El movimiento de mujeres de Venezuela:
Una mirada retrospectiva
31/10/2005
- Opinión
A pesar de que las mujeres han alcanzado algunos logros durante
el siglo XX e inicios del XXI en los diversos ámbitos de la
vida social, todavía queda mucho por hacer en favor de la
igualdad de derechos entre los sexos. En Venezuela, en las
últimas tres décadas, el Movimiento de mujeres venezolano (MMV)
ha venido desplegando un conjunto de acciones que se han
traducido en logros, aciertos y desaciertos, encuentros y
desencuentros. Estos se han expresado tanto en lo
institucional (algunas políticas públicas y algunos
instrumentos legales) como en organizaciones de mujeres
(incremento de Ongs de mujeres que trabajan para, por y con
mujeres)
Un balance retrospectivo y crítico del MMV pudiera abordarse en
dos períodos. El primero de 1975 a 1998 y el segundo de 1999 a
2005 (García, CT, y Rosillo, C. 2004, García, 1997).
Primer período: Miradas distintas
El primer periodo contextualizado en lo que se denominó
"democracia representativa" característica del sistema político
venezolano en estos años, que generó como consecuencia unas
formas organizativas que se han catalogado de "elitescas"
(redes) ya que excluían de las acciones y de las discusiones a
la mayoría de las mujeres, pese a que podemos inventariar
logros (que por sus características) beneficiaban a la
población femenina y por ende, a la sociedad en general.
Sobre este periodo hay dos miradas no excluyentes: la primera,
señala que la continuidad del MMV se debió al pacto implícito
entre grupos de mujeres independientemente de su participación
en partidos con diferentes ideologías políticas y que
contribuyó para que hubiese un reconocimiento mutuo para la
consecución de algunos fines que se plantearon, que no iban más
allá de los que promovieron los organismos internacionales
desde 1975 (García R, CT. 1997; 2000). La segunda mirada,
expuesta en el trabajo de Gioconda Espina y Kathy Rakoswski
(2002:45), asevera que: "En una primera etapa (1985-1990) hubo
logros políticos, algunos enmarcados en los acuerdos
internacionales en contra de la discriminación contra las
mujeres suscritos por el gobierno, pero hubo otros, decididos
por las mujeres de la sociedad civil. Se comenzó la
modificación del discurso patriarcal público (aunque no
necesariamente el privado) y algunas liderezas de esta etapa
fueron parte importante del núcleo o core group que
garantizaron la continuidad de la lucha por la reivindicación
en la segunda etapa".
En esta "etapa (particularmente pos 1992), hubo logros
políticos siempre en el marco de los acuerdos internacionales
en contra de la discriminación a las mujeres suscritos por
todos los gobiernos…. y financiamiento (por parte del PNUD,
Unicef, Banco Mundial y BID, entre otros organismos) de las
actividades por las instancias convocadoras que han coordinado
las acciones.
En este periodo (1975-1998) entre otros logros tenemos que:
- Se elaboraron proyectos y se aprobaron Legislaciones como:
Adopción de la Convención sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer -CEDAW- (1979),
Proyecto y Reforma del Código Civil (1982),Capitulo VI de la
Ley Orgánica del trabajo (1990), Ley de Igualdad de
Oportunidades de la Mujer (1993), Anteproyecto de Ley contra la
violencia doméstica y acoso sexual (1993), Convención
Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer o la Convención de Belem do Pará
(1994- 1995), Artículo 144 sobre la cuota de participación de
30% en la Ley de Sufragio y Participación Política (1997) y Ley
sobre la violencia contra la mujer y la Familia (1998).
- Se realizaron los dos congresos nacionales de mujeres que
permitieron la participación de un mayor número de mujeres en
la discusión de su situación de discriminación y subordinación.
