En mayo aparece TELESUR
10/03/2005
- Opinión
Bajo el lema "Nuestro norte es el sur", Latinoamérica tendrá pronto su propio canal de noticias por televisión satelital. Telesur saldrá al aire en mayo como "el primer proyecto contra-hegemónico de comunicación que conozca Suramérica en materia de televisión", anunció el periodista uruguayo Aram Aharoniam, director general de la compañía Nueva Televisión del Sur SA, diseñada como una multinacional venezolano-argentino-brasileño-uruguaya con sede en Caracas.
Las transmisiones de 24 horas comenzarán con tres bloques de ocho horas y una programación básica de noticias y documentales alimentada por corresponsales en Estados Unidos, México, Bogotá, Caracas, La Habana, Lima, Buenos Aires y dos en Brasil. "Queremos tener una red de colaboradores en el área periodística y queremos contratos con medios independientes, que se han destacado por su línea editorial, que sean en base a operaciones del canal en sus respectivos países”, dijeron sus promotores.
La futura competidora de CNN, Univisión y demás cadenas hispanohablantes sintonizadas en América Latina, le saldrá al paso a las grandes corporaciones mundiales de noticias en una gesta mediática del tipo David y Goliat, comparable a la que libra Al Jazeera en el mundo árabe y funcionando "bajo estrictos criterios de rentabilidad, competitividad y comercialización", dijo Aharoniam, a Blanche Petrich, de La Jornada de México.
La participación inicial de cuatro países imprime el carácter multinacional de la sociedad, que tiene como principales accionistas a los gobiernos de Venezuela y Argentina, además de la participación no accionaria de instituciones brasileñas y la próxima incorporación de Uruguay, que se concretará en un convenio a firmarse en este mes de marzo.
La sociedad anónima tiene un directorio internacional, presidido por el actual ministro de Información de Venezuela, Andrés Izarra, con Aharoniam como director general y la participación de la argentina Ana de Escalom, directora de Canal 7 de Buenos Aires; Beto Almeida, sindicalista del gremio periodístico de Brasil; Botero, que será el director de información del canal, y Ovidio Cabrera, ex vicepresidente de Radio Tv de Cuba.
Aharoniam, que se estableció en Venezuela aventado por las dictaduras del cono sur de los años 70, actual director de las revistas Question y Quantum de Venezuela y colaborador de la Red Voltaire, viajó a México a establecer contactos previos a la salida al aire del canal, en compañía del colombiano Jorge Enrique Botero, otro directivo de Telesur, cinematografista, ex conductor de televisión y autor de dos documentales sobre la guerra interna de su país galardonados con el Premio Nuevo Periodismo, "Cómo voy a olvidarte" y "Bacano salir en diciembre".
"Independencia siempre, neutralidad jamás"
“Telesur es un proyecto estratégico que nace de la necesidad de dar voz a los latinoamericanos en medio de un cúmulo de pensamiento e imagen únicos, que es lo que transmiten los medios de comunicación comerciales", explicó Aharoniam. De la urgencia de vernos con nuestros propios ojos y dar soluciones propias a nuestros problemas. Si no empezamos por ahí, el sueño de la integración latinoamericana no va a ser más que un saludo a la bandera".
Añadió que "es un sueño por el que pelearon muchos compañeros que cayeron en el camino. Ahora se puede volver realidad por dos circunstancias interesantes. Primero, porque Latinoamérica no es la misma que hace cinco años y también por otro hecho de gran trascendencia. Por primera vez en la historia de Venezuela las ganancias del petróleo están permeando al pueblo y hasta da ciertos excedentes para poder impulsar este proyecto de integración comunicacional latinoamericana". Botero describió el propósito como "un proyecto de comunicadores, una iniciativa privada que después de estar siendo afinada, pastoreada durante cuatro años, está a punto de cuajar".
El canal progresista acogerá el solitario trabajo titánico que efectúan con enormes esfuerzos numerosos periodistas, documentalistas y trabajadores de la comunicación que no tienen cómo y dónde difundir su obra. "Y nosotros lo que queremos es a toda esta gente", dijo Botero. "Hay miles de creadores de documentales y televisión que producen materiales muy originales y que están frustrados porque esa enorme producción no tiene ventanas de salida en los medios masivos, generaciones enteras de realizadores en espera de un medio", añadió.
