Mumbai, India, enero de 2004
Los movimientos sociales reunidos en Asamblea en la ciudad de
Mumbai, India, compartimos las luchas del pueblo de la India, así
como la de los pueblos asiáticos y reiteramos nuestra oposición al
sistema neoliberal que genera crisis económicas, sociales,
ambientales y conduce a la guerra. Nuestras movilizaciones contra
las guerras y las profundas injusticias sociales y económicas han
servido para desenmascarar el neoliberalismo.
Nos hemos reunido aquí para organizar la resistencia y luchar para
construir alternativas al capitalismo. Nuestras resistencias
iniciadas en Chiapas, Seattle y Genova nos condujeron a la enorme
movilización mundial contra la guerra en Irak el 15 de febrero de
2003, que deslegitimó la estrategia de guerra global y permanente
del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados, y a la victoria
contra la OMC en Cancún.
La ocupación de Iraq mostró a todo el mundo el vínculo existente
entre el militarismo y la dominación económica por parte de las
corporaciones transnacionales y confirmó las razones que nos
llevaron a movilizarnos en su contra.
Los movimientos sociales reafirmamos nuestro compromiso de lucha
contra la globalización neoliberal, el imperialismo, la guerra, el
racismo, las castas, el imperialismo cultural, la pobreza, el
patriarcado y todas las formas de discriminación y exclusión
económica, social, política, étnica, de género, sexual, así como a
favor de la orientación sexual y la identidad de género. Estamos
en contra de la discriminación de las personas que tienen
capacidades diferentes y enfermedades incurables, en particular,
de quienes padecen el VIH-SIDA.
Luchamos por la justicia social; el derecho a los recursos
naturales (tierra, agua y semillas);los derechos humanos y
ciudadanos; la democracia participativa; los derechos de los
trabajadores y trabajadoras consignados en los tratados
internacionales; los derechos de las mujeres; asi como el derecho
de los pueblos a la autodeterminación. Somos partidarios de la
paz, la cooperación internacional y promovemos sociedades
sustentables, capaces de garantizar los derechos básicos y los
bienes y servicios públicos a las personas. Al mismo tiempo
rechazamos la violencia social y patriarcal en contra de las
mujeres.
Llamamos a movilizarnos el 8 de marzo, Día Internacional por los
Derechos de las Mujeres.
Luchamos contra toda forma de terrorismo, incluido el terrorismo
de Estado, a la vez que estamos en contra de la utilización de la
"lucha contra el terrorismo" para criminalizar a los movimientos
populares y activistas sociales. Las llamadas leyes contra el
terrorismo están restringiendo los derechos civiles y las
libertades democráticas en todo el planeta.
Reivindicamos la lucha de campesinos y campesinas, trabajadores y
trabajadoras, movimientos populares urbanos y toda persona
amenazada con perder el hogar, el trabajo, la tierra y sus
derechos. Se están multiplicando las luchas para detener y
revertir las privatizaciones, proteger los bienes comunes y su
carácter publico (como las que tuvieron lugar en Europa en
relación a las pensiones y la seguridad social). La victoria de la
gigantesca movilización del pueblo boliviano en defensa de sus
recursos naturales, la democracia y su soberanía es un testimonio
de la fuerza y potencialidad de nuestros movimientos; al mismo
tiempo que avanzan las luchas campesinas contra las
transnacionales y las políticas agrícolas neoliberales, exigiendo
soberanía alimentaría y una reforma agraria democrática.
Llamamos a la unidad con los y las campesinas en la movilización
mundial del 17 de abril, Día Internacional de lucha campesina.
Nos identificamos con las luchas de los movimientos y
organizaciones populares de la India y junto a ellos condenamos a
las fuerzas políticas e ideologías que promueven la violencia, el
sectarismo, la exclusión y el nacionalismo, basados en la religión
y la etnicidad. Condenamos las amenazas, arrestos, torturas y
asesinatos de activistas sociales que organizan a las comunidades
para luchar por la justicia global, y denunciamos la
discriminación emanada de las castas, las clases, la religión, el
género, la orientación sexual y la identidad de género. Condenamos
la perpetuación de la violencia y la opresión contra las mujeres a
través de patrones y prácticas culturales, religiosas y
tradiciones discriminatorias.
Apoyamos los esfuerzos de los movimientos y organizaciones
populares en la India y en Asia que impulsan la lucha de los
pueblos por la justicia, la igualdad y los derechos humanos. En
particular, la de los Dalits, los Adivasis y los sectores mas
oprimidos y reprimidos de esta sociedad. La política neoliberal
del Gobierno de la India agrava la marginalización y opresión
social que el pueblo de los Dalìts venía sufriendo históricamente.
Por todo ello respaldamos las luchas de los excluidos de todo el
mundo y llamamos a sumarnos al llamamiento que harán los Dalìts
para una jornada de movilización por la inclusión social.
