África quiere despegar. La economía africana ha crecido al 5% en los últimos tres años. Los analistas internacionales ven en esta cifra una esperanza para el continente. Desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se calcula que el crecimiento de la economía africana estará cerca del 6% en el año 2007. El Banco Mundial afirma que el estado de la economía de África es el mejor de los últimos 25 años.

Los últimos años, los desastres naturales, parecen haber dado un respiro a los países africanos, que han obtenido buenas cosechas, lo que ha hecho que sus exportaciones hayan crecido. Además, éstas están siendo diversificadas. África ya no sólo exporta café, también otros productos.

África comienza a ser un país emprendedor. Un ejemplo, es la marca etíope Taytu, que causó gran interés por su línea de bolsos, zapatos y pañuelos en la feria de complementos de moda de Paris. Se está desterrando la idea de que los africanos son “vagos y que prefieren que todo se les de hecho”. En la actualidad, las pequeñas empresas son las que crean la mayor parte del empleo. La OCDE explica que estas pequeñas iniciativas son el motor de la bonanza económica, a pesar de que muchas de ellas trabajan en la economía sumergida.

La entrada de capital extranjero es otro de los puntos clave de esta mejora. Diecinueve mil millones de dólares anuales entran en el continente como inversión extranjera. A esto hay que añadir los más de 8.000 millones de dólares que entran a través de las remesas que envía la población emigrante. Las migraciones, además, suponen un valor añadido. En muchos casos, esos emigrantes vuelven al país de origen y traen consigo una forma diferente de ver las cosas. Saben utilizar nuevas tecnologías, se han formado mejor, conocen sus derechos… Ayudan a que se cree una clase media que exige una mayor participación en la sociedad y en la cosa pública.

En lo político, África también ha avanzado en estos últimos años. Hace 25 años, sólo tres países, Senegal, Botswana y Mauricio, contaban con un régimen democrático. En la actualidad, son más de 40, de los 53 que existen, los que celebran elecciones. La estabilidad política y la reducción de los conflictos armados también han ayudado a la mejora de la economía del continente de la esperanza.

África cuenta con nuevos “aliados”, como China, que ayudan a que el perfil económico de este continente vaya a mejor. A China le interesan los recursos naturales, el petróleo y el gran mercado que supone África. A cambio, el gobierno chino construye carreteras, hospitales, presas… Los expertos internacionales explican que, a pesar de ser una relación con “doble juego”, los africanos tienen que aprovechar la inversión asiática para crear empleo y riqueza y, así, salir de la situación de pobreza. Para muchos economistas, la “ayuda” China es clave para la recuperación tan rápida del continente. Países como Etiopía, con un crecimiento cercano al 9%, podrían dar grandes pasos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y reducir de manera considerable los niveles de pobreza para 2015.

Sin embargo, no se puede bajar la guardia. África tiene que afrontar problemas estructurales que tardarán en resolverse. El 44% de la población vive en la extrema pobreza, más de 250 millones de personas viven en los suburbios de grandes ciudades en condiciones insalubres, sólo una cuarta parte de la población dispone de electricidad y agua potable en sus casas, 30 millones de personas están infectadas por el sida, hay gobernantes corruptos, como el de Zimbawe que está llevando a su país al caos con un paro que afecta a cuatro de cada cinco personas y una inflación del 4,5%.

África no sólo necesita de la cooperación internacional y la ayuda exterior, también que los países occidentales dejen de tutelarla. Los africanos saben lo que necesitan y cómo hacerlo posible. Hay que dejar que surjan proyectos e iniciativas que den respuesta a sus problemas. Cuenta con la riqueza de sus recursos naturales, con un poco de ayuda tecnológica y “quitándole el pie de encima”, África podrá salir del pozo.

Ana Muñoz
Periodista

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias  (CCS), España.

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