El socialismo del siglo XX no ocurrió, son cosas suyas
- Opinión
Tal y como yo lo veo, mientras un grupito de intelectuales escribimos un artículo para una revista académica, nos reunimos cada quince días, intercambiamos correos electrónicos sobre “el significante vacío” del que habló Ernest Laclau en Caracas, damos unas conferencias y participamos en dos que tres seminarios universitarios sobre lo que entendemos por socialismo del siglo XXI y lo que nos gustaría que fuera (una “democracia radical”, podría decir yo con Laclau), los únicos socialistas que vienen del siglo XX y sobreviven en el XXI, convencen a nuestra dirigencia de su propuesta: un líder carismático y con apoyo popular al frente y un partido revolucionario único, unitario o unido (el matiz es poco visible en la práctica) que organice el poder popular que se fusionará con el Estado. No es necesario que ese líder no haya bajado de
Así que los cubanos son los únicos que tienen la experiencia de socialismo real en esta parte del mundo y, por cierto, han sobrevivido después del muro demolido gracias a una estrategia que coincide con la diseñada por los comunistas venezolanos en el IV y V Plenos del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, los días 21 de diciembre de 2006 y 18 de enero de 2007. Se dirá que son pocos los comunistas, que son menos que el PPT y mucho menos que ese “aluvión” que es el MVR. Se dirá que apenas tienen a un vicepresidente de
La mayoría de los intelectuales que discutimos de qué se trataría el socialismo del siglo XXI según Chávez, no provienen como quien esto escribe de
Pero volvamos la tesis del PCV ¿Hay una clase obrera en Venezuela que pudiera convertirse en motor de la revolución socialista a partir de la creación de esos consejos de trabajadores y trabajadoras que se proponen los camaradas en el IV y V pleno? ¿O es María León, la ex dirigente de
se referirán, al extinto o a UNT o a otro que desconocemos los lectores de prensa?
“Depurar”, “adecentar”, “dignificar”…
Los camaradas convencidos de su pureza y, por tanto, de su papel depurador de la escoria, lo tienen clarísimo: “partiendo del carácter antiimperialista y el rumbo socialista de esta revolución, el partido socialista unido debe fundamentarse en el marxismo (…) porque sólo el marxismo da respuestas científicas a la búsqueda de estrategias para derrotar al capitalismo y construir una sociedad socialista”. El partido debe ser leninista, “sin fisuras ni fracciones”, nada de “híbrido de organizaciones partidistas”, aunque aceptan que al principio serán inevitables las actuaciones de grupos, corrientes y facciones Debe ser un partido de los mejores cuadros y por esto no será muy numeroso; las exigencias para entrar permitirán “la depuración de las fuerzas revolucionarias de arribistas, burócratas, corruptos”. Sin embargo esos cuadros se irán “masificando al calor de las luchas de clases”. Será un partido que practique la crítica y la autocrítica, así como el centralismo democrático. El partido será, repiten más de una vez, uno de la clase obrera porque aunque entren personas de “otras clases y capas (sic)” de la sociedad, siempre lo harán en defensa de los intereses de la clase obrera. Nunca podría ser un partido policlasista, pues los intereses frente al capital se contradicen; y debe ser un partido internacionalista, pues la clase obrera debe apoyarse a lo largo del planeta en su lucha antiimperialista. Desde luego, en este punto se impone la pregunta de cuántas federaciones sindicales “a lo largo del planeta” se plantean en 2007 la lucha antiimperialista como reivindicación común de los trabajadores. Esta lectora se siente en el túnel del tiempo, mucho antes de 1989.
Pero también definen las que consideran los rasgos generales de un socialismo del siglo XXI y que, ni una línea más ni una menos, corresponden al socialismo del siglo anterior: socializar la propiedad de los principales medios de producción, sin excluir la posibilidad de la propiedad social (cooperativas, autogestión, cogestión, etc) ni la privada; amplias libertades políticas y civiles que permitan al pueblo tomar sus decisiones y concretarlas; promoción de la fusión del poder popular con el Estado; una revolución cultural que tenga el marxismo como centro, así como a otras fuentes del pensamiento revolucionario y progresistas, nacional e internacional; una vanguardia revolucionaria que guíe al pueblo; “despliegue de los mecanismos de defensa militar y político de las conquistas revolucionarias (p.7). Dada la fecha de realización del último pleno, debemos resaltar la cercanía de decisiones cónsonas con esta descripción de los rasgos generales del socialismo del siglo XXI para los camaradas: la nacionalización de
¡Sólo Chávez salva!
