curso.  Eso se debe al hecho de que el etanol y los aceites vegetales se han transformado en una importante fuente de agrocombustibles para consumo mundial, convirtiéndose actualmente en un gran negocio de carácter multinacional.

EL BID dice que Brasil posee 120 millones de hectáreas disponibles para plantaciones de materias primas para los agrocombustibles, y los grupos de presión de Europa hablan de casi 400 millones de hectáreas que estarían disponibles para plantaciones destinadas a agrocombustibles en 15 países africanos.  Se está hablando de una expropiación de territorios a una escala sin precedentes[13].  Un experto alemán ha formulado la hipótesis[14] de que Brasil tiene el  potencial de abastecer el 40% del combustible mundial proveniente de la biomasa[15].

Brasil tiene una posición privilegiada en esa estrategia mundial debido  a su clima favorable, tiene cerca de 200 millones de hectáreas de tierras potencialmente disponibles, y  fuerza de trabajo abundante y barata.  Además de conocimiento y experiencia en la extracción del etanol de la caña de azúcar.  Sin embargo, las pretensiones de las megaempresas y de los gobiernos de diversos países industrializados sobre el territorio brasileño, sobre las supuestas áreas posibles de ser ocupadas con cultivos que suministren materias primas para la producción de agrocombustibles, niega la presencia en esos territorios de poblaciones originarias, de campesinos, de pueblos  y áreas de protección ambiental, entre otros elementos.  Supone, como pasó con  la ocupación europea del continente americano en el siglo XVI, que Brasil es un territorio vacío, de gentes y de biodiversidad, sujeto de ser explotado, ahora por el capital monopolista de las megaempresas multinacionales.

  • Para abastecer el 5% del mercado mundial de etanol como combustible, Brasil necesitará aumentar su producción en seis veces, alcanzando los 100 mil millones de litros.  El doble de esto sería necesario para sustituir  el 10% del consumo mundial de gasolina.
  • Según  la CONAB (2007)[16] el área ocupada con caña de azúcar en Brasil en la cosecha 2007/2008 es de 6,6 millones de hectáreas, superior en un 7,40 % a la cosecha anterior, y distribuida así: 82,49% en las regiones Centro-Sur y 17,51 % en las regiones N y NE.  La caña crece básicamente en las áreas anteriormente ocupadas con pastos.
  • La producción nacional estimada de alcohol para la zafra 2006/2007 será de 20,01 mil millones de litros, superior en 14,54% (2,54 mil millones de litros) a la de la cosecha anterior.  De ese total, la región Centro-Sur participa con 91,20% (18,25 mil millones de litros) y la Norte y Nordeste con 8,80% (1,76 mil millones de litros).
  • De los 20,01 mil millones de litros de alcohol, 46,73% (9,35 mil millones de litros) serán de anhidro; 53,11% (10,63 mil millones de litros) de hidratado y 0,16% (32,08 millones de litros) de neutro, cf.  CONAB (op.cit.).
  • La producción total estimada de caña de azúcar en Brasil para la zafra 2007/2008 es de 528 millones de toneladas.  De ese total, el 88,67% se destina a la industria del azúcar y el alcohol, y el restante para la fabricación de aguardiente de caña, alimentación animal, semillas, fabricación de raspadura, azúcar negra y otros fines.
  • Del total de caña de azúcar (468,15 millones de toneladas) que estará siendo molida en 2007 por el sector azucarero y del alcohol, São Paulo  procesará 59,41% (278,11 millones de ton.); Paraná 8,97% (42,00 millones de ton.); Minas Gerais 7,85% (36,74 millones de ton.); Alagoas 5,16% (24,14 millones de ton.); Goiás 4,24% (19,85 millones de ton.) y Pernambuco 3,50% (16,39 millones de toneladas) (cf.  CONAB, op.cit.).
  • Se supone que en cinco años el área de caña de azúcar alcanzaría 10,3 millones de hectáreas con una producción prevista de 728 millones de toneladas.  De esa materia prima saldrán 38 millones de toneladas de azúcar y 38 mil millones de litros de alcohol, variando ese porcentaje entre azúcar y alcohol en función de las demandas futuras.


Se estima que hacia el futuro, a mediano plazo,  la industria del azúcar y el alcohol tiene la pretensión de alcanzar en el país el récord de 110 mil millones de litros de etanol anuales.  En esa perspectiva, manteniéndose  los actuales niveles medianos de productividad de la caña de azúcar y de los rendimientos en la fabricación del etanol, los cañaverales tendrían que ocupar 28 millones de hectáreas, cifra cercana a la mitad de los las aproximadamente 60 millones que conforman toda el área usada hoy por la agricultura nacional.

