Debido a la actividad profesional de uno de mis hermanos varones -Aníbal Andrade árbitro de boxeo internacional- me he entretenido, y lo digo con cierto pudor, viendo en vivo y en la televisión boxeo fundamentalmente femenino. La salvedad viene a cuento de la esencia violenta que tiene este cuestionado deporte, lo cual me hacía rechazarlo de plano. Sin embargo, a través de las vivencias de mi querido hermano “Cacho” Andrade y prestando atención al programa Knock Out a las drogas de nuestro gobierno, he llegado a mirar con otros ojos tales prácticas, al menos poniendo esfuerzo en entender su lado positivo. En realidad lo que cambió mi perspectiva definitivamente, fue el conocer aspectos de la vida personal de algunas de estas gladiadoras, la mayoría de ellas jóvenes, tan simple y complicada como la de cualquiera de nosotras.

Por lo mismo, mi propósito no es filosofar acerca del antiquísimo y eterno debate sobre si el pugilato es o no es un deporte, sino hacer notar que también en este rubro las mujeres somos discriminadas. La desigualdad salarial ocurre ostensiblemente en tales áreas humanas sí señores y especialmente en el boxeo. ¿Saben porqué? Se los diré: con el dudoso argumento de que el deporte femenino no atrae público, no tiene la misma cobertura de los medios, etcétera, una misma asociación, en igualdad de categorías, paga menos a las mujeres y por lo tanto a los árbitros y demás involucrados comercial y profesionalmente en el espectáculo boxístico en el que las protagonistas son féminas. Eso sucede hoy en nuestro país.

La verdad es que las peleas de las pugilistas son realmente atractivas tanto como las de hombres, existen cada vez más campeonatos del mundo profesionales de damas que son televisados, donde casi siempre los más complacidos resultan ser los apostadores, managers o patrocinadores. A estas alturas me atrevo a sugerir -luego de mi corta pero interesada incursión en el tema- que a unos cuántos conviene mantener tal mito de la menor concurrencia de público para pagar menos y embolsillar más. Obviamente sin riesgos personales. He sabido de chiquilinas madres de familia como son muchas de ellas, concientes de que no van a ganar un enfrentamiento, que igual exponen su humanidad a efectos de llevar el dinero a sus hogares. Es lo que saben hacer y a lo que se dedican. Y lo dignifican con su entrega les puedo asegurar.

Recientemente la Organización Internacional del Trabajo, decidió destacar el tema de las mujeres en el deporte para llamar la atención hacia las desigualdades y los obstáculos de género que existen en todas las profesiones, incluyendo el deporte. “La presencia y reconocimiento de las mujeres como dirigentes y en posiciones de toma de decisiones en las organizaciones deportivas es obstaculizado por el llamado efecto de "techo de cristal", barreras culturales y sociales, carencia de candidatas y por falta de ambiente solidario”, dijo la OIT.

El fenómeno discriminatorio en torno al género en el deporte tiene características mundiales. “Si consideramos que hasta 1976 el básquetbol femenino no fue aceptado en los Juegos Olímpicos, sería una extraordinaria conquista el ingreso del boxeo para damas en el 2008” , comentó la estadounidense Anita De Frank presidenta de la Comisión del Deporte Femenino en el Comité Olímpico Internacional (COI) en su defensa de esta versión femenil de la disciplina, que pugna por la entrada olímpica desde hace ocho años.

Los seguidores de tal propuesta deportiva en todo el planeta han argumentado lo atractivo del entrenamiento, pues desarrolla la coordinación, potencia la elasticidad, combina ejercicios aeróbicos, desarrolla tanto brazos como piernas, se concentra en el trabajo de cintura, colabora en el desarrollo de una buena función cardio-respiratoria y tiene efectos antiestrés. ¿Otros entrenamientos de otras disciplinas no logran similares o superiores efectos? Seguro que sí. Simplemente analizamos un hecho social como otros. La premisa fundamental del gobierno frentista en Uruguay al apoyar el boxeo amateur es: quien cuida su físico no se droga. Y es una gran verdad, más allá de toda crítica posible y de recibo.

“Es un objetivo de este proyecto, promover entre los jóvenes hábitos y vínculos saludables para una mejor calidad de vida individual y colectiva.” Dijo el Presidente Dr. Tabaré Vázquez en el lanzamiento de la campaña a fines del 2006. “El programa "Knock Out a las drogas" es una iniciativa conjunta de la Presidencia de la República , del Ministerio de Turismo y Deportes, del Ministerio de Salud Pública, del Instituto Nacional de Alimentación, de la Junta Nacional de Drogas, del Banco de Seguros del Estado, de la Federación Uruguaya de Boxeo y de varias empresas privadas que colaboran en su implementación. Estaría bueno que tan importante impulso, pusiera su atención en la desigualdad de género que ocurre en este ámbito y que por gentileza de este medio de prensa acabo de denunciar.

En el mundo faltan unos 60 millones de mujeres porque fueron abortadas durante su gestación y/o asesinadas de recién nacidas sólo por pertenecer al sexo femenino, indica un informe de UNICEF presentado en Berlín.

Palabras de Eduardo Galeano: “La reciente reunión mundial de las mujeres en Pekín desencadenó una oleada de denuncias, en los medios masivos de comunicación, a propósito de una costumbre aberrante: en India, China, Pakistán, Corea del Sur y otros países asiáticos, millones de niñas son asesinadas al nacer. Los medios atribuyeron el sistemático infanticidio solamente a ``la barbarie milenaria\'\'. Pero el desbalance de la población asiática, cada vez más hombres, cada vez menos mujeres, se ha agudizado en estos últimos años. La coartada de la tradición, ¿puede absolver a un sistema que cotiza a precio vil la mano de obra femenina, y convierte en desgracia el nacimiento de las niñas en los hogares pobres?”

Hugo Casada, asesor deportivo de la Presidencia de la República , en ocasión de una velada de boxeo en el hotel Conrad de Punta del Este en enero pasado, señaló que estos eventos son muy importantes y de gran impacto para los jóvenes participantes del programa, que buscan dar pelea al consumo de drogas. También destacó el aumento de la cantidad de mujeres que se acercan para practicar boxeo. Muchas jóvenes consideran este deporte una posible carrera a desarrollar y, posteriormente, competir a nivel internacional. Un ejemplo es la argentina Marcela “Tigresa” Acuña, quien apoya el programa Knock Out a las Drogas y afirma que el deporte logra no solo alejar a los jóvenes del consumo de estupefacientes, sino también educar mejores seres humanos. El programa Knock Out a las Drogas está integrado por 30 academias de boxeo. Un 38% de los jóvenes participantes son mujeres. (Diario La República. Comunidad p. 18 martes, 23 de enero, 2007 - AÑO 8 - Nº 2438)

En este mes de marzo en que se prepondera la humanidad de sexo femenino, hagamos para que en todas sus facetas la mujer sea valorada en su exacta magnitud, y aceptada en sus múltiples formas de expresión, cada cual de ellas más merecedora de respeto y equidad.