Para los efectos de nuestra reflexión debemos destacar que nunca se habla de las mujeres específicamente en la tesis del PCV, sólo se menciona a “trabajadores y trabajadoras” en los consejos (p.2) y, al final
de la tesis, de los “hombres y mujeres” que deben tener el perfil adecuado para entrar al partido (p.7). Pero tampoco otro sector distinto a la clase obrera es considerado en el programa de acción a corto y mediano plazo ¿Algo nuevo bajo el sol? Quizás una comunista “sin fisuras”, como nuestra amiga María León, podría remediar esa falta de especificidad sobre el futuro de sectores de la población que no sean la clase obrera; pero no lo hace. Al contrario, responsabiliza de lo que se empezó a hacer y no se continuó, así como de lo que no se hizo a favor de las mujeres desde 1998 hasta hoy, a factores externos al gobierno del Presidente Chávez. Peor aún es que considere que sólo Chávez podría hacer por las mujeres lo que las mujeres no han podido hacer por sí mismas, ni siquiera ella que está al frente del Instituto Nacional de
Cuando María León se refiere a los logros del proceso bolivariano que comenzó en 1998, habla del capítulo V de
También se refiere León al art. 88 del mismo capítulo V, que reconoce el valor del trabajo realizado por las amas de casa sin remuneración alguna y el derecho a recibir “seguridad social de conformidad con la ley” (Ibíd.: 32). El tercer logro del proceso es la feminización del lenguaje en la redacción de
A los y las camaradas hay que leerlos entre líneas. No sólo atender a lo que las líneas contienen sino lo que no dicen. En la tesis que resulta de los dos plenos ni por equivocación se hace la menor inferencia acerca de lo errores cometidos por el socialismo del siglo XX que cayó sin la menor queja de los pueblos de esos países, supuestos beneficiarios de la vanguardia “pura, decente y digna” que los guiaba. No dice León que no sólo el documento del Conamu llegó a
Por otra parte, desde el 99 hasta hoy ninguna ama de casa que no sea titular o carga de un titular de un seguro ha recibido los beneficios de la seguridad social. Mucho menos esa pensión o prestación dineraria a la que ella se refiere (ahora ratificada en
Por cierto, al que llama movimiento de mujeres (he insistido en que no existe tal cosa en Venezuela, sino mujeres en movimiento) lo define como “pequeño”, “elitesco”, mientras que la revolución ha incorporado hoy hasta “once mil mujeres (sic)”. No quiero insistir en que de ese pequeño grupo de mujeres en movimiento salieron todas las proposiciones recogidas en el capítulo V, ni tampoco recordar que la misma María León formaba parte de ese grupo elitesco que, entre otras cosas, asesoró a las diversas presidentas de la instancia para las mujeres (nominada de distintas formas en distintos gobiernos) durante
Para nuestra amiga, fuera de las mujeres chavistas no hay nada. Sin embargo, en las discusiones de las leyes aprobadas durante estos 8 años, las mujeres de Inamujer han sido unas invitadas más de las comisiones de
se le cumpla a María León, pues al ponerse el PSUV, también las militantes de los tres partidos quedarán adentro del partido único, unitario o unido que está por crearse.
La propuesta feminista para el siglo XXI: que se cumplan las leyes del siglo XX
Una esperaría que al menos las feministas que no militan en el PCV que estén debidamente informadas del socialismo real, comenzaran a hacer propuestas para el siglo XXI haciendo declaración expresa de que no esperan para Venezuela lo que las mujeres han experimentado en esos países. Una esperaría que ratificaran --como hacen hasta hoy día las más connotadas feministas ilustradas-- más libertad, más igualdad y más solidaridad con las mujeres, esto es, ampliar y radicalizar la democracia para que las mujeres vivan mejor y más seguras, independientemente de su edad, su estado civil, su orientación sexual, su clase, su etnia. Una esperaría que, al menos, declararan que lo que esperan es algo diverso a los últimos años: menos declaraciones en el papel y más resultados. Sorpresivamente, algunas terminan coincidiendo con los camaradas del IV y V pleno del PCV y con la compañera María León y, simplemente, hacen caso omiso de la historia que comenzó en 1917 en Rusia y culminó a fines de la década de los 80, sin practicar esa crítica y autocrítica que solicitarán los comunistas venezolanos a los militantes del PSUV por constituirse. Parece que desearan que nada de eso hubiera pasado para las mujeres en el socialismo real, que las “jineteras” cubanas no existieran. Parece que desearan que todas olvidáramos. Pero no basta con los deseos. La realidad es terca y la memoria casi tan terca como la realidad.
