Empresas y Estado cómplices en el hambre popular?
20/02/2005
- Opinión
En Argentina hay serios indicios de que el Estado cedió a una de
las mayores empresas de la alimentación la explotación suntuaria
de un producto que puede terminar con el hambre y la diarrea
infantil.
En la actualidad, en Argentina, cuando los índices difundidos por
el gobierno muestran un crecimiento del PBI (Producto Bruto
Interno) del 8,8 por ciento para el año 2004, existe un índice que
no se difunde, del que se carece de datos completos y actualizados:
es el de las muertes por desnutrición, que no disminuyen y que
alcanzan a más de 1.000 personas por año.
Según el titular de la ONG local Red Solidaria, Juan Carr, se
registran más de 200.000 casos de desnutrición infantil,
principalmente en el Noreste y Noroeste del país y en los cordones
suburbanos lindantes con la ciudad de Buenos Aires.
No hace mucho tiempo, imágenes televisivas conmovieron a los
argentinos y al mundo entero con postales de desnutrición infantil
en la provincia de Tucumán. Fue el reconocimiento tácito de que en
el antiguo granero del mundo había hambre, a pesar de los recursos
alimentarios disponibles, producto de los altos índices de
inequidad. Así, la desnutrición grave se extendió en un país en
donde sobraban alimentos y médicos pero faltaban estadistas y
justicia distributiva.
El Ingeniero José Alberto Villegas, de la Universidad Nacional de
Tucumán, alertó sobre la distancia cada vez mayor que existe entre
la ciencia, la tecnología y la sociedad, la ausencia del Estado y
la incapacidad de la clase dirigente: se trata del caso de la
leche "SanCor Bio", un producto elaborado por SanCor, una de las
empresa lácteas más poderosas de Sudamérica.
La leche "SanCor Bio", cuya eficacia se ha comprobado para
combatir la desnutrición, supera en precio casi cuatro veces al de
la leche común. El valor promedio actual en los supermercados es
de 1,43 dólares contra 0,43.
El cuidado envase que la contiene dice “desarrollo conjunto de
CERELA-Tucumán, CONICET y SanCor”. En términos claros, la creación
de la leche Bio es producto de años de trabajo de investigación de
destacados profesionales tucumanos del CERELA (Centro de
Referencia de Lactobacilos), organismo dependiente del Estado. El
costo de la investigación (equipos, mantenimiento y salarios de
los investigadores) fue sostenido por la sociedad en su conjunto,
aún por aquellos que habitan los lugares más alejados de las zonas
urbanas y que seguramente todavía no se enteraron que existe la
leche Bio.
El descubrimiento, que venía a resolver los problemas de
desnutrición y diarrea infantil fue presentado cuando los medios
de comunicación se ocupaban de los niños pobres tucumanos y de su
calidad de vida, y en consecuencia constituyó y constituye un
verdadero orgullo para los tucumanos. Sin embargo, la leche Bio
hoy es propiedad de una empresa privada (Cooperativa SanCor) y un
artículo de lujo en las góndolas de los supermercados, al que ni
soñando pueden aspirar la mayoría de los niños desnutridos y con
diarrea.
El investigador tucumano se pregunta: "¿No se podría haber buscado
la forma de producir leche "Tucumán Bio", con nuestro
descubrimiento y la leche de nuestra cuenca lechera a un costo que
realmente cumpla con la finalidad creada?, ¿No se podría haber
pensado la forma de producir leche "Argentina Bio" con nuestro
descubrimiento y la leche de los tambos de la pampa cada vez más
reducidos, indefensos y desplazados por la soja transgénica?
Para el investigador Guillermo Oliver, mentor del descubrimiento
que pone solución a la diarrea y la desnutrición, "SanCor se
arriesgó, puso un millón de dólares y el Estado el conocimiento",
en una claro ejemplo de transferencia de tecnología. Pero, "si la
ciencia y la tecnología no resuelven los problemas de la sociedad,
a quiénes sirven. ¿Quién ganó con tantos años de trabajo e
investigación?", se pregunta Olver.
Los niños que por fortuna hoy pueden tomar leche Bio no son los
que sufren las enfermedades de la pobreza. Y los que conducen las
instituciones del Estado rifan sin arrepentimiento ni castigo el
esfuerzo del conjunto de la sociedad.
* Fernando Glenza, APM - Agencia Periodística del MERCOSUR
Facultad de Periodismo y Comunicación Social Universidad Nacional
de La Plata (UNLP)
https://www.alainet.org/es/articulo/111395
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