IV Conferencia Internacional de Vía Campesina

Rechazo a los acuerdos de la FAO

16/06/2004
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La IV Conferencia Internacional de Vía Campesina expresó con firmeza su posición de condena e indignación frente al Informe anual de la FAO (Organización de las Naciones Unidos para la alimentación y la agricultura); por considerarlo un apoyo descarado a la industria bío- tecnológica, que tiene en los transgénicos uno de sus principales aspectos y que atenta contra la soberanía alimentaria de los pueblos, en especial de los países pobres. Vía Campesina, el movimiento mundial más importante de organizaciones campesinas y de pequeños agricultores, sentó su posición con la aprobación unánime de los participantes en la IV Conferencia; la misma que había sido expresada a través de una carta abierta dirigida al Director General de la FAO, Jacques Diouf, que ha recibido el apoyo de más de 850 movimientos y organizaciones de la sociedad civil. El informe 200 de la FAO, titulado "Biotecnología: respondiendo a las necesidades de los pobres?", elaborado sin ninguna consulta a las organizaciones campesinas y de pequeños agricultores, es considerado como un apoyo político a la industria bío tecnológica, a los transgénicos y promotor de un mayor desvío de financiamiento para investigaciones de ese tipo, en desmedro de los métodos sanos y ecológicos que practican los pequeños agricultores y campesinos. "Estamos profundamente decepcionados porque la FAO y usted personalmente, rompió su compromiso de consultar y mantener un diálogo abierto con las organizaciones de agricultores de pequeña escala y con la sociedad civil. Al no consultar a estas organizaciones el citado informe, la FAO dio la espalda a aquellos que son los más directamente afectados por las tecnologías que el informe promueve", remarca la carta abierta. Agrega que en vez de recomendar el fortalecimiento del papel de los agricultores en el manejo de su bío diversidad agrícola y en el mejoramiento de sus cultivos vitales para su sobrevivencia, el informe propone un arreglo tecnológico de cultivos que promueve el desarrollo transgénico de la yuca, la papa, el grabanzo, entre otros cultivos. Destaca igualmente el hecho de que el hambre en el mundo aumenta a pesar del crecimiento de la producción global de alimentos; y que si "algo hemos aprendido de la revolución verde es que los avances tecnológicos en genética de cultivos para que las semillas respondan a los insumos externos, van de la mano con el incremento de la polarización de socioeconómica, el empobrecimiento rural y urbano y una mayor inseguridad alimentaria". La FAO no parece haber aprendido nada del fracaso de la revolución verde y no entiende que la estrecha vision tecnológica ha fortalecido las propias estructuras que provocan las hambrunas. La carta subraya que la propia historia demuestra que los cambios estructurales en el acceso a la tierra, a la producción de alimentos y al poder político –combinados con sólidas tecnologías ecológicas, sustentadas en la investigación basada en el conocimiento campesino- reducen el hambre y la pobreza. El Informe de más de 200 páginas es sumamente tendencioso al ignorar los impactos adversos de los cultivos transgénicos; y afirmar que estos han resultado de enorme beneficio económico para los agricultores y que han servido para reducir el uso de plaguicidas. Estas afirmaciones no obedecen a fuentes científicas independientes y ni siquiera en una comparación de diferentes datos disponibles, sino en estudios de las propias empresas bío tecnológicas. Por ejemplo, afirma que el algodón transgénico insecticida (Bt) en la India ha sido un éxito, basado en datos parciales de ensayos de la empresa transnacional Monsanto en el 2001, pero no toma en cuenta los datos reales de la liberación de algodón transgénico en el 2002 que muestra que fue un fracaso. Las voces contra los transgénicos han sido unánimes en la IV Conferencia. "Las multinacionales quieren manipular nuestros cultivos para poder controlar toda la cadena alimentaria a nivel global, obligándonos a dejar la producción de alimentos y a tener que consumir sus productos en todo el mundo. Con este informe, la FAO le proporciona la justificación para seguir contaminando nuestros cultivos, por eso rechazamos el informe y revisaremos nuestras estrategias respecto a este organismos y otras agencias de la ONU, que les hacen el trabajo de legimitación a las emrpesas transnacionales que promueven la agricultura industrial y la expulsión de campesinos", afirmó el dirigente campesino vasco y miembro del Comité Internacional de la Vía, Paul Nicholson. El informe de la FAO ha puesto en cuestión la valoración que Vía Campesina ha tenido sobre esta organización, al considerar ha roto el compromiso de realizar consultas con las organizaciones campesinas, pues se ha deslegitimado como foro para debatir temas como la agricultura y la alimentación. El camino para Vía Campesina está claro: no sólo se trata de exigir que su voz sea escucha en instituciones como la FAO, sino seguir trabajando desde las bases, en redes horizontales y diversas, integrando campesinos, indígenas, comunidades negras, mujeres y jóvenes; promoviendo la desobediencia civil, afirmando la diversidad cultural y la denuncia de las imposiciones de las instituciones multilaterales. En pocas palabras: globalizando la lucha, globalizando la esperanza.
https://www.alainet.org/es/articulo/110179
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