-Se estrecharon y ampliaron las relaciones y alianzas entre
Estado/gobiernos, Ongs de mujeres y academia y emergieron
formas de organización como la Coordinadora de Organizaciones
de Mujeres (CONGS de Mujeres, Marzo 1985) que, como señalan
Espina y Rakoswski (2002:36), fue una red que logró reunir unas
25 Ongs y algunas personalidades de varios estados entre 1985 y
1990 pero que en general tenía como epicentro la región
capital. Simultáneamente se constituyeron otras redes
conformadas por Ongs y algunas individualidades de diferentes
estados y auspiciadas por las instituciones gubernamentales:
Red de Estudios Universitarios Venezolanos de Estudios de la
Mujer -REUVEM-, Mujer y Ambiente, Contra la Violencia hacia la
Mujer, Casas de la Mujer, etc.) y que permitía ampliar la
cobertura de acción de los organismos públicos. Estas redes
comenzaron a declinar a mediados del 90 como consecuencia, por
una parte, de actividades preparativas hacia Beijing que las
absorbió, y, por otra parte, el cambio de equipo directivo del
Consejo Nacional de la Mujer (CONAMU) (periodo presidencial de
Rafael Caldera) que adelantó políticas desde una perspectiva
más conservadora por la procedencia política/religiosa de la
presidenta de entonces.
Estas estructuras organizativas expresaban las formas de
asociación dominante de este periodo de "democracia
representativa" y que se fueron constituyendo en una "elite"
del MMV para unas (García R, 2000) o "core group" o núcleo de
activistas para otras (Espina, 2004), que se ha mantenido en el
tiempo que, pese a ser grupos pequeños de "mujeres en
movimiento", tenían un nivel de compromiso siendo capaces de
organizarse y de formar alianzas cuando la necesidad o la
oportunidad se presentaban.
Se crearon organismos públicos sin continuidad jerárquica que
instrumentaron algunas políticas públicas (de muy baja
cobertura) que comenzaron a visibilizar la situación de
violencia hacia las mujeres, a la vez que se crearon algunos
espacios para la reflexión y acción en las Ongs pero con poca
capacidad de convocatoria.
Como lo plantea la autora citada "El caso Venezuela es
interesante para conocer los procesos de cambio que llevaron al
solapamiento entre mujeres de la sociedad civil y del gobierno.
Es interesante por las diferencias que surgieron en las
estrategias y las actoras que lograron cada una de las reformas
o reivindicaciones legales. Pero las circunstancias descritas
y el mismo solapamiento lleva a la conclusión de que no ha
habido «un movimiento» continuo de mujeres de la sociedad
civil."
En fin, en este periodo el movimiento comienza a
institucionalizarse con avances y retrocesos, gracias a los
pactos explícitos e implícitos (interclasistas,
interideológicos) que se establecieron y las alianzas entre las
mujeres y entre éstas y el Estado que permitieron una
continuidad y la consecución de algunos logros sobre todo
legislativos (reformas, leyes, ratificación de convenciones) y
organizativos pero muy frágiles.
Según período: Avances y dificultades
El segundo periodo (de 1999 a 2005) comienza a raíz de la
discusión y aprobación de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), que instituye
constitucionalmente la "Democracia Participativa y
Protagónica". Esta propuesta supone que la población, y en
este caso las mujeres, empiecen a organizarse desde la base
impulsando los puntos de encuentro considerados vitales para el
proceso de conscientización y organización superando las formas
de organización representativas predominantes en el período
anterior (Redes). Esta forma de organización -y la coyuntura
de crisis política vivida en los años 2002 y 2003- ha generado
rupturas del pacto entre las mujeres y, por consiguiente,
fracturando aún más el frágil MMV de fines del siglo pasado.
Al inicio de este período, la Secretaría de la Presidencia de
la República (ocupada por un periodista hombre) quiso eliminar
el Consejo Nacional de la Mujer. Esta decisión no pudo ser
ejecutada por las oportunas y rápidas movilizaciones de un
grupo de mujeres (sin embargo se le redujo el presupuesto) que
continuaron durante todo el año 1999 activando junto a mujeres
provenientes de las Ongs con el fin de que en la nueva
Constitución Nacional se incorporara y reconociera (como de
hecho sucedió) las nuevas generaciones de derechos contenidos
en tratados y convenciones internacionales y la elaboración de
una constitución con un lenguaje no sexista, lenguaje que
visibiliza a las mujeres.
Este es un periodo que en sus inicios se caracterizó por un
incremento de la participación de las mujeres en los altos
cargos de decisión ya que fueron nombradas un porcentaje no
despreciable de mujeres como ministras (salud y desarrollo
social, producción y comercio, ambiente, trabajo, ciencia y
tecnología, entre otras) y viceministras, (educación, deportes,
etc.), procuradora de la nación e incluso la Vicepresidencia de
la República fue ocupada -durante un año- por una mujer
economista que venía de la academia.