Las áreas de expansión de los plantaciones de caña de azúcar están localizadas en los estados de São Paulo, Paraná, Mato Grosso do Sul, Mato Grosso, suroeste de Minas Gerais, Goiás, Tocantins, sur de Maranhão, suroeste del Piauí y oeste de Bahía.

El Estado de São Paulo posee el 58,52% de la producción de caña de azúcar del país, con 3,5 millones de hectáreas plantadas en 2007 (52,1% del área total de caña en el país), y tiene como expectativa ampliar más 1,7 millón de hectáreas del producto en los próximos cinco años, sumando un área total de 5,2 millones de hectáreas.  Pero, debido al precio de las tierras se podría transferir esa producción a Minas Gerais.


Brasil va a construir, en promedio, de dos a tres industrias de alcohol y azúcar al mes hasta 2013.  Hoy tiene 336 unidades, debe llegar a 409 (o 598, con los proyectos en consulta) hasta el final de la cosecha 2012/2013.  Fuera de las 73 industrias confirmadas, hoy hay en Brasil 189 proyectos en curso, tanto para construcción como para ampliación de las  unidades.

Las regiones de Ribeirão Preto y Araçatuba, situadas en el interior de São Paulo,  se han convertido en lugares de visita obligatoria para los interesados en la fabricación del alcohol.  Solamente el presidente de la Central Moema, Maurílio Biagi Filho, recibió, en su despacho de Ribeirão Preto, a varios grupos de ejecutivos, autoridades gubernamentales y empresarios de más de 20 países en los últimos 16 meses que tienen un interés común: el alcohol.  Ellos venían de Centroamérica (Cuba, inclusive), Venezuela - con un grupo de industriales y cuatro directores de la estatal petrolera PDVSA- , Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, México, Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón, Tailandia, India, Australia, Alemania, Francia, Suecia, Holanda y Sudáfrica[17].

El grupo Odebrecht, líder en la construcción y petroquímica en América Latina, está dispuesto a invertir R$ 5 mil millones en la producción de etanol en los próximos ocho años.  Su meta es convertirse en líder del sector en un plazo de diez años, cuando tendrá capacidad de procesar de 30 mil a 40 mil millones de toneladas de caña[18].

La perspectiva es que el etanol como combustible brasileño sea negociado como “commodity” en la próxima cosecha.  La  obtención de la certificación será posible con el proyecto "Programa de Calidad Triple A - Etanol" de la empresa de investigación brasileña Triple A – Normas.  Es un programa que está afiliado al "FoodPlus/Eurepgap",  empresa de la Unión Europea que desarrolla protocolos de calidad para las cadenas productivas del agronegocio[19].

La empresa Case IH celebró la producción de su cosechadora de caña número mil en Brasil.  “No tenemos límite de capacidad, puesto que esta máquina tiene un índice de nacionalización del  92% y nuestros proveedores están bien preparados", declaró Valentino Rizzioli, presidente de la CNH Latin America.  Según Isomar Marticher, director comercial de la CNH para Brasil y Argentina, la producción en 2007 será de 550 unidades, con relación a las 265 unidades producidas en 2006.  Para el 2008, espera producir un 40% más.  "Produciremos en 2007 y 2008 más que en los últimos diez años"[20].

Esta apertura indiscriminada a la producción de etanol como combustible convierte a Brasil en un territorio global en disputa por las grandes potenciales mundiales y sus megaempresas multinacionales.  La presencia del capital extranjero es elevada tanto para la adquisición de tierras como en las industrias de azúcar y alcohol. (ver mas adelante en Impactos, capítulo 7).

6.  Etanol a partir de la lignocelulose


El proceso de fabricación del etanol celulósico consiste en la extracción del etanol de toda forma de residuo vegetal (lignocelulose), partes de los árboles y los residuos agrícolas.  EE UU prevé, en un mediano plazo, quizás hasta 2030, la conversión anual de 1,3 mil millones de toneladas de biomasa seca en 227 mil millones de litros de etanol,  equivalente al  30% de su consumo de combustibles, todo esto supuestamente con un pequeño impacto en la producción de alimentos o de madera.

El Departamento de Energía de Estados Unidos  invertirá  US$ 385 millones en seis biorefinarías de etanol celulósico.  El valor será invertido hasta el 2010.  Los seis proyectos van a producir cerca de 480 millones de litros de etanol celulósico por año, además de otros subproductos como hidrógeno, amonio y metanol.  Algunos proyectos también generarán bioelectricidad.  Esta inversión forma parte del plan para volver competitivo a etanol celulósico en el 2012.

La hipótesis es combinar fábricas extractoras de etanol celulósico con las de diesel vegetal, para aprovechar las hojas, tallos, bagazos y demás residuos agrícolas.

