¿Qué está pasando con las voces de la oposición, de periodistas y escritores disidentes?

04/03/2007
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Se está volviendo una perversa costumbre para este gobierno acallar las voces disidentes y radicales que actuamos desde lo público y la legalidad constitucional. Los métodos utilizados para ello muestran una tendencia tan repetida en todos los casos, que es fácil descubrir el carácter macabro y tiránico que hay detrás de la cacería de brujas contra periodistas, ensayistas, librepensadores, izquierdistas, demócratas, socialistas y comunistas: hacer acusaciones y burdos montajes contra todo aquel o aquella que disienta radicalmente de éste sistema político y del gobierno. Veamos los últimos tres casos, empezando por el más reciente.

Horacio Duque es licenciado en ciencias sociales, ensayista y analista político conocido por su participación en el Instituto de pensamiento liberal, partido en el que militó como asesor, ideólogo y consultor. Ha sido, además, funcionario del Ministerio de Educación, asesor del Ministerio del Interior y del Trabajo, consultor en otras administraciones de la Alcaldía del Distrito, investigador y académico, miembro de equipos legislativos en el Congreso, etc. Escribe para medios alternativos como Rebelión, Indymedia, Aporrea, Altercom, Argenpress, Anncol, etc. Nótese, no lo publica ninguno de los llamados “medios libres” de la gran prensa burguesa. Es amigo personal de Horacio Serpa con quien trabajó cuando éste fue ministro de gobierno durante el gobierno de Ernesto Samper (1994 – 1998) y quien se declaró aterrado y sorprendido por las acusaciones que de su amigo hacen la Fiscalía y el Ejército.

Horacio Duque fue detenido en horas de la mañana el pasado jueves 1 de marzo en la ciudad de Armenia por agentes de la CTI, policía técnica, y la Octava Brigada del ejército siguiendo una orden de captura expedida por la Fiscalía. Está acusado de concierto para delinquir, narcotráfico y de ser un aliado de la guerrilla de las FARC.

Carlos Lozano: periodista y director del semanario Voz, prensa del Partido Comunista Colombiano. Fue acusado recientemente por el presidente Alvaro Uribe de ser aliado y vocero de la guerrilla de las FARC, después que salió a la luz pública que Lozano era la persona que se reunió, autorizado por el gobierno, con las FARC para hablar del intercambio humanitario.

Fredy Muñoz: periodista colombiano corresponsal del canal Tele Sur en el país. Fue acusado de ser de las FARC por falsos testigos que lo sindicaron de haber participado en atentados, etc. Fue detenido, le hicieron un juicio amañado y viciado que ganó su defensa, tuvo que dejar el país porque recientemente el ejército y los grandes medios de comunicación colombianos publicaron un fotomontaje donde él aparece brindando junto a un comandante guerrillero de las FARC.

La lista de amenazados y amordazados se haría muy larga. Podría seguir con Hollman Morris quien recibió, al igual que Carlos Lozano, en abril de 2005 coronas mortuorias en señal de amenaza por sus escritos y documentales sobre el conflicto en Colombia. Daniel Coronell, columnista de la revista Semana quien también tuvo que abandonar el país por amenazas de muerte contra él y su familia provenientes del computador de un amigo cercano del presidente Alvaro Uribe. Fernando Garavito, escritor y periodista que trabajó para el periódico El Espectador, igualmente crítico del actual mandatario y del paramilitarismo, tuvo que abandonar el país por presiones y amenazas contra su vida.
Lo común de esta campaña macabra y persecución política contra las voces más radicales y disidentes de la oposición son, a) las acusaciones de que son aliados o voceros de la guerrilla, “terroristas de civil” o narcotraficantes, montaje a partir del cual, b) se les captura, procesa judicialmente y amedrenta, para que, c) abandonen su posición disidente radical, se exilien, se conviertan a la ideología del statu quo que han venido criticando consecuente y valientemente como escritores, periodistas, ensayistas o políticos de oposición; o en caso extremo, d) ser asesinados. (Orlando Sierra, subdirector del diario La Patria de Manizales fue asesinado el 1 de febrero del 2002, además de muchos más que se haría largo enumerar aquí).

Así están las cosas para intelectuales de izquierda, voces disidentes y radicales de la oposición política en Colombia que permanentemente, como a los dirigentes del Polo Democrático Alternativo, están siendo señalados tanto por el jefe de Estado, el presidente Alvaro Uibe y sus ministros, de ser aliados, voceros de la guerrilla o “terroristas de civil” exponiéndolos a cualquiera de los vejámenes que enumeramos arriba, y en caso extremo a la muerte.

¿Qué esta pasando con las voces de periodistas y escritores disidentes en Colombia? Los están acallando, encarcelando, amordazando, amenazando, exiliando y asesinando. El Estado y sus altos representantes no asumen su responsabilidad ente ello, por el contrario hacen de juez y parte como si creyeran que van a salvar lo que es insalvable de esta sociedad e institucionalidad decompuesta. De la amenaza, la cárcel, la mordaza o la muerte es probable que nada nos salve. Pero ante la historia y los pueblos conscientes que luchan es probable que si.

- Oto Higuita, miembro de la dirección nacional del Polo.
https://www.alainet.org/es/articulo/119833
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS