México, investigado
12/01/2007
- Opinión
La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos autorizó que una misión de relatores visite México en febrero próximo para investigar tanto las violaciones cometidas en Oaxaca como el estado que guarda el derecho a la libertad de expresión tanto en esa entidad como en todo el país.
Lo anterior no nos debe extrañar, sino, por el contrario, apoyar tal encomienda en el propósito de revertir la grave y compleja situación prevaleciente. Como todos sabemos, vivimos en una crisis en cuanto al respeto a las libertades, jamás registrado en la historia de México.
Se dice hasta el cansancio, desde los ámbitos de gobierno, que están garantizadas las libertades de prensa y expresión así como el derecho a la información del pueblo mexicano, lo cual resulta una falacia porque un gran número de periodistas ha tenido que dejar de escribir sobre ciertos temas ante el peligro de perder el trabajo, ser víctimas de cualquier tipo de atentado, desaparecer o perder la existencia.
Esta realidad lacerante se agudizó desde el gobierno de Vicente Fox Quesada y por lo que estamos observando, desgraciadamente, no podemos decir que existe una tendencia para revertirla.
Las estadísticas crueles y lúgubres nos reflejan esa realidad lacerante. Sesenta y un periodistas asesinados de 1983 a la fecha, de ellos treinta y uno ocurrieron del dos mil al dos mil seis, treinta en el sexenio foxista y uno más acaecido ya en la administración de Felipe Calderón Hinojosa. Las cinco desapariciones de informadores también corresponden al período del gobierno del supuesto cambio. Los demás atentados, todos en el objetivo de socavar las libertades, se cuentan por cientos.
Este terrible panorama obligó a que se creara en la Cámara de Diputados, de la anterior legislatura, el Grupo de Trabajo de Seguimiento a los Atentados a Periodistas y Medios, que con gran entrega y eficacia presidió la entonces legisladora, Beatriz Mójica Morga.
Obligado por las circunstancias Vicente Fox Quesada, apresuradamente y sin mayor sustento de ley, creó un ente administrativo dentro de la Procuraduría General de la República, llamado Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra Periodistas. Como titular fue nombrado el respetado abogado y comunicador David Vega Vera, quien no obstante las limitaciones de su oficina, venía realizando un trabajo profesional muy meritorio.
El aseguramiento, la garantía misma de la integridad física de los periodistas y de sus familias, tal parece que es asunto secundario para el Ejecutivo Federal y más precisamente para el órgano de procuración de justicia. No asimila el por qué de la creación de la ahora Comisión de Seguimiento a Atentados a Periodistas y Medios de la Cámara de Diputados, a propuesta del legislador de Convergencia, Humberto López Lena.
Es el caso, que por las actitudes de soberbia a la que nos tiene acostumbrados el panista Juan de Dios Castro Lozano, nuevo Subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República y porque le importan un bledo los derechos de los informadores, se vio obligado a renunciar a la titularidad de la mencionada Fiscalía Especial, el reconocido abogado y comunicador, doctor David Vega Vera.
Juan de Dios Castro Lozano, dice su biografía; nació en Torreón, Coahuila hace 65 años. Es abogado y político militante del Partido Acción Nacional donde ha ocupado diversas posiciones. En tres ocasiones ha sido Diputado Federal y dos Abogado de la Presidencia con Fox.
Una anécdota que recogió muy bien el colega Carlos Ramírez, lo describe a la perfección: Juan de Dios se enfrentó en una polémica al prisita Miguel Ángel Barberena; enojado, Barberena se dirigió al panista: "señor diputado Juan Castro". "Juan de Dios Castro, señor legislador", respondió el aludido. "No, señor, yo no pronuncio el nombre de Dios en vano", terminó el priista. Por todo ello, qué vergüenza que México sea investigado.
De última hora: se nos reporta que fue encontrado el cadáver del periodista Gerardo Guevara Domínguez, desaparecido desde el pasado mes de octubre y las autoridades se apresuraron a decir que al parecer la causa de su muerte sería un accidente de carretera. Guevara Domínguez se desempeñaba como editor y colaborador del semanario estadounidense Siglo XXI. Fue visto por última vez cuando emprendió un viaje en motocicleta con destino a la ciudad de Chihuahua para cubrir una nota. Se agrega que se habría despeñado en un barranco cercano al municipio norteño de Ocampo, Chihuahua.
