Las organizaciones apoyan al actual presidente
Mujeres con Lula
18/10/2006
- Opinión
Pertenecen a movimientos sociales de base que apoyaron históricamente al Partido de los Trabajadores. Trabajan para el mejorar su comunidad. Y no dudan en apoyar al presidente brasileño en el ballotage del 29 de octubre.
“Hablar de Lula es una cosa muy difícil. No pensábamos que era la solución de todo, pero sí que su gobierno nos acercaría a lo que, para nosotros debe ser Brasil”, rumiaba como queriendo digerir la realidad Jane Casella, integrante de Polis, un centro de investigación de políticas públicas de San Pablo. Fue hace un año en Montevideo durante un encuentro del Programa Mercosur Social y Solidario en el que participa su organización.
La semana pasada, en la ciudad de Rosario, volvieron a reunirse. Esta vez, lo hicieron con la noticia fresca de que Lula da Silva iría al ballotage el 29 de octubre. En esa ciudad argentina, tres mujeres referentes de organizaciones brasileñas hablaron con APM sobre su tarea cotidiana y el gobierno de Lula.
Ser mujer, negra y militante social es complicado para Mónica Santos de Oliveira, un combo difícil en el Brasil que se quiere mostrar en las pantallas de TV. Pertenece a la Asociación de Grupos de Producción de Río de Janeiro, asociación que reúne emprendedores en varias áreas: alimento, vestimenta, artesanías: "Formamos a los emprendedores y ayudamos a comercializar sus productos para que puedan competir en el mercado. Cumplimos 10 años apuntando a la formación de los asociados en relación a la economía solidaria" dice Mónica en un cuidado portuñol.
María do Carmo Albuquerque es blanquísima, de cabello corto y claro. Su mirada, profunda y azul, arrastra un dejo de cansancio. Pertenece, junto a Jane Casella, al Instituto Polis de San Pablo. Trabaja varios temas: políticas urbanas, medioambiente y recolección de residuos, seguridad alimentaria, cultura: "Yo estoy en el área de escuela de ciudadanía, -dice entusiasmada- donde organizamos cursos y talleres de capacitación para dirigentes sociales. El año pasado asistieron 900 personas de movimientos de vivienda, salud, organizaciones barriales, de todo. El año que viene cumpliremos 20 años".
Aurea Olimpia Figueiredo Rego es jovencita, extrovertida, periodista. Es parte del Centro de Acción Cultural (CENTRAC) en Campina Grande, Paraíbia, en el Noreste brasileño, auspiciada como las demás por el francés Comité Católico contra el Hambre y a Favor del Desarrollo (CCFD).
Observa vivaz a través de los anteojos rectangulares y oscuros, y detalla: "Nosotros también vamos a cumplir 20 años, somos una Ong chiquita. Trabajamos el tema de la ciudadanía, de los derechos, de las políticas públicas, el presupuesto público".
Las tres mujeres piensan cada frase de la entrevista, porque saben que cada palabra dicha tiene un peso invaluable en el entretiempo del ballotage brasileño.
- ¿Cómo han vivido desde sus organizaciones la asunción a la presidencia de Lula en febrero de 2002?
María do Carmo: Con una gran esperanza, porque fueron las organizaciones sociales las que construyeron su candidatura durante más de 20 años. Como una conquista, una victoria compartida...
Áurea Olimpia: Recuerdo que la ceremonia de asunción fue muy emocionante... Parecía más un Foro Social Mundial que un acto formal. En Brasil nunca tuvimos un presidente que sepa lo que es pasar hambre, qué es la pobreza, la sequía, era como ver a uno de nosotros ahí. Entonces la gente pensaba: "Yo estoy ahí". Yo: pobre, negro, indígena...
Mônica: Pero ya sabíamos las dificultades que iba a tener por no contar con la mayoría en el Congreso. Las elites que hace años y años dominan Brasil, presionaron para que se piense que es una gran novedad durante el gobierno de Lula algo que no es: la corrupción.
- ¿Cuándo empezó a menguar esta sensación de esperanza?
Áurea Olimpia: Cuando se estaban repartiendo los cargos, el Banco Central, el Ministerio de Hacienda... que quedaron en manos de conservadores.
María do Carmo: No, fue antes de eso, cuando Lula pasó a la segunda vuelta en 2002 tuvo que hacer una Carta a los Brasileños diciendo que se comprometía a pagar la deuda, a no hacer ciertas cosas para el pueblo. Tuvo que comprometerse a seguir las recomendaciones más ortodoxas.
Áurea Olimpia: Muchos decían que Lula servía a dos señores, que pedía votos con la mano izquierda y que gobernaría con la derecha, que prendía una vela para dios y otra vela para el diablo.
¿Y en esta segunda vuelta, si no es Lula qué es?
María do Carmo: La derecha
- ¿Cómo ven la segunda vuelta desde las organizaciones sociales y las Ong`s?
María do Carmo: Tanto Buarque como Helena (los dos candidatos escindidos del PT que quedaron afuera de la segunda vuelta,) no son dos grupos de izquierda, no son partidos, son personas aisladas que se fueron del PT por cosas específicas.
Áurea Olimpia: Lo único que los emparenta es el descontento con el gobierno. Mônica: Que gane Alckmin es un retroceso para todas las organizaciones sociales.
- ¿Cómo sería un Brasil para las organizaciones sociales, en el que gobierne Lula, y cómo si gobierna Alckmin?
Áurea Olimpia: La economista María Concepción Tavares dice que la diferencia básica entre los dos es que Lula no va a dar palos a los movimientos sociales. Creo que abrirá el diálogo. En los comerciales, mientras Alckmin sale con corbata hablando desde arriba, sabiéndolo todo; Lula se muestra con un indígena, una mujer negra, un blanco. El mensaje es que incluye, escucha, dialoga.
- ¿Es la clase media la que no está conforme con Lula?
María do Carmo: La clase media perdió bastante en este gobierno, que fue más que nada para los pobres: el índice de desigualdad disminuyó, las clases más bajas pasaron a tener mayor poder adquisitivo, como no había fuerza para quitar a los más grandes, se quitó de los medios.
Áurea Olimpia: Y el tema de la corrupción, en Brasil siempre tuvimos corrupción e incluso mucho más que en este gobierno. Creemos que la corrupción está en la estructura del poder en Brasil. La diferencia es que en este gobierno se hizo publicidad de esa corrupción desde la derecha, algunas denuncias son verdaderas, otras no.
María do Carmo: También cuenta la importancia que le da Lula al MERCOSUR. Cuando Bolivia nacionalizó los hidrocarburos, todo Brasil gritó contra Bolivia.
Áurea Olimpia: Y el gobierno dijo que era un derecho soberano de Bolivia.
María do Carmo: Alckmin no lo hubiera hecho porque es un candidato de las grandes empresas.
“No es que Lula no escuche a los movimientos sociales. El suyo es el gobierno que abrió más espacios para debatir, pero la distancia entre oír y poner en marcha las ideas es muy grande”, afirmaba Jane Casella de Polis hace un año en Montevideo.
Acaso este último sea el mayor desafío de Lula en su próximo en el país más extenso del planeta, la cuarta democracia con mayor cantidad de habitantes del mundo, la novena economía mundial... y no es poco.
- Verona Demaestri, desde Rosario, Argentina.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
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