Este período presidencial inconcluso aún (2000-2006), por sus
características, ha estado marcado por el avance en la
discusión nacional sobre la situación de las mujeres
venezolanas, discusión que se plasma en el Plan Nacional de
Igualdad de Oportunidades para las Mujeres (2003). Igualmente,
se crea el Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER) que
sustituye el CONAMU y se adscribe al Ministerio de Salud y
Desarrollo Social (MSDS), la Defensoría de la Mujer, como lo
estipula la Ley de Igualdad de Oportunidades de la Mujer
promulgada en 1993 y el Banco de Desarrollo de la Mujer con el
fin de democratizar el capital a través de microcréditos, sobre
todo para las mujeres de los sectores populares del país, en
los que, además de los servicios financieros, se desarrollan
programas no financieros (talleres sobre las leyes sobre
violencia, igualdad, derechos sexuales y reproductivos). Estas
tres nuevas instituciones están dirigidas por mujeres liderezas
venidas del sindicalismo (INAMUJER) y de la academia
(Defensoría de la Mujer y el Banco de Desarrollo de la Mujer),
que siempre han militado tanto en las Ongs de mujeres como en
los sectores de izquierda.
También en este periodo, se elabora y se discute en la Asamblea
Nacional, desde el 2002, el Anteproyecto de Ley Orgánica de los
Derechos de las Mujeres para la equidad e igualdad de género,
que aún no se ha aprobado por el poco interés que existe en los
actuales momentos sobre estos temas. Lamentablemente, el
escaso interés en adoptar medidas que acaben con la
discriminación de género, es otra de las características del
ejercicio político de factores dirigentes del proceso.
Asimismo, las mujeres se han incorporado en las diferentes
misiones tanto en condición de facilitadoras como de
participantes (sabemos que un gran porcentaje de las
participantes son mujeres pero no hay aún cifras oficiales),
misiones que les ha permitido tener algún acceso a una serie de
beneficios (en educación, salud, consumo, créditos, etc.), de
los que habían sido excluidas. Además se ha dado un desarrollo
de nuevas organizaciones (puntos de encuentro, según fuentes
oficiales 15.000 en el país), red de usuarias de créditos,
sindicatos de amas de casa, y su participación en lo que se ha
llamado mesas de agua, comité de tierras urbanas, entre otras),
lo que ha permitido ir creando un nuevo tejido social y una
conciencia e identidad política en defensa del proyecto
político nacional, sin embargo en estas iniciativas está
ausente una visión de género. Todas estas movilizaciones y
organizaciones de las mujeres, en general, no han tenido
tampoco una postura crítica hacia la ideología y sociedad
patriarcal venezolana, en la que se mantienen intactos y a
veces se han profundizado rasgos propios del dominio de la
masculinidad. Las mujeres continúan excluidas de los espacios
y ocasiones donde se toman las decisiones estratégicas.
Igualmente, en este período, se puso en funcionamiento el
teléfono 0800mujeres (según fuentes oficiales desde noviembre
de 1999 a marzo 2004, 12430 llamadas de las cuales el 76.1 %
son para plantear casos de violencia). Se han creado y puesto
en funcionamiento solo dos casas de abrigo para la atención de
la mujeres víctimas de la violencia (Maracay y Caracas) que
deja a la mayoría que denuncia, sin atención.
En resumen, en este corto periodo, sin ánimo de desconocer los
esfuerzos que hacen las mujeres comprometidas con la lucha por
la igualdad que ocupan cargos en el gobierno y las que se
ubican en las nuevas organizaciones de mujeres, se ha
dificultado adelantar una agenda política pública con visión
crítica de género, pues las prioridades han estado centradas en
cómo acompañar al Presidente de la República en este periodo
tan conflictivo, en el cuál sectores de la oposición han
recurrido a un golpe de Estado y a paros nacionales que
afectaron gravemente la industria petrolera, además de impulsar
una estrategia mediática y otras acciones: guarimba, atentados,
y un largo etcétera, que "justifican" ampliamente que estas
sean las prioridades de los sectores que participan del proceso
encabezado por el Presidente Chávez.(1). En estas acciones de
sectores de la oposición participaron activamente algunas
mujeres que han tenido liderazgo en el conjunto del movimiento
de mujeres, situación que sin lugar a dudas, ha afectado las
posibilidades de mantener unido al MVM. A pesar de la
polarización, este objetivo, sin embargo, se ha logrado en
importante medida.
