EE.UU: Sistema electoral bajo sospecha
25/11/2003
- Opinión
El descubrimiento de fallas en el sistema de votación electrónica en EE.UU.,
que podrían haber acarreado resultados erróneos o incluso facilitado el
fraude, ha desembocado en un movimiento de desobediencia civil para defender
el derecho de difundir la información, de origen privado, que revela estos
hechos.
Hace unos meses un hacker entró en el sistema informático de la empresa de
sistemas de votación electrónica, Diebold Electronic Systems, y copió 15.000
documentos confidenciales -principalmente correo electrónico y memorandos
internos- que difundió en agosto a diversos activistas, quienes los publicaron
en sus sitios web particulares. Estos documentos demuestran que Diebold sabía
que sus sistemas adolecían de graves fallas que permitían cambiar votos sin
dejar rastro. Además, la empresa ha instalado parches a sus programas, sin la
debida certificación de las autoridades electorales.
Diebold, cuyo principal ejecutivo contribuyó financieramente a la campaña de
Bush, ha instalado decenas de miles de terminales de votación electrónica en
37 estados del país. Según la ley federal, el código de los programas de
votación debe ser auditado por una autoridad de verificación independiente,
quien lo certifica de acuerdo con estándares establecidos por la Comisión
Electoral Federal. Cualquier modificación subsiguiente también debe ser
certificada. Las revelaciones abren sospechas de que estas fallas pudieron
haber beneficiado al partido republicano en varias elecciones, incluyendo la
del propio Presidente George W. Bush y el recién electo gobernador de
California, Arnold Schwarznegger.
La empresa Diebold, sin negar ni confirmar la autenticidad de los documentos
fugados, ha tratado de impedir su difusión, que se ha ido multiplicando en
diversos sitios web dentro y fuera del país. Ha enviado avisos legales a los
responsables para exigir que los documentos sean retirados de Internet,
amparándose en la ley de derechos de autor, el "Digital Millennium Copyright
Act" (DMCA) de 1998. Muchos sitios salieron del aire, pero el grupo
estudiantil Why war? (?Por qué la guerra?) inició una campaña de desobediencia
civil, negándose a retirar el material de sus sitios. Ellos argumentan que
los derechos de autor no pueden ser invocados para suprimir una información
necesaria al interés público.
Numerosas universidades se sumaron al movimiento de desobediencia y la
Electronic Frontier Foundation (EEF), junto con la Stanford School of Law, ha
pedido una orden judicial para impedir que Diebold siga enviando amenazas.
¿Fallas o fraude?
Uno de los casos que vino a la luz a través de los documentos publicados es el
de la votación presidencial en Florida -estado que definió el resultado
electoral del 2000 que llevó a Bush al poder-. Ya era conocido públicamente
que una supuesta tarjeta de memoria fallosa había registrado temporalmente un
error de 16.022 votos menos para Al Gore. Lo que la correspondencia interna
de Diebold revela es que no hay ninguna explicación lógica de cómo pudo
ocurrir por error; ni de por qué el sistema no lo detectó enseguida.
Este error jugó un rol clave en las elecciones presidenciales, puesto que, por
la diferencia de votos, Gore concedió inicialmente la victoria a Bush, y solo
se retractó horas después cuando, con una demora inexplicable, se rectificó el
error. Queda abierta la duda de si hubo otros errores de este tipo, que nunca
fueron descubiertos.
En todo caso resulta inadmisible que un sistema automatizado pueda dejar pasar
una votación negativa: cosa electoralmente imposible. Es más preocupante aún,
sabiendo que los nuevos sistemas de votación electrónica con pantalla táctil
no tienen ningún respaldo en papel, haciendo imposible el recuento de votos o
la verificación posterior.
Estas revelaciones, al poner bajo la lupa a Diebold, han destapado nuevos
cuestionamientos. Uno de los ex empleados de la empresa reveló que el año
pasado, Diebold instaló tres parches no certificados para arreglar fallas en
los programas de 22.000 máquinas en Georgia. Coincide que en las elecciones
de noviembre 2002, este estado, de tradición demócrata, arrojó resultados
sorpresivos a favor de los republicanos. Asimismo, Marc Carrel, de la
secretaría de estado de California, ha exigido una investigación de los
productos de Diebold, luego de que la empresa habría instalado programas no
certificados en 4000 máquinas de votación electrónica del condado de Alameda,
usadas en la reciente elección del gobernador (donde ganó Schwarznegger). En
tales circunstancias, la transparencia y objetividad de todo el sistema
electoral de EE.UU. está en juego.
https://www.alainet.org/es/articulo/109282?language=es
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