El etanol celulósico, según el gobierno de EE UU, dejaría atrás el debate “combustible versus comida”, una vez que sólo residuos agrícolas y forestales serían empleados en su producción.  Su eficiencia en la reducción de los gases de efecto invernadero (GEE) es mayor que el etanol derivado del maíz.  Mientras un litro de etanol de maíz reduce las emisiones de GEE en sólo 18%, el etanol celulósico propicia un corte en las emisiones de hasta 88%.

En Brasil ya hay estudios para la producción de etanol de origen  lignocelulósica.  Hay intereses e inversiones en investigación que serán desarrollados tanto por  organismos gubernamentales y universidades públicas como por grandes empresas de investigación constituidas por las megaempresas nacionales y de capital extranjero.

Según Gonçalves (2007)
[21] el etanol celulósico sería  vendido en Brasil  en un plazo máximo de 10 años.  Si algunos resultados más recientes de conversión enzimático se confirman, siendo aplicados en escala mayor, la previsión puede descender a 5 o 6 años.  El principal obstáculo hoy es la producción y la aplicación de enzimas en gran escala, siendo el proceso basado en la hidrólisis enzimática del bagazo de caña.

7.  Impactos económicos, sociales y ambientales provocados por  la expansión de la oferta de etanol

Impactos económicos: concentración y centralización de la riqueza

  • Precios de la tierra: desde el  inicio de 2002 a agosto de 2004, las tierras para cultivar granos subieron en un 244% en Presidente Prudente (SP), por ejemplo, pero, con la caída de los “commodities”, esos precios retrocedieron en un  29% desde aquella época hasta febrero de 2007, de acuerdo a los datos del Instituto FNP[22].  El área de pastizales, que ya perdió espacio para dar paso a la soja hasta 2004, ahora pierde para la caña.  La valorización en los últimos cinco años fue de 66%.
  • Tácticas de producción: de los 3,67 millones de hectáreas de caña de azúcar cultivadas en São Paulo (zafra 2006/2007), un millón pertenece a las propias plantas.  Otro millón es de fondos de productores agrícolas (personas físicas) y 1,67 millón es de sociedades y/o arrendamientos (relación entre proveedores de caña y centrales)[23].
  • Renta de la tierra: la presión por la adquisición de tierras unida a la expansión de los monocultivos elevan los precios de las tierras y de la renta que pagan los arrendamientos.  Hace dos años, pagaban de 10 a 15 toneladas de caña por hectárea cuando arrendaban tierras en la región de Araçatuba (São Paulo).  Hoy, ya no pueden arrendar la tierra por valores inferiores a las 20 toneladas.  En Mato Grosso do Sul, el arrendamiento ya se da en la franja de 30 a 35 toneladas por alquiler[24].
  • Expansión de la frontera de la caña: la expansión del área plantada con caña en São Paulo, con la consecuente valorización del precio de las tierras, presiona a los demás cultivos y áreas de pastizales a desplazarse a nuevos lugares. Y Minas Gerais será el camino preferido, según la evaluación de la Unión de la Industria de la Caña de Azúcar  (Unica).  El Estado de Minas Gerais, que en la cosecha 2006/2007 produjo 33,56 millones de toneladas de caña, ya tiene la expectativa (CONAB, op.cit.) de producir,  en la cosecha 2007/2008,  un estimado de 40,96 millones de toneladas, con un aumento previsto de 20,10 %.
  • Si esta tendencia se mantuviere, el Estado de Minas Gerais deberá producir en 2011/12 cerca de 80 millones de toneladas,  lo que significará cerca de 1 millón de hectáreas plantadas con caña de azúcar.  En la cosecha 2007/2008 se plantaron 490 mil hectáreas de caña.
  • La producción de caña también avanza hacia los Estados de Mato Grosso do Sul, Mato Grosso, Goiás y Paraná.  Juntos, esos Estados, que estiman cosechar en la zafra  2007/2008 124 millones de toneladas,  podrían alcanzar 253 millones en 2012/13.  Es decir, van a acrecentar 129 millones de toneladas en relación a la producción actual, lo que equivaldría a una ampliación de 1,63 millones de hectáreas de los cultivos en esos cuatro Estados.
  • Nuevas centrales y capital extranjero: para posibilitar la molienda de esa caña, el sector debe invertir US$ 17 mil millones y acrecentar,  en el corto plazo,  76 nuevas plantas que sumarían a las 336 ya existentes[25].
  • Un estudio de la empresa de consultoría KPMG muestra que las megaempresas adquirieron ocho plantas en el 2005 y nueve el año pasado, y la consultora prevé que el número deberá llegar a 12 en 2007.  Desde 2005, nuevos propietarios adquirieron 29  plantas brasileñas, de las cuales 13 pasaron a manos de grupos internacionales"[26].
  • La fuerte demanda mundial del alcohol está atrayendo al capital extranjero, que ya controla 18 plantas, con capacidad de molienda de 28 millones de toneladas por zafra.  Ese volumen representa 5,9% de la cosecha nacional 2006/2007 (475 millones de toneladas de caña).  Con este apetito de los inversionistas externos, "de aquí a cinco años, el 9,6% de la molienda estará en manos de extranjeros, lo que  corresponderá al procesamiento de 70 millones de toneladas", dice Antônio de Pádua Rodrigues, director técnico de la Unica. Ellos (capital extranjero - HMC) van a tener 27 unidades solamente en el Estado de São Paulo[27].
  • Pero, hay otras versiones e informaciones sobre el tema.  Lídia Moraes[28] advierte que “(...) todos están preocupados  por EE UU, pero el país que más compra plantas en el Estado de São Paulo es Japón.  Son cerca de 40 plantas.  Contando que Brasil tiene 377 plantas operacionales, este es un dato peligroso”.