Lo anterior no nos debe extrañar, sino, por el contrario, apoyar tal encomienda en el propósito de revertir la grave y compleja situación prevaleciente. Como todos sabemos, vivimos en una crisis en cuanto al respeto a las libertades, jamás registrado en la historia de México.
Se dice hasta el cansancio, desde los ámbitos de gobierno, que están garantizadas las libertades de prensa y expresión así como el derecho a la información del pueblo mexicano, lo cual resulta una falacia porque un gran número de periodistas ha tenido que dejar de escribir sobre ciertos temas ante el peligro de perder el trabajo, ser víctimas de cualquier tipo de atentado, desaparecer o perder la existencia.
Esta realidad lacerante se agudizó desde el gobierno de Vicente Fox Quesada y por lo que estamos observando, desgraciadamente, no podemos decir que existe una tendencia para revertirla.
Las estadísticas crueles y lúgubres nos reflejan esa realidad lacerante. Sesenta y un periodistas asesinados de 1983 a la fecha, de ellos treinta y uno ocurrieron del dos mil al dos mil seis, treinta en el sexenio foxista y uno más acaecido ya en la administración de Felipe Calderón Hinojosa. Las cinco desapariciones de informadores también corresponden al período del gobierno del supuesto cambio. Los demás atentados, todos en el objetivo de socavar las libertades, se cuentan por cientos.
Este terrible panorama obligó a que se creara en la Cámara de Diputados, de la anterior legislatura, el Grupo de Trabajo de Seguimiento a los Atentados a Periodistas y Medios, que con gran entrega y eficacia presidió la entonces legisladora, Beatriz Mójica Morga.
Obligado por las circunstancias Vicente Fox Quesada, apresuradamente y sin mayor sustento de ley, creó un ente administrativo dentro de la Procuraduría General de la República, llamado Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra Periodistas. Como titular fue nombrado el respetado abogado y comunicador David Vega Vera, quien no obstante las limitaciones de su oficina, venía realizando un trabajo profesional muy meritorio.
El aseguramiento, la garantía misma de la integridad física de los periodistas y de sus familias, tal parece que es asunto secundario para el Ejecutivo Federal y más precisamente para el órgano de procuración de justicia. No asimila el por qué de la creación de la ahora Comisión de Seguimiento a Atentados a Periodistas y Medios de la Cámara de Diputados, a propuesta del legislador de Convergencia, Humberto López Lena.
Es el caso, que por las actitudes de soberbia a la que nos tiene acostumbrados el panista Juan de Dios Castro Lozano, nuevo Subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República y porque le importan un bledo los derechos de los informadores, se vio obligado a renunciar a la titularidad de la mencionada Fiscalía Especial, el reconocido abogado y comunicador, doctor David Vega Vera.
Juan de Dios Castro Lozano, dice su biografía; nació en Torreón, Coahuila hace 65 años. Es abogado y político militante del Partido Acción Nacional donde ha ocupado diversas posiciones. En tres ocasiones ha sido Diputado Federal y dos Abogado de la Presidencia con Fox.
Una anécdota que recogió muy bien el colega Carlos Ramírez, lo describe a la perfección: Juan de Dios se enfrentó en una polémica al prisita Miguel Ángel Barberena; enojado, Barberena se dirigió al panista: "señor diputado Juan Castro". "Juan de Dios Castro, señor legislador", respondió el aludido. "No, señor, yo no pronuncio el nombre de Dios en vano", terminó el priista. Por todo ello, qué vergüenza que México sea investigado.
De última hora: se nos reporta que fue encontrado el cadáver del periodista Gerardo Guevara Domínguez, desaparecido desde el pasado mes de octubre y las autoridades se apresuraron a decir que al parecer la causa de su muerte sería un accidente de carretera. Guevara Domínguez se desempeñaba como editor y colaborador del semanario estadounidense Siglo XXI. Fue visto por última vez cuando emprendió un viaje en motocicleta con destino a la ciudad de Chihuahua para cubrir una nota. Se agrega que se habría despeñado en un barranco cercano al municipio norteño de Ocampo, Chihuahua.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, vicepresidente de
https://www.alainet.org/es/articulo/119556
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