Trabajo conjunto
En este contexto de crisis, que genera una polarización
política, solo podemos recordar algunos momentos de encuentro y
de trabajo conjunto de los grupos de mujeres de antes y después
de 1998 (sin distinción de credos políticos). Entre otros, el
trabajo coordinado para elaborar las propuestas entregadas ante
la Asamblea Nacional Constituyente para que fuese incorporado a
la Constitución de 1999, actividades de rechazo unánime a la
solicitud de recurso de nulidad de varios artículos de la Ley
sobre la Violencia contra la Mujer y la familia (1998) hecha
por el Fiscal General que deja a las mujeres desprotegidas
(2003), la defensa pública de las víctimas de violencia (caso
Linda L López) y la denuncia de la incapacidad del Estado
venezolano de cumplir con sus obligaciones en esta materia; el
50% y 50% con alternabilidad en los puestos y en la elaboración
y entrega de propuesta de un conjunto de artículos para el
nuevo Código Penal que se discute en la Asamblea Nacional
(2005) relacionados con la despenalización del aborto y los
delititos sexuales, entre otros.
En conclusión, con tantos contratiempos y sin las alianzas y
pactos entre los grupos de mujeres como el periodo anterior, en
estos años se han ampliado las iniciativas para la organización
de las mujeres (con los puntos de encuentro y las
organizaciones promovidas por el Banco de desarrollo de la
Mujer) en los sectores populares y con grupos de mujeres
procedentes de las filas de los partidos que apoyan al gobierno
actual como es el caso de las MOMUMAS (Movimiento de Mujeres
Manuelita Sáenz del Partido Patria para Todos PPT) y la Fuerza
Bolivariana de Mujeres del Movimiento Quinta República (MVR)
Se establece una nueva relación del Estado/gobierno con las
mujeres de las comunidades a través de estas organizaciones y
se incrementa la participación de las mujeres en altos cargos
de decisión (ministras y sobre todo viceministras) sobre todo
al inicio del periodo, sin que se haya alcanzado el 50% que
ostenta, por ejemplo, el gobierno que preside Zapatero en
España.
Se crean nuevos espacios de acción (desvinculados de los
anteriores por la polarización política y la ruptura del pacto
entre mujeres) con movilizaciones que aumentan la conciencia e
identidad política con un proyecto de cambio y transformaciones
del país, pero con poca reflexión sobre la condición de
subordinación y discriminación de las mujeres en una sociedad
capitalista y patriarcal como la nuestra. También, del lado de
la oposición, la presencia masiva de mujeres en las
movilizaciones e iniciativas, no se ha expresado en aumento de
los espacios de poder para ellas, ni sus propuestas, que no
abundan, pero que son sostenidas con fuerza por mujeres
comprometidas históricamente con las luchas del MVM.
En un escenario de polarización, los centros y espacios
académicos y otras organizaciones como son las casas de la
mujer, han asumido roles de coordinación y de generación de
iniciativas, tienen a su favor su fortaleza institucional y se
han transformado en lugares de encuentro de mujeres
identificadas con posturas políticas encontradas. Desde ellos:
Centro de Estudios de la Mujer en la Universidad Central de
Venezuela, Centros en la Universidad de Zulia, en la
Universidad de los Andes, Universidad de Carabobo, CMJR, se han
mantenido las iniciativas y el apoyo a la construcción de una
agenda para el MMV
A seis años de la nueva Constitución y siete del gobierno
bolivariano, caben algunas reflexiones finales. El MMV ha
sido, a nuestro parecer extremadamente paciente y poco efectivo
en sus demandas. En el caso de las situaciones de violencia
que afectan a las mujeres, cumplimos dos años con las medidas
cautelares secuestradas por un acto administrativo del Fiscal
General de la Nación y sin decisión del Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ). A pesar de las iniciativas de INAMUJER y de la
Defensora Nacional de los Derechos de la Mujer, para no dejarse
quitar estas conquistas, que por otra parte, el Estado
venezolano está obligado a respetar, no se han visto decisiones
que muestren voluntad real de restituir a las mujeres, al menos
los derechos que las medidas cautelares protegían. Este no es
un asunto menor, la aplicación oportuna, como debe ser cuando
se trata de normas cautelares, salva y ha salvado vidas de
mujeres. La acción del Fiscal ha tenido otras consecuencias,
como es el retroceso en el camino andado en materia de
formación de funcionarios y funcionarias públicas, una ley
cuestionada no puede seguir siendo difundida y trabajada con
efectividad.