Impactos económicos en la alimentación

El enorme volumen de maíz requerido por el sector de etanol está causando un fuerte impacto en todo el sistema de alimentación en EE UU (a este país le corresponde cerca del  40% de la producción mundial de maíz, y  más de la mitad de las exportaciones totales).  En Brasil, la CONAB (julio 2007) admite que el  maíz, soja y trigo vienen perdiendo espacio  en los Estados de MT, MG, SP y en el PR, con probable repercusión en sus precios futuros[29].

  • En marzo de 2007, en EE UU, los precios futuros del maíz sobrepasaron el récord de US$ 4,38 por bushel (27,21 kg.) frente a US$ 2,40 en 2006, precio considerado el más alto en 10 años.  Los precios del  trigo y del arroz también se dispararon a los niveles más elevados  de los últimos 10 años, porque a la vez que este cereal ha pasado a ser el más usado como sustituto del maíz, el área destinada para su cultivo se  está reduciendo debido a que los agricultores amplían las plantaciones de maíz.
  • Los precios de los alimentos están subiendo a un  ritmo preocupante en Europa, China, India y en Estados Unidos.  En lo que va del año (2007), la inflación en el rubro de los alimentos debe  situarse en 4% en EE UU,  con relación  al 2,5% en 2006.  Constituirá la mayor inflación en el rubro de alimentos en 17 años.  El precio del pollo industrializado subió el  30% en un año en EE UU.  La leche en EE UU deberá subir el 14% en lo que va del  año.  En Europa, el precio de la mantequilla subió el 40%.  El trigo está siendo negociado a precios records en el mercado de futuros.  En China, el cerdo subió el 20% en 2006 y el índice de precios de alimentos en India se incrementó en el 11%.  En México, el aumento del precio de las “tortillas”  en un 60%  provocó protestas[30].
  • El gobierno de Estados Unidos continúa subsidiando  fuertemente a los productores de maíz y de etanol.  Los subsidios directos a la producción de maíz en el país alcanzaron los US$ 8,9 mil millones en 2005.  Aunque ese total deberá caer en 2006 y 2007 debido a los precios elevados del maíz, el sistema vigente de subsidio puede, en breve, ser disimulado bajo la amplia gama de créditos tributarios, concesiones de subsidios y préstamos públicos que forman parte del proyecto de ley de energía aprobado en 2005 y de un proyecto de ley de la agricultura que tiene por objetivo apoyar a los productores de etanol.  El gobierno federal ya ofrece a los refinadores de etanol un crédito tributario de 14 centavos de dólar por cada litro que produzcan,  y muchos Estados pagan subsidios adicionales[31].


El Banco Mundial estimó que, en el 2001, 2,7 mil millones de personas vivían con menos de US$ 2 al día, en el mundo; para ellas, aumentos,  aunque sea moderados en los costos de los cereales básicos,  podrían ser devastadores.  Llenar el tanque de un vehículo deportivo (95 litros) con etanol puro requerirá más de 200 kilos de maíz, una cantidad de cereal que contiene calorías suficientes para alimentar a una persona por un año.

“El Instituto Internacional de Políticas de Alimentos estimó que el precio de la canasta básica subirá de 20 a 33 por ciento hasta el año 2010, y de 26 a 135 por ciento hasta el 2020.  El consumo calórico típicamente declina cuando los precios suben en el orden de 1:2.  Por cada 1 por ciento de aumento en el costo de los alimentos, 16 millones de personas pierden su seguridad alimentaria.  Si las actuales tendencias continúan,  1,2 mil millones de personas podrían estar crónicamente hambrientas en el 2025, es decir, 600 millones más de lo que se  había previsto anteriormente”[32].