Muy pocas feministas se han pronunciado hasta ahora. Una de ellas comienza su reflexión hablando de que gracias a la globalización posterior a la caída del bloque soviético, “parecía como si hubiera un sólo modelo viable de organización: el neoliberal” (Alba Carosio, en www.rebelion.org). Es cierto lo que afirma en la segunda parte de la oración, pero no podemos dejar de preguntarnos sobre lo dicho en la primera parte: ¿por qué sería esa caída de los países del bloque soviético y, más específicamente, cuál fue el papel de las mujeres en esa caída, qué han escrito ellas durante y después del proceso? ¿Por qué sería que el bloque cayó sin ninguna protesta de los pueblos y, más bien, con alborozo muy pronto seguido de una nueva desilusión por el capitalismo triunfante? Que el capitalismo no haya cubierto las expectativas de los más alborozados con la caída del bloque, no significa que en aquellos países lo anterior fuera mejor para el ejercicio de la libertad, para la igualdad por razones de sexo y, como saben bien en la antigua URSS y en las Balcanes, para la igualdad por razones de etnia y religión. Los conflictos estaban bajo control pero claramente vivos y coleando.
Si bien es cierto que “el capitalismo neoliberal se apoya en el patriarcado” (ID) también lo hace el socialismo real, puesto que lo que llamamos patriarcado se instaló desde el comienzo mismo de lo que llamamos civilización, por una necesidad de hacer pacto social los hombres de los primeros clanes o tribus, que resolvieron intercambiar a las mujeres propias a cambio de las ajenas. Mujeres con valor de cambio, como monedas. Mujeres objetos valiosos por su capacidad para reproducirse y convertir la sangre en leche, para estupefacción de los hombres primitivos, rendidos ante tanto prodigio. Ya no hay necesidad de poblar el planeta y de sostener la paz entre clanes intercambiando a las mujeres, pero quedó entera la ley que llamamos patriarcal, la ley que prevé la subordinación de las mujeres a los hombres de su casa, de su trabajo, de su partido, de su país.
No sólo ha sido cosa del capitalismo no considerar el valor económico y social del trabajo de crianza y del hogar, eso que ahora se llama “el trabajo del cuidado” secularmente a cargo de las mujeres; tampoco en los países socialistas se ha tomado en cuenta. No hay art. 88 en
Si es verdad que hay feminización de la pobreza en el capitalismo, también es verdad que las más pobres entre los pobres de los países socialistas siempre fueron las mujeres. Y si es cierto que las redes de prostitución en los países capitalistas llevan al límite la concepción de la mujer como objeto desechable de placer, es trágico saber, como sabemos, que ya en Europa no hallan cómo frenar las redes de prostitución controladas e integradas por chulos y jóvenes educadas en los países comunistas de Europa del Este, en esa ideología que desde 1917 tenía que haber forjado puros hombres y mujeres “nuevos”, más o menos impermeabilizados para tanto vicio capitalista al que se entregaron, por las mismas razones que se entregan en los países en las que no hay experiencia socialista alguna.
En lo que Carosio se separa de los camaradas podemos coincidir con ella. La revolución cultural que ella propone no es una centrada en el marxismo, como la que propusieron los camaradas en diciembre de 2006 y enero 2007, sino una “que permita la construcción de una nueva manera de ser mujer y ser hombre”, que es una “revolución de la vida cotidiana” que incluya una “nueva socialización del trabajo doméstico” que debería ser compartido por todos los miembros de la familia y debería recibir los “necesarios apoyos sociales”. Una propuesta que ya había hecho August Bebel a fines del siglo XIX, que las feministas socialistas siempre defendieron en los programas de gobierno y que ningún país comunista pudo satisfacer, como queda dicho, pero que sigue siendo una propuesta razonable, a la que la autora agrega lo contenido en el art. 88 de
También sería una buena propuesta solicitarle al presidente que de inmediato, vía habilitante, cree los tribunales de violencia contra las mujeres previstos en
Referencias bibliográficas
Asamblea de mujeres de todos los partidos reunidas el 16.11.2005. “El cuento de nunca acabar: de nuevo excluidas las mujeres de las listas a
CAROSIO, Alba. “Feminismo en el socialismo del siglo XXI”. En www.rebelion.org. Consulta realizada el día 12-2-2007.
ESPINA, Gioconda. “Asignaciones económicas para las amas de casa en estado de necesidad”. Artículo enviado por las redes administradas por G. Espina y Gladys Parentelli el 10-1-2006...
___________________. “Amnesia de lo reciente de las mujeres del Presidente”. Artículo enviado por las redes de mujeres administradas por G. Espina y Gladys Parentelli el día 15-2-2006.
___________________. “Tú sí, tú también, tú no, tú tampoco”…Artículo enviado por las redes de mujeres administradas por G. Espina y Gladys Parentelli el día 24 -3-2006
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Rakowski, Cathy y Gioconda Espina (2003). Venezuela´s women in mouvement´: Foundation of and challenges to Feminist Comunity and Strategies”. Trabajo presentado durante el Congreso de LASA, Dallas, EEUU
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