Cambios e interpretaciones en Latinoamérica

20/01/2006
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  • Opinión
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Latinoamérica probablemente es la región del mundo que presenta en los últimos años mayor innovación y creatividad en los procesos políticos, pero al tiempo siguen primando en las interpretaciones lecturas bastante tradicionales o acartonadas (tanto en la izquierda como en la derecha), que reflejan esquemas rígidos o dogmáticos para intentar entenderlos. Hay una oleada de gobiernos de centro-izquierda, que corresponden a realidades nacionales y políticas particulares: el triunfo del presidente Chávez se sustenta en el colapso del sistema venezolano de partidos políticos en medio de corrupción y crisis de representatividad, posteriormente han sido fundamentales los cambios políticos e institucionales, los altos precios petroleros y una activa diplomacia petrolera. El triunfo del presidente Lula en el país más grande de la región fue producto de un histórico trabajo político adelantado por el Partido de los Trabajadores y el equipo dirigente que Lula presidía -con fuertes vinculaciones con movimientos sociales- y de persistir en el juego electoral con una tendencia creciente; la crisis política reciente con un peso importante de acusaciones por corrupción que ha involucrado a algunos dirigentes del PT podría incidir negativamente en la posible reelección de Lula. El gobierno Kirchner es producto de la crisis económica y social argentina del 2000 -herencia de la política de Menem- y de su historia política personal peronista con su mezcla de nacionalismo y populismo. El triunfo uruguayo de Tabaré Vásquez es, parecido al caso brasilero, producto de más de veinte años de trabajo del Frente Amplio -coalición de organizaciones de centro-izquierda, que luego se alía con otras situadas más al centro- y de una creciente participación electoral y una buena gestión en el ámbito de la alcaldía de Montevideo y otros gobiernos regionales. El triunfo de Evo Morales en Bolivia fue el resultado de una larga lucha social y política, con una base social sustentada en la mayoritaria población indígena y en los productores de coca, que progresivamente incorporó a sectores obreros y capas medias de la sociedad y que se plantea un programa de gobierno con visos nacionalistas y de inclusión social. En Chile fue elegida Michelle Bachelet como presidenta -cuarto gobierno de la Concertación por la Democracia después de la dictadura de Pinochet, que muestra una democracia en proceso de dejar totalmente en el pasado el autoritarismo derechista-, con un indispensable apoyo de los votantes del Partido Comunista y con un mandato continuista aunque con un giro más hacia lo social, hacia lo latinoamericano y con el desafío de terminar con los legados autoritarios, como el sistema electoral binominal que excluye la representación de minorías políticas; pero además con un triunfo importante para la equidad de género, reconociendo en la práctica que la mujer tiene todos los méritos, el derecho y la capacidad para gobernar con solvencia. Igualmente tiene el reto de manejar las relaciones con los países del Mercosur, y los temas de las relaciones con Bolivia y Perú -el tema del gas boliviano necesario para la economía chilena y el viejo problema limítrofe-, heredados del pasado pero que requieren miradas nuevas en el presente. Estamos frente a procesos nacionales particulares, que responden a dinámicas propias. Como propia es la dinámica mexicana que al tiempo que adelantan la campaña presidencial los candidatos de los tres partidos tradicionales, PRI, PAN y PRD, con un favoritismo para este último, permite que el subcomandante Marcos del Ezln inicie una campaña política en moto por el país, desarmado, la denominada 'otra campaña' tratando de construir una coalición política de izquierda que en principio no se plantea la participación electoral. Sin duda, América Latina está exigiendo lecturas novedosas para su creativa realidad, más allá de descalificar todo lo que no cuadra con los esquemas que predica el cuestionado 'pensamiento único'. * Alejo Vargas Velásquez es Profesor Universidad Nacional
https://www.alainet.org/es/articulo/114161
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