Lisboa – Portugal, 28 de mayo de 2004
Declaración Final. Asamblea General del Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca
27/05/2004
- Opinión
Nosotros afirmamos que la pesca artesanal es la pesca del
futuro
Del 23 al 28 de mayo de 2004 se reunió en Lisboa – Portugal
la Asamblea General del Foro Mundial de Pescadores y
Trabajadores de la Pesca, integrada por organizaciones
nacionales de pescadores artesanales, organizaciones
indígenas de pescadores, observadores e invitados
provenientes de todo el mundo.
La Asamblea se realizó en Portugal con el apoyo del
Sindicato Livre dos Pescadores e Profissoes Afins y de la
Federaçao dos Sindicatos de Sector da Pesca. Este hecho
constituye un reconocimiento a la lucha de los pescadores
de Portugal en defensa de su tradición pesquera fuertemente
golpeada por la Política Común de Pesca de la Unión
Europea.
La Asamblea se reunió para analizar cómo debe ser la pesca
artesanal del futuro, para ubicar el aporte de las
comunidades de pesca artesanal a la soberanía alimentaria,
para denunciar los devastadores efectos de las políticas
neoliberales sobre la pesca y para elaborar propuestas y
alternativas viables así como estrategias de acción a
escala local, nacional y mundial que reviertan las
tendencias actuales y permitan impulsar nuevos enfoques,
políticas e iniciativas capaces de asegurar un presente y
un futuro digno para los hombres y mujeres de la pesca
artesanal del mundo.
Las pesquerías mundiales confrontan una crisis sin
precedentes. Las poblaciones de peces y la mayoría de las
especies marinas se han reducido a una fracción muy
inferior a la de sus niveles naturales históricos. Los
océanos están en su nivel más bajo de producción con un 73-
75 por ciento de las pesquerías más importantes del mundo
en estado de sobreexplotación, plenamente explotadas o
recuperándose de un agotamiento. En todo el mundo, tanto
los ecosistemas marinos como las comunidades humanas sufren
las consecuencias de la pesca no sustentable.
Dos décadas de políticas neoliberales aplicadas por los
gobiernos e impuestas por el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y recientemente por la
Organización Mundial de Comercio (OMC), todo ello
auspiciado por las corporaciones transnacionales, han
profundizado la brecha entre países ricos y pobres,
agravado las condiciones de vida de las comunidades de
pesca artesanal e impedido el acceso a los recursos
pesqueros mediante procesos de privatización que en la
mayoría de los casos funciona a través del sistema de
Cuotas Individuales Transferibles (CIT).
En países en vía de desarrollo, la pesca artesanal
constituye una actividad económica relevante para la
creación de empleo y para la radicación de la población en
sus áreas locales. El empleo en la pesca se duplicó en los
últimos 25 años mientras que en la agricultura creció sólo
un 35 por ciento. La población dedicada a la pesca en los
países desarrollados, en cambio, ha mermado en una tercera
parte. En medio de la crisis provocada por las políticas
neoliberales en todos los ámbitos de la vida de los
pueblos, la pesca de pequeña escala crea proporcionalmente
mayor riqueza que la pesca industrial, debido a una menor
inversión en el costo de explotación y un mayor valor
unitario de las especies capturadas. Esto permite una
importante contribución a la soberanía alimentaria de los
pueblos. En varios países de África, el Caribe y del
Pacífico, la exportación de productos pesqueros, en su
mayor parte procedentes de las pesquerías de pequeña
escala, superan en valor a las exportaciones de té, café o
cacao.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del
Mar (CONVEMAR) asegura a los Estados ribereños la soberanía
sobre el acceso a las áreas de pesca de su Zona Económica
Exclusiva (ZEE) y sobre el uso de sus recursos pesqueros.
En este marco del derecho internacional los Estados pueden
responder a los objetivos declarados sobre soberanía
alimentaria y desarrollo sustentable. La CONVEMAR, y no la
OMC, es el contexto adecuado para discutir las cuestiones
relativas al comercio pesquero internacional.
La sustentabilidad de la pesca no es una cuestión solamente
técnica; constituye un desafío que implica la más alta
voluntad de los Estados. La lógica neoliberal genera
ganancias a corto plazo, pero sobrepasa los límites
permitidos por la naturaleza. La sustentabilidad de los
ecosistemas marinos no es viable en el sistema actual de
comercio y tampoco en el contexto de la liberalización
promovida por la OMC y los organismos financieros
internacionales.
