España: ¿Reaparece el terrorismo islámico?
12/03/2004
- Opinión
Madrid ha sido el escenario de una brutal carnicería
contra civiles, en el cual pueden haberse dado unos 200
muertos y 1,400 heridos.
La principal urbe española ha sido castigada exactamente
a 30 meses de que fuera atacada la capital y la mayor
ciudad de Estados Unidos. La idea de los perpetradores de
tal acto podría ser que cada medio año el mundo les
recuerde cada 11 de septiembre y cada 11 de marzo.
La primera reacción del gobierno de Aznar fue
responsabilizar a ETA, quien jamás ha lanzado bombazos
indiscriminados contra cientos de civiles. Esto, además,
se contrapone a su estrategia que busca ganar la
legalidad para fuerzas políticas afines y una alianza con
independentistas vascos y catalanes. Fuerzas legales
ligadas a ETA han mostrado su "plena solidaridad con el
pueblo madrileño y el conjunto de las víctimas" así como
el "más absoluto rechazo a una acción indiscriminada
contra la población civil".
El método de atacar civiles indefensos es propio de
corrientes fundamentalistas sunitas ligadas a Ben Laden.
Este procedimiento se ha visto desde Nueva York hasta
Bali, e incluso se ha dado contra chiítas iraquíes que
iban a rezar.
En todos esos casos el objetivo es penar a todo un pueblo
por la acción de sus dirigentes. Para éstos los españoles
merecían un asesinato en masa porque su mandatario
apuntaló con todo la invasión norteamericana a Irak. La
masacre de la discoteca en Bali buscó amedrentar a los
australianos por lo mismo. El próximo blanco podría ser
Londres.
Cientos de civiles chiítas iraquíes también han perecido
en bombazos indiscriminados pues la intención sería
castigarles por que sus ayatolas participan en el
gobierno provisional asociado a los interventores
extranjeros.
Con esta provocación también se quiere empujar a que los
duros del otro lado se fortalezcan y embistan con más
dureza con lo cual producirían matanzas contra musulmanes
sunitas y por ende nuevos reclutas para su movimiento. En
esencia el objetivo es generar un "choque de
civilizaciones" o de religiones. En este, Al Qaida
aparecería como el campeón del islam sunita.
El anterior atentado contra un tren con civiles se dio el
5 de diciembre en Yessentuki, al sur de Rusia, pocos días
antes de las elecciones parlamentarias rusas. El gobierno
de Putin culpó a los separatistas chechenos (como Aznar
inicialmente responsabilizó a los independentistas
vascos), pese a que ambas organizaciones armadas
condenaron tales atentados. Sin embargo, la sangría
producida ayudó a fortalecer a los partidarios de la mano
dura. Putin arrasó en las parlamentarias de diciembre de
2003, y tanto él como el Partido Popular de España
apuntan a ganar ampliamente las elecciones generales que
ambos países tendrán simultáneamente este domingo 14.
Entre los terroristas islámicos y los gobernantes
halcones se produce una extraña simbiosis. Ambos juran
que son sus peores enemigos, pero las matanzas del
primero acaban potenciando a los segundos, quienes
aprovechan ello para mostrar que el mejor camino a seguir
es la mano dura y, de esta manera, acusar a sus rivales
(los socialistas españoles o los comunistas rusos) que su
falta de firmeza es contraproducente. Mientras más se
refuerza la alternativa militarista, los fundamentalistas
sunitas se sienten reivindicados, van anulando a quienes
quedan en el medio y logran polarizar a las poblaciones
que pretenden representar ante los demonizados
"cruzados".
Ante la carnicería madrileña la salida que promoverá el
campo conservador va a ser la de movilizar masivamente a
la población civil y la de demandar más restricciones a
las libertades civiles y a los inmigrantes. Igualmente
pedirán más presupuesto militar y nuevas posibles
incursiones militares. El lema "a más terrorismo más
intervencionismo" va generando una espiral donde crece la
otra respuesta "a más intervencionismo más terrorismo".
En esta polarización quienes quedan peor situados son una
serie de fuerzas que quisieran darle prioridad al gasto
social y a la ampliación de la democracia. Un gran
afectado resulta siendo el amplio conjunto de personas
que viene desde el hemisferio sur a ganarse la vida en
los países del norte. Por una parte se piden más
facultades a la policía y las aduanas para controlarles,
y por otra se alienta a los racistas quienes les sindican
de ser una quinta columna.
La tragedia madrileña también puede generar una reacción
distinta. Hasta la fecha todas las políticas duras en
Irak, Afganistán o Palestina no han producido el
debilitamiento del fundamentalismo sunita, sino, por el
contrario, el que éste se expanda. Los líderes
antiterroristas duros vienen fracasando en dar seguridad
y paz a sus ciudadanos. Una posible alternativa para
detener este tipo de actos sería acabar con dichas
ocupaciones militares y buscar dar una solución que
mejore las condiciones sociales de las poblaciones
afectadas que generan reclutas para tales matanzas.
* Isaac Bigio es analista internacional con residencia en
Londres. www.bigio.org
Artículo publicado por La Opinión, 12/03/04.
http://www.laopinion.com/editorial/artopinion.html?rkey=0
0040311163601507695
https://www.alainet.org/es/articulo/109576
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