Las posibilidades de desplazamiento de las actuales plantaciones de cereales en Brasil, debido al aumento relativo de los precios de las tierras, todavía son bastante favorables debido a las grandes extensiones de tierras cultivables que pueden ser  puestas en producción, incluyendo los pastizales para la crianza extensiva de bovinos.  Sin embargo, todo lleva a pensar que habrá una reducción relativa en la producción de alimentos.  Ya hay una tendencia  a aumentar las importaciones de alimentos en el país.

Ambientales


La expansión del cultivo de la caña de azúcar tiende a consolidar el modelo económico dominante en la agricultura brasileña que significa la afirmación de las grandes áreas de monocultivos (como la soja, algodón, maíz y otros cereales) y la artificialización de la agricultura, a través de los cultivos transgénicos, fertilizantes de origen industrial, uso intensivo de agrotóxicos y de herbicidas y de la automatización, de la mecanización pesada y de la aviación agrícola.  Ese modelo es ambientalmente insostenible y favorece la degradación ambiental.

  • Uno de los gases responsables por el efecto invernadero, el óxido nitroso (N2El), tiene como principal fuente de emisión la agricultura, que es 310 veces más contaminante[33][34].
  • Contaminación de las aguas y del suelo por los agrotóxicos y los herbicidas, así como saturación de los suelos por los fertilizantes nitrogenados.
  • Compactación de los suelos por la motomecanización  pesada.
  • Los datos de  último estudio de la Conab (10º Levanatamnto da Safra  de la 2007/08, mayo 2007) sobre la caña de azúcar dejan ver la expansión del cultivo en comparación con la actual zafra de 2006/07: en Minas Gerais hubo un aumento de 16,8% en el área plantada; en Mato Grosso do Sul, 18%; y en Paraná, 25%[35].
  • Presión del área plantada con caña de azúcar que desplaza otros cultivos y  la ganadería hacia el Centro-Oeste del país, creando una nueva fuente de presión sobre nuevas tierras de la Amazonia.


Impactos Sociales


Si en el cultivo de la soja la demanda de fuerza de trabajo es reducida, en el cultivo de la caña de azúcar la tendencia dominante es a la utilización de grandes contingentes de fuerza de trabajo asalariada temporal.  Esta demanda de fuerza de trabajo, por un lado, redistribuye los sueldos para una gran masa de trabajadores desempleados o en situación de empleo precario, y,  por otro lado, se amplía y se consolida, como es usual en los cultivos de la caña de azúcar en Brasil, la superexplotación del trabajo y la práctica de trabajo en situación similar a la de los esclavos

La expansión de los monocultivos, además de degradar el medioambiente y posibilitar  la ampliación de la explotación del trabajo asalariado, destruye los territorios campesinos provocando el éxodo rural, ampliando todavía más las desigualdades sociales en el campo y en la ciudad.

  • Exclusión social del campesinado debido a la concentración de las tierras, introducción masiva de arrendamientos de tierras y crecimiento de los contratos de integración agroindustrias – campesinos, así como la desorganización de los territorios campesinos y de medianos productores con el  monocultivo de la caña de azúcar.
  • Deslegitimación de la cultura campesina y de los pueblos originarios a causa de la presencia masiva de las plantaciones de caña de azúcar, cercando físicamente a las comunidades campesinas e indígenas.
  • Desempleo: el gobierno del Estado de São Paulo y la Unica (Unión de las Industrias de Caña de Azúcar) firmaron un TAC (Término de Ajuste de Conducta) para acabar con las quemas en las áreas de caña de azúcar hasta 2017.  Según el gobernador de São Paulo, José Serra, el objetivo es llegar a 2014 con 100% del área mecanizada sin quemas y con sólo 440 mil hectáreas quemadas en las áreas no mecanizadas,   aquellas cuyo desnivel impide el acceso de máquinas[36].
  • Explotación de los jornaleros: a partir de la década de 1990 - cuando se consolida el proceso de tecnificación de esta agricultura, por el uso intensivo de máquinas cosechadoras de caña, capaces de sustituir hasta 120 trabajadores, se desarrollaron varios procesos simultáneos: aumento de la precarización de las relaciones de trabajo, existencia de casos de condiciones análogas a la esclavitud, aumento abusivo de la explotación de la fuerza de trabajo, por medio de la productividad de alrededor de 12 toneladas de caña cortada por día,  ocurrencia de muertes súbitas, presuntamente en función de la fatiga y de muertes lentas, simbolizadas por una verdadera legión de mutilados.
  • Para reunir un total de diez toneladas de caña, hay la necesidad de 9.700 golpes de machete, por lo tanto casi 1.000 golpes por tonelada.  A este escenario se pueden sumar: el calor excesivo, pues la jornada de trabajo se inicia a las 7h00 y termina alrededor de las 17h00; el humo que se aspirada al momento del corte; la mala alimentación; la violencia simbólica existente en el ambiente laboral, en el sentido de considerar flojo, débil, a aquel que no consigue alcanzar la productividad (promedio) exigida, además de la amenaza de perder el empleo, en caso de que esto ocurra.  (p.4 y 5).  En la década de 1980, la media (productividad) exigida era de 5 a 8 toneladas de caña cortada/día; en 1990, pasó a 8-9; en 2000 a 10 y en 2004 a 12-15 toneladas![37]
  • la imposición de las altas tasas de productividad del trabajo, llevándolos, en algunos casos, a la muerte, es tolerada en virtud de este proceso de introducción de la autodisciplina que los acompaña durante toda la vida[38].


