Paladines de la libertad de prensa: ¡Barran delante de sus puertas!

05/06/2007
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  • Opinión
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La propiedad de los medios de comunicación está sometida desde hace tiempo a un proceso de concentración que se ha acentuado en los últimos decenios.

Con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación se han formado grandes conglomerados transnacionales que abarcan la producción y utilización de los soportes materiales: editoriales, periódicos, radiodifusoras, filmes, emisoras de televisión, vídeos, satélites, medios electrónicos, etc., que dominan también las redes de comercialización y difusión.

Actualmente la concentración oligopólica de los medios de comunicación de masas (incluida la comunicación electrónica) y de los productos de entretenimiento de masas (series televisivas, música popular, parques de diversiones, juegos de vídeo, filmes, etc.) está en su apogeo. Grandes empresas tienen el control mundial casi total de esos productos, entre ellas General Electric (NBC-Vivendi Universal), AOL-Time Warner, AT&T Corp, Viacom Inc., Walt Disney, News Corp, Bertelsmann, Sony y Liberty Media Corp.

Esas empresas dictan a los seres humanos cómo deben pensar, qué deben consumir, cómo deben utilizar su tiempo libre, cuáles deben ser sus aspiraciones, etc. Uniformizan a escala planetaria los reflejos y comportamientos del ser humano, anestesiando en las personas el espíritu crítico y destruyendo la originalidad y riqueza de la cultura de cada pueblo. Son los vectores de la ideología del sistema dominante, que filtran la información y que tiñen la información ya filtrada de esa misma ideología y en función de sus intereses particulares.

Se podría escribir largamente sobre las series de televisión y programas de entretenimientos que se difunden a escala mundial que exaltan la violencia, la competencia encarnizada, el dinero como valor supremo, que envilecen la condición humana y reducen a la mujer a la categoría de objeto sexual. También se podrían dedicar largos párrafos a los grupos editoriales transnacionales que para hacer prosperar el negocio de venta de papel impreso y por razones ideológicas y políticas venden como excelentes escritores - con el respaldo de una abundante promoción publicitaria- a autores mediocres, cuando no a verdaderos semianalfabetos y plagiarios o como importantes filósofos y ensayistas a insignes charlatanes.

En resumen, los medios masivos de comunicación, controlados en su inmensa mayoría por consorcios transnacionales, son formidables vectores para la neutralización del espíritu crítico, la domesticación y la degradación intelectual, ética y estética del ser humano.

Esas sociedades transnacionales se ocupan al mismo tiempo de las actividades más diversas, desde la fabricación de equipos electrónicos para uso militar hasta el tratamiento y distribución del agua potable y la recolección de residuos.

Es decir que de la comunidad de intereses existente entre los grandes medios de comunicación de masa y el gran capital a través del capital financiero y de los presupuestos publicitarios, se ha pasado a una comunidad concreta de intereses a través de la fusión de conglomerados industriales de diversa naturaleza que incluyen medios de comunicación de masa.

Por ejemplo General Electric, que entre otras cosas produce piezas para la industria bélica, es propietaria de la National Broadcasting Company y de otras emisoras de televisión. A principios de setiembre 2003 General Electric compró los activos de Vivendi Universal en los medios de comunicación estadounidenses y controla ahora el 80 por ciento del grupo media. El nuevo grupo será dirigido por el vicepresidente de General Electric y Presidente Director General de la NBC.

Así es como puede ocurrir que cuando un canal de televisión muestra la supuesta precisión “quirúrgica” de un bombardeo aéreo, está haciendo publicidad a un producto bélico electrónico fabricado por el mismo conglomerado de que forma parte la emisora televisiva (por ejemplo la National Broadcasting Company y General Electric).

Serge Halimi y Dominique Vidal (1) escriben que la revista francesa L’événement de jeudi, en su edición del 29/4-5/5/99 calificó como “cómplices de Milosevic” a Solyenitsine, Marie-France Garaud, Max Gallo y Peter Handke, entre otros, porque habían criticado de una manera u otra la guerra de la OTAN contra Yugoslavia. Dicha revista, señalan Halimi y Vidal, pertenece al grupo Matra, fabricante de las bombas de una tonelada guiada por laser que se arrojaba en ese momento sobre Yugoslavia.