Causas reales del agotamiento de los recursos pesqueros
La presión sobre los recursos pesqueros establecida por las
corporaciones transnacionales, la sobredimesión de la flota
industrial de aguas distantes, el subsidio a las
operaciones industriales pesqueras, el desarrollo de una
acuicultura intensiva, el uso de banderas de conveniencia
pesquera, la instauración de los sistemas de privatización
a través de CIT, son el resultado de la aplicación
sistemática de un esquema económico a escala mundial,
regional y nacional impuesto por los países desarrollados y
sus corporaciones pesqueras. Con esto pretenden asegurar el
control global sobre los recursos pesqueros del planeta y
garantizar su hegemonía política, económica y militar en
los océanos del mundo.
Ante esta ideología y modo de explotación de las pesquerías
del mundo, nosotros, los representantes de las
organizaciones de pescadores y trabajadores de la pesca de
pequeña escala:
- Afirmamos que las pesquerías son patrimonio de la
humanidad y que no deben gestionarse bajo la exclusiva
lógica del mercado
- Consideramos que la liberalización del comercio
pesquero no garantiza el uso sustentable de los recursos,
ni el crecimiento económico y menos aún el bienestar de las
comunidades pesqueras
- Rechazamos la concentración de la propiedad de los
recursos pesqueros en manos de las corporaciones
industriales que conduce a una guerra por los alimentos y
abre la posibilidad del control político sobre las naciones
pesqueras
- Rebatimos el argumento sobre la ineficiencia e
incapacidad de la pesca artesanal para responder a las
necesidades crecientes de producción de alimentos. Este
argumento pretende justificar una pesca industrial de gran
escala y una acuicultura intensiva
- Denunciamos la falacia de que el número de pescadores
es excesivo en relación a la disponibilidad de los recursos
pesqueros, puesto que esta sólo encubre el propósito de
expulsar a las comunidades de pescadores de la zona costera
y reforzar la posibilidad de privatizar las áreas
marítimas y terrestres.
- Declaramos que los países industrializados usan la
pesca como moneda de cambio para obtener ganancias a través
de acuerdos de libre comercio como el Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA), los Acuerdos de la Unión
Europea, los Acuerdos Asia-Pacífico, entre otros
Todo lo anterior tiene lugar en el contexto del
debilitamiento de los Estados y de democracias y sistemas
de gobierno que excluyen la participación real de las
organizaciones de pescadores y trabajadores de la pesca de
pequeña escala en el diseño de políticas pesqueras
adecuadas a las necesidades de las naciones.
Consecuencias del modelo pesquero vigente
Mientras aumentan las ganancias de las compañías
transnacionales y la OMC se apresta para discutir las
normas sobre la pesca, las comunidades de pescadores
enfrentan acelerados procesos de destrucción de los
caladeros tradicionales, la apertura de la ZEE, la
concentración de la propiedad de los recursos, el uso
inadecuado de zonas marítimas de pesca para desarrollo de
acuicultura intensiva y el desplazamiento de sus
territorios históricos por el uso turístico también de gran
escala. Las consecuencias del modelo pesquero tiene dos
dimensiones: el agotamiento de los recursos y la presión
sobre las comunidades de pescadores artesanales.
La falta de reconocimiento de derechos de pesca para las
comunidades de pescadores aumenta la inseguridad
alimentaria e impide la existencia de políticas
internacionales, regionales y nacionales que actuando en
conjunto con las organizaciones de pescadores, faciliten un
nuevo modelo pesquero basado en la soberanía alimentaria.
Las políticas de subsidios permiten que las transnacionales
especulen con el comercio pesquero, desplacen sus flotas a
través de todos los océanos del mundo, adquieran derechos
de pesca y establezcan, a través de los Estados, acuerdos
comerciales que afectan la vida de millones de personas.
La pesca de pequeña escala representa un testimonio
colectivo del uso sustentable de la pesca y del ejercicio
de la soberanía alimentaría como principio rector de los
modos de producción, gestión y administración pesquera. La
pesca artesanal es la pesca del futuro.
Soberanía alimentaria
El Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca
(WFF) es un instrumento de lucha internacional para
contribuir a la erradicación del hambre en el mundo,
preservar la tradición cultural de la pesca de pequeña
escala y restablecer local y regionalmente la soberanía
alimentaria de los pueblos a través del mantenimiento de
los recursos pesqueros para el presente y el futuro.
