La globalización no beneficia a los pobres del mundo

11/09/2005
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La pobreza no ha disminuido aún cuando los gobiernos del mundo asumieron en la Cumbre del Milenio el compromiso de reducirla, sino que aumentó en varias regiones, sostiene el informe 2005 de Social Watch, a ser presentado este miércoles a participantes en una segunda cumbre en Nueva York anunciada como la mayor reunión de jefes de Estado y de gobierno de la historia. El escaso desempeño de los distintos gobiernos en el cumplimiento de los acuerdos internacionales relativos al desarrollo es ampliamente demostrado por Social Watch, una coalición internacional de organizaciones ciudadanas con miembros en 50 países. “Que el mundo haya avanzado solo la mitad de lo necesario para estar en curso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio significa que el ritmo de los avances en desarrollo social se redujo desde 1990, a pesar de todas las promesas y declaraciones”, afirmó Roberto Bissio, coordinador de Social Watch. El informe 2005 de Social Watch, titulado “Rugidos y Murmullos” para subrayar la distancia entre las promesas y las acciones, evalúa los logros hacia las metas adoptadas por la comunidad internacional en 2000 y concluye que al menos parte de las causas están en el proceso de globalización económica promovido después de la Guerra Fría como medio de poner fin a las desigualdades entre las naciones. La globalización ha mejorado las condiciones para el comercio, pero no para los trabajadores. Como resultado, la riqueza se crea pero la mayoría de la población del mundo no la comparte, subraya el informe de Social Watch. “El capital puede se puede desplazar con mayor rapidez que hace dos siglos, pero los trabajadores no. Se ven forzados a competir en una carrera por las peores condiciones, mientras los gobiernos, desesperados por las inversiones, compiten para ofrecer más concesiones y exenciones tributarias. Las reglas desiguales generan resultados desiguales”, señaló Bissio. “Esto no debería sorprender a los economistas neoliberales pues es precisamente lo que Adam Smith observó y predijo en La riqueza de las naciones, publicada en el siglo XVIII”, agregó el coordinador de Social Watch. El informe de Social Watch también subraya los conflictos de interés que han emergido en el ámbito del comercio internacional, como el conflicto entre el derecho de las personas en los países en desarrollo a acceder a medicinas para el VIH/sida y los derechos de propiedad intelectual de las compañías farmacéuticas, que son regulados por los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La inexistencia de una corte suprema internacional que tome resolución en los conflictos entre los derechos humanos y las reglas de comercio de la OMC otorga aun mayor importancia a reuniones como la Cumbre del Milenio+5. La Cumbre, que del 14 al 16 de septiembre reunirá a mas de 170 jefes de Estado y de gobierno, evaluará el progreso hecho hasta ahora en el logro de los ODM y las reglas del comercio internacional, entre otros temas. La cuestión técnica de cómo definir y medir la pobreza está abierta al debate. El Programa de Acción de la Cumbre Social celebrada en Copenhague en 1992 la definió como la falta de recursos, de participación social, política y cultural, y distinguió la pobreza generalizada de los países pobres de la pobreza focalizada de los ricos. Asimismo, consideró pobreza absoluta la que impide a las personas acceder a los servicios sociales mínimos para garantizar su supervivencia. La Declaración del Milenio combina las referencias a las necesidades (alimento, agua) con los medios (ingresos) cuando se propone el objetivo de reducir a la mitad, para el 2015, la proporción de personas con ingresos menores a un dólar diario y la proporción de personas que sufren hambre así como, en la misma fecha, la proporción de personas sin acceso sostenible a agua potable. El criterio del ingreso menor a un dólar diario fue establecido por el Banco Mundial en lo que se conoce como línea internacional de pobreza extrema. Al adoptar este indicador, “la Declaración del Milenio se distancia de la perspectiva de la Cumbre Social y del ganador del Premio Nobel Amartya Sen, para quien la pobreza debe ser vista más como la privación de capacidades básicas que como la escasez de ingresos”, puntualizó Bissio. Siguiendo su propia definición, el Banco Mundial estima en 1.300 millones el número de personas viviendo en la pobreza. Sin embargo, Social Watch advierte que si ésta se mide siguiendo el criterio de las líneas nacionales de pobreza, a las cifras del Banco Mundial se suman unos 500 millones de pobres, y esto únicamente teniendo en cuenta a los países de ingresos medios y altos. La discrepancia surge del hecho de que el indicador de un dólar diario resulta inapropiado en algunas regiones. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), por ejemplo, usa la medición de dos dólares diarios para fijar la línea de pobreza extrema, mientras que en Estados Unidos el umbral es de unos 12 dólares diarios. En efecto, según las definiciones nacionales oficiales, en América Latina hay 200 millones más de personas viviendo en la pobreza que de acuerdo al conteo internacional. El nuevo informe de Social Watch argumenta que el uso del indicador de un dólar diario responde básicamente a motivos ideológicos y políticos. “Este indicador ha llevado a los investigadores del Banco Mundial a afirmar que ‘la globalización está funcionando’, ya que parece implicar que la proporción de personas que viven en la pobreza en todo el mundo está disminuyendo”, subrayó Bissio. El equipo de investigación de Social Watch llega a una conclusión diferente: la pobreza extrema no está decreciendo y en realidad va en aumento en África, América Latina, Medio Oriente, Europa Oriental y gran parte de Asia, donde el progreso se concentra en Vietnam, India y China.
https://www.alainet.org/es/articulo/112979
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