El Grupo Matra es en realidad el Grupo francés Lagardére, que reune Matra (industria aeronáutica y militar) y Hachette (industria editorial: Fayard, Grasset, Stock, Calman Lévy, Livre de Poche, etc.) y que adquirió a fines del 2002 el grupo editorial Vivendi Universal Publishing -VUP- (Larousse, Robert, Nathan, Colin, Bordas, Plon-Perrin, Laffont, 10/18, Pocket…) e incluye canales de televisión y revistas.

El dinamismo y la voracidad del Grupo Lagardére (2) hace ya un tiempo que está poniendo nerviosas a las transnacionales estadounidenses, interesadas en los mismos sectores que controla el grupo francés. El grupo estadounidense Carlyle (Bush padre y otros) ha puesto el pie en publicaciones francesas de la prensa profesional y de la salud que pertenecieron al Grupo VUP y pertenecen ahora al Grupo Aprovia. (3)

El constructor de aviones militares Serge Dassault se convirtió en julio de 2004 en el primer propietario de periódicos de Francia al tomar el control del 82 por ciento de las partes de la sociedad Socpresse. Esta reúne 70 títulos, entre ellos Le Figaro, L’Express, L’Expansion, L’Etudiant y varios diarios regionales. Socpresse es la sucesora del imperio periodístico Hersant. El monto de la transacción se ha mantenido secreto, pero se estima en 1.200 millones de euros. (4)

“A papá le gustan las buenas noticias”, dice Olivier el hijo de Serge Dassault. En efecto, Serge Dassault dice que él pertenece a esa parte de los lectores que desearía que se hable de las cosas que marchan bien. Igualmente ha precisado su concepción de dirigente de empresas de prensa declarando que su nuevo imperio le permitirá difundir ideas que él considera sanas. No oculta su intención de intervenir en las políticas de las redacciones para manipular a la opinión pública, en el sentido que será, para él, el más sano.

En la misma línea de pensamiento que Dassault, Eduardo de Rothschild, que desde principios de 2005 es propietario del 38,87 por ciento de las acciones del diario francés Libération, declaró a fines de setiembre de 2005: “Para que un diario se venda bien …hay que interesarse en el contenido, en la calidad de los artículos…Creo que es un poco utópico querer diferenciar redacción y accionista”( Diario Le Monde, 2-3/10/2005, pág. 12).

Socpresse (Dassault) y Matra – Hachette (Lagardére), que controlan casi toda la prensa francesa, son al mismo tiempo los dos más grandes fabricantes de armas de Francia.

El Gobierno francés, por su parte, por intermedio de su Ministro de la Cultura y la Comunicación expuso su opinión ante la Asamblea Nacional el 30 de junio de 2004: “para el Gobierno… la alianza de la libertad de expresión y de la realidad económica y financiera contribuyen al pluralismo”.

Es ampliamente conocido el “imperio” mediático de Silvio Berlusconi en Italia, que pesa enormemente en las orientaciones electorales de los ciudadanos.

El 2 de junio de 2003 la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (presidida hasta principios de 2005 por Michael Powell, hijo del ex Secretario de Estado Colin Powell) por tres votos contra dos modificó a favor de la desregulación las reglas que limitaban la concentración de la propiedad de los medios de comunicación en dicho país. Uno de los miembros de la Comisión que votó en contra, Michael Crops, declaró: “La FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) refuerza a la nueva élite mediática de América con niveles inaceptables de influencia sobre las ideas e información, de las cuales nuestra sociedad y nuestra democracia tienen una fuerte dependencia”. Y agregó: “Está en juego la eventualidad de conceder un mayor control de vigilantes a unas pocas corporaciones sobre el diálogo civil de nuestro país; más control sobre nuestra música, entretenimiento e información y poder de veto sobre la mayor parte de lo que nuestras familias miran, oyen y leen”. (5)

Pero, al parecer, el control económico de los medios de comunicación no basta y también se recurre al control policial sobre los periodistas.

En efecto, en junio de 2006 la Federación Internacional de Periodistas, FIP, hizo un llamado a la Unión Europea para que investigue el espionaje sistemático de funcionarios de seguridad a periodistas en toda la Unión Europea, a raíz de informes recientes de Dinamarca, Alemania y Holanda sobre persecución a colegas, el uso de informantes pagados en los medios de comunicación y la intercepción de líneas telefónicas.