Para alcanzar la soberanía alimentaria, las organizaciones
de pescadores y trabajadores de la pesca de pequeña escala
afirmamos que:
- La soberanía alimentaria está por encima de cualquier
acuerdo comercial
- Los recursos pesqueros deben servir al consumo humano
- Los derechos de pesca deben ser reconocidos como
derechos preferenciales para las comunidades pesqueras e
incorporados a los instrumentos de derecho internacional
- Las Naciones Indígenas deben tener acceso prioritario
a las zonas de pesca y territorios de asentamiento
ancestrales
- Los Estados tienen la obligación de garantizar
sistemas de gestión que consideren la visión de los
pescadores y deben avanzar hacia la cogestión de los
recursos pesqueros en conjunto con las organizaciones de
pescadores
Globalización y pesca
Asistimos al desarrollo más desenfrenado que la humanidad
jamás ha experimentado. Este desarrollo, facilitado por la
técnica y el domino económico, ha tenido consecuencias
funestas para la humanidad. Cada noche o cada mañana, miles
de pescadores en el mundo se hacen a la mar en busca de
peces que cada vez son más escasos en la mesa de los
pueblos. Un proceso de sistemática exclusión corroe las
bases mismas de la sociedad actual. Las comunidades de
pescadores, como otras comunidades de trabajadores, han
sido excluidas de la satisfacción mínima de sus necesidades
de alimentación, de salud, de vivienda, de educación y de
justicia. En el plan de la globalización nunca estuvo
prevista la dignidad humana.
La gravedad de la crisis nos afecta social y económicamente
en tanto pescadores y trabajadores de la pesca de pequeña
escala. El mar está en crisis producto de las criminales
políticas impuestas por el desarrollo actual. Si no se
toman medidas urgentes el planeta va camino de ser
inhabitable. El oxigeno disminuye de manera irreversible
por el ácido carbónico de los autos, las fábricas y la
deforestación. Los países desarrollados producen 400
millones de toneladas de residuos tóxicos: arsénico,
cianuro, mercurio y derivados del cloro, que desembocan en
los océanos del mundo y perjudican los ecosistemas marinos
y a las comunidades de la pesca. El uso de organismos
genéticamente modificados (OGM) destruye los sistemas
alimentarios tradicionales a la vez que se imponen como
solución para la producción de alimentos a gran escala, de
la cual la pesca no está exenta.
La amenaza mayor que enfrenta la pesca de pequeña escala es
la pérdida de la relación cultural y ambiental con los
recursos pesqueros que une a la humanidad con el mar desde
tiempos inmemoriales.
Ante esta globalización liberal:
- Otra globalización es posible basada en el
restablecimiento del sentido humano sobre la lógica de la
compra-venta
- Nuestro compromiso es preservar la cultura del mar y
la pesca tradicional en un mundo de constantes cambios
- Unimos nuestra lucha a la de otros movimientos
internacionales, regionales y nacionales
- Buscamos preservar la soberanía de los pueblos a
través de la ZEE
- Contribuiremos al mantenimiento de la biodiversidad
marina
- Rechazamos la militarización, la guerra, la
intromisión en la autodeterminación de los pueblos y
hacemos un llamado al sistema internacional para que actúe
en concordancia con su mandato original de preservar la paz
mundial.
Por todo lo anterior, la Asamblea General del Foro Mundial
de Pescadores y Trabajadores de la Pesca, DECLARA:
1. Que la pesca artesanal representa un sistema de
producción sustentable que garantiza la conservación de los
recursos y ecosistemas marinos, y está indisolublemente
ligada a la existencia de las comunidades de pescadores y
trabajadores de la pesca de pequeña escala, a la visión de
las nacionalidades indígenas relacionadas ancestralmente
con la pesca de pequeña escala y al conocimiento de las
comunidades en el manejo y gestión de los recursos y
ecosistemas marinos. La pesca artesanal es por tanto el
modelo de pesca del futuro. Las políticas nacionales,
regionales e internacionales deben considerar la protección
de estas comunidades, el mejoramiento de sus condiciones de
vida, el acceso a una alimentación adecuada, a la salud, la
vivienda, la educación, la protección social, entre otros
indicadores de vida, de modo que la pesca artesanal pueda
seguir aportando a la soberanía alimentaria de los pueblos.
Es imprescindible que los instrumentos de derecho
internacional se refuercen, actualicen e incorporen, cuando
corresponda, medidas que preserven la pesca artesanal como
patrimonio universal de los pueblos.