7.  La avalancha verde imperialista: macro consecuencias

La ofensiva de las grandes empresas capitalistas nacionales y multinacionales que intentan controlar y monopolizar la fuente de energía renovable etanol se produce como una avalancha: derriba o destruye cualquier barrera  que se le interponga, sea económica, política, ideológica o institucional.

Esta avalancha es estimulada por el gobierno brasileño que ya se comprometió con las estrategias de las grandes potencias, en particular con EE UU, para facilitarles el control de la fuente de energía renovable proveniente de la biomasa en Brasil, vía la gran inversión de capitales, compra de tierras,  implantación y compra de plantas de azúcar y alcohol  y de producción de aceite diesel.

Esta actitud política del gobierno brasileño tiene  una resonancia internacional considerable, con más intensidad en los países latinoamericanos.  Brasil, a través de los acuerdos con EE UU, se ha convertido en la plataforma del imperialismo verde norteamericano para América Latina, vía acuerdos entre gobiernos y fusiones de las empresas Brasil-EE UU con otras de los países  cañicultores del continente.

La cuestión fundamental, en las relaciones con los países latinoamericanos (y otros, con seguridad), se sitúa en el control oligopólico de las megaempresas multinacionales, a través de sus experiencias en Brasil, de las recientes tecnologías transgénicas tanto para las nuevas variedades de caña de azúcar como para los nuevos fermentos.

Esta avalancha del imperialismo verde constriñe o desarticula cualquier propuesta de reforma agraria de los gobiernos; cambia y reduce las formas de control social sobre el capital , a consecuencia del debilitamiento político e ideológico del Congreso Nacional  y la despolitización de las luchas sociales populares, paralizadas por las políticas gubernamentales compensatorias; estimula y consagra el monocultivo; instituye formas masivas de arrendamiento capitalista de las tierras; cerca y desarticula económicamente el campesinado y, en última instancia, integra a los campesinos al capital a través de los contratos de producción.

Esta avalancha potencia el trabajo asalariado rural temporal, masivo y en condiciones precarias (jornaleros), amplía la explotación de los trabajadores y crea  sistemas de control político y laboral para perseguir la filiación y la lucha sindical.

Los llamamientos y denuncias ambientalistas pretenderán ser sofocados política y económicamente por el altísima afluencia y expansión de los capitales extranjeros y por la potencial introducción del etanol celulósico como fuente de energía que proviene  de los deshechos vegetales y de los residuos agrícolas.

Esta nueva lógica del capital verde intenta superar el conflicto producción de alimentos Vs.  producción de agrocombustibles y  esconde la apropiación privada de la tierra y el control financiero de las plantas y distribución de los combustibles (alcohol y diesel vegetal) por parte del capital extranjero.  Desde el punto de vista político e ideológico,  el etanol celulósico facilita la manipulación de la opinión pública y la cooptación de ONGs cercanas al capital.

La implantación de este imperialismo verde demanda estabilidad social en el país, no oponer ninguna resistencia a las empresas multinacionales y al gobierno. Esto significa el control social de los movimientos sociales populares, sindicatos de trabajadores, pastorales  ONGs críticas,  por medio de la cooptación y/o de la represión; el libre acceso a las tierras desocupadas y de los latifundios sin amenazas de reforma agraria y ocupaciones de tierras; la flexibilidad de las relaciones del trabajo asalariado en el campo  vía legislación o tercerización sin control político y social, y minimizar la importancia de las medidas gubernamentales de fiscalización de la depredación  del medio ambiente.