El nuevo canal no servirá de nada si no buscamos nuevos contenidos, dijo Aharoniam. Y para eso, está lanzándose otro proyecto, la Factoría Latinoamericana de Contenidos, Flaco. "No es una productora, sino un pequeño instituto que recopilará la producción audiovisual, de documentales, cinematográfica y de televisión que hay en América Latina", expresó. "Buscamos poder producir series, y no necesariamente miniseries, sino series de 53 semanas, no sólo para un canal sino para varios. Si esto lo logramos en cinco años, aplaudiremos".
Botero gráfico el espíritu del proyecto sacando del baúl de los recuerdos a "Lucky Luc", un cowboy del Lejano Oeste que le vendía protección a un periodista de pueblo, director de un pequeño periódico local que tenía por lema "Independencia siempre, neutralidad jamás".
24 horas en tres bloques
Telesur comenzará sus transmisiones por un canal satelital con una emisión de 24 horas repartida en tres bloques de ocho horas, con cierta repetición de unos y otros y con mayoría de producción propia, dando énfasis a lo informativo: noticias, programas de opinión, entrevistas. También absorberá la producción audiovisual de los realizadores de todo el continente interesados en participar.
"Por lo pronto” dijo Botero, estamos haciendo un gran censo del material de calidad que hay. Y a partir de ahí, montar una programación muy variada, que refleje nuestra enorme diversidad. Además de tener los corresponsales previstos en la nómina del canal (en Estados Unidos, México, Bogotá, Caracas, La Habana, Lima, Buenos Aires y dos en Brasil) queremos tener una red de colaboradores en el área periodística. Queremos contratos con medios independientes, que se han destacado por su línea editorial, que sean base de operaciones del canal en sus respectivos países. De este modo tendríamos todos los días, a la hora de las noticias, enlaces con los principales periódicos que nos darían un enfoque de lo acontecido en América Latina. Además aspiramos a tener una agenda propia, tocando temas que de pronto desaparecen del radar de los medios comerciales y que no por eso dejan de ser noticia. Queremos contar las historias desde el comienzo hasta el final, sin dejar la inmediatez de las cosas, pero no olvidando otros criterios".
Diálogo La Jornada/Telesur
El diálogo entre Blanche Petrich y los dos directivos de Telesur, Aharoniam y Botero, abordó los aspectos clave del proyecto, como financiamiento, concepto editorial, carácter de la empresa multinacional, línea informativa versus simple propaganda política por un mundo mejor, política de venta de espacios publicitarios y, en general, todas las preguntas que estimula una iniciativa de esta envergadura.
La Jornada: El factor económico los distingue de manera importante. Tienen dinero. Eso nunca ocurrió con los medios alternativos, pobres casi por naturaleza.
Aram Aharoniam: Por eso digo que es un hecho político importante. En lugar de que haya 500 o 900 pequeños medios alternativos, va a haber una empresa grande. Y con capital.
LJ: Telesur ¿será entonces una paraestatal?
AA: Digamos que el capital semilla es estatal. Es la primera vez en América Latina, después de muchos años de neoliberalismo, que el Estado vuelve a fomentar proyectos que sirvan a al ciudadanía.
LJ: Parecen partir de las mismas premisas del periodismo que durante décadas se refugió en pequeños medios alternativos y comunitarios. - Pero ahora hemos salido del nicho de lo marginal y vamos por lo masivo.
AA: "Nuestro enfoque va a hacer lo contrario de lo que hace la televisión comercial. Va a buscar el protagonismo de los movimientos sociales, de la gente, de las comunidades, los pueblos".
JE Botero: "Ya está programada una barra de una hora diaria sobre lo que se dice en las comunidades, en reportajes hechos por ellos mismos".
LJ: Los críticos del chavismo ya le llaman "Telechávez" a Telesur. ¿Cómo van a evitar que sea un canal oficial del gobierno?
