Mujeres del mundo por la paz y la igualdad

30/07/2006
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Con una Declaración que rechaza “la globalización neoliberal y patriarcal, la militarización y la imposición de los acuerdos denominados de ‘libre comercio’”, y expresa un compromiso a luchar “por erradicar la pobreza y la violencia y por la construcción de un mundo basado en la libertad, igualdad, justicia, solidaridad y paz”, la Marcha Mundial de las Mujeres clausuró, el 9 de julio, su VI Encuentro Internacional, en Lima, Perú.

Durante ocho días, cerca de 100 mujeres de 31 países de todo el mundo, de diversas razas, nacionalidades, culturas, elaboraron un plan de acción para los próximos cuatro años. Al analizar la coyuntura mundial, se encontró, como resume la Declaración, que: “Para las mujeres esta globalización neoliberal y patriarcal se traduce en un retroceso en todas las esferas de su vida, tanto en lo público como lo privado. Se vive un aumento del sexismo, de los fundamentalismos religiosos, del conservadurismo, de la xenofobia y del racismo”.

La agenda se centró en cuatro temas: paz y desmilitarización, violencia hacia la mujer, empleo, y soberanía alimentaria y acceso a recursos. Estos temas corresponden a la prioridad que ha definido desde sus inicios la MMM -movimiento que articula a cinco mil grupos de mujeres en el planeta- de combatir la pobreza y la violencia a las mujeres.

En el ámbito del empleo, se destacó que las mujeres tienen cada vez menos acceso a obtener un trabajo digno, con una justa remuneración, mientras continúan haciendo el trabajo doméstico. Resaltaron ciertas diferencias de situación entre los países desarrollados, donde la principal reivindicación de las mujeres es la mejoría de ingresos y la equidad en las remuneraciones, y aquellos países del Sur, sometidos a un proceso de empobrecimiento y de desindustrialización, con aumento del desempleo, donde las demandas son vinculadas más bien a un cambio del modelo económico, hacia un modelo equitativo, que incluya a las mujeres. A través del intercambio, se acordó integrar estos dos ejes de planteamientos, con miras a buscar alianzas entre las mujeres sin empleo y aquellas que están empleadas. Se planteó además la problemática de las trabajadoras migrantes y la necesidad de acciones para exigir sus derechos.

Se denunció el deterioro de las responsabilidades sociales de los Estados, la pérdida de soberanía y de legitimidad de los gobiernos, y el aumento de la corrupción y la impunidad. Un tema de particular preocupación fue la privatización de los recursos naturales, el agua, el aire, la biodiversidad y la propiedad intelectual, que causa una pérdida de soberanía y el empobrecimiento generalizado de los pueblos y las naciones.
Se expresó un reconocimiento a las mujeres de los pueblos indígenas, poblaciones tradicionales y afrodescendientes, por su sabiduría y protección de la naturaleza.

Paz, militarismo y violencia

Hubo quienes consideran a la globalización de la militarización como el mayor peligro mundial. “Las guerras destruyen las poblaciones civiles, causan desplazamientos, privan a las campesinas y campesinos del acceso a la tierra, al agua y, por lo tanto, les impide la producción de alimentos necesarios para su sobrevivencia”, denuncia la Declaración. Añade que, “hay territorios ocupados e invadidos por fuerzas extranjeras en donde los gobiernos pierden la posibilidad de su soberanía. Nosotras, denunciamos particularmente las intervenciones militares de EE.UU. en Irak y Afganistán, las agresiones y la ocupación de Israel en Palestina y en otros países árabes. Nosotras exigimos el retiro de todas las fuerzas que ocupan estos países, el desmantelamiento de todas las bases militares, la destrucción de las armas y el fin de los bloqueos políticos y económicos”.

El comercio de armas -que mueve 12 trillones de dólares cada año-, la instalación de bases militares, los bloqueos políticos y económicos, son otras expresiones de este flagelo. Se acordó promover acciones nacionales y globales que permitan poner en evidencia la responsabilidad de los gobiernos, la globalización y las grandes corporaciones, en la industria de la guerra y sus trágicas consecuencias en las personas.

Pero además, las guerras se acompañan de múltiples formas de violencias, particularmente hacia las mujeres. Éstas son violadas, violentadas, prostituidas, usadas como esclavas sexuales y asesinadas; sufren traumas físicos y sociológicos. Se denunció especialmente los feminicidios y la utilización del cuerpo de las mujeres como terreno de batalla y botín de guerra.


https://www.alainet.org/es/articulo/120939?language=en
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