ANEXO

MATRIZ ENERGÉTICA BRASILEÑA.  DATOS PRELIMINARES DE 2006
Fuente: MME; Reseña Energética Brasileña (marzo 2007)

Oferta interna de energía - oie (mil tep)

Fuentes

2005

2006

06/05 %

No renovable

121.349

124.321

2,4

Petróleo

84.553

85.485

 

Gas natural

20.526

21.721

5,8

Carbón mineral

13.721

13.464

-1,9

Uranio (u3o8)

2.549

3.650

43,2

Renovable

97.314

101.434

4,2

Energía hidráulica

32.379

33.452

3,3

 

 

 

 

Leña

28.468

28.058

-1,4

 

 

 

 

Productos de la caña de azúcar

30.147

33.043

9,6

Otras renovables

6.320

6.880

8,9

Total

218.663

225.754

3,2

% Producto interior bruto - PIB        3,7


Estructura % de la oferta interna de energía

Fuentes

2005

2006

06/05 %

No renovable

55,5

55,1

 

Petróleo

38,7

37,9

-2,1

Gas natural

9,4

9,6

2,5

Carbón mineral

6,3

6,0

-5,0

Uranio (u3o8)

1,2

1,6

38,7

Renovable

44,5

44,9

1,0

Energía hidráulica

14,8

14,8

0,1

Leña

13,0

12,4

-4,5

Productos de la caña de azúcar

13,8

14,6

6,2

Otras renovables

2,9

3,0

5,4

Total

100,0

100,0

0,0



(Curitiba, 10 de julio de 2007)

- Horacio Martins de Carvalho es asesor de movimientos sociales del campo en Brasil y consultor técnico en planeación social.

- Este texto corresponde a una nueva versión, revisada y  ampliada, de mi texto denominado “Avalancha del Imperialismo Verde 2”.  Curitiba, mimeo 5 p. 3 de mayo de 2007.

Traducción: Eduardo Tamayo G. / ALAI



[1] Las crisis del petróleo.  Introducción.  In Historia, por Voltaire Schilling.  http://educaterra.tierra.com.br/voltaire/mundo/petroleo.htm.

[2]  Los siguientes son los 30 países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE): Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Eslovaca, República Checa, Suiza, Suecia y Turquía.  Además de esos países, la  Unión Europea.también integra la OCDE.

[3] GRAIN.  ¡NO a la fiebre de los agrocombustibles! Junio de 2006, http://www.grain.org/go/agrocombustibles.

[4] In Mercado Ético.  Asimetría entre empresas y consumidores define sector eléctrico.  http://mercadoetico.tierra.com.br/noticias.view.php?id=55

[5] Henrique Cortez.  El siglo del hidronegocio.  Jornal do Brasil, 26/07/2005.  In http://www.mabnacional.org.br/comunicas/270705_hidronegocio.htm.

 

[6] Fuente: Balance muestra más energía de la caña en 2006.  Empresa de Investigación Energética (EPE ).  07/04/2007

[7] TEP: tonelada equivalente petróleo.  Poder calorífico del petróleo = 10.000 kcal/kg o 1 Tep; poder calorífico de la leña = 3.100 kcal/kg o 0,310 tep.

[8] Soraia Abreu Pedrozo.  Brasil mantiene liderazgo en energía limpia.  BM&F Brasil, 28 de junio de 2007, 11h17 (web BM7F).

[9] Entrevista sobre PAC, obras de infraestructura del gobierno, etc.  con Luis Fernando Nóvoa Garzón, de la Unicamp.  Páginas de la Unisinos, 25 jun 07.

[10] Mezcla de anhidro en la gasolina pasa para 25% en 1º de julio, (13/06/2007) in http://www.portalunica.com.br/portalunica/?Secao=ÚNICA.

[11] MTBE: éter metil-butil terciario, molécula creada a partir de la mezcla del isobutileno y metanol y que potencia  el octanaje.   Es un aditivo oxigenado que mejora la combustión en el motor.  Es cancerígeno.  Contamina las aguas y suelos y puede ser persistente en las aguas subterráneas.

[12] C.  Ford Runge y Benjamin Senauer.  La ampolla del etanol.  Revista Foreign Affairsu

[13] GRAIN.  ¡No a la  fiebre de los agrocombustibles! Junio de 2006, http://www.grain.org/go/agrocombustibles.

[14] Ernst Schrimpff, Presidente de la Asociación Federal Alemana de Aceites Vegetales.

[15] Schrimpff, Ernst (2006).  La experiencia europea de combustibles renovables, con destaque en  los aceites vegetales.  In Werner Fuchs (ed.).  Coseche aceites vegetales.  Curitiba, Edición del Autor, 120 p.; p.  18.

[16] CONAB (julio 2007).  Safra caña 2007/2008 Estimativa.  1º Levantamiento, mayo 2007.