AA: Primero, porque no lo manejan los estados. El directorio está integrado por profesionales del periodismo y ninguno de ellos, excepto el caso de Izarra, representa oficialmente a un gobierno. Y la idea es que no sean los estados los que sigan aportando dinero indefinidamente, sino crear una bicicleta de financiamiento que posibilite otros ingresos, con la figura de patrocinadores. Es el caso de la Factoría Latinoamericana de Contenidos, en su totalidad financiada por contratos con patrocinadores.
LJ: ¿Hay patrocinadores para este tipo de proyectos?
AA: Nosotros tenemos comprometidos ya 10, sin salir a buscarlos. Corporación Latina de Fomento, Mercosur, PDVSA, PetroBras, Petroamérica, las aerolíneas, las instituciones de fomento al turismo. Todo responde a un diseño nuevo de empresa, en el que también está contemplado el interés, digamos que comercial, de estas dependencias que en Telesur tienen garantizado un número de televidentes para sus mensajes. El criterio comercial es indispensable para sobrevivir. O sea, no va a haber publicidad consumista. Pero sí va a haber este otro tipo de publicidad de instituciones privadas y públicas. Siempre bajo una premisa: los patrocinantes no van a tener nada que ver con la línea editorial.
LJ: En la medida en que el patrocinador principal sea el gobierno venezolano, ¿cómo va a incidir en la línea editorial?
AA: El gobierno venezolano tiene su propia televisora. Esta apuesta tiene que ver con las necesidades de integración de los gobiernos de Suramérica, la necesidad de subsistir como proyectos nacionales. La independencia está dada desde la pluralidad del directorio y de la posibilidad de encontrar recursos financieros que no provengan necesariamente del Estado. Nos sentimos lo suficientemente libres de diseñar la política informativa del canal. Y hasta ahora no hemos tenido ninguna injerencia de los gobiernos. Dentro de los marcos que nos dan origen: nada contra la integración regional y la lucha contra la globalización neoliberal.
LJ: Este es un sueño que muchos periodistas progresistas nunca dejaron de perseguir, pero lo más que alcanzaron es crear agencias alternativas, radios comunitarias, periódicos. En la televisión masiva no se ha logrado concretar un proyecto de este corte.
AA: La decisión nace de la convicción de que no puede dejarse la televisión hoy por hoy el medio de mayor penetración? en manos del enemigo. El gobierno venezolano le dio una gran importancia a las radios comunitarias alternativas, pero le dejó lo masivo a su enemigo. Hoy se da cuenta que lo masivo es importante. Que lo alternativo alcanza cuando mucho el 5 o el 7 por ciento de la audiencia general. Fue Fidel Castro, por cierto, quien en un congreso de periodistas en La Habana (2001) nos propuso desarrollar una CNN latinoamericana, de los pueblos. Esto, claro, no es el modelo de la CNN. La gente ya no es pasiva ante lo que le dicen en la televisión. La ven y están tratando de leer entre líneas, de adivinar lo que se oculta, lo que no se dice.
JEB: Nos vamos a distinguir de la televisión comercial en muchos sentidos: estilo, tono, movimiento de cámaras. Por ejemplo, nuestro tono va ser dialogante, va a interpelar al auditorio, pero no de la manera agresiva que acostumbra la televisión comercial. Nuestros presentadores van a tener un estilo coloquial, vamos a tener periodistas que van a contar historias, van a ser reporteros, no muñequitos que sólo saben leer el teleprompter. Nuestra idea es reivindicar el periodismo. Vamos a tener cámaras en acción, muy vivas, en las calles, buscando los ángulos que los demás no toman.
LJ: ¿Este concepto es competitivo? Si la gente tiene dos opciones al alcance de su control remoto, ¿qué va a elegir, CNN o Telesur?
JEB: Telesur, por supuesto, porque ahí va a estar enterada de todo lo que pasa, porque nuestra gente va a estar donde pasan las cosas. Porque vamos a abrir canales de expresión para los movimientos sociales que actualmente no están en los medios.
* Ernesto Carmona, Santiago de Chile. ANCHI.
https://www.alainet.org/es/articulo/111564
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