2. Su más enérgico rechazo a la intervención de la OMC en
asuntos pesqueros. Reconoce que los subsidios a la pesca,
cuando apoyan la capacidad excesiva de las flotas pesqueras
y sus prácticas destructivas, constituyen un factor de
desestabilización internacional de la producción y del
comercio de pesca. La discusión del tema es altamente
engañosa. Bajo ninguna circunstancia puede confundirse con
los anteriores, el financiamiento de programas de fomento,
el apoyo a infraestructuras ni la inversión comunitaria
vinculados con la pesca artesanal así como tampoco las
leyes, medidas o reglamentos impulsados por los Estados
nacionales relacionados con la gestión y administración de
los recursos pesqueros, concebidos todos para fortalecer el
papel de las comunidades de pescadores y trabajadores de la
pesca de pequeña escala en la conservación de los recursos
y el aseguramiento de la soberanía alimentaria. Los
recursos naturales no pueden estar sujetos exclusivamente a
las reglas del libre comercio y los océanos no pueden ser
privatizados. La OMC constituye la expresión más refinada
de las políticas neoliberales y es el marco en que los
países desarrollados obtienen ventajas sin que existan
mecanismos efectivos de transparencia y participación. El
criterio comercial de la OMC obliga a los gobiernos a
adoptar medidas que son esencialmente políticas y que
afectan negativamente la vida de los ecosistemas y de las
comunidades de la pesca. Reiteramos nuestra oposición a los
continuos intentos de expandir el ámbito de la OMC a través
de la inclusión de temas como inversiones, competencia,
compras gubernamentales, biotecnología y reducción
acelerada de aranceles. Es inaceptable que se supediten
los derechos sociales y las necesidades básicas de los
pueblos a las reglas de la OMC. El principio de
liberalización progresiva junto con las implicaciones de la
inversión extranjera en sectores como la pesca han
producido graves problemas y amenazan las aspiraciones de
equidad de nuestros pueblos. Es imprescindible reconocer
que el injusto sistema internacional de comercio está en
crisis y que es necesario reemplazarlo. Las comunidades de
pescadores y trabajadores de la pesca de pequeña escala en
continua lucha para proteger la biodiversidad cultural,
biológica, económica y social de la zona costera, instan a
los gobiernos y a las instituciones multilaterales a que
prioricen las economías y el comercio pesquero locales,
aseguren el respeto a los derechos económicos y sociales,
culturales y laborales internacionalmente reconocidos,
reclamen la soberanía de los pueblos y de los procesos
democráticos de toma de decisiones nacionales relacionados
especialmente con las discusiones sobre leyes de pesca. Es
necesario definir nuevas reglas basadas en los principios
de control democrático de los recursos, de sustentabilidad
ecológica y social, de equidad y de cooperación.
3. Que la soberanía alimentaria es uno de los pilares
fundamentales de la soberanía de los pueblos y de las
naciones. El ejercicio real de la soberanía alimentaria es
la única alternativa posible para la erradicación del
hambre en el mundo. En consecuencia, la soberanía
alimentaria debe ser uno de los ejes principales de las
políticas de desarrollo que adopten los Estados en
oposición a los sistemas de privatización de los recursos
pesqueros. La soberanía alimentaria implica la defensa de
la cultura de la pesca artesanal ante el modelo de pesca
intensiva industrial. La falta de soberanía alimentaria y
la privatización de los recursos naturales son las causas
directas del hambre y de la pobreza y son factores
determinantes en la destrucción de la capacidad productiva
local y la ausencia de derechos territoriales y de derechos
de acceso a los recursos pesqueros. La agenda corporativa
de la globalización no toma en consideración la seguridad
alimentaria de los pueblos. Se trata de un sistema
económico que amenaza tanto a la naturaleza como a los
seres humanos con el único fin de generar ganancias para
las corporaciones transnacionales. El sistema de CIT, uno
de los mecanismos más utilizados para traspasar la
propiedad de los recursos pesqueros a las compañías
transnacionales, atenta directamente contra la soberanía
alimentaria y la existencia misma de las comunidades de
pescadores y trabajadores de la pesca de pequeña escala en
el mundo entero.