[17] Angela Fernanda Belfort.  Alcohol : Brasil en el foco mundial.  LQES NEWS.  (este tema  fue primeramente difundido en el Jornal do Commércio (Recife, Brasil), el 20 de agosto de 2006, dentro de la rúbrica JC Economía).

[18] CEPAT.  Coyuntura de la Semana.  Una lectura de las Noticias del Día del IHU de 27 de julio a 03 de julio de 2007.

[19] Márcio Rodrigues.  Proyecto brasileño puede garantizar certificación del alcohol en la próxima cosecha, en Folha EN LÍNEA 04/06/2007 - 09h00

[20] Gaceta Mercantil.  Case acelera producción de cosechadoras.  Búsqueda Fácil, 19/4/2007 10:03:00.

[21] Adilson Roberto Gonçalves (2007).  Entrevista por correo electrónico, con  Terra Magazine , en Daniel Bramatti.  Etanol celulósico llega en 10 años.  Terra Economía, 14 de marzo de 2007, 09h31.

[23] Mauro Zafalon.  Boom del alcohol duplica valor de tierra y central, in FSP 18-03-07

[24] Mauro Zafalon.  Minas Gerais asume segundo lugar en la caña.  FSP.

[25] Mauro Zafalon.  Minas Gerais asume segundo lugar en la caña.  FSP.

[26] Cibelle Bouças.  Número de adquisiciones de centrales debe batir récord este año.  Periódico Valor, jueves, 31 de mayo de 2007 16:22.

[27] Mauro Zafalon.  Boom del alcohol duplica valor de la  tierra y la central, in FSP 18-03-07

[28] Lídia Maria Pepe Moraes (UNB) (2007), entrevista a Daniel Bramatti, en Etanol celulósico llega en 10 años.  Terra Magazine, 14 de marzo de 2007, 09h31.  http://terramagazine.tierra.com.br/interna.

[29] Fabíola Gomes, in Etanol en el lugar de alimentos.  São Paulo, Periódico O Estado de São Paulo, 4 julio 2007.

[30] Patrícia Campos Mello.  Los alimentos van a subir de precio a causa del etanol en O Estado de São Paulo, 01 julio 07.

[31] C.  Ford Runge y Benjamin Senauer La ampolla del etanol.  Revista Foreign Affairs.

[32] Runge, C.  Ford y Senauer, Benjamin (2007).  Como los biocombustibles pueden matar a los pobres de hambre, Foreign Affairs, May/june.  Citado por Eric Holt-Giménez (2007).  Biocombustibles: Los Cinco Mitos de la Transición de los Agro-combustibles.  Food First/Institute fuere Food and Development Policy.  Traducción del inglés por Ana Amorim.

[33] Poder destructivo de los gases de efecto invernadero – Existe un concepto conocido como Potencial de daño global (o Global Warming Potential – GWP), que se refiere al poder destructivo de las moléculas de cada gas de efecto invernadero.  La molécula de dióxido de carbono equivale a 1 en este índice.  El metano (CH4) tiene uno potencial 21 veces mayor que el CO2.  EL óxido nitroso (N2O) tiene uno potencial de daño 310 veces mayor que el CO2.  El hexafluoreto de azufre (SF6) tiene uno GWP 23.900 veces mayor que el CO2.  (Ver.  Glosario de términos técnicos para entender el Protocolo de Kioto.  Ministerio de Minas y Energía – MME, CONPET, in http://www.conpet.gov.br/kioto/glossario.php.)

[34] Soraia Abreu Pedrozo.  Agricultura libera gases más contaminantes.  BM&F Brasil .  16 de abril de 2007, 14h55

[35] Fabíola Gomes, en Etanol en lugar de alimentos.  São Paulo, Periódico O Estado de São Paulo, 4 julio 2007.

[36] Márcio Rodrigues.  Centrales tendrán hasta 2017 para cosechar caña sin quemas en São Paulo.Folha EN LÍNEA.  04/06/2007 - 18h19

[37] Maria Aparecida de Moraes Silva (2006).  Muertes de los “severinos” en los cañaverales del estado de São Paulo, en Conflictos en el campo en 2005.  Goiânia, CPT, Gráfica y Editorial América, p.162-166.

[38] Maria Aparecida de Moraes Silva y Rodrigo Constante Martins.  La modernidad de la economía Junker a la moda contemporánea del rural del Estado de São Paulo: la degradación social del trabajo y de la naturaleza (Una versión preliminar de este texto fue publicada en el Dossier Dimensiones de la Cuestión Agraria en Brasil de la revista Luchas y Resistencias (Londrina, n.1, p.91-106, set.2006).

https://www.alainet.org/es/articulo/122626?language=en
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