”Ha quedado claro que no existen suficientes medidas para proteger la legitimidad del periodismo y defenderlo de la vigilancia de fuerzas de seguridad y autoridades policiales de la Unión Europea”, afirmó Aidan White, Secretario General de la FIP. (6)

En enero de 2007 la Comisión Europea dio a conocer un informe en el que concluye que la concentración de medios no implica necesariamente menos pluralismo.

La Comisión Europea, confirmando una vez más su condición de fiel mandatario de los intereses de las grandes sociedades transnacionales , sostiene que la tendencia a la concentración en la propiedad de los medios que se vive en la Unión Europea desde hace 10 años y la entrada de grandes grupos internacionales en el mercado comunitario no implica necesariamente una reducción en el pluralismo informativo, a la vez que destaca la importancia de otros factores como la existencia de códigos editoriales que garanticen la diversidad de opiniones, o la variedad de los contenidos.

Agrega la Comisión que el hecho de que propietarios extranjeros tengan un papel importante en algunos mercados no supone necesariamente \'una amenaza al pluralismo de los medios. Depende mucho de las salvaguardas legales y de la independencia editorial real respecto al propietario\'. El informe recomienda a estos inversores que apliquen estándares elevados de transparencia editorial.

Esta es la respuesta de la Comisión Europea a la preocupación expresada en diversas ocasiones por el Parlamento Europeo y por algunas ONG, de que la concentración en la propiedad de medios en algunos países de la UE da lugar a un \'enorme poder de creación de opinión pública\' y excluye los puntos de vista alternativos.

El Consejo de Editores Europeos, una organización que reúne a los principales grupos, entre ellos Bertelsmann, RTL, Reuters, Vocento y PRISA, expresó su satisfacción por la posición adoptada por la Comisión Europea dicho informe. (7)

Notas:

 

1) Véase de Serge Halimi y Dominique Vidal, L\'Opinion, ça se travaille…(les médias, l\'OTAN et la guerre du Kosovo). Agone Editeur, Marseille, 2000.

2) Actualmente Arnaud Lagardére está siendo investigado por la Autoridad de los Mercados Financieros de Francia sobre las condiciones – probablemente delictuosas- en que vendió, con una ganancia de 2 mil millones de euros, la mitad de sus acciones en el grupo EADS que fabrica los aviones Airbus,

 

3) El grupo Aprovia comprende el grupo GISI (l\'Usine nouvelle, LSA, Industries et technologies), le Moniteur (La Gazette des communes, Le Quotidien du médecin, La République du Centre, Vidal, Le Moniteur des travaux publics), el grupo Tests (01Informatique, Décision Micro, L\'Ordinateur individuel) y France Agricole (Agrodistribution, RIA). Varios de ellos puestos de observación esenciales de actividades claves de la economía y de la investigación francesas. De ahí el interés del Grupo Carlyle sobre las publicaciones de Aprovia.

4) Después, Dassault vendió algunos títulos regionales propiedad de Socpresse y en junio de 2005 estaba en tratativas con el fondo de inversiones británico Candover para venderle el polo de prensa de la región Rhône-Alpes (Le Progrés, Le Dauphiné Libéré y Le Bien Public).

 

5) Osvaldo León, EEUU: Triunfo de los monopolios mediáticos, en América Latina en movimiento, ALAI, Nº 370, 10 de junio 2003, Quito, Ecuador. La decisión de la FCC debía entrar en vigor el 4 de septiembre 2003, pero debido a que algunos ven en ella “una grave amenaza para la democracia”, fue suspendida por la Corte Suprema.

 

6) Comunicado de Prensa de la FIP. http://www.ifj-europe.org/default.asp?Index=3862&Language=EN

 

7) Fuentes: http://blogs.periodistadigital.com/dircom.php /2007/01/17/, diario Clarín, Buenos Aires, 19/01/07, diario El País, España, 17/01/07. Pese a que la posición de la Comisión Europea es manifiestamente favorable a la concentración de los medios de comunicación y, como consecuencia, contraria al pluralismo, Clarín titula la información: La Unión Europea a favor del pluralismo de los medios, aunque después el cuerpo de la noticia es un poco más objetivo. El diario El País también titula: Bruselas defiende el pluralismo en los medios de comunicación

 


Fuente: Argenpress
http://www.argenpress.info


https://www.alainet.org/es/articulo/121568?language=en
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