El Año de la hecatombe

En 2004 asesinaron a 117 periodistas. Veinte de ellos de América Latina

09/01/2005
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Informe anual de la Federación Latinoamericana de Periodistas indica que la región aporta el 17% de los caídos en el planeta. El año 2004 fue uno de los más trágicos para el periodismo pues con 117 asesinados en todos los continentes de los cuales 20 corresponden a Latinoamérica superó la cifra de 83 caídos registrada en 2003 y se acercó al número récord de 154 registrado en 1994. La cuota más elevada corresponde a Iraq con 42 muertos por violencia, 36 de los cuales eran ciudadanos iraquíes. En Filipinas fueron eliminados l2, en la India ocho y en América Latina se aumentó a una veintena, la cantidad de 19 del 2003. Un informe anual de la FELAP y de su Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) acota que los crímenes en contra de los trabajadores de prensa en el subcontinente se vienen repitiendo, cuando menos desde los años setenta, década que coincide con las dictaduras castrenses en buena parte de los países centro y sur americanos y con el inicio de las estadísticas sobre la materia. Del total de l9 asesinados en 2003, once eran colombianos lo que se atribuyó a la virtual guerra civil que allí existe. En 2004, empero, entre los 20 muertos, sólo hay tres de Colombia, en tanto que México, con cinco se convirtió en el país con la mayor cuota de víctimas. La siguiente es la fúnebre nómina: ARGENTINA: Jacqueline Carina Santillán, 28 años, de la radioemisora FM Class (Caseros) y Luis Santana, del canal Crónica TV. Según Argenpress murieron en el incendio de una discoteca, en Buenos Aires, adonde concurrieron para cubrir un show de rock. BRASIL: Samuel Román, 36, el 20/4/04, en la ciudad de Coronel Sapucaia (Mato Grosso do Sul); Jorge Lourenzo Dos Santos, de la radioemisora comunitaria Criativa FM, el 12704, en Santa do Ipanema; José Carlos Araujo, 37, periodista radial, el 24/4/04, en Timbaúba (Pernambuco). COLOMBIA: Oscar Alberto Polanco Herrera, 37, director y presentador en CNCTV, el 4/1/04, tiroteado en Cartago; Martin La Rotta Duarte, 51, de la radioemisora La Palma Estéreo, apuñalado; Alberto Madero Muñoz, distribuidor de periódicos, tiroteado el 20/9/04. HAITI : Ricardo Ortega, español, del canal televisivo Antena Cinco (Madrid), el 7/3/04, con disparos. MEXICO: Roberto Javier Mora García, del diario La Mañana y de la revista North México Business, ambos de Nueva Laredo, apuñalado el 19/3/04; Francisco Javier Ortiz Franco, co-director del semanario ZETA (Tijuana), el 22/6(04, con disparos; Francisco Arratia Saldierna, 55, articulista en los periódicos El Regional y El Imparcial, en Matamoros (Tamaulipas), baleado; Leodegario Aguilar Lucas: su cadáver calcinado fue encontrado en septiembre/04. Había sido secuestrado en mayo/04 y probablemente fue asesinado entonces; Gregorio Rodríguez Hernández, de El Debate de Mazatlán, el 30/11/04, con disparos a quemarropa. NICARAGUA: Carlos Guadamuz, del canal CDN33, el 10/2/04, recibió cinco balas; María José Bravo, 26, corresponsal del diario La Prensa (Managua), el 9/11/04 en la localidad de Santo Tomás; fue un crimen a sangre fría ejecutado por el cacique político local Eugenio Hernández González. PERU : Antonio de la Torre Echandía, 43, el l4/2/04, en Yungay, apuñalado; Alberto Rivera Fernández, presidente de la Federación de Periodistas de Uyucalli, se desempeñaba en la radioemisora Frecuencia Oriental, asesinado en Pucallpa. REPUBLICA DOMINICANA: Juan Andújar, corresponsal de El Listin Diario (Santo Domingo), el 14/9/04, por disparos en Compostela de Azúa, donde laboraba en Radio Azúa. VENEZUELA: Mauro Marcana, concejal y periodista de Radio Maturín, el 1/9/04, asesinado en Maturín, Estado de Monagas. Los crímenes aquí reseñados provocaron repudios, protestas y acciones legales de la FELAP y de las organizaciones de periodistas de los respectivos países, pero como es ya una lamentable tradición, en la mayor parte de los casos, no se ha logrado imponer sanciones a los ejecutores. Aparte de los delitos materializados en homicidios, los periodistas de Guatemala, Nicaragua, Colombia, Costa Rica, Perú, Panamá, fueron objeto de agresiones físicas, amenazas de muerte, secuestros y sentencias judiciales por supuestos delitos de difamación, conformándose así un agresivo cuadro de factores atentatorios de la libertad de expresión. Al finalizar 2004, se conoció en Chile el informe de un comité estatal encargado de investigar sobre Prisión Política y Tortura y la consiguiente violación de los derechos humanos por la dictadura de Augusto Pinochet. El documento confirma la detención de 230 periodistas, algunos de los cuales fueron sometidos a brutales torturas físicas y psicológicas. Bajo la tiranía castrense (1973- 1999) fueron eliminados 25 periodistas y trabajadores de la prensa chilena y extranjera que se encontraban en Chile. En el plano internacional, el informe CIAP-FELAP apunta que desde el inicio de la invasión estadounidense han muerto en Iraq, 54 periodistas y trabajadores de la prensa, algunos en fuego cruzado, pero la mayoría por disparos directos de las tropas ocupantes. El 19 de abril/ 04 perecieron en Samara, Asaad Jadin y su chofer Husein Seleh, del canal televisivo iraquí montado por Estados Unidos “Al-Iraquiya”.Ambos fueron baleados por soldados norteamericanos. En septiembre pasado y en Bagdad fue muerto con disparos desde un helicóptero militar yanqui, el palestino Mazen al Tomazi, reportero del canal televisivo “Al-Ekbiriya”, de Arabia Saudita. En marzo/04 se había denunciado el asesinato de Alí Abdel-Azis y de Alí al Jatiba, del canal “Al Arabiya” con sede en los Emiratos Árabes Unidos. Ambos fueron tiroteados por uniformados ocupantes. En 2004, el ejército estadounidense declaró oficialmente que “no hubo culpa ni negligencia” en las muertes del periodista español José Couso (canal TV5, Madrid) y del ucraniano Taras Protsyuk (Reuters) acaecidas cuando un tanque cañoneo el Hotel Palestina, de Bagdad. En el IV Encuentro Mundial de Corresponsales de Guerra efectuado en octubre pasado en La Habana se puso de relieve la impunidad de ese crimen en la persona de un civil que, además de su evidencia abrumadora, viola las Convenciones de Ginebra acerca de las guerras. * Hernán Uribe, periodista y escritor chileno.
https://www.alainet.org/es/articulo/111158
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