FSM, cambios necesarios
02/03/2004
- Opinión
El Foro Social Mundial surgió como producto de las movilizaciones
contra la globalización neoliberal como un espacio internacional
para la reflexión y organización de quienes se contraponen a las
políticas neoliberales o están construyendo alternativas para
priorizar el desarrollo humano y la superación de la supremacía del
mercado tanto en cada país como en las relaciones internacionales y,
al mismo tiempo, un espacio para la articulación de luchas y
movimientos. Cuatro años después, tanto el desarrollo del FSM como
los procesos de articulación de las luchas y los movimientos han
puesto sobre la mesa la necesidad de reflexionar sobre el propio FSM
y su relación con los movimientos sociales. Una reflexión que,
aunque haya formado parte de los debates del Consejo Internacional,
adquirió proyección pública tanto en el último Foro Social Europeo,
como en el FSM celebrado en Mumbai.
El debate sobre el Foro forma parte de una reflexión más general
sobre como generar, desde la perspectiva común de crítica radical al
neoliberalismo, espacios de inclusión que sirvan tanto para avanzar
en la reflexión y definición de la crítica, las alternativas y
estrategia al modelo neoliberal, y hacer del Foro un instrumento
útil para avanzar en la articulación de movimientos y luchas para la
confrontación del neoliberalismo y la guerra.
Estos dos términos de la ecuación son indisociables: el FSM sólo
tiene sentido y futuro en la medida que se alimente de las luchas
contra la globalización neoliberal y sirva de aliento a las mismas,
permitiendo combinar en su interior espacios no resolutivos, como
las Conferencias, seminarios, paneles, etc. con otros más
resolutivos como son los autoorganizados dentro del Foro por los
distintos movimientos sociales. Entre estos se encuentra la Asamblea
de los Movimientos Sociales que ha actuado como marco referencial en
la lucha contra la globalización neoliberal de estos últimos año,
porque desde ella se han impulsado movilizaciones como las de Québec
contra el ALCA, o la de Cancún contra la OMC, pasando por Génova y
el 15 de febrero, y que, al fin y a la postre, ha sido uno de los
elementos centrales de la legitimación del FSM como referente en la
lucha contra el sistema.
Son muchas las cuestiones que plantean a debate los cuatro años de
experiencia del FSM; sin embargo no es nuestra intención entrar en
un balance detallado, sino centrarnos en lo que consideramos son los
tres elementos centrales de cara al futuro del FSM: los que se
refieren a la estructura del FSM, su periodicidad y el papel del
Consejo Internacional que es la estructura permanente entre foros.
I
La experiencia de Mumbai ha servido para comprobar que el FSM es
posible fuera de Porto Alegre, que su carácter abierto facilita la
integración de una pluralidad amplia de movimientos sociales
diversos, alimenta la movilización social y deja patente que la
mundialización del FSM no sólo es posible, sino que es necesaria.
Además ha puesto de manifiesto que la realización del FSM es posible
con parámetros distintos a los que se venían dando en Porto Alegre:
una presencia y visibilidad real de los sectores más sociales más
deprimidos, vetar el espacio a fuentes de financiación que
comprometen al Foro, etc. Mumbai también ha mostrado que hay
movimientos sociales de oposición al neoliberalismo que no se
sienten cómodos con las formas de hacer y trabajar en del FSM y que
aún quedan espacios por construir para integrar al máximo de
movimientos posibles..
Pero, la experiencia de cuatro años también pone en evidencia que la
estructura del FSM presenta algunas debilidades y demanda algunos
cambios:
* En primer lugar, en lo que se refiere a los espacios de
Conferencias, seminarios y paneles de debate. Por regla general, en
estos cuatro años, no se ha avanzado mucho más allá de la crítica al
neoliberalismo (sin que hasta ahora hayamos llegado a construir una
memoria de la misma), y arrastramos un déficit grande en lo que
tiene que ver con la reflexión y confrontación en torno a las
estrategias de lucha para hacer frente al sistema y, mucho más, en
la elaboración de alternativas, no entendida como un ejercicio
intelectual de gente especializada, sino como un proceso de
reflexión y contraste construido a partir de las dinámicas de lucha
de los movimientos sociales. El proceso de construcción de
alternativas como la "soberanía alimentaria" pueden servir de
referente en este capítulo, en el que habría que empezar por definir
aquellos temas en los que por la urgencia de los problemas, como por
el desarrollo de los movimientos, se podría estar en condiciones de
abordarlos.