4. Que la ZEE, consagrada en el derecho internacional
marítimo a través de la CONVEMAR, tiene plena vigencia. En
consecuencia, todos los acuerdos de libre comercio y los
tratados económicos en materia pesquera deben estar sujetos
a esta normativa del derecho internacional. La ZEE es
inviolable y los pueblos tienen pleno derecho a exigir a
los Estados el respeto soberano de la misma. Las flotas de
aguas distantes no pueden operar dentro de esta zona bajo
ningún tipo de procedimiento administrativo o comercial. La
concesión de derechos soberanos a los Estados ribereños
sobre sus recursos naturales vivos y no vivos constituye un
logro histórico para la protección de los océanos del
planeta y cualquier medida que contravenga esta disposición
atenta contra los derechos de la humanidad. Esta Asamblea
insta a los gobiernos a anteponer la defensa de la
soberanía de la ZEE ante el libre comercio, hace una
recomendación a los Estados que no han suscrito la CONVEMAR
a hacerlo, y recuerda que la defensa de la ZEE implica una
real preocupación por los recursos pesqueros del planeta
puesto que cerca del 90 por ciento de éstos se ubica en la
proximidad de los Estados ribereños. Los Acuerdos de Libre
Comercio con países en vías de desarrollo impulsados por la
Unión Europea, el Bloque Asia-Pacífico (APEC) y los Estados
Unidos – ALCA –, tanto en el ámbito bilateral como
multilateral, han afectado la integridad de las comunidades
de pescadores artesanales, provocado cambios en las
legislaciones pesqueras nacionales y representado
mecanismos de presión para abrir la ZEE a la flota de aguas
distantes y utilizar banderas de conveniencia pesquera. Los
Estados tienen la obligación constitucional de velar por la
integridad de las naciones y es por tanto incoherente la
firma de estos acuerdos.
5. Que las Naciones Indígenas relacionadas ancestralmente
con la pesca, reafirman su derecho territorial en la zona
costera y el acceso preferente a los recursos pesqueros en
todo el mundo y demandan un marco jurídico específico que
reconozca tales derechos y los incorpore a una visión de
Estado.
6. Que el movimiento local, nacional, regional e
internacional de los pescadores y trabajadores de la pesca
de pequeña escala continuará desarrollando una amplia
alianza con otros sectores de la sociedad civil, en
especial con los movimientos campesinos, de consumidores y
organizaciones no gubernamentales, en busca de plataformas
comunes de lucha para la salvaguarda de la identidad de los
pueblos en oposición a las políticas neoliberales.
7. Que es imprescindible la existencia de una Zona de
Reserva de la Pesca Artesanal (Zona de Reserva),
considerada como una medida de administración y gestión de
los recursos en que el ejercicio de la pesca artesanal se
efectúa con exclusión de toda actividad industrial. Bajo
ninguna circunstancia es admisible que la existencia de la
Zona de Reserva implique la delimitación marítima para la
actividad de los pescadores artesanales en pleno ejercicio
de su profesión. La Zona de Reserva debe ser un espacio en
que el Estado junto a las comunidades de pescadores de
pequeña escala aseguren el delicado equilibrio bio-pesquero
imprescindible para la reproducción de las especies.
8. Que la Zona Costera es el lugar tradicional en que se
ha desenvuelto la pesca artesanal y es el lugar natural
para los asentamientos humanos dedicados a la pesca de
pequeña escala. Los derechos tradicionales a los recursos
pesqueros y al uso de la franja territorial requieren un
reconocimiento de orden constitucional. El WFF apoya todas
las iniciativas tendientes al establecimiento de estos
derechos e insta a todos los pescadores y trabajadores de
la pesca del mundo a luchar por la reivindicación de tales
derechos.
9. Que en el esquema de desarrollo de la pesca artesanal,
la acuicultura es posible, y en algunos casos
imprescindible, para el ejercicio de la soberanía
alimentaria. No obstante, resulta inadmisible el desarrollo
de la acuicultura de gran escala impulsada por las
compañías transnacionales que invade espacios tradicionales
desplazando a las comunidades de pescadores artesanales.
Todos los pescadores y trabajadores de la pesca de pequeña
escala del mundo, unidos en el Foro Mundial (WFF) condenan
la guerra, la carrera armamentista, las políticas
comerciales de los países industrializados, la intromisión
en las políticas internas de los países y el control que
pretenden ejercer las compañías transnacionales sobre los
Estados nacionales. Condenan el hambre y la pobreza,
resultado de un sistema que deliberadamente excluye a
millones de seres humanos de los bienes productivos como el
agua, la tierra y el mar; condenan la complicidad de muchos
gobiernos que mantienen esta situación; y denuncian la
crisis del sistema multilateral incapaz de usar el derecho
internacional para borrar las manifiestas desigualdades que
caracterizan al mundo tras dos décadas de sistemática
aplicación de las políticas neoliberales.
La Asamblea saluda a todos los movimientos nacionales e
internacionales comprometidos con la lucha por un mundo más
humano, solidario y justo, y compromete la acción frontal
de la pesca artesanal para que OTRO MUNDO SEA POSIBLE.
Lisboa, Portugal, 28 de mayo de 2004
https://www.alainet.org/es/articulo/110105