En vísperas de la Ronda de Puerto Rico

09/09/2004
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El gobierno norteamericano, en un nuevo incumplimiento de lo acordado meses atrás en las mesas de negociación del TLC, anunció que no presentará en la cuarta ronda, que se llevará a cabo en Puerto Rico sus ofertas mejoradas de acceso a mercados, ni hará solicitudes nuevas a los países andinos. Esta conducta, proveniente de un gobierno que firma a diario tratados de libre comercio y que tiene estudios detallados sobre los impactos de cualquier decisión en su economía, lo único que muestra es su arrogancia al imponer una estrategia de negociación y postergar hasta lo último las definiciones de interés para los gobiernos andinos y obligarles a hacer toda clase de concesiones normativas en materia de inversiones, telecomunicaciones, servicios y propiedad intelectual, entre otras materias . El gobierno colombiano, en lugar de exigir respeto a los compromisos adquiridos por consenso y suspender las negociaciones, no ha objetado en nada este súbito y unilateral cambio de las reglas del juego y, como si nada extraordinario fuera a ocurrir, se sentará a tratar sobre lo que han decidido y desean los norteamericanos, al ritmo que ellos imponen y haciéndoles venias. La actitud norteamericana que contiene el aplazamiento por una semana de las mesas de "normas de origen" y " procedimientos aduaneros", sumado al estancamiento en torno al tema de desgravación arancelaria, ha ocasionado rechazo en la opinión nacional y sectores gremiales, que han propendido por la negociación, ahora advierten que en los términos en los cuales se está perfilando esta ronda sería "mejor que Colombia no asistiera". No obstante, de lo anterior no puede deducirse que lo esperado de Puerto Rico sea una sesión light dentro de la negociación del tratado. Si bien no se va a ahondar en las cláusulas de acceso a mercados, si se avanzará en lo pertinente a disciplinas y reglas en temas como propiedad intelectual, donde los norteamericanos aspiran a superar los estándares que rigen en la OMC con elevadas pretensiones en áreas como medicamentos, agroquímicos, datos de prueba de las patentes etc. Tres días antes de la Ronda no se había definido el contenido de la negociación agrícola en la cual los norteamericanos no están dispuestos a ceder nada y las aspiraciones planteadas por el ministro Botero de que en Puerto Rico los estadounidenses tenían que "moverse" quedan nuevamente en el vacío. Los negociadores colombianos justifican la actitud norteamericana afirmando que la campaña electoral norteamericana demora el proceso y no esconden el hecho de que tras el parapeto del proceso de negociación está clara la exigencia norteamericana de imponer todo y la posición colombiana de cederlo todo. De un solo plumazo, en las dos rondas finales llevarán el país al matadero y conseguirán lo que ya tenemos en el ATPDEA y lo consideraran un gran triunfo. La mascarada de negociaciones está mostrando nuevamente su verdadera faz. Estados Unidos hace prevalecer sus prioridades internas, por motivos religiosos exige que 200 o 300 personas cambien la fecha y lugares de reunión; decide cuando se habla de un tema o de otro. El gobierno colombiano dice que sí, asiste juicioso al despeñadero y va a entregar por acción u omisión todo el patrimonio nacional. La ronda de Puerto Rico pasará a la historia como un episodio vergonzoso en el cual se avanza un paso más en encadenar la economía nacional a las exigencias norteamericanas. La preservación de la dignidad nacional exigiría levantarse de la mesa, no dejarse atropellar y renunciar a la suscripción del tratado. Acompañar las negociaciones, pensando que a última hora los Estados Unidos van a hacer concesiones a lo único que llevará es a la debacle.
https://www.alainet.org/es/articulo/110523?language=es

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