En este sentido, las Conferencias, seminarios o paneles de debate,
tendrían que combinar tanto la reflexión sobre los temas de más
actualidad o aspectos de la realidad no abordados (como este año el
de las castas...) entre Foro y Foro, como la confrontación sobre
estrategias y alternativas de los movimientos.
Porque medida que avanzamos en la confrontación con el sistema el
debate sobre alternativas, estrategias de lucha, construcción de
alianzas y formas de acción adquiere una urgencia y una relevancia
mayor; y el FSM no puede vivir de espaldas a esta realidad. Si no
queremos que el FSM se agote en una fórmula repetitiva, es necesario
que su actividad se vincule estrechamente a la dinámica real de los
movimientos y luchas sociales y sirva para hacer avanzar a éstas..
No se trata de que el Foro se convierta en un espacio deliberativo
que decide entre opciones en debate, ni de que abordemos la
elaboración de alternativas a través de cónclaves de sabios que
someten al Foro una propuesta para concluir con un paradigma
alternativo, el "consenso de Porto Alegre" frente al "consenso de
Washington", sino que, preservando el carácter abierto y plural del
FSM, se inicie una reflexión en común sobre los problemas concretos
a los que se enfrenta la lucha contra el neoliberalismo y la guerra
y traslade al FSM los debates presentes en la dinámica real de los
movimientos, como una forma avanzar en la construcción de
alternativas en las distintas escalas en las que este movimiento se
expresa: global, la local...
Alternativas basada en la confrontación radical del modelo
neoliberal que sacrifica la vida de las personas y el futuro del
planeta a la propiedad privada y al dios dinero en el altar del
libre mercado y que evite su cooptación por el sistema. Esto
implica, también, que los espacios físicos, las salas para las
conferencias deben tener un tamaño limitado y que para facilitar la
participación y la aportación de la gente, es necesario que las
propuestas puedan circular previa la realización del Foro.
* En segundo lugar, la consideración de que las conferencias han
de ser espacios para la disertación de personalidades, hace que en
el Foro se consoliden una serie de desequilibrios que es necesario
corregir. Desde lo que se dan entre personalidades y activistas de
movimientos, hasta los que existen entre mujeres y hombres, y entre
los que se encuentran la escasa presencia de generaciones jóvenes,
la invisibilidad de los sectores sociales más golpeados por el
sistema, la cuasi inexistencia de determinados continentes..., lo
que hace que, con demasiada frecuencia estos espacios centrales del
Foro se conviertan en un espacio privativo de académicos e
intelectuales, que sumergen en la invisibilidad a los sectores
sociales más agredidos y secuestra la participación de los
movimientos sociales.
* Por último, el tratamiento de la política y el espacio a los
partidos políticos viene siendo un terreno en el que la teoría no
tiene mucho que ver con la realidad. Y así, mientras la "Carta de
Principios" excluye explícitamente la participación de los partidos
políticos, la presencia del PT, de cargos institucionales o
gubernamentales e, incluso, de jefes de gobierno… y una proyección
mediática desmesurada ha sido una realidad permanente en el FSM.
Está claro, que no se puede continuar viviendo en esa contradicción
y que es necesario articular el espacio de los partidos políticos y
de cargos institucionales en marco del FSM.
Aquellos países donde las movilizaciones sociales más han
convulsionado a la sociedad, o las movilizaciones como contra la
guerra, han situado la política y la relación entre lo social y lo
político en el primer plano, y la relación entre los movimientos
sociales y los partidos políticos y las instituciones en el centro
del debate.. Esa es una realidad a la que no se puede dar la
espalda, pero que es necesario articularla sin que el FSM pierda su
identidad.
