Bases militares
18/06/2007
- Opinión
Casi tan genial como proponer la reforma de la carrera magisterial para que cualquiera que no haya estudiado para maestro pueda enseñar en la escuela, lo que nos permitiría contar con Vargas Llosa en las aulas, o que defender el “derecho” de los empresarios al despido arbitrario como medida para alentar el empleo, es aquella fórmula repetida varias veces por “Correo” de que convencer a Estados Unidos que traslade su base militar de Manta, Ecuador, al Perú, nos hará invulnerables en el mundo. Pasaremos a una condición de casi entenados de los gringos y evitaremos con ello que Chile se siga metiendo con nosotros. Obtendremos una paz tan conveniente que podremos bajar al suelo el gasto militar o tal vez ensayar quedarnos sin Fuerzas Armadas, dejando la seguridad nacional en manos de marines armados hasta los dientes.
Es tan estu… pendo el planteamiento que me ha hecho pensar varias lo que ocurriría si todos los países sobre la Tierra acogen en su territorio bases militares made in USA, con sus aeródromos, sus cuarteles de tanques y soldados, sus portaviones a distancia, etc. ¿No sería acaso el comienzo de la paz mundial? Si un país intenta imponerse a otro, tendría que verse con la base norteamericana lo que se tomaría como hostilidad al gigante. Pero como todos tendrían su propia base, todas las amenazas quedarían neutralizadas. En una época de la historia de Inglaterra se tenía esa noción de las relaciones internacionales: “la paz victoriana” consistía en que la gran potencia colonial tuviera la máxima conducción del mundo. Pero eso acabó en dos guerra mundiales y en in numerables conflictos anticoloniales.
Hoy tenemos buenos ejemplos, como Irak o Afganistán, que demuestran que una gran cantidad de militares estadounidenses no son siempre sinónimo de sumisión como seguramente imagina Aldo M. En el Líbano hace algunos años volaron más de 200 soldados yanquis en un sólo acto. En la televisión se puede ver las vicisitudes de los comandos en la paupérrima Somalia; y aquí mucho más cerca de nosotros, en Colombia, tenemos intervención de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, y eso no ha servicio para acercar a ese país al final de su sangrienta guerra interna. ¿De dónde pues sacar que estos fortachones son heraldos de la nueva paz armada, aunque sea por su poder intimidante?
En el comienzo de la década de los 90, Sendero Luminoso advertía que la guerra social que decía estar protagonizando se iba a convertir inevitablemente en guerra nacional, debido a que Washington tendría que meter sus narices si la crisis y el desgobierno seguían profundizándose a los golpes despiadados de los insurrectos. El 4 de abril de 1992, el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Bernard Aronson, declaró que Sendero era la guerrilla más letal de esta parte del mundo y que cabía la posibilidad de que fuese capaz de tomar el poder De alguna manera, el golpe militar de Fujimori-Montesinos del día siguiente se adelantó a la intervención insinuada en esas declaraciones, y puso sobre la mesa la opción de que el gobierno y los militares peruanos resolviesen por su cuenta el riesgo planteado. ¿Nadie ha pensado que el actual juego de bases militares por TLC, o de si somos los más pro-yanquis entre todos nuestros vecinos, y si sacamos la lengua a los rotos detrás de las piernas del Tío Sam, podría ser el ingrediente que falta para que sentimientos nacionales muy lastimados se conviertan en factor de un agudo conflicto interno de impredecibles consecuencias.
¿Cómo es que las elites políticas han llegado a este extremo de estupidez de suponer que cuánto más nos amarremos las manos, y más bajemos la cabeza, más felices seremos? ¿Habrá alguien que se pregunte por qué Ecuador no renueva la base de Mantas si tenerla otorga tantas ventajas?, ¿o será que el presidente Correa está consciente que la base nunca los fortaleció en sus disputas de frontera (especialmente con el Perú), pero si sirvió para limitar la soberanía de su país en aspectos de inversiones de Estados Unidos, deuda externa, narcotráfico y política de intervención hacia Colombia?
¿Queremos que Estados Unidos no adopte?
- www.rwiener.blogspot.com
Es tan estu… pendo el planteamiento que me ha hecho pensar varias lo que ocurriría si todos los países sobre la Tierra acogen en su territorio bases militares made in USA, con sus aeródromos, sus cuarteles de tanques y soldados, sus portaviones a distancia, etc. ¿No sería acaso el comienzo de la paz mundial? Si un país intenta imponerse a otro, tendría que verse con la base norteamericana lo que se tomaría como hostilidad al gigante. Pero como todos tendrían su propia base, todas las amenazas quedarían neutralizadas. En una época de la historia de Inglaterra se tenía esa noción de las relaciones internacionales: “la paz victoriana” consistía en que la gran potencia colonial tuviera la máxima conducción del mundo. Pero eso acabó en dos guerra mundiales y en in numerables conflictos anticoloniales.
Hoy tenemos buenos ejemplos, como Irak o Afganistán, que demuestran que una gran cantidad de militares estadounidenses no son siempre sinónimo de sumisión como seguramente imagina Aldo M. En el Líbano hace algunos años volaron más de 200 soldados yanquis en un sólo acto. En la televisión se puede ver las vicisitudes de los comandos en la paupérrima Somalia; y aquí mucho más cerca de nosotros, en Colombia, tenemos intervención de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, y eso no ha servicio para acercar a ese país al final de su sangrienta guerra interna. ¿De dónde pues sacar que estos fortachones son heraldos de la nueva paz armada, aunque sea por su poder intimidante?
En el comienzo de la década de los 90, Sendero Luminoso advertía que la guerra social que decía estar protagonizando se iba a convertir inevitablemente en guerra nacional, debido a que Washington tendría que meter sus narices si la crisis y el desgobierno seguían profundizándose a los golpes despiadados de los insurrectos. El 4 de abril de 1992, el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Bernard Aronson, declaró que Sendero era la guerrilla más letal de esta parte del mundo y que cabía la posibilidad de que fuese capaz de tomar el poder De alguna manera, el golpe militar de Fujimori-Montesinos del día siguiente se adelantó a la intervención insinuada en esas declaraciones, y puso sobre la mesa la opción de que el gobierno y los militares peruanos resolviesen por su cuenta el riesgo planteado. ¿Nadie ha pensado que el actual juego de bases militares por TLC, o de si somos los más pro-yanquis entre todos nuestros vecinos, y si sacamos la lengua a los rotos detrás de las piernas del Tío Sam, podría ser el ingrediente que falta para que sentimientos nacionales muy lastimados se conviertan en factor de un agudo conflicto interno de impredecibles consecuencias.
¿Cómo es que las elites políticas han llegado a este extremo de estupidez de suponer que cuánto más nos amarremos las manos, y más bajemos la cabeza, más felices seremos? ¿Habrá alguien que se pregunte por qué Ecuador no renueva la base de Mantas si tenerla otorga tantas ventajas?, ¿o será que el presidente Correa está consciente que la base nunca los fortaleció en sus disputas de frontera (especialmente con el Perú), pero si sirvió para limitar la soberanía de su país en aspectos de inversiones de Estados Unidos, deuda externa, narcotráfico y política de intervención hacia Colombia?
¿Queremos que Estados Unidos no adopte?
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https://www.alainet.org/es/articulo/121776?language=es
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