El capitalismo, en respuesta a su crisis de legitimidad, recurre
al uso de la fuerza y de la guerra para mantener un orden
económico antipopular. Exigimos a los gobiernos poner fin al
militarismo, la guerra y cancelar los presupuestos militares y
demandamos el cierre de las bases militares norteamericanas en
todo el mundo porque representan un riesgo y una amenaza para la
humanidad y el planeta. Tenemos que seguir el ejemplo de la lucha
del pueblo portorriqueño que obligó a cerrar la base
estadounidense en Vieques. La oposición a la guerra global sigue
siendo nuestro terreno de movilización general en el mundo.
Llamamos a la ciudadanía mundial a movilizarse el 20 de marzo en
una jornada internacional de protesta contra la guerra y la
ocupación de Iraq, impuesta por los gobiernos de los EEUU, Gran
Bretaña y sus aliados.
Por ello, los movimientos contra la guerra desarrollarán en cada
país sus propias consignas y tácticas, con el fin de asegurar una
amplia participación en las movilizaciones. Demandamos la retirada
inmediata de las tropas de ocupación de Irak y apoyamos al pueblo
iraquí en su derecho a la libre autodeterminación y soberanía, asi
como al derecho a que se reparen los daños ocasionados por el
embargo y la guerra.
La "lucha contra el terrorismo" no sólo actúa como pretexto para
mantener la guerra y la ocupación en Iraq y Afganistán, sino que
se utiliza para amenazar y agredir a los pueblos. Al tiempo, se
mantiene el bloqueo criminal contra Cuba y la estrategia de
desestabilización en Venezuela.
Este año llamamos a respaldar con fuerza la movilización a favor
del pueblo palestino, especialmente el 30 de marzo, Día de la
Tierra en Palestina, para reivindicar el derecho de los refugiados
al retorno y contra la construcción del muro.
Denunciamos al imperialismo que impulsa los conflictos religiosos,
étnicos, raciales y tribales en su propio beneficio, acrecentando
el odio, la violencia y el sufrimiento de los pueblos. Más del 80%
de los 38 conflictos armados en el mundo en 2003 fueron. Afectaron
sobre todo a los pueblos de Asia y África.
Denunciamos el uso coercitivo por parte de los gobiernos, las
transnacionales y las instituciones financieras internacionales
del endeudamiento insostenible de los países pobres del planeta.
Repudiamos la deuda ilegítima del Tercer Mundo y exigimos su
cancelación incondicional y la reparación por los daños
económicos, sociales y ambientales, como condición preliminar para
lograr la plena satisfacción de sus derechos. En especial
espaldamos la lucha que desarrollan los movimientos sociales en el
continente africano.
Por ello levantamos nuestra voz contra la cumbre del G8 y las
reuniones del FMI y el Banco Mundial, principales responsables del
expolio de los pueblos.
Rechazamos la imposición de acuerdos regionales o bilaterales,
tales como el ALCA, el NAFTA, el CAFTA, el AGOA, el NEPAD, el
Euro-Med, el AFTA y el ASEAN.
Somos millones en pié de lucha que venimos unificando nuestras
movilizaciones contra un enemigo común: la OMC. Los pueblos
indígenas luchan contra las patentes de toda forma de vida y el
asalto a la biodiversidad, el agua, la tierra, el ambiente, la
educación y la salud; y somos millones quienes nos enfrentamos a
las privatizaciones de los servicios públicos. Al enfrentar el
enemigo común se nos han unido jóvenes y estudiantes,
reivindicando sus derecho a la educación pública y un empleo digno
que les permita un futuro sin pobreza y violencia.
Llamamos a todos y todas a movilizarse por el agua como derecho
básico y fuente de vida que no puede ser privatizada; así como a
recuperar el control sobre los bienes comunes y recursos naturales
que han sido entregados a intereses privados y transnacionales.
En la batalla victoriosa de Cancún, la muerte del campesino Lee
representa el sufrimiento de millones de campesinos y sectores
populares excluidos por el "libre mercado". Su inmolación es un
símbolo de nuestra determinación contra la OMC, para dejar claro
que cualquier intento de resucitar la OMC obtendrá nuestra
oposición.
¡Fuera la OMC de la agricultura, la alimentación, la salud, el
agua, la educación, los recursos naturales y bienes comunes!
Con esta determinación llamamos a todos los movimientos sociales
del mundo a la movilización en Hong Kong o donde se reúna la
próxima ministerial de la OMC, y a unir nuestros esfuerzos en la
lucha contra las privatizaciones, en defensa de los bienes
comunes, el medio ambiente, la agricultura, el agua, la salud, los
servicios y la educación.
Por todo ello reafirmamos nuestra firme voluntad de reforzar la
Red de los Movimientos Sociales para reforzar nuestra capacidad de
lucha.
¡Globalizemos la lucha!
¡Globalizemos la esperanza!