II
La periodicidad y la ubicación del FSM o, lo que es lo mismo, dónde
y cada cuanto tiempo se ha de realizar el FSM es otro de los
elementos centrales de cara al futuro . Hasta el presente, se viene
realizando de año en año, y a pesar de que en un inicio la
conclusión era de que el Foro iba a "circular" por el planeta, la
realidad es que el Foro parece estar "preso" de Porto Alegre. Sin
embargo, la experiencia de Mumbai ha supuesto un aporte importante
en el devenir del FSM: contacto con nuevas realidades, inclusión de
movimientos sociales, nuevos dinamismos; también, nuevos problemas
(Mumbai Resístanse, El II Encuentro de los Movimientos Populares…),
etc. y en ese sentido marca el camino a seguir. Máximo cuando la
nueva cultura que supone la realización de los Foros Sociales
(horizontalidad, consenso, espacio abierto y plural...) permite
generar dinámicas de trabajo unitario y alimentar dinámicas de
movilización entre los movimientos sociales, tal y como ha ocurrido
en la India este año.
Por ello resulta preocupante que, tras cuatro años de trayectoria y
un amplio abanico de movimientos sociales participando activamente y
de forma estable en el FSM, la decisión de dónde se realiza el Foro
esté limitada al marco del Consejo Internacional, del que resulta
incomprensible que cuando se decide la salida del FSM a Mumbai sea
con la subsidiaridad de volver a Porto Alegre, cundo esta decisión
podía haber quedado abierta y/o orientada hacia otro continente y
otro país.
Pero más allá de este debate, que nos sitúa en la necesidad de
democratizar la estructura en la que se asienta el Foro Social
Mundial, está el debate sobre su periodicidad. A este respecto,
queremos indicar que:
1. La extensión, desde hace un par de años, de la del FSM a los
Foros Regionales o Continentales y Temáticos, en una tendencia a que
se ramifique a escalas locales, plantea el problema de cómo
articular la dinámica de trabajo entre los distintos Foros. Y en
contexto no hay razones que justifiquen la realización anual de los
distintos Foros en las diferentes escalas; más bien lo que está
sobre la mesa es la necesidad de articular un calendario que
integre las distintas dinámicas. Actualmente, el criterio de
realización anual de los Foros allí donde están constituidos,
resulta una carga insoportable para los movimientos sociales (justo
cuando el papel de los mismos es facilitar su desarrollo), y sólo
puede satisfacer a quienes viven de, por y para los Foros..
2. El segundo y al hilo de lo planteado en relación a la
estructura del Foro, de que, tenemos que avanzar hacia un debate
sobre alternativas y estrategias y un Foro más participativo que
integre problemáticas nuevas –las que surjan de una edición a otra,
pero también las que aún no se han abordado-, construir un Foro de
esas características exige un trabajo de articulación y elaboración
previo que no se puede corresponder con una frecuencia anual del
FSM.
3. Por último, partiendo del interés de trasladas el FSM a
distintos países y continentes (por lo que supone de enriquecimiento
para el propio FSM como de positivo para el país en el que se
realiza), su puesta en pie exige tiempo (para establecer relación
con los movimientos sociales, facilitar su dinámica de
integración...); y, aquí también, la periodicidad de un año resulta
un corsé demasiado estrecho. .
Por todo ello, consideramos que el FSM debería celebrarse que
ampliarse a tres años. De ese modo se podría abordar en mejores
condiciones lo retos del Foro, se evitaría que en algunos
continentes (Europa) en unos pocos meses se tengan que abordar tres
Foros (Europeo, Mediterráneo y Mundial) y que permitiría articular
un calendario integrado de Foros, desde el FSM, a los foros de cada
país. Si bien es cierto que esta alternativa plantea la necesidad
impulsar esos espacios tanto a nivel continental como en los
distintos países.
