El MERCOSUR se expande

18/07/2004
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La cumbre del MERCOSUR que acaba de realizarse en Puerto de Iguazú indican que, a pesar de sus complejas necesidades de ajustes y sobretodo de institucionalización, esta iniciativa de integración regional se extiende por toda América Latina. De un lado tenemos la consolidación de las relaciones entre sus miembros plenos: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Las recientes confrontaciones entre Argentina y Brasil sobre las exportaciones de las industrias de línea blanca de Brasil caminan hacia nuevas medidas en la dirección de una mayor coordinación de políticas económicas y un mejor cuadro institucional. En realidad las disparidades de políticas económicas ha sido el principal factor de choques entre los dos países centrales del bloque comercial en formación. Durante los años 90, el comercio entre ellos estuvo determinado por políticas cambiarias irrealistas basadas en convertibilidades artificiales de sus monedas locales. En consecuencia el comercio pendía hacia Argentina cuando el real se encontraba sobrevaluado y viceversa. Después de la crisis brasileña de 1999, que llevó a la devaluación del real, se precipitó la crisis argentina que llevó al abandono de la convertibilidad del peso y su devaluación. En el momento actual ambos países manejan una política cambiaria flexible más realista y menos voluntarista. Esto debería permitir un mejor equilibrio comercial. Sin embargo no es así. Mientras Argentina sigue en la actualidad una política de crecimiento económico que aumenta la demanda y por lo tanto las importaciones, Brasil continúa prisionero de las políticas restrictivas del Fondo Monetario Internacional que aprieta el cinturón de su población y hace caer las importaciones. El resultado de estas políticas opuestas es el aumento de las exportaciones brasileñas hacia Argentina y la reacción de los industriales argentinos para imponer barreras arancelarias hacia las importaciones industriales de Brasil, particularmente las industrias llamadas de línea blanca. En realidad estas exportaciones de estoques remanentes a cualquier precio no son buenas ni para un lado ni para el otro. Trátase de una agudización de la competitividad basada en factores artificiales. Algo similar a las políticas de falsa convertibilidad que caracterizó el período anterior y condujo a las graves crisis del período. En el momento actual los argentinos se muestran más realistas y el gobierno brasileño se ve prisionero de una ortodoxia económica absurda que sacrifica el destino de los pueblos de la región. Se debe esperar por lo tanto que el buen sentido triunfe y se camine hacia un ajuste y coordinación de políticas económicas más saludable. Al mismo tiempo, vemos la consolidación de los primeros miembros asociados del MERCOSUR. Chile, Bolivia y Perú se ven cada vez más obligados a superar sus veleidades bilateralistas y/o panamericanistas. Asimismo, Venezuela y México buscan la aproximación con el exitoso bloque sureño. Esto es excepcionalmente positivo. Venezuela y México son productores de petróleo que estuvieron condicionados por los Estados Unidos a atender exclusivamente su mercado. Hoy Venezuela avanza hacia concepciones regionales cada vez más dinámicas a pesar de las reacciones de las clases medias que vivieron a costa de los recursos del petróleo sin ninguna consideración hacia las necesidades de las masas populares excluidas del gozo de estos recursos. Todo indica que la confrontación entre estas dos Venezuelas no se resolverá fácil y rápidamente. La última adhesión más promisoria y significativa ha sido la de México. Para muchos latinoamericanos México había abandonado definitivamente la región. Su acuerdo comercial con el norte parecía llevarlo definitivamente hacia los mercados de "allá". De hecho México lograrà realizar el sueño que los chilenos y peruanos tanto aspiran. El acuerdo comercial con los Estados Unidos y Canadá abrió hacia México mercados colosales, ayudado por la frontera común. Tanto es así que Canadá poco participa en la expansión comercial mexicana. Pero México tiene que cuidarse de la dependencia casi absoluta del mercado estadounidense. Esto quedó evidente durante la crisis norteamericana de 2001 a 2003 cuando sus exportaciones cayeron y su producto bruto caminó hacia la recesión. México se declara latinoamericano aún cuando empieza la recuperación económica norteamericana y busca integrarse en el MERCOSUR para asegurar su cara latinoamericana. Nunca es demás observar que México tiene que asegurar su identidad cultural para no convertirse en un estado más de la federación norteamericana sin derecho a voto, como Puerto Rico. Por otro lado, a través de las mismas fronteras que se abren al comercio de bienes, se escapan los desesperados de la región, mexicanos o latinoamericanos, hacia el centro de la expansión capitalista. Ahí se prepara un cambio cultural y aún mismo civilizatorio similar a la caída del imperio romano penetrado por los bárbaros. La población blanca norteamericana en decadencia asiste el crecimiento de los "latinos" en sus vecindades, con sus modales anárquicos llenos de alegría y de creatividad. Mejor que México no se aparte de estos emigrantes. El mundo ha crecido a través de ellos y los cambios de poder mundial se han hecho con ellos. * Theotonio dos Santos es profesor titular de la UFF. Coordinador de la RED y Cátedra UNESCO-UNU sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable. (www.reggen.org.br)
https://www.alainet.org/es/articulo/110244
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