Emigración, clave del éxito

26/01/2007
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Los 180.000 millones de dólares que enviaron los inmigrantes desde los países ricos a sus pueblos de origen convierten hoy a las remesas en uno de los factores importantes para el desarrollo de los países del Sur.

Hasta hace poco tiempo, los gobiernos de países de África y América Latina señalaban a la emigración de su gente más capacitada como uno de los frenos al desarrollo de sus pueblos. Hoy, el volumen de dinero que generan esas comunidades en el extranjero supera la Ayuda Oficial al Desarrollo mundial y la inversión extranjera en los países empobrecidos. Los pueblos comienzan a convertirse en protagonistas de su propio progreso.

España ejemplifica esta nueva tendencia. Durante los diez primeros meses del año pasado, las remesas superaron los 5.000 millones de euros, según datos del Banco de España. Esto representa el 0,4% del PIB español, que supone un aumento del 34% respecto al mismo periodo del año anterior.

Este fenómeno de España no es único, que ocupa el quinto puesto mundial en la cantidad de dinero generado por las remesas. Según el Banco Interamericano para el Desarrollo, el mayor emisor de remesas en 2004 fue la Unión Europea, con casi 45.000 millones de dólares, seguido de los 37.000 millones de dólares de Estados Unidos.

Un informe oficial de los ocho países más desarrollados del mundo indica que las remesas tienen un coste de entre el 10 y el 15%. La Secretaría de Estado de Migraciones calcula que la reducción de un punto porcentual en estas comisiones impuestas en España llevaría a estos países 50 millones de euros más cada año.

Ante el temor por parte de muchos extranjeros en los países del Norte de que se endurezcan las condiciones para poder acoger paulatinamente a sus amigos y familiares, de acceder a puestos trabajo y de enviar dinero a su país de origen, su esperanza no puede sino crecer después de que uno de los sectores más poderosos de la economía en los países ricos hayan encontrado en los inmigrantes un factor decisivo para compensar la baja natalidad.

Algunos bancos pretenden cambiar su imagen para convertirse en motores del desarrollo de los pueblos del Sur cuando, hasta hace poco tiempo, sólo ponían obstáculos a los inmigrantes que intentaban guardar sus ahorros y entrar en una economía cada vez más dependiente de los grandes bancos. Sólo a través del banco se pueden pagar los gastos de la electricidad, de la luz, del gas o del teléfono. Los locutorios aprovecharon la oportunidad para convertirse en la herramienta de comunicación transatlántica y las compañías de telefonía celular facilitaron las tarjetas con saldo para el móvil. Tampoco se pueden soslayar los privilegios fiscales que obtienen estas entidades y las empresas extranjeras en los países que se han ido abriendo al modelo neoliberal.

Al llegar a España, los inmigrantes intentaban abrir una cuenta pero el banco se negaba por no estar formalmente domiciliados, por no tener todos los papeles en regla y no tener un contrato de trabajo. Para alquilar una vivienda, les pedían nóminas bancarias y contratos de trabajo, además del pago de dos meses de como fianza. Felizmente, los inmigrantes se unieron en una actitud solidaria con sus compatriotas y desarrollaron un sentido de acogida, aprovechando las nuevas tecnologías de comunicación. Así, la vivienda poco a poco ha dejado de ser un obstáculo, mientras compañías como Western Union y los envíos personales por medio de conocidos hicieron lo que los bancos no estaban dispuestos a hacer.

Las cifras de los dos últimos años han caído como sangre en el océano para que los bancos huelan el éxito económico de los inmigrantes en Europa y vayan a su caza. El arma del Banco Santander consiste, por ejemplo, en dejar de cobrar comisiones por el envío de remesas de sus clientes. Esto hará que algunos inmigrantes abran cuentas en el banco, tengan una nómina, puedan acceder más fácilmente a la vivienda y asumir una hipoteca, obtengan tarjetas de crédito y de débito. Sin embargo, algunos bancos anunciaron que cobrarán al receptor del otro lado del Atlántico.

Los inmigrantes continuarán superando obstáculos. Hoy siguen en dirección contraria unas huellas de siglos atrás para alimentar la esperanza de vivir mejor y de darles a sus familias y a sus comunidades lo que nunca podrán dar las ayudas al desarrollo y las inversiones extranjeras.

Carlos Miguélez
Periodista

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias  (CCS), España.

 ccs@solidarios.org.es

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https://www.alainet.org/es/articulo/118955
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