En materia legislativa, termina sus actuaciones una Asamblea
Nacional en cuyo período no se aprobó ni una ley de las varias
pendientes en beneficio de las mujeres, algunos artículos en
otras leyes, como es el relativo a la seguridad social del ama
de casa, cuya importancia reconocemos. Esta Asamblea no ha
dado prioridad tampoco a la discusión del Nuevo Código Penal,
para el cual el MMV entregó una propuesta el 1° de diciembre
del 2004.
En materia de derechos y salud sexual y reproductiva, aún no
vemos el impulso a las normas tan largamente estudiadas y
finalmente aprobadas y publicadas hace más de un año por el
MSDS.
Reconocemos como un avance significativo el respaldo dado por
el Ejecutivo Nacional a la elaboración de presupuestos
sensibles al género (esperamos que la primera manifestación de
esta medida sea aumentar los presupuestos de los organismos que
trabajan para y con las mujeres en el Estado), esa decisión
conjuntamente con las iniciativas del Banco de Desarrollo de la
Mujer, destacan como manifestaciones de la posibilidad de
impulsar cambios que contribuyan a disminuir las brechas de
género, cuando existe voluntad política.
En cuanto a la situación de la representación de las mujeres no
se ha avanzado y en muchos casos se ha retrocedido, las cifras
son alarmantes, en las recientes elecciones al cargos de
representación en el poder local, espacio en el que todas y
todos sabemos las mujeres son mayoría, las postulaciones no
alcanzaron, en promedio, ni el 30% previsto en la antigua
legislación, a pesar de las exhortaciones del Consejo Nacional
Electoral. En esta materia, el Movimiento V República ha hecho
esfuerzos, incluyendo en su normativa interna orientaciones que
reconocen la paridad y alternabilidad; sin embargo los
resultados no fueron los esperados y para las próximas
elecciones de diputadas y diputados, ninguna organización ni
grupo de electores respetó tan siquiera el 30% en sus
postulaciones.
El llamado es, entonces, a la reflexión y a la unidad del MVM
en torno a su agenda, aquí o nos mantenemos unidas y
combativas, sin importar a quien le estemos exigiendo el
respeto a nuestras reivindicaciones, o nos quedaremos
escuchando las promesas de siempre, ya sea en clave opositora:
"para cuando cambie el actual gobierno", o en clave
bolivariana; "para cuando el proceso haya acumulado fuerzas".
Ambas promesas son falsas, la historia nos lo ha mostrado una y
mil veces.
Bibliografía
-Espina, Gioconda y Rakoswski, Cathy. Movimiento de mujeres o
mujeres en movimiento. El caso Venezuela. En Cuadernos del
Cendes. Año 19. Nº 49. Tercera Época. Enero-Abril 2002. pp
31-48
-Espina. Gioconda. Conversación personal en Maracay, 12 de
Noviembre 2004
-García, Carmen Teresa. Las convenciones internacionales y sus
incidencias en los cambios sociopolíticos en la sociedad
venezolana. Un balance desde las políticas públicas y ongs de
mujeres. Ponencia presentada en el 49 Congreso Internacional
de Americanistas. Quito 7 al 11 de julio de 1997 (mimeo)
-García, Carmen Teresa y Rosillo, Carmen. 8 de marzo: día para
reflexionar y hacer balances .. Publicado el 10/3/05 Revista
electrónica española en el apartado mujer: www.rebelion.org
- http://www.inamujer.gov.ve/
Carmen Teresa García Ramírez (Universidad de los Andes), Carmen
Rosillo (Ceformam) y Magdalena Valdivieso (Universidad Central
de Venezuela)
(1) Otras estrategias de defensa del "proceso" que incluyan el
fortalecimiento de las organizaciones populares en Venezuela,
requieren de desarrollos políticos que aún son incipientes.
https://www.alainet.org/es/articulo/116054
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