III
En cuanto al Consejo Internacional que tutela la realización del FSM
con toda la legitimidad que le otorga la historia, no puede
convertirse ni en un espacio privativo de quienes actualmente lo
constituyen, ni en un espacio cerrado donde se dirime lo habido y
por haber del FSM. Más bien, cuatro años después, es hora de crear
espacios de participación democrática, tanto en la reflexión sobre
el futuro del Foro (cómo avanzar en la consolidación de ese
proceso), como en las tomas de decisión sobre las cuestiones que
afectan al mismo. Y en estas cuestionen resulta un contrasentido que
los movimientos sociales constituyamos la columna vertebral del Foro
y, al mismo tiempo, salvo algunas redes y movimientos muy concretos
(Via Campesina, Marcha Mundial de Mujeres, CUT .).. los movimientos
sociales estemos tan al margen de esos procesos de reflexión y toma
de decisiones. Más en unos momentos en los que por el tiempo
transcurrido y la consolidación del FSM, su futuro está en debate y
en el que el Consejo Internacional se viene dotando de unas
funciones ejecutivas que contrastan bastante con su papel central:
facilitar la realización del FSM y su desarrollo a partir de los
criterios con los que fue creado y respetando la Carta de
Principios.
No se trata de poner en cuestión la representatividad de quienes
componen el Consejo, sino de articular un proceso participativo en
la definición de los criterios por los que se ha de regir el FSM
(periodicidad, país, formato, estructura…), e integrar en la
estructura del mismo a las asambleas o comités organizadores de los
Foros que se vienen construyendo en los últimos años para integrar
esas experiencias en la construcción del FSM. Y en cualquier caso
parece obligado que en el CI se integre entre sus miembros a los
Comité Organizadores del FSM, y que se sepa esta situación no se ha
contemplado para el Comité indio, tras el éxito de Mumbai.
A estas alturas resulta un contrasentido que una de las principales
reivindicaciones de ese "otro mundo posible" sea la democracia
participativa, y en los trabajos de preparación del FSM se haya
avanzado tan poco en la construcción de esa democracia
participativa.
A modo de conclusión
Todas y todos somos conscientes que a medida que transcurre el
tiempo y el Foro se consolida, los riesgos de institucionalización e
instrumentalización del FSM aumentan. Por ello la evolución y el
futuro, del FSM, su papel en la lucha contra la globalización
neoliberal, su relación con los movimientos sociales y el papel
éstos en su desarrollo ha de ser una preocupación permanente entre
nosotros y nosotras, sin caer en la tentación de mermar su carácter
abierto y plural..
Hay muchos aspectos en la experiencia de estos cuatro años que
merecerían un tratamiento específico y muchos otros referentes a su
futuro que exigirían más tiempo y espacio para abordarlos; en esta
contribución nos hemos querido centrar en los tres elementos que nos
parecen centrales en el debate sobre su futuro inmediato.
Conscientes de que lo importante no es tanto que estemos acertados o
no en las propuestas, como el que estas sirvan para fomentar el
debate entre los movimientos sociales y lograr que éste fluya al
Consejo Internacional e influya en el devenir del Foro.
Pero nuestra atención no puede ceñirse al futuro del Foro, porque la
Asamblea de los Movimientos Sociales que se desarrolla durante el
mismo ha constituido y constituye un referente central no sólo para
quienes acudimos a los Foros, sino también para el impulso de luchas
y el desarrollo de iniciativas. Y, en gran medida, una de las
fuentes de legitimidad del Foro se encuentra en que los compromisos
adquiridos en esa asamblea ha servido para demostrar la utilidad del
Foro como marco desarrollar en la práctica la confrontación al
neoliberalismo desde la radicalidad de las propuestas y la
flexibilidad a la hora de construir alianzas.
No hay duda de que el reforzamiento de esa asamblea, los pasos que
vayamos a dar en la construcción de la red mundial de los
movimientos sociales y la traslación de nuestros compromisos a
escala global a los ámbitos locales y cotidianos, son la mejor
garantía para mantener el Foro en el buen rumbo. Porque sólo en la
medida que su desarrollo tenga como referente la lucha social y
aborde los problemas que se le plantean en ella a los movimientos,
en Foro no correrá riesgo de anquilosamiento, si bien es cierto que
su apertura a un abanico de fuerzas cada vez más amplias y diversas
será, al mismo tiempo, fuente de contradicciones y tensiones.
https://www.alainet.org/es/articulo/109510
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