Considerando Que el modelo neoliberal y de globalización impulsada desde las corporaciones multinacionales está en crisis y prueba de ello es el creciente retroceso de los ingresos y de los indicadores de nivel de vida en la mayoría de los países de América Latina y del Caribe en la última década. Que el empobrecimiento generalizado de la población de esta región ha ocurrido de manera simultánea con una fuerte recesión de la economía regional, afectada por las crisis globales del capitalismo que han incidido en bajos ritmos de crecimiento del producto interno bruto en la mayoría de los países, en fuertes caídas del ingreso per cápita y en una profunda crisis de la deuda externa que ha sacrificado los más mínimos niveles de bienestar de las sociedades latinoamericanas. Que la situación en que se debate la República Argentina y otros países de la Región, manifestada en las dimensiones del colapso económico y social que provocan las políticas del Fondo Monetario Internacional para el manejo de la deuda externa, crisis que advierte los serios riesgos sociales y políticos que tienen las políticas monetaristas cuando sacrifican todo al capital financiero internacional. Que las consecuencias sociales de estas crisis económicas son profundas y demuestran el agotamiento de las recetas neoliberales. Que durante la década del noventa América Latina se convirtió en la región más inequitativa del mundo. Que a esta situación se suma la falta de credibilidad y legitimidad de las instituciones democráticas y de los partidos políticos, sumidos en una crisis de representatividad y dominados por las fuerzas globales que imponen las políticas de neo- intervencionismo estaudinense sobre América Latina, que se expresan en las negociaciones de los tratados de libre comercio como el ALCA y en los tratados de reciprocidad militar y lucha antinarcóticos, que manifiestan de igual forma un posicionamiento de tendencias autoritarias y represivas como el Plan Colombia, la Iniciativa Regional de las Américas o el Plan Puebla Panamá. Que asistimos a un resurgimiento de las luchas sociales que buscan construir realidades políticas y sociales de inclusión, de respeto por los derechos humanos y por reconocimiento de la diversidad étnica y cultural. Que esta activa movilización social en nuestros países ha sido estimulada por una gran presencia de formas de resistencia a las políticas neoliberales provenientes de los más diversos sectores sociales, mujeres, indígenas, afro-descendientes, jóvenes, ambientalistas, campesinos, destechados, pobladores urbanos, obreros, entre otros han ido constituyendo movimientos sociales que desde los intereses particulares de los excluidos luchan en lo local y en lo global por preservar y defender los derechos, Que la emergencia de movimientos sociales y populares como agentes de cambio en América Latina, representan además la vivencia de nuevos valores y de una nueva ciudadanía, como el Foro Social Mundial, entre otros, que han posibilitado el advenimiento de gobiernos democráticos y alternativos, que pretenden reconstruir el tejido social, recuperar la soberanía y experimentar nuevas perspectivas de desarrollo, Resuelve 1. Comprometerse a través de las ligas de la región a fortalecer las expresiones democráticas y defensoras de la soberanía nacional, promoviendo la dimensión de derechos humanos integralmente comprendidos. 2. Fortalecer los espacios de confluencia para enfrentar el proyecto integracionista impulsado por los Estados Unidos, al tiempo que promover formas de integración que respeten los derechos humanos, la soberanía de la neciones y la autodeterminación de los pueblos. 3. Apoyar las expresiones de resistencia a los impactos del neoliberalismo en la región, impulsando la autodeterminación de los pueblos indígenas y afrodescendientes, incentivando el respeto a la diversidad, la plena garantía de los derechos humanos para todos los pueblos latinoamericanos y caribeños. 4. Comprometerse a través de múltiples acciones de educación, comunicación y movilización en la lucha por la superación del flagelo de la deuda externa. 5. Alentar las fuerzas y expresiones democráticas que en la actualidad están empujando un profundo proceso de democratización en la región.